2. La oración efectiva
En el momento de tu
oración, hay dos grandes
fuerzas opuestas, la del
bien y la del mal, ¿de qué
lado quieres estar?
3. He aquí te dice el Señor: “Hijo mío, yo te
quiero abrazar esta noche. Te quiero dar
un abrazo de calor como sólo yo lo sé
hacer, sólo yo que soy tu padre. Mis ojos
ven todo lo que tú haces, mas mis oídos
están atentos a tu clamor. Tú pides
auxilio y yo te lo daré y aun así, yo te
libraré de accidentes, de angustias y yo
daré a tu vida paz. Y tú que me sirves,
dice el Señor, yo voy a redimir tu cerviz".
4. Mateo 6:5 Y cuando ores, no seas
como los hipócritas; porque ellos
aman el orar en pie en las sinagogas
y en las esquinas de las calles, para
ser vistos de los hombres; de cierto
os digo que ya tienen su
recompensa. Mas tú, cuando ores,
entra en tu aposento, y cerrada la
puerta, ora a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará en
público.
5. Cuando oramos, nosotros
podemos evocar en nuestro
pensamiento de que el orar con
el padre nuestro va a ser
suficiente, yo no estoy
desestimando ni restando
importancia a lo que el Señor
respondió a sus discípulos
cuando les dijo:
6. “Señor, enséñanos a orar. Si oramos con
fe y tomamos nuestro tiempo, ¿cuánto
nos puede llevar dirigirnos al Señor y
elevar la oración del Padre Nuestro?
Quizá tres, quizás cinco minutos, quizás
una oración incompleta que se quedaría
a media, porque el Señor nos pide que
nosotros nos metamos en intimidad con
Dios. El Señor nos pide que estando
solos nos dirijamos a El, ¿para qué
íbamos a cerrar la puerta si nuestra
oración fuera breve?
7. El Señor sabe la importancia de estar en
su presencia, por lo que nos dice que lo
hagamos en intimidad, y no como los
hipócritas que oran para que los demás
los vean. El sabe que nosotros tenemos
necesidad de orar y estar en su
presencia un tiempo largo. Watchman
Lee fue un predicador y fue un hombre
que escribió mucho acerca de la oración
y cuando el murió hace varios anos, las
personas que hallaron su cuerpo se
sorprendieron al descubrir algo.
8. ¿Qué creen que descubrieron
en el cuerpo que ya había
muerto? Descubrieron algo y
fue un hallazgo en sus
rodillas, las rodillas de este
hombre estaban gruesas
como la piel de un elefante.
¿Te has dado cuenta como es
la piel de un elefante?
9. Gruesa, áspera, seca,
arrugada. Llegar a tener las
rodillas así por haber pasado
horas y horas en la presencia
del Señor en oración, eso no
se adquiere tan fácilmente.
Tócate tus rodillas, ¿son
como de elefante? Verdad
que todavía no, les falta
mucho.
10. ¿O son como las de un bebe?
Suavecitas, tersas. Tócale la
rodilla a tu vecino, sólo la rodilla.
Si alguien detectó que su vecino
tiene las rodillas de un elefante,
levante la mano, y no me refiero
al grosor de la pierna, sino a la
textura. Yo todavía no las tengo
así, me hace falta mucho. La
escritura dice que cerremos la
puerta,
11. que nos metamos en intimidad
con el Señor y nos dice: Tómate
el tiempo de estar en mi
presencia porque tienes
necesidad y la necesidad no se
va a resolver con una oración
rápida. El Señor me dijo hoy:
“Quiero que les compartas cómo
deben ellos inhabilitar a su
enemigo”.
12. También les refirió Jesús una
parábola sobre la necesidad de
orar siempre, y no desmayar,
diciendo: Había en una ciudad
un juez, que ni temía a Dios, ni
respetaba a hombre. Había
también en aquella ciudad una
viuda, la cual venía a él,
diciendo: Hazme justicia de mi
adversario.
13. Y él no quiso por algún tiempo; pero
después de esto dijo dentro de sí:
Aunque ni temo a Dios, ni tengo
respeto a hombre, sin embargo,
porque esta viuda me es molesta, le
haré justicia, no sea que viniendo de
continuo, me agote la paciencia. Y
dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez
injusto. ¿Y acaso Dios no hará
justicia a sus escogidos, que claman
a él día y noche?
14. ¿Se tardará en responderles? Os
digo que pronto les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del
Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
El Señor enseñaba mucho en
parábolas para que uno
aprendiera, discerniera. También
les dirigió a Jesús una parábola
sobre la necesidad de orar
siempre.
15. Necesidad de orar siempre y no
desmayar en tu oración. Si tu
necesidad es grande, tienes que
orar siempre sin desmayar, sin
cansarte y eso lo vas hacer en la
intimidad con el Señor, habiendo
cerrado la puerta. Cuando
cierras la puerta, empiezan a
ocurrir milagros, aislas todo el
mundo exterior y sólo queda el
Señor y tú.
