1. “La Economía y su Relación con la Química, Física y Biología.”
Química:
La química en su objetivo de inventar, descubrir o elaborar un producto que implique
estudiar la composición, estructura, y propiedades de la materia; así como su relación
con la energía, lo hace con el firme propósito que estos le sean útiles a la sociedad; pero
para ello se requiere que tenga factibilidad económica.
En la determinación de la factibilidad económica de un proyecto de cualquier
naturaleza, en este caso químico, medido tanto por el lado de los costos como del precio
y la demanda, es que aparece la economía en su papel auxiliar que sirve de herramienta
para definir la rentabilidad o no de lo que procura la química. Hasta donde ha llegado el
conocimiento, la química no tiene aplicación en la economía, habida cuenta que esta no
requiere de elementos o materia orgánica ni inorgánica para su ejercicio.
El economista tiene serias limitaciones para entender el comportamiento de los
fenómenos químicos; pero lo propio le acontece al químico, al presentar grandes
insuficiencias para conocer los acontecimientos económicos, preñados de políticas
económicas que a su vez poseen un alto contenido filosófico e ideológico, componentes
que no tiene la química.
Física:
Específicamente la relación de la Física y la Economía parte de la necesidad de
considerar a la economía como un sistema complejo en el cual se necesitan
modelos matemáticos que permitan predecir cómo va a cambiar el flujo de
capitales, tendencias de compras e inversiones, etc.
2. Por ejemplo, sabiendo por adelantado que va a
suceder en el mercado, se pueden tomar medidas
rápidas que beneficien a las grandes empresas.
En algunos países, a partir de la importancia de esta
relación entre la Física y la Economía.
Biología:
Ya W. Petty y Quesnay habían utilizado analogías biológicas para describir la
estructura o el funcionamiento de la realidad económica. Pero con intención
puramente pedagógica. Adam Smith es quizá el primero en prestar atención a los
aspectos biológicos del ser humano como determinantes de su comportamiento
económico. "(La división del trabajo) es la consecuencia gradual, necesaria aunque
lenta, de una cierta propensión de la naturaleza humana que no aspira a una utilidad
tan grande: la propensión a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra".
Considero que el antropocentrismo resulta ser actualmente sólo un prejuicio
acientífico y una barrera que dificulta la posiblemente provechosa conexión entre las
disciplinas biológicas y económicas, por lo que le dedicaré un apartado más adelante