Recuperando el Rumbo Hasta la Transformación Parte #3.pptx
La naturaleza habla del amor de Dios
1. lección 7
9 al 5 de febrero
A través
de un cristal oscuro
«Porque a los ojos de Dios la sabiduría de este mundo es locura.
Como está escrito: “Él atrapa a los sabios en su propia astucia”».
1 Corintios 3: 19
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2. sábado
9 de febrero
Salmo 8: 3-9
Introducción
No presuponga que es cierto
La suave brisa acariciaba mi rostro. El fresco olor de los pinos inundaba el aire.
Contemplo el hermoso bosque que me rodea. Mis ojos van de los majestuosos árbo-
les a las escarpadas montañas que se erigen como centinelas en la distancia. No se
escucha ni un solo sonido de maquinarias o aparatos. «Esto es todo tranquilidad», pen-
sé. Esto es como un templo. ¿Cómo puede este lugar, este momento, este sentimiento,
surgir de alguna fuente que no sea Dios? No creo que la astutamente camuflada la-
gartija que se ve arrastrándose, o los hongos que se aferran de suelo del bosque pue-
dan ser producto de la casualidad. Los evolucionistas basan sus teorías en la idea de
que la naturaleza surgió del instinto de conservación: de un mundo donde todo era
«una lucha de perros y gatos». Pero, ¿qué diremos de los demás elementos de este
mundo cuya función es únicamente estética? ¿O de las ideas y las acciones que jamás
surgirían de una competencia por sobrevivir, parecidas a la bondad?
¿Por qué no apreciamos más la belleza que fue creada por Dios?
¿Qué diremos del ave tropical que muestra sus coloridas plumas en formas insos-
pechadas, y al hacerlo baila para influir en su pareja; o el instinto de una madre para
proteger a su hijo? Acciones como esas no son el fruto de la evolución. Fueron actos
calculados. Desde las pequeñas hormigas que laboran juntas para acarrear su alimen-
to, hasta las inamovibles montañas; desde el leve chirrido de un solitario grillo hasta
el rugido del león que se escucha a varios kilómetros de distancia: todo esto contribu-
ye a la gloria de Dios. Él ha anunciado su reclamo de que esta tierra le pertenece
porque fue formada por su aliento, mientras que la evolución nada puede reclamar
como suyo. Somos sus hijos e hijas.
¿Por qué no apreciamos más la belleza que fue creada por Dios? ¿Por qué cons-
tantemente exigimos pruebas de que le pertenecemos a él? ¿Qué nos dice la natu-
raleza? Afirma que él provee para todos. Que él se preocupa. Que él nos ama. «¡Te
alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé
muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era
yo formado» (Sal. 139: 14). Ustedes han sido todos «evangelizados» o «evangeliza-
das». Por tanto, de seguro conocerás el texto anterior. Entonces, ¿por qué actúas
como si no lo conocieras?
Haz una caminata por el bosque. Huele las flores. ¡Alábalo! Al estudiar la lección
de esta semana, ojalá que aprendas más de lo que naturaleza revela acerca de Dios.
Tamara Naja, Bowling Green, Kentucky, EE. UU.
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3. domingo
10 de febrero
Logos Isaías 43: 1;
Juan 12: 31, 32;
El mundo Romanos 8: 20-22
que nos rodea
Dios creó un mundo perfecto (Isa. 43: 1; Sal. 24: 1)
Cuando Dios creó al mundo era algo exclusivo de él y reflejaba perfectamente
a su persona. En aquel glorioso lugar creó a dos personas y las colocó en el bello
hogar que había establecido. Era algo perfecto, al igual que su Creador. El contacto
de Adán y Eva con la naturaleza era algo que los beneficiaba.
En el libro de Isaías y en el de Salmos se afirma que Dios lo hizo todo y que
todo es de él. Todo lo relacionado con este planeta, desde las briznas de hierba
hasta las naciones y sus moradores, es un reflejo de Dios. Al principio, todo era de
una perfección única.
Los seres humanos lo arruinaron todo (Gén. 3: 17; Rom. 8: 20-22)
Adán y Eva cometieron un gravísimo error. Desobedecieron a Dios; primero
Eva, luego Adán. Ambos fueron culpables. La Biblia nos dice que a causa de su
pecado el mundo natural en el que vivimos fue maldecido por el Creador; sin
embargo, no lo hizo para castigar a los pecadores como muchos asumen. «Pero
queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrup-
ción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios»
(Rom. 8: 20, 21).
