En un principio entendemos que interactuamos e intercambiamos con el resto naturalmente, que las cosas fluyen sin más preámbulo. En cosa de pocos años somos ya parte y es más cómplices de un sistema que nos explota. Más allá de eso mi enfoque del research fue darme cuenta y descubrir si ¿naturalmente somos seres sociales? o ¿solo existe un pseudo interés por la interacción social?. Todo esto visto desde nuestro estilo de vida rodeado de familiares, amistades, hasta lo macro en las comunidades y Estados-nación.

1. Vicente G. Gómez
Seminario de Filosofía, Seminario San Rafael, Valparaíso, Chile
Copyright: Licencia CC Atribución-No Comercial
¿Somos seres sociales?

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¿Cómo entendemos las cosas?
Pareciera ser que en la actualidad y el siglo en el que vivimos parece tener aceptación la
idea en que nos relacionamos como seres sociales y vivimos en “comunidad”,
entendiéndose por ello seres que actuamos con prospectiva común, es decir, una mirada
más allá de la alteridad, tal ente que vive o bien sobrevive con otros. Ante ello suele
replicarse, al igual, que unas máquinas inanimadas en plena revolución industrial, “sí,
somos seres sociales” y lo asumimos casi como una forma de vida, cabe destacar lo poco
cuestionado que llega a ser, ¿no podemos ser entes que no viven insertos en una sociedad?
Aquello en resultado de una trascendental forma u estilo de vida, basada en simples e
incuestionados acuerdos y pactos comunitarios que asumimos como excepcional y
formas únicas de verdad, llegando a transformarse esta última como base de la sociedad.
Lo que comienza en una crianza por parte de los padres, quienes trabajan o deben estar
ocupados “en su estilo de vida” debido a que se necesita de un sustento económico y así
sobrellevar la vida que estos siguen, es el momento, en que comenzamos asistir a un centro
de cuidado donde un “extraño” que también está trabajando y es más debió dejar de hacer
algo para estar ahí y sustentar su organización de la vida, lo que en economía se conoce
como costo de oportunidad, lo que es más frecuente de lo que creemos, estando en el diario
de la sociedad y sus “interrelaciones”, es desde entonces que conocemos el ciclo
costo/beneficio, buscando la eficacia de nuestras vidas, en base a nuestros principios y
objetivos, lo que significa priorizar en ciertos momentos, debido a la existencia de un
contexto que aflige y por ende moldea nuestras decisiones, en vez de buscar lo que
realmente deseamos. Incluso es el carácter compuesto del sujeto, como le son la
experiencia de las sensaciones y pasiones, dando paso a que Descartes plantee suprimir
nuestros sentidos (sentimientos), basado en la poca fiabilidad de estos, en otras palabras,
el engaño de nuestra “realidad” por los ya mencionados, a lo que plantea como objetivo el
de ser entes racionales. Simplemente basta recordar, en primer lugar “el pensamiento es
un atributo que me pertenece, siendo el único que no puede separarse de mi (…)”

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(Descartes, 1942), y en segundo lugar “cogito, ergo sum”, dichos de Descartes los que
presentan al pensamiento como nuestra forma prima y primeriza en el orden del
conocimiento, lo que le transforma en un ser pensante como de naturaleza (Rocha, 2007,
págs. 90-91).
Por lo demás, nos insertamos en la vida comunitaria, he aquí donde aprendemos los valores
básicos de un ideal de valores básicos de un ser humano, viéndonos de cierto modo
forzados a aprender a con-vivir, pero realmente no es forzoso como lo vemos, sino una
forma en que idealizamos lo que podemos llegar a ser, dando paso al perfeccionismo del
ser. Aquello cierra toda puerta al camino de ser quienes realmente somos por “naturaleza”.
En suma, ya contamos desde nuestros recuerdos más básicos, que existen ciclos de
vida/trabajo e ideales, más bien parámetros de lo que se espera que realicemos y
mantengamos “fieles” a nuestros principios, como han de hacerlo todos los demás con-
vivientes de la sociedad e incluso nunca se nos plantea una alternativa de vida.
Un tema por comprender es la verdad, y su gradualidad, principalmente se comprende
como un consenso de partes, pero también como correspondencia y relación, revelación,
conformidad a una regla, coherencia y utilidad, la correspondencia refiere a “Verdadero-
señala el filósofo-es el discurso que dice las cosas como son, falso el que las dice cómo no
son”, el problema radica finalmente en que la verdad está en “el pensamiento o en el
lenguaje y no en la cosa o el ser” (Pupo, pág. 1), aquí es que manifiesta su método con el
que ejerce y se transforma en cómplice del poder, fundamentado en que el consenso y
panorama general que existe, en este modo de vida que vivimos, no es creado ni de cierto
modo adaptado por nosotros mismos, sino que ya estaba, por alguien fue creado, he aquí
el poder. Otro ente con sus propios intereses y eficacia de su propia vida de por medio, sin
hastío alguno, es que actúa de con una visión de alteridad e individualidad que impone una
verdad haciendo de esta pasar como su libertad. Principalmente se crea la “obviedad”, un
símbolo de preocupación en cualquier comunidad, en que sus consensos y acuerdos
pactados jamás deben ser obviados, claro solo si es que estos desean prosperar por un bien
común, debido a que esta es la vía que se tiene en frente y se crea la pseudo concepción de

