HOMILÍA DEL DOMINGO 2º DE NAVIDAD. DIA 3 DE ENERO DEL 2016
Domingo XI del Tiempo ordinariio, ciclo c. día 16 de junio del 2013
1. COMUNIÓN.
Tu has venido a la orilla
no has buscado ni a sabios ni a ricos
tan solo quieres que yo te siga
Señor, me has mirado a los ojos
sonriendo has dicho mi nombre
en las arena he dejado mi barca
junto a ti buscar otro mar
Tu sabes bien lo que tengo
en mi barco no hay oro ni espadas
tan solo redes y mi trabajo
Tu necesitas mis manos
mi cansancio que a otros descansen
amor que quiera seguir amando
ORACIÓN.
RITO DE CONCLUSIÓN
BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Hoy, Señor, te damos gracias, por la vida la
tierra y el sol. Hoy, Señor, queremos cantar las
grandezas de tu amor.
Gracias, Padre, tú guías mis pasos, tú eres la luz
y el camino, conduces a ti mi destino, como
llevas los ríos al mar.
16 DE JUNIO DE 2013
DOMINGO 11 DEL TIEMPO ORDINARIO -C-
RITOS INICIALES
CANTO DE ENTRADA.
Reunidos en el nombre del Señor que
nos ha congregado ante su altar,
celebremos el misterio de la fe bajo el
signo del amor y la unidad. Celebremos
el misterio de la fe bajo el signo del
amor y la unidad.
Lectura del II Samuel 12: 7 - 10, 13
Entonces Natán dijo a David: «Tú eres ese hombre.
Así dice Yahveh Dios de Israel: Yo te he ungido rey
de Israel y te he librado de las manos de Saúl.
Te he dado la casa de tu señor y he puesto en tu
seno las mujeres de tu señor; te he dado la casa de
Israel y de Judá; y si es poco, te añadiré todavía
otras cosas.
¿Por qué has menospreciado a Yahveh haciendo lo
malo a sus ojos, matando a espada a Urías el hitita,
tomando a su mujer por mujer tuya y matándole
por la espada de los amonitas?
Pues bien, nunca se apartará la espada de tu casa,
ya que me has despreciado y has tomado la mujer
de Urías el hitita para mujer tuya.
David dijo a Natán: «He pecado contra Yahveh.»
Respondió Natán a David: «También Yahveh
perdona tu pecado; no morirás.
Palabra de Dios.
Salmo 32: 1 - 2, 5, 7, 11
R/. ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le
queda cubierto su pecado!
Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el
delito, y en cuyo espíritu no hay fraude. R
2. Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije:
«Me confesaré a Yahveh de mis rebeldías.» Y tú
absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado. R
Tú eres un cobijo para mí, de la angustia me
guardas, estás en torno a mí para salvarme.
¡Alegraos en Yahveh, oh justos, exultad, gritad de
gozo, todos los de recto corazón! R
Lectura de la carta de san Pablo a los Gálatas 2: 16,
19 - 21
Conscientes de que el hombre no se justifica por las
obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo,
también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin
de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no
por las obras de la ley, pues por las obras de la ley
nadie será justificado.
En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de
vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado:
y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la
vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe
del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
No tengo por inútil la gracia de Dios, pues si por la
ley se obtuviera la justificación, entonces hubiese
muerto Cristo en vano.
Palabra de Dios.
Aleluya Mc 1, 15
Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el
Evangelio.
Lectura del santo evangelio según san Lucas
7,36-50 o Lc 7,36-8,3
Un fariseo le rogó que comiera con él, y,
entrando en la casa del fariseo, se puso a la
mesa.
Había en la ciudad una mujer pecadora pública,
quien al saber que estaba comiendo en casa del
fariseo, llevó un frasco de alabastro de
perfume, y poniéndose detrás, a los pies de él,
comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba
los pies y con los cabellos de su cabeza se los
secaba; besaba sus pies y los ungía con el
perfume.
Al verlo el fariseo que le había invitado, se
decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría
quién y qué clase de mujer es la que le está
tocando, pues es una pecadora.»
Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que
decirte.» El dijo: «Di, maestro.»
Un acreedor tenía dos deudores: uno debía
quinientos denarios y el otro cincuenta.
Como no tenían para pagarle, perdonó a los
dos. ¿Quién de ellos le amará más?»
Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien
perdonó más.»
El le dijo: «Has juzgado bien», y volviéndose
hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta
mujer? Entré en tu casa y no me diste agua
para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis
pies con lágrimas, y los ha secado con sus
cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que
entró, no ha dejado de besarme los pies. No
ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis
pies con perfume.
Por eso te digo que quedan perdonados sus
muchos pecados, porque ha mostrado mucho
amor. A quien poco se le perdona, poco amor
muestra.»
Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan
perdonados.»
Los comensales empezaron a decirse para sí:
«¿Quién es éste que hasta perdona los
pecados?»
Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado.
Vete en paz.»
Palabra de Dios.
LITURGIA EUCARÍSTICA
OFERTORIO.
Un niño se te acercó aquella tarde, sus
cinco panes te dio para ayudarte, los dos
hicisteis que ya no hubiera hambre, los dos
hicisteis que ya no hubiera hambre.
También yo quiero poner sobre tu mesa,
mis cinco panes que son una promesa, de
darte todo mi amor y mi pobreza, de darte
todo mi amor y mi pobreza.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
PREFACIO Y SANTO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA.
RITO DE LA COMUNIÓN
PADRE NUESTRO.
RITO DE LA PAZ.
CORDERO DE DIOS.
Declaración de la Renta.-
No olvides marcar la casilla de la Iglesia en tu
Declaración de la Renta. Tengamos presente
la labor que desempeña la Iglesia y la
necesidad de que los católicos y aquellas
personas que aprecian la labor de la Iglesia, la
apoyen para que pueda seguir ayudando a
«tantos» que lo necesitan.