1. ¿Y ahora, qué?
Análisis de Julio Anguita tras la Marcha por la dignidad: "El
22 M puede ser el eje que marque un antes y un después
en el devenir de la mayoría social"
JULIO ANGUITA / 24 Mar 2014 15
Más de diez mil andaluces llenan Madrid en
la Marcha de la Dignidad. // PABLO VILAS
Desde la puerta del Ministerio de Agricultura he visto, emocionado y expectante, la
entrada en Madrid de miríadas de personas, de ciudadanos y ciudadanas que en
columnas de marcha han dado en la capital de España el ejemplo que la mayoría de
damnificados por este régimen de corrupción, injustica y violación de Derechos Humanos
necesita: la unidad en la lucha.
Ante mis ojos han pasado banderas, símbolos clásicos y habituales en estas
concentraciones pero también, y en número incontable, personas de edad avanzada
portando carteles alusivos a la injusticia de las pensiones, el fraude de las preferentes, los
desahucios, los despidos improcedentes, la permanente estafa de las eléctricas, el cáncer
de la banca o la pérdida de futuro para sus familiares más jóvenes. Oyendo a unos y a
otros he sabido de manifestantes que desde los rincones más alejados de España han
llegado para participar, por primera vez en su vida, en esta grandiosa concentración que
ha desbordado todas las previsiones.
Cientos y cientos de miles de personas han sido testigos de su propia fuerza; han
constatado que existen y además que existen en la acción que los une, los acerca y los
multiplica en su decisión de acabar con la indecencia moral que gobierna. Pero también
contra el poder económico que está detrás de este andamiaje vacío, seco e inútil. Los que
ayer nos manifestamos en Madrid nos constituimos en voluntad de construir el
contrapoder que acabe con el robo, el cinismo, la indigencia moral y la permanente
conculcación de la Ley y el llamado Estado de Derecho. Los que ayer nos manifestamos
en Madrid lo hicimos en nombre de unos DDHH que ellos son incapaces de llevar a la
realidad cotidiana de ciudadanos y ciudadanas. Los que ayer nos manifestamos en
Madrid dejamos constancia de que aspiramos a una soberanía popular y nacional en
todos los terrenos: económico y monetario, social, político y cívico.
El 22 M puede ser el eje que marque un antes y un después en el devenir de la
mayoría social. Pero para ello se hace necesario trabajar con la energía, la fuerza y los
2. deseos de los y las manifestantes.
Lo primero que, a mi juicio, debe quedar claro para lo sucesivo es que la materia prima, el
sujeto del cambio social existe y se manifestó como tal. Y ello se debió fundamentalmente
a varias razones:
1- La toma de conciencia de una mayoría social que soporta unas condiciones de vida
impensables en el siglo XXI.
2- El insulto que supone para esa mayoría social el espectáculo de robos, de alta
delincuencia organizada y enraizada en las instituciones, el posicionamiento de miembros
de los tres poderes del Estado a favor de depredadores de fondos públicos y en general la
evidencia de que se gobierna en favor de una minoría cada vez más favorecida en sus
actividades de rapiña.
3- La inteligencia de fuerzas sociales, movimientos, plataformas de todo tipo en haber
asumido que la unidad de la mayoría social, base sobre la que construir el futuro, es el
objetivo al que deben supeditarse cuestiones adjetivas y secundarias de grupo,
organización, o colectivo. Construir el poder de la mayoría social nos agrupa a todos en
una acción de programas, metas, proyectos y actividades.
Tras el 22 M surge el interrogante ¿Y ahora, qué? A responder a esa pregunta y lo que
ello conlleva dedico mis opiniones desarrolladas puntualmente:
1- El 22 M evidenció, tal y como ya he comentado anteriormente, que el sujeto social del
cambio existe y se evidenció inequívocamente.
2- La siguiente marcha sobe Madrid solamente puede realizarse cuando estemos en
condiciones de asegurar una asistencia que duplique a la del 22 M.
3- Ese objetivo no puede conseguirse dedicando los esfuerzos directamente a ello. La
futura marcha sobre Madrid debe ser la consecuencia natural de una necesidad y de una
capacidad que se deriven de un trabajo múltiple de movilizaciones, sectoriales y
territoriales llenas de contenido concreto y ligadas totalmente a las necesidades y
problemas más inmediatos de la ciudadanía. Los esfuerzos didácticos y la primacía de lo
concreto son reglas de oro.
4-En el día a día que vaya generando mayor cohesión de la mayoría no pueden faltar las
explicaciones, los actos informativos, la aportación de personas y grupos que por su
capacidad y preparación están en condiciones de elevar el nivel de conocimiento y de
conciencia de la mayoría a construir y ampliar incesantemente. No olvidemos que la
mayoría es plural pero que en las actuales circunstancias de excepcionalidad tiene unas
metas comunes entre sus integrantes muy amplias.
5-El centrarse en lo inmediato, lo local o lo territorial debe ser perfectamente compatible
con el sentido global y estatal de la construcción de la mayoría. Propuestas como la del
impago de la deuda, la eurozona, etc. deben coexistir con otras de carácter general que
afecten al territorio el Estado Español. Sugiero un breve repaso a los 16 puntos que el
Frente Cívico explicitó en su momento y que considero de plena vigencia.
6- El sentido global del movimiento y su cohesión creciente también se potencian con
movilizaciones de carácter estatal. Hay toda una gama de actividades de entre la cuales
quisiera sugerir algunas:
a) Boicots a productos, actividades, conmemoraciones, etc., de manera totalmente
pacífica.
b) Acciones de resistencia pasiva
c) Campañas informativas con la mayor profusión de métodos y actividades en torno a
una propuesta común para todo el Estado.
d) Uso de los medios de comunicación propios y ajenos.
3. e) Campañas en torno a los DDHH y su obligatoriedad para los poderes públicos. Debe
quedar claro para la opinión pública que buscamos el cumplimiento de la legalidad frente
a quien gobernando no la cumple.
f) Etc. etc. etc.
La actividad en torno a opiniones estimulantes y necesarias para la inmensa mayoría irán
creando las condiciones no sólo para la segunda marcha sobre Madrid sino para, a partir
de ahí, empecemos a pensar en la desobediencia civil tal y como se contempla en el
tercer considerando de la Declaración de DDHH.
Y quisiera terminar con una consideración acerca de los medios de comunicación y
de la violencia.
Tras lo sucedido el 22 M y las informaciones que sobre él han dado los medios de
comunicación han sido evidentes tres cosas:
1- Para vergüenza de esos medios (excepción de una minoría) la prensa extranjera ha
sido mucha más imparcial y ha informado a sus lectores.
2- Queda claro que debemos usar y difundir las informaciones y comentarios de los
medios alternativos de la red.
3-Ya es un hecho que en estos acontecimientos hay tres tipos de violencia: la de los
violentos infiltrados, la de los violentos infiltrados por la oficialidad y la de la policía al
extralimitarse en sus funciones.
4- Acusarnos de violentos es, además de una falsedad, una tontería. Si hubiésemos sido
violentos, los 1700 policías desplegados habrían sido neutralizados en un santiamén. No
digan estupideces.