1. lección 10
2 al 8 de marzo
La mayordomía
y el medio ambiente
«Y los bendijo con estas palabras:
“Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla;
dominen a los peces del mar y a las aves del cielo,
y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo”».
Génesis 1: 28
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2. sábado
2 de marzo
Génesis 1: 26
Introducción
¿Podríamos
quedarnos con él?
Los lastimeros maullidos venían desde la planta baja. Cuando nos acercamos
con cuidado encontramos el gatito más flaco, más sucio y más lastimoso del mun-
do. Sin embargo, para nosotros fue amor a primera vista. Con el paso de los años
muchos gatos y mascotas han pasado por nuestro hogar. Sin embargo, con la muer-
te de cada uno hemos celebrado un pequeño funeral y colocado flores en su tum-
ba. Algunos de esos animales los quisimos mucho, y su muerte llenó nuestro hogar
de dolor como si hubiéramos perdido a algún familiar.
Dios creó en nosotros el deseo de cuidar y proteger a los animales. Esto se ob-
serva desde una edad temprana, cuando los niños se encariñan con gatitos llenos
de pulgas que luego llevan a casa rogando que sus padres les den permiso para
quedarse con ellos. Génesis 1: 26 nos enseña que Dios desea que cuidemos del
planeta en que vivimos así como a los animales que viven en el mismo.
«La fe debería llevarnos a actuar».
Cuidar de la creación de Dios no necesariamente implica que debemos ser
estrictos vegetarianos, o casi vegetarianos, o hacer huelgas de hambre para salvar a
las ballenas, o no usar nada de cuero por lástima a las vacas. Pero en la medida de
lo posible, cuidar de la creación no significa que descuidemos hacer todo a nuestro
alcance para ser buenos mayordomos de la tierra.
Nathan Creitz formula algunas importantes preguntas respecto a la forma en
que los cristianos consideran la creación de Dios. «¿Qué creemos acerca del mun-
do? ¿Creemos que Dios lo creó? Que desde la creación, los seres humanos han
acarreado sufrimientos al mundo? De ser así, ¿cómo nos motiva a actuar lo ante-
rior? ¿Intentamos luchar en contra de la injusticia? ¿Deseamos proteger el ambien-
te? Nos preocupamos por las necesidades físicas y espirituales de la gente? La fe
debería llevarnos a actuar».*
Esta semana estudiaremos acerca de la mayordomía y su relación con el am-
biente. Al estudiar, piensa en tu propia vida y en la forma en que puedes ser un
mejor mayordomo de todo lo que Dios creó.
* Nathan Creitz, «Organic and Sustainable Christianity», ChurchETHOS, http: //churchethos.com/ church-
reform/organic-and-sustainable-christianity/ (consultado el 5 de diciembre del 2011).
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3. domingo
3 de marzo Génesis 1: 26-28;
Logos Génesis 3;
Salmo 8: 4- 6;
Una posesión perdida Eclesiastés 7: 18;
Lucas 19: 10
y reclamada
El contexto (Gén. 1: 26-28)
Llegó el último día de la creación. Dios ya ha establecido la funcionalidad
del código genético del ADN, de las células, de los órganos y de todo aquello que
ha formado del polvo con sus propias manos. Después de contemplar el sem-
blante de su hacedor, se observa un resplandor en los rostros de la primera pare-
ja. La belleza del Edén, preparada para el disfrute de Adán y Eva brilla en toda
su gloria, colores y esplendor. Mientras aquella pareja está de pie delante del
Dios de la creación, este los bendice y les da un mandato: «Sean fructíferos y
multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las
aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo» (Gén. 1: 28).