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libertad que lora satisfacer a los entes, dejando por detrás de si un vacío que eventualmente
reaccionará. No es de menos la consideración que en las polis se le da, la verdad es
incomoda, no provoca satisfacción, no nos sentimos satisfecho con ella. Por otro lado, si
asumimos que la conocemos, proseguimos con nuestro estilo de vida, el status quo, pero
ante la inestabilidad y crisis del bien común, es que convine ser precavidos y estar en estado
de alerta, debido a que lo inmediato como lo que no, están en juego cuando dejamos a las
personas al servicio de la verdad. “A pesar de los múltiples intentos valiosos de
acercamiento al problema, en mi criterio, aún no se ha logrado un enfoque integrador de la
verdad, donde conocimiento, valor, praxis y comunicación sean considerados, como
mediaciones centrales en su construcción y despliegue.” (Pupo, pág. 2).
Cuando estamos hablando conceptualmente de seres sociales pueden ser entendidos según
la Real Academia Española, en adelante RAE, como sociedad; “conjunto de personas,
pueblos o naciones que conviven bajo normas comunes”, o también, “agrupación natural,
o pactada de personas, organizada para cooperar en la consecución de determinados fines”
(RAE, s.f.), y el conjunto de personas que posee aquellas características, son los seres e
individuos, quienes son armónicamente conformados multidimensionalmente por sentido
(sentimiento) y racionalidad, o también clasificados por sus, rasgos físicos como
psicológicos, etcétera, siendo este cúmulo, el que debe congeniar con los demás entes que
poseen al igual que el caracterizado, unos nuevos y totalmente diferentes rasgos, he aquí la
disyunción entre sociedad e individuo, es decir, un ser único y sin par, tal que es insertado
en otros distintos de este, pero posee normas comunes, adaptadas por lo que la definición
indica naturalmente. Efectivamente, las normas son en respuesta a algún conceso logrado,
lo que no significa en lo absoluto la existencia de una cohesión social, es más, la norma
solo crea una anti-norma, es decir los anormales, los que no calzan, ni cumplen con los
requisitos preestablecidos en la asumida verdad de dado momento por quienes dominasen
la comunidad. Estos últimos grupos de poder mencionas, nacen de una inequidad existente
prehistórica, donde en especial comparten que para conllevar su estilo de vida, es que han

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utilizado de manera eficiente los recursos disponibles independiente su índole u origen, son
estos quienes imponen las normas, son los beneficiados realmente de ellas, los que ejercen
la biopolítica sobre los convivientes de la polis, son quienes poseen mayor control de la
comunidad y ya es que necesitan de estas para el desarrollo y eficiencia de su propiedad y
bienestar individual, he aquí donde los entes e individuos a pesar del individualismo y
concepción de alteridad le falla de manera garrafal a la sociedad, pero en escancia a sí
mismo, básicamente porque se es dominado y explotado asumiendo las consecuencias
como le siguen, la falsa sensación de integridad en razón de la visión social sobre el ente,
por otra parte, se es receptivo y cómodo con el statu quo que cree estar en favor de él y la
falaz idea de libertad entregada.
Ya cuando hablamos de alteridad, altruismo u otredad, referimos a cómo es que
construimos la visión de los otros entes multidimensionales que conforman la comunidad,
del modo en que también construimos nuestra propia identidad, lo que quita paso a las
diferencias, proliferando los falsos puntos de encuentro ya mencionados, donde radica la
única forma de darnos cuenta de que es una acción individualista. A modo de contexto, el
daño producido por aquellos pseudo concesos es que concluyen simplemente con que la
autoestima conseguida por nosotros mismos ya no existe, entendiéndose por ello, que al
momento de insertarse en comunidad, aceptamos los pactos, nos “adaptamos” y desde
entonces dejamos de lado ciertas manifestaciones personales, sean estos gustos, deseos e
incluso necesidades, priorizando, lo que termina repercutiendo en el ser. Con ello se
comienza a tener una mirada individual de las cosas, en función de la repercusión de su
vida en sociedad y cómo esta no produce satisfacción, sino que finalmente ahogamiento y
dependencia, por lo tanto, repele al otro hasta que lo termina extinguiendo por completo
para sí.
Por una parte, tenemos la visión de Byung-Chul Han en su libro “La expulsión de lo
distinto” y nos dice que hoy la negatividad del otro da paso a la positividad de lo igual, es
esta exacerbación y exceso intercomunicación global y consumo masificados, los que nos
colapsa y enferma como individuos, “El signo patológico de los tiempos actuales no es la

