2. Aquí estoy yo en la playa con
mi familia y os voy a presentar
a cada uno: El más alto es mi
padre, que es muy gruñón,
pero cariñoso. Al lado esta mi
madre, que no puedo decir
nada de ella, salvo que es la
reina de la casa y si miras
para abajo está mi hermana,
que siempre es muy plasta,
pero en el fondo es muy buena
conmigo (el más chico soy yo,
Juan) y ahora voy a contar un
poco lo que hago cada fin de
semana, espero que os guste
mucho.
3. Un sábado por la mañana me fui
a la cocina a pintar con mi perro
Coco y mi hermana Sara, pero
ella no quería pintar, entonces
lo hice yo. Al rato de pintar nos
teníamos que ir a desayunar,
pero mi madre nos dejó un rato
más y fijándonos en un dibujo
que trajo mi hermana, lo
intentamos hacer en pintura y
la verdad es que no nos salió
muy bien, pero nos salió. Como
siempre, mi hermana se queja
de todo lo que hacemos y decía
que no nos había salido bien, y
lo intentó hacer ella, pero no lo
consiguió hacer como estaba en
el dibujo. Lo hizo mejor que
nosotros, por eso la reté a
saltar charcos, que era lo que a
ella no le salía bien hacer.
4. Cuando llegamos al colegio,
donde estaban los charcos, había
un charco muy grande en la
puerta, como yo me imaginaba y,
en cuanto lo vi empecé a saltar.
Mi perro también estaba
conmigo, porque a él también le
gustaba saltar, pero a mi
hermana no le gustaba nada,
porque cada vez que pegaba un
salto se escurría, aunque tuviera
las botas de agua y cuando salto
se escurrió. Al final se dio
cuenta de que aunque yo no sé
pintar, ella no sabe saltar en los
charcos. Al rato de llegar a mi
casa, mi padre nos dijo que si nos
queríamos ir a la playa, porque
mañana iba a hacer un día
estupendo allí.
5. Al día siguiente nos fuimos a
la playa y cuando llegamos,
comimos, nos bañamos y yo
me quedé dormido en mi
sillita. Al despertarme vi a
mi hermana delante mía,
comiéndose un helado de
tres bolas con mi perro.
Cuando yo la vi tomándose el
helado, me entro ganas de
comerme también uno, para
después bañarme. En el
momento en el que me
acerqué a ella, no me dejó
comer helado, porque lo
había pagado ella y entonces
le dije que se la debía, pero
no de buenas, sino de malas.
6. Cuando llegué a mi casa, ya
por la tarde, mi hermana
se fue a su cama a dormir
y como no me dejó comer
helado tenia que hacerle
algo malo. Se me ocurrió
despertarla, pero no como
yo soy, sino como un
monstruo. Entré en su
cuarto tranquilamente e
hice un ruido extraño para
despertarla y ella se
asustó. Se metió debajo
de las sábanas y yo, sin
querer, estornudé. Ella se
asustó tanto que salió
corriendo hacia el salón.
7. Salió corriendo de su cuarto
con los peluches, y yo creía
que se había asustado, pero
no se asustó, solo se fue
para organizarme una fiesta
con papeles rotos, que era lo
que a mí me encantaba hacer,
pero lo que más me gustaba
de todo es que mi perro los
mordía y parecían trozos de
confeti volando por el aire.
Al rato, llamaron por
teléfono, y era un amigo
diciendo que si queríamos ir
al campo.
8. Después fuimos al campo,
pero mis padres se quedaron
en mi casa. Al llegar nos
tumbamos en el césped,
mirando el cielo azul y mi
hermana se acordó de que no
habíamos recogido los
papeles, que habíamos dejado
tirados en el salón y
pensábamos que nos iban a
echar la bronca pero de las
grandes. En el momento en el
que nos acordamos de eso,
nos llamó mi amigo diciendo
que nos íbamos pero.....
9. Cuando llegamos, nos
tuvimos que quedar en el
sofá, tumbados allí sin hacer
nada, ni si quiera nos
dejaron ver la tele. Yo le
dije a mi hermana que sería
porque habíamos dejado
tirados, pisados, mordidos,
aplastados, los papeles de mi
fiesta. Lo que sí me extrañó
era que no nos habían dicho
nada, ni mi padre, ni mi
madre, pero al rato se
asomó mi padre por la
puerta llamándome a mí
¡Si yo no había hecho nada!
