3. En Romanos
12 y 13, Pablo
habla de las
relaciones del
cristiano
con…
DIOS
LA IGLESIA
LOS
DEMÁS
LAS
AUTORI-
DADES
LA LEY
LA 2ª
VENIDA
Romanos 12:1-2
Romanos 12:3-8
Romanos 12:9-21
Romanos 13:1-7
Romanos 13:8-10
Romanos 13:11-14
4. “Así que, hermanos,
os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo,
agradable a Dios, que es vuestro
culto racional. No os conforméis a
este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis
cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta” (Romanos 12:1-2)
5. “Dios quiere que comprendamos que él tiene derecho a nuestra mente, nuestra
alma, nuestro cuerpo y nuestro espíritu; a todo lo que poseemos. Le
pertenecemos por creación y redención. Como Creador nuestro, reclama la
totalidad de nuestro servicio. Como nuestro Redentor, tiene una demanda de
amor como asimismo de derecho; un amor sin paralelo...
E.G.W. (La maravillosa gracia de Dios, p. 245)
Nuestros cuerpos, nuestras almas, nuestras vidas
son suyos no solo porque nos los ha concedido
como un don gratuito, sino porque nos está
supliendo constantemente de sus beneficios y
nos da fuerza para usar nuestras facultades.
¿No le daremos entonces a Cristo aquello por
cuya redención debió morir? Si lo hacéis,
vivificará vuestra conciencia, renovará vuestro
corazón, santificará vuestros afectos, purificará
vuestros pensamientos y pondrá todas vuestras
facultades a trabajar para él. Cada motivo,
cada pensamiento, serán traídos a la
cautividad de Jesucristo”
6. “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a
cada cual que está entre vosotros, que no tenga
más alto concepto de sí que el que debe tener,
sino que piense de sí con cordura, conforme a
la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos
muchos miembros, pero no todos los miembros
tienen la misma función, así nosotros, siendo
muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos
miembros los unos de los otros. De manera que,
teniendo diferentes dones, según la gracia que
nos es dada, si el de profecía, úsese conforme
a la medida de la fe; o si de servicio, en
servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que
exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que
hace misericordia, con alegría” (Romanos 12:3-8)
7. Nadie debe considerarse superior a sus hermanos porque todos formamos
parte del cuerpo de Cristo. Cada uno tenemos nuestra función dentro de la
Iglesia, dependiendo del don (o los dones) que hayamos recibido:
Unos entienden mejor las profecías.
Otros tienen facilidad para servir a los demás.
Algunos enseñan con maestría.
Hay quien sabe animar a los demás con palabras, razones y
ruegos a que hagan o dejen de hacer algo y llevarlos a la acción.
Para algunos es fácil distribuir generosamente sus
bienes sin esperar recompensa.
Para otros es fácil dirigir eficazmente a la Iglesia.
Muchos se compadecen especialmente de los demás
y les transmiten su alegría y ánimo.
8. Muestra un amor genuino.
Aborrece el mal y se aferra al bien.
Ama a todos con amor fraternal.
Respeta y honra a los demás.
Es diligente, sirviendo a Dios con el fervor del Espíritu.
En la esperanza, gozoso.
En la tribulación, sufrido.
En la oración, constante.
Ayuda a los necesitados.
Practica la hospitalidad.
Bendice a los que le persiguen en lugar de maldecirlos.
Se alegra con los que están alegres y llora con los que lloran.
Vive en armonía con los demás.
No es orgulloso, sino humilde, no creyéndose que lo sabe todo.
No devuelve a nadie mal por mal, sino que procura hacer el bien a todos.
Si le es posible, vive en paz con todos.
No toma venganza, sino que deja el castigo en las manos de Dios.
No se deja vencer por el mal, sino que vence el mal con el bien.
Las virtudes que Pablo enumera en Romanos 12:9-21 no son sino la
manifestación externa del genuino amor cristiano. EL CRISTIANO …
9. “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido
establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido
por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien,
sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y
tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si
haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de
Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario
estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa
de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son
servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos
lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que
respeto, respeto; al que honra, honra” (Romanos 13:1-7)
10. “ALGUNOS de nuestros hermanos han dicho y escrito muchas cosas que se
interpretan como opuestas al gobierno y las leyes. Es un error exponernos así a
una interpretación errónea. No es prudente censurar continuamente lo que están
haciendo los gobernantes. Nuestra obra no consiste en atacar a los individuos o las
instituciones. Debemos ejercer gran cuidado para no ser interpretados como
opositores a las autoridades civiles…
No se requiere de nosotros que desafiemos a las autoridades. Vendrá un
momento en que, a causa de nuestra defensa de la verdad bíblica, seremos
tratados como traidores; pero no lo apresuremos por actos imprudentes que
despierten animosidad y disensión…
E.G.W. (Joyas de los Testimonios, tomo 3, “Nuestra actitud para con las autoridades civiles”, pg. 45-49)
Ví que en cada caso es nuestro
deber obedecer las leyes de
nuestro país, a menos que estén en
conflicto con la ley superior que
Dios pronunció con voz audible
desde el Sinaí, y que grabó luego
en piedra con su propio dedo”
11. “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el
que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no
matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y
cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás
a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así
que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:8-10)
12. RECUERDA:
“EL CUMPLIMIENTO
DE LA LEY ES EL
AMOR”
El cristiano debe pagar todo lo que debe,
pero hay una deuda que nunca podrá
cancelar plenamente, a saber: la deuda de
amor a sus prójimos.
Todos los mandamientos de Dios se basan
en el principio único del amor. Por lo tanto,
la ley divina no puede ser perfectamente
obedecida sólo con la conformidad externa
a la letra.
La verdadera obediencia tiene que ver con
el corazón y el espíritu. El cumplimiento de
la ley no es una sujeción externa a ella, sino
amor sincero.
13. “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño;
porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando
creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues,
las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos
como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en
lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor
Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:11-14)
14. El hecho de que este tiempo se ha
prolongado más de lo esperado, no
significa que la Palabra de Dios haya
fallado. Hay una obra que debe ser
hecha y hay condiciones que se deben
cumplir antes de que pueda venir
Cristo. Entre tanto es indispensable
que cada creyente experimente un
sentimiento continuo y vital de la
brevedad del tiempo y de la
inminencia del retorno de Cristo.
Teniendo en cuenta la cercanía de la Segunda Venida, Pablo nos
exhorta a abandonar toda tibieza e indolencia, a terminar con toda
complacencia propia y a vestirnos “del Señor Jesucristo”, es decir,
renovar cada día nuestra relación con Él.
15. “Los cristianos sinceros no practican una piedad dudosa. Se han revestido del
Señor Jesucristo, y no dan lugar a la carne para ceder ante sus concupiscencias.
Acuden a Jesús constantemente en busca de sus órdenes, como un siervo acude a
su amo o una sierva a su ama. Dondequiera que los conduzca la providencia de
Dios, están listos para ir. No se atribuyen la gloria a sí mismos. No consideran
como suyo nada que posean –conocimiento, talentos, propiedades– sino que se
consideran solo como mayordomos de la multiforme gracia de Cristo y siervos de
la iglesia por causa de Cristo. Son mensajeros del Señor, luz en medio de las
tinieblas. Sus corazones laten al unísono con el gran corazón de Cristo”
E.G.W. (CBA, tomo 6, notas sobre Romanos, 13: 14)
16. Te invito a bajar y estudiar
cada una de las 13
lecciones que tratan sobre
el tema:
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