De modo que por sus pecados los seres humanos arruinaron la obra perfecta
de Dios. En un intento por llevarnos de vuelta al arrepentimiento, el mundo fue
maldecido. Aunque hasta cierto punto la naturaleza aún refleja la gloria de Dios,
el pecado ha manchado toda la creación. Incluso el paisaje más perfecto ha sido
malogrado por el pecado. Las rosas tienen espinas. Las abejas pican. Las corrientes
de agua están contaminadas. Los seres humanos han contaminado todo lo que
Dios creó como una obra de arte y arquitectónica perfectas. Pero incluso en nues-
tro pecado, Dios ha provisto una vía para que seamos salvos. A veces, no parece
como que la maldición pronunciada sobre el mundo ha sido para nuestro prove-
cho. Sin embargo, Dios aún lo controla todo. Podemos confiar en él. Al estudiar
la naturaleza y las maravillas que la misma encierra, podemos en la actualidad va-
lorar lo poderoso que Dios es.
El diablo asumió el control (Juan 12: 31, 32; Efe. 2: 1, 2)
Cuando Eva decidió creerle a la serpiente antes que a Dios, Satanás se convirtió
en el gobernador de este mundo. Afortunadamente para nosotros, eso es algo pasajero.
De hecho, Dios ya ha ganado la batalla que se libró por este mundo. Satanás reina
sobre aquellos que no permiten que Dios los gobierne, quienes deciden no seguir sus
perfectas instrucciones. Sin embargo, a pesar de la caída; Dios todavía lo controla
todo. A fin de cuentas, este mundo sigue siendo de él. Dios todavía controla la natu-
raleza. Sin su intervención, a esta fecha ya el diablo lo habría destruido todo y a todos.
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4. Es cierto, aún existe el mal en el mundo, incluso en la naturaleza. Los animales
matan y hieren y la gente hace cosas peores que la afectan a ella y a los demás.
Puede ser muy fácil enfocarse en lo negativo y perder de vista todo lo bueno que
Dios nos ha concedido. ¡Alabémoslo porque ya él ha derrotado al enemigo! Muy
pronto iremos a casa y este mundo será creado de nuevo para llevarlo al estado que
Dios originalmente tuvo en mente: a un estado perfecto, tan perfecto como él.
A pesar de nuestro pecado Dios aún nos escucha
y se preocupa por nosotros.
Dios obtuvo al mundo de vuelta (Sal. 8; 19)
Es algo maravilloso conocer que Dios constituye la mayor fuerza del universo
y que mediante el sacrificio de Cristo este mundo ha sido reconquistado para Dios.
En ocasiones quizá no lo parezca, pero allí es donde entra en juego la fe: fe en la
Biblia, fe en que Cristo nos ha salvado y que vive en nosotros a través del poder del
Espíritu Santo. El pecado tiene consecuencias y la muerte aún existe. Aunque so-
mos salvos a través de Cristo, existen muchas secuelas a causa de nuestros pecados.
Debido a que Jesús vivió una vida perfecta, en un mundo imperfecto; la muerte es
algo pasajero.
En ocasiones podría incluso ser desanimador continuar viviendo en un mun-
do rodeados de pecado, aún con el consejo que abunda en las Escrituras y que nos
instruye respecto a la misericordia de Dios. Es por esa razón que Dios nos ha con-
cedido algo adicional a la Biblia con el fin de animarnos y guiarnos. Aunque la
naturaleza no es tan impresionante como cuando salió de las manos de Dios, cada
elemento de este mundo —árboles, animales, personas, estrellas—, todos aún mues-
tran el sello distintivo de su Creador. El salmista dijo: «Los cielos cuentan la gloria
de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos» (Sal. 19: 1). Ya sean las es-
trellas que brillan a medianoche, el brillante cielo azul de verano, o los asombrosos
colores del amanecer o del atardecer; la naturaleza toda nos habla de cuán sorpren-
dente y glorioso es nuestro Dios. La próxima vez que contemples un increíble pai-
saje, recuerda que Dios fue quien lo hizo y que todo es una expresión del amor y
del cuidado que siente por ti.