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represión, es la depresión. La presión destructiva no viene del otro, proviene del interior”
entonces, este proceso de “expulsión de lo distinto” es que desarrolla la autodestrucción.
Es decir, estamos además de lo mencionado en párrafos anteriores insertos en una sociedad
que posee rasgos donde lo que prolifera es lo igual, y se le da una mirada negativa a lo
distinto, no existen espacios de apertura a las características multidimensionales de los
seres, sino que estos deben adaptarse a las “reglas y norma” pero siempre desde la otredad,
en consideración de los beneficios y perjuicios personales que esto conlleve, porque ni el
otro, ni su identidad u necesidades importan. Ya estamos en un punto en que “la producción
ya no es productiva, sino destructiva; la información ya no es informativa, sino
desinformadora; la comunicación ya no es comunicativa, sino meramente acumulativa” es
decir, las vivencias y experiencias solo pasan a ser historia como diríamos, no tienen mayor
relevancia, esta radica en lo iguales que se adapten a la visión de mundo individualista que
se posea. (Han, 2017, págs. 9-11).

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Libertad, ¿Solo una idea conciliadora?
Pues es que llevamos décadas en el sistema de esclavitud que creemos libertad, relatado en
los primeros párrafos, tal vez no es la misma que la de tiempos feudales, las tribus, etcétera,
pero poseen puntos de encuentros como lo son el “trabajar para vivir” o “vivir para
trabajar”, este modelo y forma de vida donde claro, podemos “hacer lo que queremos” le
falta la “coma” siempre y cuando esta opción se nos tenga presente, si la idea de lo que se
puede o no hacer es inexistente, no podemos llamarle libertad, si buscamos en Google,
plataforma universal algorítmica utilizada a nivel mundial, ¿qué es libertad? Resulta
“Facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de
actuar dentro de una sociedad”, con esta vía de entender la libertad es que el “actuar de
manera responsable” está dado por el contexto en el que encuentre la persona, y si diremos
“la libertad existe siempre que no se coarte la del otro” es que cometemos la falencia de
creer que el otro posee la misma visión de mundo que uno, la alteridad no permite esta vida
en comunidad, dañándole severamente.
Incluso hoy “el fin justifica los medios” de Nicolas Maquiavelo, es que nos presenta y
“advierte” incluso las formas de poder que se ejercen, siendo un riesgo para los individuos
de la vida en sociedad, fundamentado en que sus métodos de “control” social, están tras la
“prosperidad” del poder, así también la sociedad, utilizando la recursividad, donde lo que
pasa en lo grande (el Estado) también pasará en lo pequeño (los individuos y la sociedad).
Por otra parte, la sociedad no tiene margen de error, no “perdona”, por consiguiente,
tendemos a ser cautelosos en los pasos que damos, sobre pensamos, e incluso nos
imaginamos situaciones que no han ocurrido, el problema está en que no reflexionamos, es
una mera idea de ello, pero solo es acumulación de información, no aprendemos de este
sobre pensamiento que tenemos sobre las acciones a tomar en la sociedad. En fin, solo
atrofiamos nuestra mente con acumulación sin reflexión, así es que la libertad no puede ser
ejercida, sin un espacio de meditación, no es posible que se presenten las opciones de forma
clara ni precisa.

