El documento presenta una guía para una Hora Santa para el Jueves Santo. Incluye oraciones para adorar a Jesús en la Eucaristía, pedirle que limpie el corazón de pecados, y agradecerle por su entrega y sacrificio. El objetivo es aprender a servir a otros con humildad como Jesús hizo al lavar los pies de sus discípulos.
Este presentación está hecho para una hora de
adoración ante el Santísimo.
Puede insertar las canciones con video o audio,
o puede tener música en vivo.
También puede poner música suave instrumental de fondo
durante las reflexiones y oraciones.
Este presentación está hecho para una hora de
adoración ante el Santísimo.
Puede insertar las canciones con video o audio,
o puede tener música en vivo.
También puede poner música suave instrumental de fondo
durante las reflexiones y oraciones.
Para llevar una Vida interior. Se requiere de un Plan de Vida.
Diapositivas elaboradas para impartirse en el Seminario menor de Guadalajara. Con los alumnos de Primero B en el cuerdo 2013-2014
1. HORA SANTA PARA EL JUEVES SANTO
- 2012-
El lavatorio de los pies nos introduce en esta dinámica. En
recuerdo de lo que hizo Jesús, quiere enseñarnos a servir con
humildad y de corazón a los demás. Este es el mejor camino para
seguir a Jesús y para demostrarle nuestra fe en él.
Tenemos que aprender a dejarnos “lavar”. Jesús le da un
significado muy fuerte, es una condición necesaria para estar con
él.
Necesitamos que él lave nuestra mente y corazón:
que nos limpie de toda soberbia y nos regale su humildad
que nos limpie de toda codicia y nos regale generosidad
que nos limpie de toda violencia y nos regale mansedumbre
que nos limpie de todos los apegos y nos regale libertad
que nos limpie de todo pecado y nos regale pureza
que nos limpie de todo hasta que lleguemos a ser limpios
de corazón…
Memorial de la Cena del Señor
Te damos las gracias, Padre santo, de modo muy especial,
por habernos dado como compañero a Jesús de Nazaret.
Sabemos, Señor, que esto no es un altar de sacrificios
sino una mesa a la que Jesús, tu hijo, nos ha congregado
para que celebremos una comida de hermandad
y recordemos su vida consagrada al bien de la humanidad.
Vivir conscientemente esta eucaristía nos compromete,
porque ahora nos toca imitar a Jesús
y poner al servicio de los demás todo lo que somos.
Pero es lo que de verdad, de corazón queremos:
ser fermentos de buena voluntad y buen hacer
para que todos los seres humanos nos sintamos amigos
y más que amigos, hermanos.
2. Acción de gracias intermedia
Gracias, Señor, por el misterio pascual de tu muerte y tu
resurrección.
Gracias, Señor, por haber instituido la Eucaristía antes de
padecer tu muerte.
Gracias, Señor, por haberte quedado sacramentalmente entre
nosotros.
Gracias, Señor, por habernos invitado a celebrar la Eucaristía,
sacrificio perenne de salvación.
Gracias, Señor, por darnos tu Cuerpo y Sangre como alimento.
Gracias, Señor, por este tiempo que nos has concedido para
adorarte y venerarte en el sacramento.
Gracias, Señor, por todos los beneficios que nos concedes.
Para orar juntas al iniciar la oración:
Oración
Nos hemos sentado esta tarde a tu mesa.
Gracias Señor.
Hemos escuchado tus palabras.
Que sepamos guardarlas en el corazón.
Siempre comemos tu cuerpo.
Que vivamos siempre en comunión.
Nos pides velar al menos una hora contigo.
No queremos separarnos de ti.
Getsemaní significa agonía.
Queremos consolarte con nuestro amor.
Sigues agonizando en muchos hermanos.
Que no los dejemos solos.
3. Para la adoración personal, lee despacio el texto,
adora y contempla.
Actitudes propias de adoración
Descálzate, descalza tu espíritu. Solo los limpios de corazón verán
a Dios.
Escucha. Eres orante en la medida que escuches la Palabra.
Dialoga. Dios está oculto. Pero real. Exponle lo que piensas, lo que
quieres, lo que sueñas. Orar es “tratar de amistad con quien
sabemos que nos ama” (Sta. Teresa); compartir ilusiones y
pesares.
Adora. “La adoración es la continuación de la celebración, la
prolonga e intensifica”( Benedicto XVI)
Adorar es fundir nuestra voluntad con la suya. Adorar es recostar
la cabeza en el pecho de Cristo, como Juan y sintonizar con los
latidos de su corazón.
Adorar es reconocer nuestra pequeñez radical y contemplar
asombrados la presencia eucarística del Señor; es una comunión
espiritual, salir de sí y perderse en Él.
Adorar es acercarse al fuego de su amor y dejarse quemar,
consumirse.
Adorar es moldear tu imagen con la de Cristo.
Agradece sobre todo su presencia, su pasión y su amor entregado.
Agradece porque te sientes especialmente amado por Él, y este
amor te santifica y te salva.
Entrégate, ponte en sus manos, para que el Señor se sirva de ti
como pequeño instrumento.
Expresamos juntas nuestra adoración
“Creo Jesús mío que estás real y verdaderamente presente en el
Santísimo Sacramento, os amo sobre todas las cosas y deseo
recibiros en mi corazón y como si ya te hubiese recibido, me uno
del todo a vos. Nos os apartéis de mí. Amén.”
4. Oración antes de la Palabra
Gracias, Jesús, por tus palabras, por tus signos, por tu Eucaristía,
son para nosotros testamento, herencia y sacramento.
Te hiciste siervo, te hiciste pan, medicina y ungüento.
Te hiciste perdón, oración, lágrimas y regalo.
Eres Palabra-misericordia, Palabra-paz,
Palabra-dolor, Palabra-amor crucificado.
Háblame Jesús- Palabra, purifícame con tu Palabra,
Consuélame con tu Palabra,
Aliméntame con tu Palabra,
Enamórame con tu Palabra,
Conviérteme en eco vivo de tu Palabra,
Sostenido siempre con la fuerza de tu Espíritu. Amén.
Oración final
Señor enséñame a amar como tú, con la misma generosidad y la
misma intensidad.
Enséñame a perdonar como tú,
Enséñame a curar como tú,
Enséñame a servir como tú,
Enséñame a sufrir como tú,
Enséñame a orar como tú,
Enséñame a compadecer como tú,
Enséñame a compartir como tú,
Enséñame a despojarme como tú,
Enséname a vivir como tú,
Enséñame a dar la vida como tú.
Gracias, Señor, por tu entrega generosa. Concédenos que nuestra
vida sea siempre sincera acción de gracias por todo lo que has
hecho por nosotros. Y que el ejemplo de tu amor nos lleve a amar
de verdad a los que nos necesitan y a los que están a nuestro lado.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.