La bendición y la humillación (Gén. 1: 28; Éxo. 20: 1-3)
El verbo «bendecir» (barak) tiene dos significados: Uno implica una acción,
mientras que el otro es tanto una acción como un efecto deseado.1 Aplicar cual-
quiera de los significados anteriores indica que la creación fue un don de parte de
Dios que necesitaba una reacción apropiada. «Arrodillarse era una expresión ritual
por medio de la cual se entrega la vida del adorador a Dios».2 En varios casos la
orden divina le es entregada a alguien a través de un encuentro personal o un don
de amor realizado a dicha persona (Éxo. 20: 1-3; Jer. 31: 3, 31-34).
La responsabilidad mutua (Gén. 1: 28)
Dios les ordenó a Adán y a Eva que fueran fructíferos, que se multiplicaran
y que sometieran la tierra. Las primeras tres órdenes bendecían el matrimonio
que Adán y Eva habían formado. Al hacer aquello disfrutarían del privilegio
de participar de la creación.
El último mandato de «someter» podría representar algún problema si es toma-
do fuera de contexto. Por lo general, «someter» significa «dominar» o «controlar».
Sin embargo, en este contexto dicha expresión concede a los seres humanos el de-
recho a utilizar los vastos recursos de la tierra, incluyendo desde la agricultura a la
minería. Eso implica que el uso apropiado de los mismos beneficiará tanto a las
presentes como a las futuras generaciones.
La responsabilidad ante el mundo (Gén. 1: 28; Apoc. 11: 18)
En la Biblia «dominar» puede ser interpretado desde varios puntos de vista.
• El dominio de Dios sobre la creación (Sal. 103: 22);
• Gobierno político (1 Rey. 9: 19);
• La esclavitud del pecado (Rom. 6: 14);
• Poder y señorío (Efe. 1: 21).
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4. Dios determinó que los seres humanos ejercieran dominio sobre la crea-
ción. Deberíamos ser los representantes de Dios, o vice gobernadores del pla-
neta. Dios nos dio la responsabilidad de administrar su creación y de proteger-
la. Esta es un impresionante responsabilidad por la que se nos pedirá cuentas.
No todo se ha perdido.
Fe para hoy (Sal. 8: 5, 6; Luc. 19: 10)
No todo se ha perdido. Aún se nos trata como seres creados con gloria y
honor y que poseemos autoridad sobre las obras de las manos de Dios (Sal. 8:
5, 6). Cristo vino a redimirnos de nuestro enemigo (Jer. 31: 11; Apoc. 5: 9). Por
medio de su sacrificio él hizo posible la restauración de todo lo que el hombre
había perdido, incluyendo el dominio sobre la tierra. Por tanto Jesús declara:
«Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido»
(Luc. 19: 10).
PARA COMENTAR
1. Acaso la Teoría de la Evolución afecta nuestra responsabilidad para con el pla-
¿
neta? Motiva tu respuesta.
2. Cómo puedes equilibrar el cuidado de la tierra con tu responsabilidad de pre-
¿
dicar el evangelio?
1. ncient Hebrew Research Center, «Bless-barak», Jeff A. Benner, http: //www.ancient-hebrew.org/27_
A
bless.html (consultado el 6 de diciembre del 2011).
2. ngel Manuel Rodríguez, «Posturas para la oración», Biblical Research Institute, http: //www.adventistbi-
Á
blicalresearch.org/Biblequestions/Postures%20for%20Prayer.htm ((consultado el 5 de diciembre del
2011).
Miguel Denny, Roseau, Dominica
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5. lunes
4 de marzo
Testimonio Salmo 8: 3-8
Cerca de la santidad
«Doquiera nos volvamos, oímos la voz de Dios y contemplamos la obra de
sus manos. Desde el solemne y profundo retumbo del trueno y el incesante rugi-
do del viejo océano, hasta los alegres cantos que llenan los bosques de melodía,
las diez mil voces de la naturaleza expresan su loor. En la tierra, en el mar y en el
cielo, con sus maravillosos matices y colores, que varían en glorioso contraste o
se fusionan armoniosamente, contemplamos su gloria. Las montañas eternas
hablan de su poder. Los árboles que hacen ondear sus verdes estandartes a la luz
del sol, las flores en su delicada belleza, señalan a su Creador. El verde vivo que
alfombra la tierra, habla del cuidado de Dios por la más humilde de sus criatu-
ras. Las cuevas del mar y las profundidades de la tierra, revelan sus tesoros. El
que puso las perlas en el océano y la amatista y el crisólito entre las rocas, ama lo
bello. El sol que se levanta en los cielos es una representación de Aquel que es la
vida y la luz de todo lo que ha hecho. Todo el esplendor y la hermosura que
adornan la tierra e iluminan los cielos, hablan de Dios».1
«Dios no tuvo jamás el propósito de que el hombre
no tuviera nada que hacer».
