3. La Arquitectura de la
Antigua Grecia es la
arquitectura producida por
los pueblos de habla
griega (pueblo helénico)
cuya cultura floreció
como en la península
griega y el Peloponeso, las
islas del Egeo, y en las
colonias de Asia Menor y
en Italia por un período de
alrededor del 900 a. C.
hasta el siglo primero d.
C., con las primeras
restantes obras
arquitectónicas que datan
de alrededor del año 600
a. C.
4. La arquitectura de la
Antigua Roma es
probablemente uno de
los testimonios más
significativos de la
civilización romana. Se
caracteriza por lo
grandioso de las
edificaciones y su solidez
que ha permitido que
muchas de ellas perduren
hasta nuestros días. La
organización del Imperio
romano normalizó las
técnicas constructivas de
forma que se pueden ver
construcciones muy
semejantes a miles de
kilómetros unas de otras.
5. La arquitectura neoclásica es un
estilo arquitectónico que produjo
el movimiento neoclásico que
comenzó a mediados del siglo
XVIII, por una reacción contra el
estilo barroco de ornamentación
naturalista así como por el
resultado de algunos rasgos
clasicistas nacidos en el barroco
tardío. Se prolongó durante el siglo
XIX, confluyendo a partir de
entonces con otras tendencias,
como la arquitectura historicista y
el eclecticismo arquitectónico.
Algunos historiadores denominan
el periodo de la arquitectura
neoclásica de la primera mitad del
siglo XIX como clasicismo
romántico, a pesar del oxímoron
(oposición de términos), dado que,
además de coincidir en el tiempo
con el romanticismo,
estilísticamente comparte rasgos
con la estética romántica, al añadir
cierta expresividad y espíritu
exaltado a la sencillez y claridad de
las edificaciones clásicas
grecorromanas.1