El documento introduce el enfoque del sistema mundial o sistemas-mundos, desarrollado por Immanuel Wallerstein, el cual analiza el mundo como un único sistema económico capitalista. Este enfoque considera que los Estados nacionales son menos importantes para entender los cambios sociales que las relaciones entre países en el sistema mundial. El sistema divide los países en centro, semiperiferia y periferia dependiendo de su especialización productiva y posición en el comercio internacional.
El enfoque metodológico de análisis del sistema mundial o sistemas
1. El enfoque del Sistema Mundial o Sistemas-Mundos
El enfoque metodológico de análisis del sistema mundial o sistemas-mundos fue
inaugurado por la obra “The Modern World-System, vol. I: Capitalist Agriculture
and the Origins of the European World-Economy in the Sixteenth Century” del
sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein. En este primer volumen de su
trilogía sobre el sistema-mundo contemporáneo inicia de algún modo el punto de
partida de este método de análisis que actualmente es muy valorado por
historiadores progresistas, y cada vez es más reconocido en las ciencias sociales
en general, con especial énfasis en el estudio de las relaciones internacionales.
Los principales planteamientos compartidos por la mayoría de sus teóricos al
respecto del sistema mundial son:
En nuestros días, el mundo se basa en un único sistema económico capitalista
(sistema-mundo), el cual marca las principales reglas del juego político y sobre
todo económico, incluso en aquellos países que pretenden estar fuera de la lógica
del sistema (como los autoproclamados “socialistas” u otros de pretensiones máso
menos autárquicas). El sistema mundial se basa, por tanto, en una economía-
mundo capitalista. Ello no significa que no existan agentes sociales o políticos no-
capitalistas que controlen ciertas partes de las maquinarias de un determinado
Estado (como las repúblicas de Cuba, Chipre o Venezuela), pero se hallan en un
sistema mundial o sistema-mundo de predominio y funcionamiento capitalista.
El marco de análisis por países empleado en disciplinas como la Economía, la
Historia, la Sociología y la Geografía, entre tantas otras, basado en los Estados-
Nación o Estados plurinacionales, tan habitual en las ciencias sociales, es
erróneo e infructuoso para entender los móviles y los agentes de los sucesos
sociales contemporáneos. Es inútil saber mucho sobre la realidad y la historia de
Nepal, por ejemplo, si no conocemos sus relaciones con sus vecinas India y China
o incluso con la potencia hegemónica en declive de los Estados Unidos, pese a su
distancia geográfica. La realidad de las transformaciones locales y regionales
obedecen por tanto mucho más a los cambios en el conjunto del sistema mundial
que a los cambios en la política “nacional” de esos países (como se está
demostrando con la presente crisis económica con los llamados “PIGS”), si bien
estos últimos cambios también afectan y repercuten no sólo sobre el país en
cuestión sino sobre el sistema internacional. El enfoque de los teóricos del
sistema mundial es decididamente holístico y basa su comprensión en una
2. dialéctica constante entre lo global y lo local, primando el componente global como
agente fuerte del análisis (Frank, 2008:370-371).
La división internacional del trabajo especializa a vastas zonas del mundo en
relación con los intereses de las clases dirigentes de los países del centro del
sistema en connivencia con las élites de la periferia (Tortosa, 2001:67-68 o
Galtung, 1971). La riqueza o el desarrollo de unos va directamente ligado a la
pobreza o al “maldesarrollo” de otros (Wallerstein, 1979:493).3 Las élites
“fraternas” de los países del centro, la semiperiferia o la periferia siempre ganan,
aunque con distinta intensidad. Las diferencias y las tragedias vienen sobre todo
en las clases asalariadas de los diferentes países. Aquellos estados
especializados en exportaciones de materias primas y productos no elaborados,
tienen como consecuencia el perder en el sistema mundial, mientras que los que
lo hacen con productos elaborados y de alta tecnología lo hacen en ganar
(Wallerstein, 1979:493). No existen los unos sin los otros (Galeano, 1981:3).
Además, los segundos suelen controlar la distribución y los precios de los
productos de los primeros en el mercado mundial (Ibíd., 154-158).
Los países más ricos que controlan el comercio de bienes mundiales se
denominan “países centrales”, los especializados en materias primas y
mercancías de bajo valor añadido se llaman “periféricos”, mientras que los que
están a caballo entre unos y otros se conocen como “semiperiféricos” (Wallerstein,
1979:492). Aunque unos países pueden oscilar de una categoría a otra con el
paso de los años o de un siglo a otro, generalmente lo hacen en períodos de
mediana y larga duración del tiempo histórico (Íbid., 493). Pero la estructura y la
lógica del sistema no cambian. La analogía sería la estructura de la sociedad de
clases, en donde que un individuo cambie de clase social, no significa que cambie
la estructura del sistema. Pues aquí igual, que un país pase de un estatus de
“semiperiférico” a “central” o de “central” a “semiperiférico” no significa que dejen
de existir estructuralmente en el sistema tanto los unos como los otros. Por
ejemplo, vastas zonas del mundo podrán cambiar su estatus actual, incluida la
actual, pero decadente potencia hegemónica de los Estados Unidos. Al igual que
otros países, hasta ahora centrales secundarios, como el Reino de España o la
República de Grecia (o incluso centrales de primer orden como Reino Unido),
podrían verse abocados a la categoría de semiperiféricos si las élites consiguieran
seguir dejando a sus clases trabajadoras, anteriormente consumidoras, reducidas
a mera fuerza de trabajo para la exportación, con un papel de consumidores
3. francamente castrados en el mercado interno. En cambio, otros anteriormente
semiperiféricos como Brasil o India pudieran hacerse centrales en un futuro
próximo, pero seguiría existiendo tanto los unos (centrales) como los otros
(periféricos y semiperiféricos).
El Estado de los países del centro del sistema es fuerte mientras que el Estado de
la periferia es débil (Íbid, 499).7 Esto tiene una importancia determinante tanto en
el desarrollo social, educacional, militar, asistencial como cultural.
Jon Juanma Introducción al enfoque del sistema mundial
http://cultural.argenpress.info/2010/12/introduccion-al-enfoque-del-sistema.html