10. Mi padre me llamó, me fui al
salón y vi todos los papeles
tirados en el suelo. Cuando
mi padre cerró la puerta me
empezó a reñir, diciendo
que qué habíamos hecho,
con los papeles. Mi hermana,
sin que yo me diera cuenta,
se asomó a la puerta para
ver que me decía mi padre,
pero en vez de defenderme,
se quedó mirando.
Cuando termino la regañina
mi padre me castigó y me
tuve que ir a mi cuarto, sin
hacer nada
11. El sábado por la mañana, me
dijo mi madre que si queríamos
ir a ver a mi tía y a su hijo Raúl,
que estaba en camino de nacer.
Cuando llegamos al parque,
donde había quedado mi madre
con mi tía, vi a una mujer con
una barriga muy grande y
redonda, que tenia la cara de mi
tía, entonces, no me atreví a
acercarme, pero mi hermana sí.
Cuando me dijo mi tía que me
acercara, me susurró en el oído
que mi nuevo primito se iba a
llamar Raúl y yo me emocioné,
porque no sabía que iba a tener
un nuevo primito llamado Raúl(y
que salían de la barriga)
12. En el momento en el que llegué
a mi casa, mi madre tan
contenta preparó unas
galletas buenísimas para
merendar y yo, como siempre,
le ayudé a prepararlas. Cuando
salían ricas decía que las
habías hecho yo y si salían
malas (nunca), decía que las
había hecho mamá. Bueno, que
como hizo tantas, sobraron
algunas y a mi padre se le
ocurrió que podíamos hacer un
perol el domingo, con mi tía y
mi primo nuevo, porque había
nacido hoy. Cuando fuimos a
verla y cuando llegó al día
siguiente…..
13. El día que tocó ir al parque con
mi nuevo primito, antes de que
llegara con él en brazos,
preparamos el mantel y,
mientras, yo me tumbé en él .
Como siempre, mi hermana
estaba jugando al fútbol con
mi antiguo primo, que es como
lo llamo yo. Bueno, que
mientras yo estaba en el
mantel dormido, se comieron
las galletas que había hecho mi
madre y yo me enfadé y me
puse a gritar; pero cuando vi a
mi tía con la criatura mas
chica que había visto en mi
vida, se lo perdoné. Como
siempre, por último, nos
echamos una foto.
14. En el coche, de camino a casa,
me puse a mirar la foto que
nos había echado mi tía, allí
en el parque y pensé que era
un día muy importante porque
era la primera vez que había
visto un niño así de chiquito;
pero en la foto no pudo salir
Raúl (que es como se llamaba
de verdad mi primo), porque
era muy chiquito y se ponía a
llorar cada vez que saltaba el
flas. Cuando yo era pequeño,
me acordé que también
fuimos al parque cuando yo
tenía solamente una semana
de vida. Parece que hacer eso,
es una tradición en nuestra
familia, y también, lo es ser
buena personas..
15. Cuando llegamos a mi casa, y
estaban todos los papeles de
la fiesta que me habían hecho
recogidos, mi madre los quiso
guardar en una caja, para
tenerlos de recuerdo en este
día tan importante, sobre
todo porque había tenido un
nuevo y muy chiquito primito.
Claro, que mi madre lo quiso
guardar porque era buena
persona, no como mi padre
que me regañó por algo que yo
no había hecho. Pero yo
tampoco digo que sea malo mi
padre, lo que pasa es que,
como dije al principio, es un
gruñón, con un poco de mala
leche
16. Y al final del todo, de un día
estupendo en el parque, me acabé
duchando, que es lo que menos me
gusta de todo; aunque algunas
veces me divierto con mi patito de
goma. Flafi, que es mi patito de
goma. Es amarillo, bastante grande
y muy divertido, pero cuando mi
madre tiene que lavarlo, porque
esta muy sucio, me enfado y no me
quiero duchar. Pero como mi
hermana es buena persona, me
presta su patito Flufi, que aunque
sea diferente, me sigue gustando
y mucho. Pero al salir de la bañera,
como no tengo ni a Flafi ni a Flufi,
me enfado otra vez, porque una
vez que me meto en la bañera, le
cojo cariño a mi patito de goma y
sin él no me puedo salir.