La cultura Inca se extendía por gran parte de Sudamérica y estaba dividida en cuatro regiones gobernadas por el Inca y su consejo. No había propiedad privada y la economía se basaba en el trabajo colectivo en tierras comunales asignadas para el Sol, el Inca y los pueblos. La sociedad estaba estratificada en nobleza y pueblo, con esta última dividida en grupos como los hatunrunas, mitimaes y yanacunas.