More than Just Lines on a Map: Best Practices for U.S Bike Routes
Vendida al niño pantalonescortos
1.
2. Cualquiera se quedaría asombrado ante las cosas
que van a parar a las bodegas de los departamentos
de policía. Los agentes del orden frecuentemente
recogen objetos que nadie reclama, o se incautan
de ellos porque son pruebas del delito y después ya
no los necesitan.
Se trata de toda clase de objetos: cámaras
fotográficas, aparatos estereofónicos, televisores,
cajas de herramientas y radios de automóvil. Estos
artículos sin dueño se rematan una vez al año.
En la subasta celebrada por la policía de Kansas City,
Missouri, en 1987, se ofrecieron muchas bicicletas.
3. Cuando el rematador pregunto quien empezaba la
puja por la primera bicicleta, un chiquillo que se
encontraba en la fila de adelante ofreció:
-Cinco dólares. El muchacho tendría apenas diez o
doce años.
-¡Cinco dólares aquí! Quién da diez? ¡Diez! ¿Quién
me ofrece quince?
Las licitación continuaron. El subastador miro al
niño de la primera fila, que no reaccionó.
Mas tarde se mostro al público otra bicicleta, y de
nuevo ofreció el muchachito cinco dólares, nada
más. Y esto mismo ocurrió cuando se subastaron
otras varias bicicletas. La oferta del pequeño era
menos que suficiente.
4. Las bicicletas se remataban en 35 y 40 dólares y
algunas en mas de 100.
Durante una breve pausa, el rematador le
pregunto al niño por qué había dejado escapar
todas esas bicicletas, sin elevar su oferta. El le
explicó que no tenía más que cinco dólares. De
nuevo en la subasta desfilaron las cámaras
fotográficas y los radios de banda civil y también
algunas bicicletas. Por cada una de ellas, el
pequeño abrió la puja con su consabida oferta,
pero siempre había una persona dispuesta a
pagar mucho más.
5. Los asistentes acabaron por darse cuenta que el
niño hacía invariablemente la primera licitación y
comprendieron lo que ocurría.
Tras una tediosa hora y media, se acercaba ya el fin
de la subasta. Pero aún quedaba una bicicleta y era
una belleza: flamante, con ruedas de 27 pulgadas,
diez velocidades, palancas de freno de doble
posición y luces con generador eléctrico.
Hablo el rematador:
-¡Se escuchan las ofertas! El niño, en primera fila,
estaba lejos de darse por vencido, y dijo en voz
baja: -Cinco dólares. El rematador suspendió su
perorata, y se quedó inmóvil, tieso.
6. Ninguna mano se levantó; nadie mejoró la
oferta. Entonces el subastador gritó:
-¡Vendida al niño de pantalones cortos y zapatos
deportivos… en cinco dólares!
Todos los presentes rompieron en aplausos.
Al jovencito se le iluminó el rostro de manera
hermosísima, mientras entregaba un viejo
billete de cinco dólares que había apretujado e
su mano sudorosa, a cambio de la bicicleta mas
linda del mundo .