Los Arcos, heredera de la antigua Curnonium, debe su desarrollo por un lado al fenómeno de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, provocando un importante comercio y una corriente cultural principalmente venida de Francia a lo largo de la Edad Media, y por otro lado, el carácter nodal (encrucijada de caminos), favoreciendo el desarrollo económico de la Villa. Ambos factores perduran en nuestros días contribuyendo al desarrollo socio-económico de la misma.