2. LA PARÁBOLA DEL HIJO
PRÓDIGO
El hijo pequeño le pide a su padre toda la herencia en
vida.
El hijo se marcha con ella a un país lejano.
Allí despilfarra todo el dinero y acaba pasando
necesidad.
El hijo recapacita y decide regresar a casa de su padre.
El padre le acoge, le restituye y hace una fiesta para él.
Por este motivo, el hermano mayor se enoja con su
padre.
El padre sale a convencerle para que participe en la fiesta
de su hermano.
3. El padre es Dios. El hijo pequeño, nosotros cuando pecamos. El
hijo mayor, nosotros cuando nos creemos mejores que los
demás.
La casa del padre es la Iglesia, el grupo de los creyentes. La
herencia son los dones que Dios nos ha dado a cada uno para el
bien de todos.
“Marcharse de casa” es pecar: romper los lazos con Dios y con el
prójimo.
“Pasar necesidad” es el dolor de los pecados y de haber roto la
relación con Dios y con los hermanos.
4. “Volver a la casa del padre” es convertirse y creer en el
Evangelio, haciendo propósito de enmienda.
La actitud del padre es la misma que tiene Dios con cada uno de
nosotros cuando pecamos: Espera nuestra conversión y cuando
ésta llega, nos acoge con la misma dignidad que antes de pecar
e incluso hace una fiesta en el cielo por nuestra conversión.