1. REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD RÓMULO GALLEGOS
ÁREA DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
NÚCLEO VALLE DE LA PASCUA
RESUMEN EPISTEMOLOGIA RENACENTISTA
Perspectivas Epistemológicas de los Saberes
Facilitador: Participantes:
Dr. Edgar Castillo
Balza, Edgar
Guédez, Amarilex
Linero Campos, Arilys
Ortuño, Yrian
Rojas, Luis
Taipe, Jonathan
Valle de la Pascua, julio de 2012
2. ISAAC NEWTON
Científico inglés, nacido en Woolsthorpe, (Inglaterra) 25 de diciembre de 1642. En 1687 aparece su
obra más importante, Principios matemáticos de la filosofía natural, los Principia, obra que consta de tres
libros: los dos primeros establecen las bases teóricas de la mecánica clásica -expuesta según un método
matemático-geométrico que, luego, aplica en el libro tercero a los movimientos celestes, determinando de esta
manera, y precisándola cuantitativamente, la existencia de la gravitación universal: fuerza por la que dos
cuerpos cualesquiera en el universo se atraen según el producto de sus masas y el inverso del cuadrado de su
distancia. Presupuesto y teorema fundamental de la teoría es la consideración de todos los cuerpos a modo de
masas puntuales concentradas en su centro.
Newton no concebía el cosmos como la creación de un Dios que se había limitado a legislarlo para luego
ausentarse de él, sino como el ámbito donde la voluntad divina habitaba y se hacía presente, imbuyendo en los
átomos que integraban el mundo un espíritu que era el mismo para todas las cosas y que hacía posible pensar en
la existencia de un único principio general de orden cósmico. Y esa búsqueda de la unidad en la naturaleza por
parte de Newton fue paralela a su persecución de la verdad originaria a través de las Sagradas Escrituras,
persecución que hizo de él un convencido antitrinitario y que seguramente influyó en sus esfuerzos hasta
conseguir la dispensa real de la obligación de recibir las órdenes sagradas para mantener su posición en el
Trinity College.
La primera es la Ley de la inercia: un cuerpo se encuentra en reposo o en movimiento rectilíneo y
uniforme de forma indefinida si sobre él no actúa ninguna fuerza. La segunda es conocida como la Ley
fundamental de la dinámica: la aceleración que produce una fuerza en un cuerpo es directamente proporcional a
la magnitud de la fuerza e inversamente proporcional a su masa, que matemáticamente toma la expresión F =
m.a. Por último, la Ley de acción y reacción establece que si un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro (acción), el
otro ejerce exactamente la misma fuerza, pero en sentido contrario, sobre el primero (reacción).
Con la segunda ley, suponiendo que los cálculos dinámicos se simplificarían considerablemente si
suponía como equivalente el que toda la masa se concentrara en el centro geométrico de los cuerpos, y con la
tercera Ley de Kepler, dedujo la Ley de la gravitación, cuyo enunciado afirma que dos cuerpos cualesquiera se
atraen recíprocamente con una fuerza directamente proporcional a sus masas e inversamente proporcional al
cuadrado de la distancia que los separa. Esta ley queda sujeta a comprobación experimental, y con ésta logró
demostrar las otras dos Leyes de Kepler. Es de destacar también que en la obra de Newton el espacio y el
tiempo se definen como entidades absolutas, sin relación con ningún objeto externo, pues la dinámica define un
único sistema de referencia para el reposo y el movimiento que no está sujeto a ningún cuerpo, y el tiempo es
irreducible a cualquier proceso físico (no se define por ningún proceso físico), inmóvil y siempre similar,
concepción que imperó en el pensamiento científico moderno hasta la llegada de la teoría de la relatividad de
Einstein. Este fue uno de los argumentos empleados por Newton en contra de Leibniz.
