Este documento narra los últimos momentos de la vida de Jesús, desde la Última Cena hasta su muerte en la cruz. Describe las emociones de Jesús al ver la traición de Judas y su deseo de salvar a todas las almas. Exhorta al lector a acompañar a Jesús en su sufrimiento ofreciendo nuestras propias penas para aliviar las suyas, y a cumplir perfectamente la voluntad de Dios como Jesús lo hizo al entregar su vida.
2. LA CENA LEGAL
.- ¿Cuál es la afinidad de mi sangre?
- Jesús, Permíteme quedarme en tu
corazón.
- ¿Cuándo te doy gracias? Oh Jesús
mío.
3. Mientras Jesús comía, al ver a Judas
que se iba a perder, se le rompía el
Corazón por el dolor, y en Judas veía a
todas las almas que se iban a perder, y
puesto que no hubo cosa que más lo
hiciera sufrir que la perdición de las
almas, no pudiendo contenerse, atrajo
hacia su Corazón a Juan para en él
hallar alivio. Así también nosotros,
como Juan, estaremos siempre cerca
de él, compadeciéndolo en todos sus
sufrimientos, dándole alivio y
haciéndolo reposar en nuestros
corazones; también haremos nuestras
sus penas, nos fundiremos en él, y así
sentiremos los latidos de su Corazón
Divino traspasado por la perdición de
las almas. Le daremos los latidos de
nuestro corazón para sanar sus
heridas, y dentro de esas heridas
pondremos a las almas que quieren
condenarse para que se conviertan y se
salven.
4. AGONIA EN EL HUERTO
DE GETSEMANI
.- ¿Qué es lo que siento en mi que me
atrae con tanto amor ?
- Jesús, ¿Dónde estas?. Me llamas, ¿y
no te dejas ver?. Me llamas, ¿y te
escondes?
- Me mira y me dice:
5. Entremos en Jesús y después de
haber penetrado hasta en las partes
más íntimas de su ser, en sus latidos
de fuego, en su inteligencia
encendida, tomemos este amor y
revistámonos dentro y fuera con el
fuego que encendía a Jesús. Luego,
saliendo fuera de él y fundiéndonos
en su Voluntad, encontraremos a
todas las criaturas; démosle a cada
una el amor de Jesús y tocando sus
mentes y sus corazones con este
amor, tratemos de transformarlas a
todas en amor; y del mismo modo con
cada deseo, con cada latido del
corazón, con cada pensamiento de
Jesús: démosle vida a Jesús en el
corazón de cada criatura.
6.
7. LA FLAGELACION DE JESÚS
- ¡Como!. ¿Jesús loco?
- ¿Jesús malhechor?. Prefieren a
Barrabas
- La flagelación de Jesús.
8. Jesús, en tanto, con su mirada piadosa
nos llama para que lo desatemos. ¿No
vemos también en su mirada como un
reproche hacia nosotros, habiendo
contribuido también nosotros a atarlo?
Para poder darle alivio a Jesús
debemos quitarnos primero de encima
las cadenas que nos atan, para así
poderles quitar sus cadenas a las
demás criaturas; estas pequeñas
cadenas nuestras muchas veces no son
más que pequeños apegos a nuestra
voluntad, a nuestro amor propio un
poco resentido y a nuestras pequeñas
vanidades, las cuales, entretejiéndose
unas con otras, atan dolorosamente a
Jesús.
9. JESÚS ABRAZA LA
CRUZ
- Cada gota de tu sangre repite:
¡CRUZ!
- Segunda coronación de espinas.
- Jesús toma la cruz.
- El Cirineo es obligado a cargar la
Cruz de Jesús.
10. El amor de Jesús por la cruz,
las ansias de su amor que
quiere morir sobre la cruz para
salvar a todas las almas, son
inmensas. Y nosotros,
¿amamos el sufrimiento como
Jesús? ¿Podemos decir que los
latidos de nuestro corazón
hacen eco a los suyos y que
también nosotros pedimos
nuestra cruz?
Cuando sufrimos, ¿lo hacemos
con la intención de acompañar
a Jesús para quitarle el peso a
su cruz? ¿Cómo lo
acompañamos? Y cuando lo
insultan, ¿estamos siempre
dispuestos a ofrecerle
nuestras pequeñas penas para
aliviar las suyas?
11. LA CRUCIFIXION DE
JESUS
- Jesús es coronado de espinas por
tercera vez.
- ¿Quién podría decir todo lo que
Jesús le dice a la cruz?.
- La crucifixión.
- El Cirineo es obligado a cargar la
Cruz de Jesús.
12. Jesús sobre la cruz, resume toda su vida, desde
el primer instante de su encarnación hasta su
último respiro; le da cumplimiento a todo dándole
las gracias a su Divino Padre por todo el bien que
ha podido hacer por todas las criaturas, como
también por todos sus sufrimientos. Lo glorifica,
implora, repara; en una palabra, vuelve a hacer
todo junto lo que había hecho durante su vida.
Ahora bien, el alma, haciendo eco a todo lo que
hace Jesús, comienza también ella, desde el
primer instante de la encarnación de Jesús,
hasta el último momento de su vida, a darle
gracias por todo lo que ha hecho; y puesto que la
ingratitud de la criatura es tanta y más que nunca
se muestra ingrata al recibir los beneficios que
Dios le da, el alma trata también de hacer todo en
modo completo. Es por esto que en esta hora se
repite toda la vida de Jesucristo y se trata de
reunir toda clase de reparaciones».
« Entre tantas almas ¿no podrá haber alguna
que quiera mostrar este heroísmo de amor a
Jesús? »
13. LA MUERTE DE
JESUS
- ¡Todo esta consumado!
- ¡Padre en tus manos
encomiendo mi espíritu!
- La muerte de Jesús.
14. Jesús sobre la cruz, le da cumplimiento en
todo a la Voluntad del Padre y expira en un
acto perfecto de abandono a su Santísima
Voluntad. Y nosotros, ¿cumplimos en todo
la Voluntad de Dios? ¿Nos abandonamos
perfectamente a su Voluntad sin mirar si
recibimos bien o mal, felices únicamente de
hallarnos abandonados en sus brazos
santísimos? ¿Morimos continuamente a
nosotros mismos por amor a Jesús?
¿Podemos decir que aunque estemos
viviendo ya no vivimos, que estamos
muertos para todo, vivos solamente para
vivir, no nuestra vida, sino la de Jesús
mismo? Es decir, todo lo que hacemos, lo
que pensamos, lo que deseamos y lo que
amamos, ¿es una llamada a vivir la vida de
Jesús, para hacer que mueran nuestras
palabras, nuestros pasos, nuestros deseos
y nuestros pensamientos totalmente en
Jesús?
« ¡Oh Jesús mío!, que mi muerte sea una
muerte continua por amor a ti y que cada
muerte que sufra sea una vida que pueda
darle a todas las almas ».