PARA COMENTAR
1. Qué aspecto de la naturaleza reconoces como el elemento que mejor proclama la
¿
gloria de Dios? ¿En qué has reconocido su mano creadora durante esta semana?
2. Consideras que el deterioro continuo del planeta es una señal del pronto regreso de
¿
Cristo? ¿Por qué?, o ¿por qué no?
Amanda Ernst, Charlotte, Carolina del Norte, EE. UU.
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5. lunes
11 de febrero
Testimonio Salmo 24: 1; 50: 10
El amor de Dios
en la naturaleza
«Al principio, Dios se revelaba en todas las obras de la creación. Fue Cristo
quien extendió los cielos y echó los cimientos de la tierra. Fue su mano la que
colgó los mundos en el espacio. y modeló las flores del campo. Él “asienta las mon-
tañas con su fortaleza”, “suyo es el mar, pues que él lo hizo”. Fue él quien llenó la
tierra de hermosura y el aire con cantos. Y sobre todas las cosas de la tierra, del aire
y el cielo, escribió el mensaje del amor del Padre.
»Aunque el pecado ha estropeado la obra perfecta de Dios, esa escritura
permanece. Aun ahora todas las cosas creadas declaran la gloria de su excelencia.
Fuera del egoísta corazón humano, no hay nada que viva para sí. No hay ningún
pájaro que surca el aire, ningún animal que se mueve en el suelo, que no sirva a
alguna otra vida. No hay siquiera una hoja del bosque, ni una humilde brizna de
hierba que no tenga su utilidad. Cada árbol, arbusto y hoja emite ese elemento
de vida, sin el cual no podrían sostenerse ni el hombre ni los animales; y el hom-
bre y el animal, a su vez, sirven a la vida del árbol y del arbusto y de la hoja».1
«El mundo, aunque caído, no es todo tristeza y miseria».
«El mundo, aunque caído, no es todo tristeza y miseria. En la naturaleza misma
hay mensajes de esperanza y consuelo. Hay flores en los cardos, y las espinas están
cubiertas de rosas.
»“Dios es amor” está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada tallo
de la naciente hierba. Los hermosos pájaros que con sus preciosos cantos llenan
el aire de melodías, las flores exquisitamente matizadas que en su perfección lo
perfuman, los elevados árboles del bosque con su rico follaje de viviente verdor,
todos atestiguan el tierno y paternal cuidado de nuestro Dios y su deseo de hacer
felices a sus hijos».2
PARA COMENTAR
¿Por qué dios permite que haya dificultades y pruebas en nuestras vidas? ¿Qué con-
suelo podemos encontrar en la naturaleza?
1. El Deseado de todas las gentes, cap. 1, p. 13.
2. El camino a Cristo, cap. 1, pp. 13-15.
Karen Pires, Pendleton, South Carolina, EE. UU.
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6. martes
12 de febrero
Génesis 3: 6
Evidencia
El amante
y todopoderoso Creador
«El teólogo William Paley, un autor del siglo XIX, describió en una de sus obras
la forma en que los animales muestran el cuidado y la sabiduría del Creador. A
pesar de su fracaso en reconocer los efectos que la caída del hombre tuvo en la
naturaleza, su tesis no ha sido refutada, tomando en cuenta que existen numerosas
opiniones que le adversan.
Las respuestas se encuentran en un lugar
adonde únicamente la fe puede conducirnos.
Charles Darwin creía que un Dios que diseñó cada aspecto de la naturaleza no
podía ser tan diestro. Como una muestra mencionó un parásito que se alimenta de
los cuerpos vivos de las orugas y de la forma cruel en que un gato juega con un ratón.
En la actualidad, especialmente en un medio posmodernista, algunos cristia-
nos no se apocan ante los argumentos de Darwin. Si algunos pocos cristianos
aceptan los puntos de vista de Darwin, eso es algo entre ellos y Dios. ¿Cierto? El
problema aquí, sin embargo, no es el contrapunto entre creación y evolución; o el
cristianismo en contra del darwinismo. Más bien implica atacar la misma existen-
cia de Dios y a su carácter como un Creador todopoderoso. Parafraseado en térmi-
nos modernos, los argumentos de Darwin sonarían más o menos así: «¡El cáncer
destruye millones de vidas y les causa sufrimientos! ¡Los seres humanos en forma
consistente realizan actos malvados a diario! Un Dios Creador no puede ser
alguien amante. Él debe ser alguien amargado y vengativo!».
