3. El sexting consiste en el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el
propioremitente,aotraspersonaspormediodeteléfonosmóviles.
Según el glosario de ciber seguridad del gobierno de Australia del Sur, es el acto mediante el cual una fotografía digital sexualmente
explícitaqueunapersonasetomaa símismaesenviadaaotrapersonacomo unMMSpor mediodelteléfonomóvil.
4. Los jóvenes no son tan inocentes: saben
las consecuencias perjudiciales del sexting.
No necesitan de los admonitorios consejos
de los adultos sobre los peligros que
conlleva enviar imágenes o vídeos propios
o ajenos provocativos o directamente de
contenido sexual. Pero en un particular
análisis de costes y beneficios, apuestan
por practicar sexting como medio para
ganar popularidad y la aceptación del
grupo de amigos.
5. Las imágenes pueden ser compartidas de forma pública y
aunque logren retirarse de algún servicio aún pueden haber
sido descargadas por alguien.
Un archivo digital dura para toda la vida y puede tomarse
como referencia futura de un trabajo o universidad.
Las imágenes o videos compartidas de forma online podrían
despertar la curiosidad de algún depredador sexual cercano.
El contenido sexting puede usarse para chantajear a una
persona, la forma más común de hacerlo es solicitarle dinero o
pedirle más imágenes a cambio de no revelar la información a
sus familiares y amigos.
6. Las consecuencias de que imágenes eróticas trasciendan del entorno íntimo puede ser nefasto. Y
mucho más para los menores de edad. «Esta conducta se da más en adolescentes, ya que están
más en contacto con las nuevas tecnologías y son menos cautos que los adultos», señala un agente
del Equipo Mujer-Menor (Emule) de la Guardia Civil, quien indica que el 'sexting' es una actividad
«cada vez más extendida entre los menores de edad».