2. • Parte de la necesidad de considerar a la economía como un sistema complejo en el
cual se necesitan modelos matemáticos que permitan predecir como va a cambiar el
flujo de capitales, tendencias de compras e inversiones, etc. Una de las características
principales del estudio de la economía es que nos encontramos con un
comportamiento caótico; un sistema dinámico es caótico si, partiendo de dos
condiciones iniciales muy próximas, las soluciones divergen exponencialmente en el
tiempo. ¿Se comporta así la economía? Pues si, en un mercado no hay ninguna
condición inicial fijada, por lo que si el sistema es caótico nunca
sabremos lo que va a pasar.
3. • La química en su objetivo de inventar, descubrir o elaborar un producto que
implique estudiar la composición, estructura, y propiedades de la materia. La
factibilidad económica de un proyecto de cualquier naturaleza, en este caso
químico, medido tanto por el lado de los costos como del precio y la
demanda, aparece la economía en su papel auxiliar que sirve de herramienta
para definir la rentabilidad o no de lo que procura la química; pero que lo
requiere también ante todo el inversionista para emprender un proyecto.
4. La relación entre ambas ciencias es algo más que analogía superficial: existen
unas leyes comunes a ambas ciencias. Sirve para explicar la evolución de
órganos biológicos (las membranas de las palmípedas) y económicos.
Especialmente interesante para la problemática es la analogía que constata entre
los conflictos entre empresas y la lucha por la supervivencia en la
naturaleza; aunque las empresas inicialmente victoriosas ven aumentar su
tamaño, su fuerza y, por tanto, sus posibilidades de continuar venciendo en el
futuro, llega siempre la senectud que las debilita y las hace susceptibles a la
derrota en manos de otras más jóvenes.