16. ¿Han experimentado ustedes
esa experiencia tan linda de
estar a solas con el Señor?
¿Quiénes lo han
experimentado? Los demás
se lo han perdido, pero les
vamos a enseñar que es
necesario hacerlo.
17. Había en aquella ciudad una
viuda… hazme justicia de mi
adversario y El no quiso por un
tiempo, pero después de un…
porque este viuda me es
molesta, le hare justicia… oíd lo
que dijo el juez injusto: Acaso
Dios no hará justicia a los
escogidos?
18. Di: Yo soy su escogido. ¿Acaso
no hará Justicia a sus escogidos
que claman de día y noche? ¿Se
tardará en responderle?
¿Cuándo tenemos que orar?
Siempre, sin desmayar, día y
noche. Es claro el Señor en la
instrucción. “Os digo que pronto
les hará…”
19. Se que ustedes han escuchado
esta parábola y han sido
enseñados en que en base a la
insistencia de la viuda, este juez
la escucho y concedió su
petición. Hemos sido enseñados
que si insistimos vamos a
obtener una respuesta a la
oración, pero te tengo una
sorpresa: si pedimos así, la
oración está incompleta,
20. es parcial y el Señor nos dice
que si tenemos necesidad,
tenemos que hacer las cosas
bien hechas, completas y nos
va a enseñar cómo. Nosotros
aquí vemos tres personajes:
El juez, la viuda y el
adversario. Con honestidad,
te pregunto:
21. ¿Cuándo oras, pides por tu
adversario? Verdad que no,
entonces nunca lo inhabilitamos,
este juez de una forma negativa
representa a Dios. La viuda
representa la iglesia, nos
representa a nosotros y
obviamente, el adversario. Si yo
estoy dentro de mi habitación en
mi lugar secreto,
22. yo puedo clamar hacia ese tercer
cielo al trono de la gracia y entablar
una relación con el Señor, con mi
Dios. Lo voy a ejemplificar de esta
forma: Ahí está el trono y yo estoy
sólo con El cerrada la habitación, yo
me meto con el Señor y establezco
lo que El me permitió, él rompió el
velo, tengo derecho de entrar a su
trono, a su presencia y empiezo a
clamar,
23. sus oídos están atentos a mi
clamor. Pongo mi petición y
El me va a responder, pero en
la parábola El representaba a
Dios un juez malo, que no
respetaba a ningún hombre,
pero el Señor nos dice:
¿Acaso Dios no hará justicia
a sus escogidos?
24. Nosotros vamos a pedirle al
Señor, porque se que me hará
justicia y concederá los deseos
de mi corazón y a satisfacer la
necesidad que yo tengo. Si
estoy de rodillas ante él, el me
ministra a mí, no me tengo que
olvidar que tengo a alguien que
me está observando y es el
adversario. Satanás quiere decir
adversario.
25. Jaimito, yo a ti te estimo mucho, te
quiero mucho, te conozco, pero te
voy a pedir que pases aquí y tú vas a
ser mi enemigo. Tú vas a ser mi
adversario, míralos para allá.
¿Ustedes creen que el tiene cara de
ser su enemigo? Haga su peor cara.
El va a ser mi enemigo, él va a ser mi
adversario, el va a ser Satanás en el
momento de mi oración.
26. Lo quiero ejemplificar para que
ustedes me agarren bien el
concepto. La oración efectiva
completa tiene que tener tres
pasos: Uno es mi comunión con
el Señor, como yo lo ministro, lo
bendigo, como yo lo alabo, eso
es lo más importante;
Notas del editor
Quiere decir “enemigo”. Tú tienes un adversario, tú tienes un enemigo y no te debes de olvidar de él. La viuda decía: “Hazme justicia de mi adversario”, nosotros somos la iglesia, nosotros tenemos la necesidad y hemos estado siendo oprimidos por el adversario, por el enemigo. ¿Cuántos de los que están aquí no están oprimidos por enfermedad, vicios, problemas financieros, por tantas cosas que podría enumerar y hacer una gran lista y estamos siendo oprimidos, atacados. Satanás es un usurpador y no lo debemos de subestimar en el momento de nuestra oración.
el segundo pasó tengo que ser yo. Tengo que presentar mi necesidad, lo que quiero que el Señor me conceda y le tengo que decir Padre tengo tal problema, tal necesidad, vengo a ti, tu Palabra dice que tus oídos están atentos a tu clamor. Si el Señor me lo concede y yo lo recibo, he logrado una gran victoria, pero mi enemigo, mi adversario, el me quiere matar, destruir las bendiciones que acabo de obtener. Yo no me tengo que olvidar que el existe y tu podrías decir: ¿Por qué voy a manchar mi oración? ¿Por qué voy a contaminar mi oración recordándome que tengo que pedir por mi enemigo y mi adversario? Pero no es para que el reciba bendición o perdón, sino que yo le tengo que recordar que acabo de recibir una victoria, que yo soy un escogido de Dios, le tengo que recordar que el Señor murió por mí que por su sangre he sido perdonado de todo pecado.