1. ASIBOT Y MAGGIE, DOS
ROBOTS PARA PERSONAS
MAYORES
Los robots que asisten a personas están en
pleno desarrollo. El envejecimiento de la
población “obliga” a investigar y desarrollar
prototipos para mejorar la calidad de vida de
las personas con alguna discapacidad o pérdida
de autonomía y ayudar a sus cuidadores en
tareas cotidianas. En España, la mayor iniciativa
de robótica asistencial, denominada
Robocity2030, está liderada por el catedrático
Carlos Balaguer, de la Universidad Carlos III de
Madrid, y apoyada económicamente por la
Comunidad de Madrid. En el programa participan, además, las universidades de Alcalá,
Rey Juan Carlos y UNED, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los
hospitales de Getafe y parapléjicos de Toledo y la Fundación CIEN (Centro Investigación
Enfermedades Neurológicas). En total trabajan 200 investigadores.
Fruto de ese trabajo, iniciado en 2006, se han desarrollado los prototipos Asibot y Maggie.
Ambas criaturas han nacido en el la Universidad Carlos III. Han sido diseñados para asistir
en tareas cotidianas como la higiene personal o servir comidas. Asibot está probándose
para dar de comer con una cuchara especialmente diseñada para él, ayudar a maquillarse,
afeitarse e incluso jugar a la pelota. Dicen sus creadores que puede ser manejado
fácilmente por cualquier persona.
Como si fuera un ser humano, Maggie va creciendo poco a poco. No en tamaño, esta rana
gigante se mantiene en su poco menos de metro y medio pero sí que ha evolucionado en
estos más de seis años que han pasado desde su nacimiento. Un origen, por cierto, que
comenzó con el nombre de 'Magellan' pero que la familiaridad convirtió en Maggie. No es
única en su especie pero sí que se mantiene en el top mundial de los robots capaces de
interactuar de manera autónoma con los seres humanos. Una interactuación que se
prolonga las poco más de dos horas que le dura la batería y que ella misma se encarga de
renovar acudiendo por su cuenta a la fuente de energía.
El robot Maggie está orientado al acompañamiento e interactúa con las personas y se
socializa con ellas. Con un aspecto simpático de rana, esta máquina ayuda en las
actividades cotidianas, por ejemplo a recordar la toma de medicinas (y lee en voz alta sus
2. componentes y la fecha de caducidad). También propone actividades lúdicas como cantar,
bailar y jugar. Con un metro y medio de estatura, es capaz de mover su cuerpo, los brazos,
la cabeza y los ojos. Así que camina y ve. Además habla y reconoce voces.
Miguel Ángel cree que la utilización masiva de robots como Maggie será cuestión de
tiempo como lo fue la extensión del teléfono móvil o los ordenadores. Eso sí, recuerda
categóricamente que "jamás podrá sustituir a las personas o cuidadores puesto que es
simplemente un complemento". ¿Hasta dónde se podrá llegar en este mundo? ¿Es la
realidad de películas como 'El hombre bicentenario' una utopía para el futuro de la
robótica? Quizás no. Eso sí, si eso se produce esperemos que la evolución de los mismos
no nos lleve a mundos como el que se retratan en películas como 'Matrix' o 'Terminator'
donde el ser humano es, si no un estorbo, un complemento.