Dicho argumento se refiere a las siguientes reconocidas preguntas: ¿Por qué suce-
den las cosas malas? ¿Por qué Dios permite que lo malo ocurra? Las respuestas se
encuentran en un lugar adonde únicamente la fe puede conducirnos. Eva cometió
el costoso error de creer que si ella comía del árbol de la ciencia del bien y del mal
estaría al mismo nivel de Dios. Solo observa el estado del mundo actual, cuán co-
rrupto está, cuán lleno de contiendas, enfermedades y hambrunas. Pero, nada de eso
es culpa nuestra ¿no es cierto?
El pecado ha infectado a nuestro mundo del mismo modo que aquel parásito
mencionado por Darwin. Sí, hay mucha belleza en este mundo según lo mencionó
Paley. Sin embargo, hemos dañado el mundo, debido a que el pecado entró al
mismo; y debido a que muchos de nosotros nos consideramos tan grandes como
Dios. Debemos dar gracias a Dios a diario por el sacrificio de su Hijo a favor de los
seres humanos pecadores que destruyeron su perfecta creación. Un día todos co-
nocerán el verdadero poder de Dios. No todos, sin embargo, gozarán de la nueva
y hermosa creación que Dios nos tiene reservada. ¡Ojalá que Dios te ayude a no ser
parte de ese grupo!
Ross Knight, Charlotte, Carolina del Norte, EE. UU.
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7. miércoles
13 de febrero
Cómo actuar Efesios 2: 10
Mira a través del cristal
Todos los seguidores de Cristo se encuentran luchando en contra de las tinie-
blas. Pero cuando le permitimos a Cristo limpiar a diario el espejo, obtendremos
fortaleza de parte de él. Podemos ser animados a levantar a otros cristianos que
están tratando de ver a través de un cristal áspero. A continuación tres ideas respec-
to a la forma en que podemos permitirle a Dios que provea una clara visión en
medio de la oscuridad.
Reconoce tu pobre visión. Algo que sabemos a ciencia cierta: cuando buscamos a
Dios activamente, él no se esconderá de nosotros (Jer. 29: 12). Cuando intentemos
crecer en su conocimiento, veremos su misericordia por doquier.
Decide lo que vas a buscar. ¿Será la luz o la oscuridad? Decidir que se buscará lo
positivo y reconocer que la lucha no es nuestra es fundamental en este paso. Si pen-
samos progresar en la vida mediante la autodisciplina, debemos reconsiderar nuestra
actitud. «Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes,
contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra
fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales» (Efe. 6: 12).
Él te creó con un propósito en mente.
Haz que tus raíces se profundicen en él.
Cuidado con la autosuficiencia. La autodisciplina es crucial para el crecimiento
personal; pero, ¿de qué vale la fe si no se abandona aquello de lo que no estamos se-
guros? Solo cuando estamos plenamente seguros de algunas situaciones o rasgos en
nuestra vida diaria, es que comenzaremos a considerarlos como infalibles. Es enton-
ces que Satanás oscurece el espejo con tentaciones respecto a cosas que habíamos ya
conquistado. Es entonces que no podemos ver más allá de la oscuridad y es cuando
la fe en Cristo y en su poder creador que se hacen más necesarios. «Porque somos
hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso
de antemano a fin de que las pongamos en práctica» (Efe. 2: 10).
PARA COMENTAR
1. ecuerda algún momento en que pensaste que habías superado un defecto de tu
R
carácter para luego reconocer que todavía te dominaba. ¿Cómo te sentiste al darte
cuenta que con tus propias fuerzas no podías librarte de ese rasgo negativo?
2. iensa en algunas maneras en que puedes fortalecer tu relación con Dios durante
P
la presente semana.
Aimee Shantell Burchard, Lookout Mountain, Georgia, EE. UU.
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8. jueves
14 de febrero
Marcos 2: 27
Opinión
Lo que se debe
y lo que no se debe hacer
Había estado muy ocupada durante la semana con mis clases y mis responsabili-
dades personales, de forma que no había organizado mi habitación para el sábado.
