El documento argumenta a favor de la feminización de la marca ciudad para mejorar la calidad de vida de las mujeres. Señala que las mujeres constituyen la mayoría de la población en Ecuador y en varias ciudades importantes, pero tienen menos acceso a la tecnología y mayor discriminación. Propone que una marca ciudad ideal para las mujeres debería enfocarse en la seguridad, la equidad de género, el transporte y cero discriminación. Sostiene que impulsar valores que construyan ciudades más igualitarias es un asunto de justicia.