«Dios proporcionó ocupación a Adán y Eva. El Edén fue la escuela de nues-
tros primeros padres y Dios su instructor. Aprendieron a labrar la tierra y a cui-
dar de las cosas que el Señor había plantado. No consideraban el trabajo como
cosa degradante, sino como una gran bendición. El trabajo era un placer para
ellos. La caída de Adán cambió el orden de las cosas; la tierra fue maldita; empe-
ro el mandato de que el hombre se ganara el pan con el sudor de su frente no fue
dado como una maldición. Por medio de la fe y la esperanza, el trabajo tenía que
ser una bendición para los descendientes de Adán y Eva. Dios no tuvo jamás el
propósito de que el hombre no tuviera nada que hacer».2
PARA COMENTAR
1. e nos pide que estemos en el mundo, pero no que seamos parte de él. ¿Acaso
S
deberíamos participar en protestas y petitorios que se opongan a la degrada-
ción del ambiente, como es el caso de las minas de carbón, la pesca de ballenas
y la deforestación. Motiva tu respuesta.
2. ¿Cómo puedes ser un mayordomo de Dios en tu vida diaria?
1. La conducción del niño, p. 51.
2. La educación cristiana, p. 335.
Etajh D. Johnson, San Martín
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6. martes
5 de marzo
Génesis 2: 15
Evidencia
Salvar
nuestra civilización
La revista Foreign Policy considera que Lester Brown es el número 78 entre los
cien más destacados filósofos del 2011.* En su más reciente libro él menciona un
«Plan B» para salvar la civilización y revertir la crisis ambiental que se avecina.
¿Acaso estará Brown cumpliendo con el mandato divino de cuidar del planeta?
La Biblia no concuerda con la forma de pensar de muchos ambientalistas por-
que reconoce que Dios es quien lo controla todo. La misma revela el gran propó-
sito divino para los seres humanos, así como la forma en que concluirá la histo-
ria del planeta Tierra.
La historia de la tierra concluirá con un nuevo.
Aunque las actividades a favor del ambiente toman en serio la responsabili-
dad de cuidar de la tierra, las perspectivas varían con relación a quién esté en
control. Algunos reconocen a Dios como el Creador. Otros adjudican un senti-
do de divinidad a la naturaleza. En el mencionado libro de Lester Brown, World
on the Edge, la palabra “Dios” no aparece ni una sola vez. Pero la Biblia considera
que Dios es el Señor de la creación. Lee el Salmo 50: 10 y Apocalipsis 4: 11. Dios
colocó a los seres humanos en medio de su maravillosa y amplia creación. Mien-
tras que muchos ambientalistas consideran que el hombre es otra especie más
que lucha por sobrevivir, la Biblia muestra que somos hijos de Dios, encargados
por él de cuidar de la tierra (Gén. 2: 15).
Lamentablemente, no siempre hemos sido fieles a esa encomienda. Vemos
cómo se cumple la profecía de que «como ropa se gastará la tierra» (Isa. 51: 6). Se-
gún señala Lester Brown y muchos otros, una crisis se avecina. Brown presenta un
plan que él considera evitaría esta crisis si tan solo estuviéramos dispuestos a coo-
perar. Pero si no lo hacemos, ¿estaremos condenados a desaparecer? De acuerdo
con la Biblia, el libreto no concluye de esa forma. Aquel que creó la tierra ha reve-
lado cuál es el capítulo final. La historia de la tierra concluirá con un nuevo co-
mienzo y el pecado que había afectado al planeta desaparecerá por completo.
