El documento habla sobre el llamado de Dios Padre a los cristianos para ser su pueblo. Explica que Dios nos ha elegido por la acción del Espíritu Santo para formar parte de la Iglesia de Cristo y que debemos alegrarnos por este don. También describe cómo la Iglesia es la familia de Dios y que debemos comprometernos a anunciar alegremente el Evangelio como miembros de la única Iglesia de Cristo.
2. Objetivo
Que los cristianos nos reconozcamos y
nos alegremos por el don de haber sido
elegidos por Dios Padre a ser parte de
la Iglesia de Cristo por la acción del
Espíritu Santo, para que comuniquemos
y celebremos esta alegría.
3. VEAMOS NUESTRA
REALIDAD
• ¿Qué fiestas acostumbramos
celebrar en familia?
• ¿Qué recordamos en cada una de
ellas?
• ¿Cómo las celebramos?
4. Hoy queremos hablar de una fiesta muy
importante que festejamos como
Diócesis de León.
Estamos celebrando el aniversario de
su nacimiento.
¿Alguien sabe cuando fue el nacimiento
de nuestra Diócesis?
5.
Nuestra Diócesis de León, nació hace 150 años,
por lo cual, es una buena ocasión para festejar,
agradecer y bendecir al Señor.
Así como formamos parte de una familia, también
somos parte de la Iglesia.
6. Conozcamos la historia de nuestra
Diócesis, para saber cómo fue su
nacimiento.
Somos parte de una Diócesis y de la
Iglesia Universal.
7. ILUMINACIÓN
familia,
La Iglesia es la
el pueblo de
Dios, así lo pensó y lo quiso Él desde la
creación del mundo.
Ésta ha sido siempre la enseñanza del
Magisterio, sustentada en la Sagrada
Escritura.
8. Ser
cristiano
y
pertenecer al Pueblo de
Dios es un don de Él
porque quiso hacernos
sus hijos en el Bautismo,
lo cual nos llena de una
gran alegría (Cfr. DA 28).
Dios Padre por iniciativa
amorosa nos ha llamado
y nos ha convocado a
formar parte de su
Iglesia, de su Pueblo
santo.
9. Leamos desde la Sagrada Escritura lo que nos dice san
Pablo en Ef 1,3-6.
Ser hijo de Dios y formar parte de la comunidad de los
hermanos, es un regalo muy grande que el Padre ha
querido hacernos. Nos llama a formar parte de la
Iglesia porque no podemos ser hijos aislados, sólo Dios
y yo; se es hijo dentro de la Iglesia, con los hermanos.
10. Somos, hijos en el Hijo
al llamarnos para
La obra maravillosa del Padre
formar parte de su pueblo, la ha realizado por
medio de su Hijo, así lo leemos en la carta a los
Efesios:
Ef 1,11-12.
11. No basta haber sido llamados por el Padre
a formar parte de su Pueblo, es también
designio de Dios que reproduzcamos la
imagen de su Hijo, es decir, que hagamos
nuestro su estilo de vida.
En la Iglesia a la que el Padre nos ha
convocado, estamos
llamados a ser
discípulos de Cristo y
a seguirlo,
así como los primeros
discípulos lo hicieron.
12.
También nosotros estamos invitados a
identificarnos con Él, mediante el
conocimiento de su persona a través de
su Palabra y una vida sacramental
frecuente en la Iglesia.
13. Alegres de formar parte de la
Iglesia
La alegría de ser parte del pueblo de Dios,
que no es un mero sentimiento de bienestar
egoísta, sino una certeza que brota de la fe,
que serena el corazón, nos impulsa a
comprometernos en la misión de la Iglesia de
evangelizar.
14. El Papa Francisco la llama la
dulce y confortadora tarea
de evangelizar (Cfr. EG 1011).
La alegría que experimenta
el discípulo por tener a
Cristo es "el mejor antídoto
frente a un mundo
atemorizado por el futuro y
agobiado por la violencia y el
odio" (DA 29).
15. Quienes formamos parte de la Iglesia debemos ser
verdaderos misioneros y con la alegría de la fe,
proclamar el Evangelio de Cristo, defendiendo la
dignidad de la vida humana, de la familia, del trabajo,
de la ciencia (Cfr. DA 103).
No dudemos que el Señor se encargará de dar el don
de la alegría de la fe a los hermanos que reciban el
anuncio de la salvación.
16. Es causa de alegría saber que el Padre
nos ha llamado a formar parte de su
Pueblo, que en la misión de la Iglesia no
estamos solos, nos asiste el Espíritu
Santo con sus dones y carismas
"…El mismo y único
Espíritu guía y fortalece
a la Iglesia en el
anuncio de la Palabra,
en la celebración de la
fe y en el servicio de la
caridad…" (DA 151).
17.
“Si bien esta misión nos reclama una entrega
generosa, sería un error entenderla como una
heroica tarea personal, ya que la obra es ante
todo de Él… En cualquier forma de evangelización
el primado es siempre de Dios, que quiso
llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la
fuerza de su Espíritu. La verdadera novedad es la
que Dios mismo misteriosamente quiere producir,
la que Él inspira, la que Él provoca, la que Él
orienta y acompaña de mil maneras…” (EG 12)
18. Es así como la Iglesia, nacida del proyecto
del Padre, fundada por Cristo el Señor y
asistida por el Espíritu Santo, sigue
extendiéndose por todo el mundo, gracias
al anuncio alegre del Evangelio el cual,
estamos comprometidos a anunciar como
miembros que somos de la única Iglesia de
Cristo.
19. NUESTRO COMPROMISO
El ser parte viva de la Iglesia, pueblo de Dios, es un
regalo que el Padre nos ha dado y una oportunidad
para renovar nuestro compromiso de bautizados.
•
•
¿Qué compromiso personal puedo asumir por
sentir la dicha de ser elegido para formar parte
del pueblo de Dios?
¿Cómo parte del pueblo de Dios, qué
compromiso comunitario podemos asumir para
comunicar y celebrar la alegría de formar juntos
parte de la Iglesia?
20. CELEBRACIÓN FESTIVA
Papá: Padre Dios, nos unimos a toda la Iglesia y te damos gracias por habernos
elegido para que seamos signos de tu amor paternal en nuestra familia.
Todos: Gracias, Padre Dios
Mamá: Padre Dios, nos alegramos con toda la Iglesia y te damos gracias por tu
grande ternura, porque nos llamas a ser signos de ese amor y esa ternura a
muchas familias que tanto lo necesitan.
Todos: Gracias, Padre Dios
Un hijo: Señor Jesús, nos alegramos y te damos gracias porque confías en
nosotros los jóvenes para que reproduzcamos tu imagen y te anunciemos con
nuestras palabras y, especialmente, con nuestro testimonio.
Todos: Gracias, Señor Jesús
Una hija: Dios Espíritu Santo, nos llena de gozo experimentar tu gracia, al
llamarnos a ser parte de la Iglesia y la confianza que pones en nosotros para
que llevemos tu mensaje de amor a los demás.
Todos: Gracias, Dios Espíritu Santo