1. ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO…?. (Lc. 9, 18 -24).
Queridos amigos: Cuando uno se encuentra insatisfecho, incapaz de encontrar
sentido a su vida, o con la sensación de que no ha acertado en su elección de
vida…, uno se pregunta: ¿Quién decís que soy yo…?
Cuando uno no sabe en qué creer o cuando lo que vivimos desde la fe no nos
ilumina por dentro, nos preguntamos: ¡quién soy yo…? ¿Quién es Jesucristo
para mí?
Podríamos dar respuestas teóricas, como “Tú eres el Hijo de Dios vivo”. “Tú
eres el que nos iluminas para ofrecer fraternidad, justicia o amistad”.
Cristo es el que nos invita a seguirle desde la fe.
La fe no es sólo una respuesta a una llamada, sino que exige un seguimiento
coherente: “el que quiera seguirme, cargue con su crus y venga conmigo”.
(Lc, 9, 18 – 24)
¿Qué supone seguir a Jesucristo?
• Caminar en su misma dirección de progreso, de fraternidad, de construir
el reino.
• Seguir juntos con la misma luz en la mirada. Luz de esperanza, de salud
y salvación.
• Tratar de compartir lo que somos abriendo nuestras manos para acoger y
ofrecer, para dar y recibir, para partir y compartir.
• Caminar detrás de Jesús o junto a Él, es tratar con los marginados para
que nadie se quede al margen del amor, del trabajo, de la salud, de la
compañía o de la fiesta.
• Es aceptar, que cada uno podemos aportar algo para que la vida sea
gozosa para todos.
¿Qué puedo aportar yo en este caminar con Jesús y con los que creen en Él?
¿Paz, concordia, bondad, justicia, sencillez, dulzura, esfuerzo, cariño,
hospitalidad, acogida…? Aportémoslo.
Termino pidiendo a San Pelayo, mártir, para nosotros y para los demás:
Paz para creer
Escucha para ayudar.
Luz para ver.
Ayuda para acompañar.
Yuxtaposición para crecer.
Oración para salvar.
Gabriel.
12ª. Domingo Ordinario. Ciclo. C. Madrid. 23 de Junio de 2013.