Era viernes de noche y me sentía mal en mi desorganizada pieza, deseando poder
limpiarla. Estaba perpleja, mientras permanecía sentada contemplando todo lo que
podría estar haciendo «si no fuera sábado». Si el sábado fue creado para el hombre, y
limpiar mi habitación me haría sentir bien, ¿por qué entonces yo permanecía senta-
da allí? Luego me di cuenta que en realidad no entendía el significado del sábado. No
podemos hacer esto, pero sí podemos hacer aquello. No todas las reglas y obligacio-
nes de la vida tienen sentido. Tampoco las mismas contestaban mi pregunta respecto
al origen del sábado, por qué fue instituido y cuál era su propósito. Por tanto decidí
aprender por mí misma lo que significaba guardar el sábado desde el punto de vista
divino ya donde me encontraba únicamente podía mirar oscuramente a través de un
cristal. Lo que descubrí fue algo que literalmente cambió mi vida.
Al estar cubiertos con el manto de Cristo,
él nos ve como si no hubiéramos pecado.
Descubrí que el sábado no es una lista de cosas que se pueden hacer y de las
que no se pueden. Más bien el sábado consiste en sostener una comunión con
Dios. Entendámoslo así: el sábado es como un anillo o un reloj de bodas. Ese rega-
lo de bodas significa comprometerse o entregarse a una relación. Eso es precisa-
mente el sábado para los cristianos. Muestra al mundo que estamos comprometi-
dos o comprometidas con el Dios que hizo los cielos y la tierra. Esa relación implica
que él nos justifica y santifica. Únicamente él puede salvarnos y cuando lo hace, él
coloca su manto de justicia sobre nosotros.
Al estar cubiertos con el manto de Cristo, él nos ve como si no hubiéramos pe-
cado; y aunque pequemos, si nos arrepentimos su manto continúa cubriéndonos. El
sábado es un recordativo de que somos considerados sin mancha y que somos salvos
siempre que permanezcamos en él. Lo más hermoso es que toda la creación apunta
a ese día, a esa relación. Para mí, en la actualidad, el sábado no consiste en un listado
de cosas positivas y negativas, sino una forma de edificar esa relación con Dios.
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo guardas el sábado y por qué?
2. ¿Qué cosas no entiendes respecto a las creencias adventistas?
3. Cómo puedes comenzar a descubrir por ti mismo o por ti misma lo que significan
¿
nuestras doctrinas?
Suzanne Ocsai, Collegedale, Tennessee, EE. UU.
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9. viernes
15 de febrero
Exploración Isaías 43: 1
La obra de restauración
PARA CONCLUIR
En algunas ocasiones quizá nos sintamos como muñecos maltratados que viajan
hacia una destrucción total. El efecto acumulativo de generaciones llenas de egoísmo
acompañadas de nuestros propios errores pecaminosos nos garantiza un final desas-
troso. Sin embargo, la oscuridad es traspasada por un brillante rayo de esperanza.
Aquel que nos creó está ansioso por restaurar su malratada creación. Aunque nues-
t
tro egocentrismo ha mancillado su creación, él nos restaurará como únicamente el
mismo Creador podría hacerlo. Confía tu maltrecha y herida alma a aquel que ama
a su creación y que no escatimará esfuerzo alguno por renovarla.
CONSIDERA
• ntrevistar a uno o más científicos acerca de su comprensión del origen de todo
E
lo creado y de lo que piensan respecto al futuro del planeta y tomando en cuen-
ta el mal proceder de los seres humanos (su pecaminosidad).
• omponer una tonada para acompañar el texto del Salmo 33: 6-9, o algunos otros
C
versículos del Salmo 19.
• odelar con arcilla algunos objetos o cosas representativos de la semana de la
M
creación (Gén. 1). Haz esto como un proyecto de clase, luego de un almuerzo
celebrado en unión a los miembros de tu clase.
• ilmar un video durante una caminata celebrada un sábado en la tarde en la que
F
algunos miembros de la clase seleccionan un objeto natural y explican cómo el
mismo les habla del amor de Dios.
• editar en lo infinito de la creación de Dios al observar el cielo nocturno du-
M
rante una noche sin luna, o al visitar un planetario.
• Memorizar Isaías 45: 17-25.
PARA COMENTAR
Patriarcas y profetas, cap. 2.
R
andall W. Younker, God’s Creation, Pacific Press; Creation, Catastrophe, and Cal-
vary, pp. 40-62, Review and Herald; Science and Christianity, InterVarsity
Press. pp. 19-51, 105-110.
Dan Solís, College Place, Washington, EE. UU.
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