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En tercer lugar, a día de hoy convivimos en un modelo político llamado democracia, el que
requiere de cohesión social, es decir donde existen puntos de encuentro, los que dan
uniformidad a la comunidad de los entes que le conforman, entendiéndola como la manera
en que tienen de llegar a acuerdos, es lo que da paso a la conformación de un Estado-
Nación, en el cual la mayoría de sus cargos son escogidos por elección popular, en pos de
trabajar por el bien común debe ser representativo (Dahl, 2012, págs. 45-48), es más
también es imprescindible ser reconocido por la población, debiendo ser de confianza.
Recordemos que una democracia requiere del respaldo de su pueblo, pudiendo lograr así
prosperar con sus objetivos afines a estos.
La población que convive en los neoEstados-Nación son las que se encuentran insertas en
el mundo de las redes sociales, que como bien dice su nombre, es un medio que utilizamos
para sociabilizar y comunicarnos con la sociedad. Hoy en día pareciese ser que se le ha
dado otro valor, tal que la interconexión e interacción global de la información entre
personas, ha tornado a estas en un medio de fuentes de información. El problema de lo
anteriormente planteado radica en cómo es que hacemos de estas un uso irresponsable e
indiscriminado de sus funciones, pasando de ser practicas a armas de doble filo. Aquello
se explica básicamente respecto de los conflictos que nacen de estos como la difusión de
fake news, haciendo de aquellas la nueva verdad a las que se congenian creando
dificultades en cualquier ámbito, en base a falsedades, pero no se consideran como tal. La
falta a la veracidad y transparencia de las nuevas fuentes de información, pueden afectar
gravemente una situación independiente de su naturaleza, las mentiras provocan
discusiones políticas innecesarias, da paso a legitimar lo indefendible y así, , con ello se
crean falsas expectativas, haciendo de los neoEstados-Nación vulnerables de realmente ser
representados por lo que la gente desea, sino por la imagen de lo que se tiene de la política
y quienes la ejercen directamente, dejando expuesta a la democracia a desafección política,
disputas redundantes y pseudo sentido de representatividad. En todo lo mencionado
anteriormente se evidencia la débil libertad del sistema en que nos vemos expuestos a

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diario, en base a la individualidad de otros entes que ejercen poder pero al mismo tiempo
conviven en la sociedad.
Por otra parte, no es extraño hablar en estos tiempos de la polarización política, para ello
debemos comprender la función de los algoritmos de las redes sociales (los cuales trabajan,
con un claro objetivo, el de mantener activos a sus usurarios), es el poder de la igualación,
la numeración de las masas de personas, que resultan en una perpetuidad de lo igual, el me
gusta, con el que prolifera lo igual, más bien la mirada de alteridad respecto de un otro (si
es que existe), logrando que la visión del otro sea construida desde nuestra propia identidad,
lo que genera esta concentración de comunidades enredadas en un “bucle del yo” (Han,
2017, págs. 12-14). Finalmente he de mencionar que es debido a la sociedad postmoderna,
individualista que se ve debilitada la existencia de un otro, incluso más su opinión,
resultando el fracaso de consensos, un total quiebre para la cohesión política, fundamental
en democracia y los Estados-Nación.
Por último, Kant es quien plantea la idea de la verdad como base de la sociedad, más bien,
lo que se entiende por verdad, “investigar la idea y los principios de una voluntad pura
posible, y no las acciones y condiciones del querer humano en general” esto es lo que
realmente mueve la comunidad y su convivencia, además plantea su sistema ético
universal, esto con un criterio de carácter lógico, la que con propósito de vivir en
comunidad de una forma “serena” es que debemos cumplir con ella, con lo que nos guíe o
creamos correcto de cierto modo, así avanzar y prosperar (Kant, 1989).
Hoy hablamos de “bien común” las naciones basan sus decisiones en base a macro números
que categorizan a la población en datos como el PIB, índice de Gini, entre otros, pero lo
relevante es que se utiliza el utilitarismo como medio de producción y reproducción de
parte de los Estados y quienes poseen el control de las sociedades, es decir buscan el
supuesto mayor bien para la mayor cantidad de personas con el menor costo, he aquí la
eficiencia, ya la voluntad da lo mismo, lo importante es el resultado de las acciones. Aquí
es donde radica el problema social, en suma, es que el poder es evidentemente, de acuerdo

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con lo planteado, lo opuesto a la individualidad, con ello se comprende que los individuos
se ven forzados a convivir en sociedad, por lo tanto, realmente ese sentido de comunidad
no existe como tal, sino como una idea conciliadora. Ergo sapere aude
Bibliography
Rocha, L. (2007). Pensar y sentir, dos modos no antagónicos de la razón en Descartes.
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Descartes, R. (1942). MEDITACIONES METAFISICAS CON OBJECIONES Y RESPUESTAS.
From lenguajeyconocimiento:
https://lenguajeyconocimiento.files.wordpress.com/2014/06/descartes-
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RAE. (n.d.). Diccionario de la lengua española. Retrieved Agosto 2, 2022 from Real
Academia Española: https://dle.rae.es/sociedad
Pupo, R. (n.d.). LA VERDAD COMO ETERNO PROBLEMA FILOSÓFICO. Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Han, B.-C. (2017). La expulsión de lo distinto. Herder.
Dahl, R. A. (2012). La democracia. Barceloma: Editorial Ariel.
Kant, I. (1989). La metafísica de las costumbres . Madrid : Tecnos.