Desde el punto de vista de la historia de la ciencia, Newton logra explicar el movimiento de los cuerpos
celestes con los mismos principios del movimiento con que caen los cuerpos: la órbita elíptica de los cuerpos
celestes (según la primera ley de Kepler) es la resultante de un movimiento de inercia (principio formulado por
Galileo) y la fuerza de atracción del Sol, cuyo valor establece de acuerdo con la tercera ley de Kepler
(directamente proporcional al producto de las masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia).
Los planetas caen hacia el Sol -o la Luna hacia la Tierra- igual como la manzana sobre la superficie terrestre:
«todo cae». Este «sistema del mundo», que unifica bajo las mismas leyes todo el universo, resulta posible
3. gracias a la descripción ideal matemática que de él ha hecho Newton, juzgada como la más cercana a la realidad
hasta el momento. El método que sigue Newton es el método galileano de análisis y síntesis, en el que hay que
distinguir el momento de la observación, el experimento y la inducción o generalización de lo observado
(análisis), mediante el cual se llega a los principios, esto es, a las causas y a las fuerzas a que se atribuyen los
fenómenos, y el momento en que se explican desde los principios y causas los fenómenos observados. Él mismo
afirma, en su Reglas del filosofar, con las que inicia el libro III de los Principia, que las hipótesis no pueden
«debilitar» los razonamientos fundados en la inducción.
JOHN LOCKE
John Locke. Fue un pensador inglés considerado el padre del empirismo y del liberalismo moderno. Nació
en Wrington (cerca de Bristol), Inglaterra, el 29 de agosto de 1632. Murió en Essex, el 28 de octubre de 1704.
Se educó en la Westminster School y en la Christ Church de Oxford. En 1658 se convirtió en tutor y profesor de
Griego y Retórica. Más tarde volvió a Oxford y estudió medicina.
La fama de Locke era mayor como filósofo que como Pedagogo, su pensamiento posterior fue
influenciado por su empirismo, hasta desembocar en el escepticismo de Hume. En lo pedagógico, Locke no
pretendió crear un sistema educativo, sino explicar los lineamientos de la educación para los hijos de la nobleza,
por consiguiente sus ideas representan tanto un reflejo de la percepción pedagógica de su tiempo como una
reflexión profunda sobre sus bondades, defectos y alcances. Influyó de forma determinante en las ideas de la
Revolución Gloriosa y la declaración de Derechos Británica de 1689. Su epistemología (teoría del
conocimiento) no cree en la existencia del innatismo y el determinismo, considerando el conocimiento de origen
sensorial, por lo que rechaza la idea absoluta en favor de la probabilística matemática. Para Locke, el
conocimiento solamente alcanza a las relaciones entre los hechos, al cómo, no al por qué. Por otra parte cree
percibir una armonía global, apoyado en creencias y supuestos evidentes por sí mismos, por lo que sus
pensamientos también contienen elementos propios del racionalismo y el mecanicismo.
Cree en un Dios creador cercano a la concepción calvinista del gran relojero, basando su argumentación
en nuestra propia existencia y en la imposibilidad de que la nada pueda producir el ser. Es decir, un Dios tal
como lo describe el pensador racionalista, René Descartes, en el Discurso del método, en la tercera parte del
mismo. De la esencia divina solamente pueden ser conocidos los accidentes y sus designios solamente pueden
ser advertidos a través de las leyes naturales. Trata la religión como un asunto privado e individual, que afecta
solamente a la relación del hombre con Dios, no a las relaciones humanas. Considera la ley natural un decreto
divino que impone la armonía global a través de una disposición mental (reverencia, temor de Dios, afecto filial
natural, amor al prójimo), concretada en acciones prohibidas (robar, matar y en definitiva toda violación de
libertad ajena), que obligan en favor de la convivencia.
GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ
Leibniz considera que aun aceptando la existencia de Dios, la claridad y la evidencia continúa siendo
subjetiva. Lo que realmente necesitamos es calcular para no tener que discutir. Se trata de su proyecto de
characteristica universalis o lenguaje simbólico universal, cuya misión había de ser el desarrollar, en todas las
disciplinas, la función que los símbolos tienen en las matemáticas. Paralelamente a dicho lenguaje, la
demostración utilizaría una ars combinatoria o sistema deductivo simbólico capaz de establecer todas las
correspondencias legítimas (no contradictorias) entre los elementos contrastados. De esta manera, podrían
4. alcanzarse conclusiones válidas para todos, sea en el derecho, la moral o la filosofía. Si bien el propósito de
Leibniz con el uso articulado de la characteristica y la combinatoria es el mismo que el de Descartes con su
método general, puede considerarse que el primero invierte el camino seguido por el segundo. Efectivamente,
en lugar de empezar con Dios para llegar a los saberes mundanos, el propósito de Leibniz es partir de la lógica y
la física para llegar a establecer verdaderos conocimientos metafísicos. Esta preponderancia de la lógica es una
de las características fundamentales del pensamiento leibniziano.
Frente a la física cartesiana de la extensión, Leibniz defendió una física de la energía, ya que ésta es la
que hace posible el movimiento. Los elementos últimos que componen la realidad son las mónadas, puntos
inextensos de naturaleza espiritual, con capacidad de percepción y actividad, que, aun siendo simples, poseen
múltiples atributos; cada una de ellas recibe su principio activo y cognoscitivo de Dios, quien en el acto de la
creación estableció una armonía entre todas las mónadas. Esta armonía preestablecida se manifiesta en la
relación causal entre fenómenos, así como en la concordancia entre el pensamiento racional y las leyes que
rigen la naturaleza (teoría de la monadología). Para Leibniz, todas las cadenas causales se extienden hacia el
infinito y existe una ley que gobierna cada una de ellas. Esta ley constituye el principio de razón suficiente: hay
una razón por la cual cada cosa es como es y no de otra manera. Hallamos pues, en el pensamiento leibniziano,
una cierta metafísica aplicada, de la cual cabe destacar su capacidad para abrir camino en la investigación y para
establecer un marco racional que permita un estudio sistemático de todos los fenómenos.
IMMANUEL KANT
Al igual que los filósofos anteriormente citados, a Immanuel Kant (1724-1804), filósofo alemán, se le
consideró por muchos como el pensador más influyente de la era moderna.
Nacido en Königsberg (actual ciudad rusa de Kaliningrado) el 22 de abril de 1724, estudió en el
Collegium Fredericianum desde 1732 hasta 1740, año en que ingresó en la universidad de su ciudad natal. Su
formación primaria se basó sobre todo en el estudio de los clásicos, mientras que sus estudios superiores
versaron sobre Física y Matemáticas.
La piedra angular de la filosofía kantiana (en ocasiones denominada “filosofía crítica”) está recogida en
una de sus principales obras, Crítica de la razón pura (1781), en la que examinó las bases del conocimiento
humano y creó una epistemología individual. La filosofía kantiana, y en especial tal y como fue desarrollada por
el filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, estableció los cimientos sobre los que se edificó la
estructura básica del pensamiento de Karl Marx. El método dialéctico, utilizado tanto por Hegel como por
Marx, no fue sino el desarrollo del método de razonamiento articulado por antinomias aplicado por Kant.
Además de sus trabajos sobre filosofía, Kant escribió numerosos tratados sobre diversas materias
científicas, sobre todo del área de la geografía física. Su obra más importante en este campo fue Historia
universal de la naturaleza y teoría del cielo (1755), en la que anticipaba la hipótesis de la formación del universo
a partir de una nebulosa originaria, hipótesis que fue más tarde desarrollada por Pierre de Laplace.
Entre otros escritos de Kant figuran Prolegómenos a toda metafísica futura (1783), Principios
metafísicos de la filosofía natural (1786), Crítica del juicio (1790) y La religión dentro de los límites de la razón
pura (1793).