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo pueden los cristianos observar el mandato divino respecto al planeta?
2. Qué principios bíblicos pueden guiar a los dirigentes cristianos al enfrentar asun-
¿
tos relacionados al ambiente?
* oreign Policy, «The FP Top 100 Global Thinkers», 13 de diciembre, 2011, http: //www .foreignpolicy.
F
com/2011globalthinkers (consultado el 13 de diciembre, 2011).
Fran McKain, Boise, Idaho, EE. UU.
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7. miércoles
6 de marzo
Cómo actuar Génesis 1: 28
Se necesita ayuda
Ha llegado el día de tu primer trabajo. O quizá deseas cambiar de carrera para
dedicarte a algo más productivo. Imagina que estás leyendo la sección de anuncios
clasificados de un periódico local y que allí hay tres ofertas de empleo.
Director nacional de parques. La persona buscada necesita coordinar los esfuerzos
del sistema nacional de parques con el fin de proteger y restaurar la belleza natural
y el esplendor de algunas de las regiones más bellas del país. Los solicitantes deben
demostrar fuertes convicciones, dedicación y amor por el medio ambiente. Para
información respecto a los requisitos de estos empleos lee Génesis 1: 28 y Mateo
25: 14-30.
Algo que deberá ser claramente visible es un amor por los demás.
Veterinario asistente. Una clínica regional de mascotas necesita personal médico
de emergencia para atender a la población animal de la zona. El individuo en
cuestión deberá coordinar y dirigir las operaciones de un equipo de emergencias
con el fin de salvar a los animales que estén en situaciones en las que sus vidas
peligran. Es fundamental que dicha persona ame a los animales, que tenga un
profundo conocimiento de sus comportamientos, así como de su anatomía y fi-
siología. Las creencias de los candidatos deben incluir aquellas enumeradas en:
Éxodo 23: 5, 12; Proverbios 12: 10; y Lucas 14: 5.
Anfitrión para el programa televisivo «El mayor perdedor». Se necesita un anfi-
trión para un programa dedicado a ayudar a personas con sobrepeso con el fin de
que disfruten de una mejor salud mediante el ejercicio y una alimentación apro-
piada. Algo que deberá ser claramente visible es un amor por los demás, asociado
a un estilo de vida que refleje amor por sí mismo en el cuidado de su propio
cuerpo. El solicitante deberá poseer una actitud positiva y animadora, además de
un deseo y aprecio por ayudar a otros de forma que se conviertan en personas
como las descritas en: 1 Corintios 3: 16, 17; 6: 19, 20.
PARA COMENTAR
1. ¿A cuál de los anteriores empleos te gustaría enviar una solicitud?
2. Cómo piensas que tus creencias afectarán la forma en que desempeñes sus
¿
deberes?
3. Qué calificaciones posees, o crees que podrías desarrollar, que te convertirían
¿
en el solicitante con más posibilidades de ser empleado o empleada?
Fred Cornforth, Caldwell, Idaho, EE. UU.
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8. jueves
7 de marzo
Salmo 50: 10-12
Opinión
¿Quién es realmente
el dueño de todo?
La gente discute si en realidad el ambiente natural está dañado y empeorándo-
se, o si es que solamente muestra un deterioro normal y por lo tanto no habría por
qué preocuparse. Este tema se ha convertido en un motivo de discordia y en oca-
siones ha trascendido a la política. Afortunadamente, los cristianos pueden man-
tenerse aparte de los demagogos adoptando una actitud más bíblica respecto al
planeta que constituye nuestro presente hogar. Específicamente los cristianos pue-
den aplicar técnicas afines al carácter de Dios con el fin de comprender cómo ser
mejores mayordomos de su creación.
