4. Globalizarse es entender que hoy los
potenciales compradores de tus productos
y los proveedores de tu negocio están en
cualquier lugar del mundo.
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6. Sin embargo la mayoría de los mercados
son así: una gran parte de la demanda se
concentra en unos pocos proveedores, es lo
que se llama la cabeza corta.
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8. Pero si nos fijamos bien, la mayor parte del
mercado se distribuye a lo largo de un gran
número de empresas, lo que se llama la
«larga cola».
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10. Pero aunque tengamos unos cuantos
compradores potenciales y unos pocos
proveedores ideales, si están repartidos por
el mundo, el coste de encontrarlos a base
de viajar y poner anuncios en prensa puede
ser abrumador. ¿Por dónde empezar?
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12. Por eso la «globalización de los pequeños»
sólo empieza con la extensión de Internet
cuando el coste de establecer comunidades
y redes por todo el mundo prácticamente
desaparece y pasa a dar igual el tamaño de
tu demanda potencial, la puedes encontrar
a bajo coste.
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14. Aparecen entonces las llamadas «redes
sociales» y los mercados B2B. Pero estos
servicios tienen varios problemas
importantes si queremos usarlos para
globalizarnos.
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16. En primer lugar, tienen un dueño que
centraliza la red y que soporta un peso
mayor cuantos más miembros tenga…
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18. …por eso intentará por todos los medios
monetarizarla y quedarse con lo que pueda
de los beneficios que genera el mercado.
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20. Pero además, como sabemos, las redes
centralizadas son poco robustas, dependen
de un único nodo y si este falla, la red se
destruye.
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23. Para rematar, la base de cualquier
mercado es la confianza, necesitamos
saber que aquel al que vamos a comprar es
fiable, que alguien responde por él.
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25. La solución obvia es hacer red sólo con las
otras empresas en las que confiamos
porque nos conocemos ya y podemos
hablar bien unas de otras. Lo malo es que
así no nos globalizamos…
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27. …a no ser que las distintas redes de
confianza, los distintos «bazares»
electrónicos, se conecten entre si, sin
depender ninguno de otro, como en una
red distribuida.
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30. Para hacerlo no necesitamos a una gran
empresa que de un servicio, sino un
software que cada red de empresas instala
y mantiene por si mismo. Si ese software es
sofware libre, nadie dependerá de nadie, la
red será robusta y el mercado global
resultante no tendrá dueño, repartiéndose
sus beneficios entre todos los que
participen en él.
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32. Y así es el proyecto Bazar: software libre
para que las empresas compren, vendan y
conecten en confianza globalmente en una
gran red distribuida en la que puedan
comerciar desde el primer día con cualquier
lugar del mundo.