LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
El evangelio puro
1. EL EVANGELIO PURO
PRESENTADO EN UNA FORMA SENCILLA
Por W. F. Bell
¿CONFUNDIDO?
¿Forma parte usted de la mayoría que actualmente están confundidos en cuanto a qué
religión, denominación, iglesia o predicador es lo correcto? ¿Pueden tener razón todos
ellos? Hay “sonidos inciertos” (o sea, enseñanzas que confunden en vez de aclarar)
entre las diferentes creencias (1 Corintios 14:8). ¿A quién debe usted creer, entonces?
¿En quién puede realmente confiar? ¿Hay una manera segura de salvación del
pecado? ¿Cómo puede usted llegar al cielo? Bueno, ése es el sencillo propósito de
este tratado: presentar a usted, pobre pecador, el plan del evangelio puro de nuestro
Señor Jesucristo.
Usted puede decir: -“Pero, ¿por qué debería yo creerle a usted sobre otros?” Mi
respuesta es: -No me crea a mí, sino ¡crea lo que la Biblia enseña! La Palabra de Dios
es nuestra única autoridad para la salvación, la eternidad, el juicio venidero y todas las
cosas relacionadas con la fe y la práctica. Luego puede decir: -“Pero, hay muchas
diferentes interpretaciones de la Biblia.” Aceptado, las hay. Sin embargo, ¿qué tiene
que ver eso con lo que la Biblia realmente dice? Así que, pobre pecador, escuche lo
que la Palabra de Dios le dice a usted.
Usted es Infractor de La Ley -
“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción
de la ley” (1 Juan 3:4).
Usted está Perdido -
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas
19:10).
Usted está Sin Vida -
“… muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1).
POR QUÉ USTED ES UN PECADOR
Usted nació en el mundo con una naturaleza pecaminosa y corrupta (Salmo 51:5).
Todo hombre que ha tenido vida (excepto nuestro impecable Señor Jesucristo) tiene
esta naturaleza de pecado (1 Juan 1:8). Usted es un pecador y, por lo tanto, usted peca
(Romanos 3:23; 5:12). Usted y yo pecamos, no solamente porque en Adán caímos en
pecado, sino porque nosotros mismos elegimos el amor al pecado. En otras palabras
somos pecadores por nacimiento y por decisión personal. ¿Alguien le enseñó a usted a
mentir, o lo hace por naturaleza? Y, ¿qué acerca de su orgullo, enojo y rebelión contra
Dios? Usted está justamente condenado ante la santa ley de Dios como un pecador y
rebelde (Romanos 7:12-14).
2. POR QUÉ DEBE SER SALVO
Porque usted es un pecador, la ira de Dios Todopoderoso queda sobre usted en éste
mismo momento (Juan 3:36). Y, si usted muriera en su condición natural, usted
perecería eternamente. No habrá misericordia para usted después de morir. Usted ha
ofendido a un Dios santo y justo por causa de sus pecados, y esos pecados exigen un
juicio.
“Porque la paga del pecado es muerte...” (Romanos 6:23).
Ese salario usted lo debe pagar, a menos que Alguien más lo pague por usted.
¡Oh pecador, mire lo horrible de su pecado! ¡Mire lo repugnante de la enfermedad que
ahora desgasta poco a poco a su alma! ¡Mire el horrible abismo donde se encuentra
por causa de sus pecados! ¡Mire el “lago de fuego” para donde va usted, a menos que
se arrepienta y se vuelva a Dios! Usted se volverá a Dios, o se quemará (Salmo 7:11-
13); se arrepentirá, o perecerá (Lucas 13:3).
CÓMO SERÁ SALVO USTED
Con amor y misericordia, el Dios de los cielos envió a Su mismo Hijo a éste mundo
pecaminoso.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Por causa de la bondad de Dios, por Su mera voluntad beneplácito, ha dado al mundo
un Salvador (vea Isaías, 53). El Señor Jesucristo, enviado de Dios, vino al mundo
(nacido por medio de una virgen) con un propósito específico de salvar a los pecadores
– pecadores así como usted.
”... Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores… ” (1 Timoteo 1:15).
“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a Su tiempo murió por los impíos”
(Romanos 5:6).
“Mas Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Aquí está la maravillosa buena noticia: ¡Cristo vino! ¡Cristo vivió una vida perfecta!
¡Cristo murió como sustituto! ¡Cristo fue sepultado, pero resucitó de la muerte! ¡Cristo
Jesús ahora ocupa su trono en gloria! ¡Cristo está intercediendo por su pueblo! ¡Cristo
el Señor viene de nuevo! ¡Cristo dominará y reinará para siempre! (1 Corintios 15:1-4,
23-26; Hebreos 7:22-28; 9:24-28)
Pobre pecador, arrodíllese a los benditos pies de Cristo, por medio de la fe. Confiese
sus pecados sólo a Él. Laméntese por su desprecio a Dios y sus leyes. Arrepiéntase
confiando sólo en el Señor Jesús y su preciosa sangre.
“En quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de Su gracia” (Efesios 1:7).
3. ¡Note que el perdón y la redención sólo pueden ser encontrados en la sangre de Cristo!
Usted no puede ganar o merecer la salvación, porque usted solamente merece el
infierno y la ira de Dios.
Que el Espíritu Santo le traiga a Cristo. Que sea capacitado para contemplar la gloria
del sacrificio de Cristo en la cruz, donde Él se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios y
obró la salvación para todo Su pueblo creyente. ¡Busca a Cristo ahora!