No hay dudas de que Dios creó al mundo y que luego les concedió a los seres
humanos el gobierno del mismo. Pero, ¿qué significa eso? ¿Acaso tenemos un con-
trol ilimitado? ¿Nos entregó él la llave diciendo: «ahora es de ustedes. No me im-
porta lo que hagan con él»?
Somos más bien los administradores, los encargados de su mundo.
Debido a que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen, podemos es-
perar que se supone gobernemos la creación en la misma forma que lo hizo Dios
al crearla. Esto sugiere que nuestro consumo de recursos naturales debería ser po-
sitivo en vez de negativo, que debería tender al cuidado, a plantar y a cosechar en
vez de cortar y quemar. Deberíamos cuidar de todo aquello que se encuentra en el
mundo de la misma forma en que Dios manifestó un gran cuidado al crearlo.
Uno de los fracasos de la Teoría de la Evolución tiene que ver con lo que se
observa en los procesos vitales. Dios claramente diseñó dichos procesos para que
fueran productivos y para que sustentaran, no para que constituyeran una explota-
ción agotadora. El tema de la fructificación y la reproducción es uno de los grandes
conceptos encontrados en el relato de la creación. No sugiere que debemos evitar
la utilización de recursos ya que Dios nos los dio para nuestro provecho. La amo-
rosa naturaleza de Dios, sin embargo, debería estimular el uso responsable y cons-
tructivo de los recursos a ser utilizados en el presente y en el futuro.
PARA COMENTAR
1. lguien podría argumentar que nos hemos dado cuenta del daño ambiental
A
hace tan solo unos cincuenta o cien años. ¿En qué sentido un reciente problema
se ha convertido de repente en un dilema para los cristianos?
2. Acaso piensas que nos estamos uniendo a una comparsa secular si adoptamos
¿
temas ambientalistas? ¿Por qué?, o ¿por qué no?
Tim Lale, Boise, Idaho, EE. UU.
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9. viernes
8 de marzo
Exploración Génesis 1: 26-28
Dominio en lugar
de destrucción
PARA CONCLUIR
Dios creó al mundo y a todo lo que hay en él. Los primeros capítulos del libro
de Génesis declaran esto categóricamente. Si no llegamos a entender esos versícu-
los, en Juan 1: 3, cientos de páginas más adelante se nos informa que «Por medio
de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir». Todo
lo que Dios hace es importante, por lo tanto su creación es también importante.
Desde el mismo principio el deseó que la misma también fuera importante para
nosotros. Como seguidores de Dios hemos sido llamados a cuidar del hábitat
natural de los seres humanos y de los animales, como algo importante, porque
eso es algo valioso.
CONSIDERA
• Escuchar o cantar el himno nº 158, «Amanece ya la mañana de oro».
• reparar un devocional o un servicio de alabanzas basado en el tema de la
P
mayordomía del mundo natural.
• uscar en Internet organizaciones o individuos que están trabajando en forma
B
positiva por la conservación del ambiente natural, meditando en la forma en
que podrías involucrarte en dichas actividades.
• eleccionar una foto para colocar en tu computadora u ordenador que te re-
S
cuerde el texto de Génesis 1: 28. Ofrécelo a otras personas.
• ensar en alguna forma en que podrías integrar a tu vida diaria tu preocupa-
P
ción por el mundo natural. Por ejemplo, ¿cómo podrías reducir la dependen-
cia de las bolsas plásticas utilizadas a diario por todos nosotros?
• scribir a los medios de comunicación, o a los dirigentes de tu comunidad, res-
E
pecto a temas relacionados con el entorno local. No tienes que ser un activista;
sin embargo puedes hacerte escuchar.
PARA COMENTAR
Romanos 8: 22; Apocalipsis 11: 18; El ministerio de curación, cap. 38.
Alan Hecht, Takoma Park, Maryland, EE. UU.
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