1. DEIRYASSIMYFALUYA
de Sabrá y Chatiia, y el permanente acoso que sufre la población
Temprano, en la mañana del viernes nueve de abril de mil novecien-
palestina, con operaciones de castigo y asesinatos selectivos, están pro-
tos cuarenta y ocho, un grupo de comandos del Irgun, encabezado por
vocando justo el efecto contrario.
Wenachem Begin, luego Primer Ministro israelí, tomó el pueblo de Deir
'9ssim, situado sobre la ruta que unía Tel-Aviv con Jerusalén. Cuando se arrincona a un pueblo, cuando se le priva de cualquier
futuro, cuando a nivel individual no existen más expectativas que morir
Más de cien personas fueron salvajemente asesinadas en la orgía
en el ghetto, ante la indiferencia de los otros, los opulentos, los que no
^s sangre que se desató tras la ocupación de un pueblo al que despertó
®' ruido de las armas, sin que se produjeran combates ni resistencia al- carecen de nada, los que se pueden recrear en ver crecer a sus hijos,
9una. con todo un futuro por delante, la violencia puede parecer la única res-
puesta, por más que sea una respuesta equivocada, que no conduce a
La masacre de Deir Yassim provocó tal repudio entre los propios nada.
i'J^íos, que la Haganah, el embrión del que luego sería el ejército regular
Parecería que la única manera de desactivar esa endiablada espi-
'^raelí, hubo de desarmar a los comandos del Irgun, obligándoles a aban-
ral sería el interponer fuerzas de pacificación, crear una infraestructura
donar las posiciones conquistadas, complicando, aún más, las relacio-.
civil que mejorara las condiciones de vida de los desplazados, sin em-
"os entre la Haganah y los grupos, que algunos calificaban como terro-
bargo, la respuesta está siendo la contraria. El asesinato a sangre fría
ristas, del Irgun y el Stern, responsables de atentados como el del Hotel
de un prisionero de guerra desarmado, herido y tirado en el
^oy David, con numerosas víctimas extranjeras.
piso, no es más que el último ejemplo de brutalidad. Com-
Deir Yassim marcó un hito en el inicio del conflicto israeio-paiestino. prensible, incluso, tras el ejemplo que supuso el infierno de
Pues fue tal el temor que provocó, que las poblaciones árabes comenza- Abu Gralb.
'•on un éxodo masivo, ante el temor a despertar cualquier día con la pre-
Faluya no constituye más que un hito, entre
gónela de los terroristas del Irgun. De nada sirvieron las garantías otor-
otros tantos, pero, desde Deir Yassim hasta hoy, la
99das por los responsables de la Haganah y el Consejo Sionista que, al
represión brutal y descarnada parece que no logra
"lonos en esa temprana fase del conflicto, soñaban con una sociedad
su objetivo de atemorizar al contrario, más bien
"lixta palestino-israelí.
constituye la siembra de una nueva y siniestra co-
Si la brutalidad de la toma de Deir Yassim generó un terror capaz de secha de violencia. Lo veremos. ^
quebrar la capacidad de resistencia de la población árabe, las matanzas
desde ya de que no lo hacían por maldad, sino por terca ignorancia y aprovechán-
^ ^""do, Y sabremos que su éxito tuvo un aliado fundamental, decisivo, llamado
dose de nuestra herencia de obediencia cristiana, de nuestra capacidad de aguante
^^^^^^adurismo, gracias al cual rezamos cuando debimos gritar, fuimos egoístas
y de un deseo por vivir tranquilos que nos hizo ceder demasiado ante quien emplea-
^ " * debimos ser generosos, fuimos miedosos cuando debimos ser valientes y
^5"nos ba el dinero común en puertos industriales y no en hospitales, en propaganda y no
cuando debimos hablar. Gracias a él enseñamos a obedecer y no a pen-
en educación, en carreteras y no en transporte público. Y habremos de tener el
^ ^ sacrificar la imaginación en favor del orden y la disciplina,
Cu, coraje que hace falta para asumir todo el dolor que padecimos o vimos a nuestro
J^^'ío todo esto sea vox populi serán precisas grandes dosis de benevolencia para
alrededor. De ese modo evitaremos uno de los grandes y más repetidos errores de
5^^"*®"or la calma y no obsesionamos con la cantidad de muertos que han costado
la historia: cometer nuevas injusticias en nombre de injusticias pasadas.
J ''^socios, con la cantidad de dolor que han causado con tal de mantenerse en sus
Y así, limpitos ya de todo pasado oscuro y conservador, elegiremos a los gobernan-
^^ ''"°s de dinero e influencia. Serán necesarias legiones de psicólogos que nos expli-
tes en función de su capacidad de hacerio bien, y no de su pasado pudiente, de sus
^ J " ^^0 el pasado quedó atrás, que la guerra sólo produce guerras, que el terror sólo
amistades privilegiadas o de su engañosa labia. Y el que no sirva se irá por su
ondra más terror, que la mano dura es sinónimo de cabeza dura.
propio pie, y no a empujones, y lo obvio dejará de sorprendernos. Claro que para
Il^'^'^ríainos que ir preparándonos poco a poco para no sucumbir a la ira cuando
esto ya hacen falta algunos años más, pero seguro que viene bien, ahora que se
J r ^' 'Momento. Recibir clases de piedad y ciemencid ja¡a con los explotadores
-' "^°^onto. Recibir clases de piedad y clemencia para ^u,, .v.o ^-,^ acerca la navidad, empezar a hablar de ello. •_
'^°y y no condenaries a vergüenza perpetua el día de mañana. Concienciarnos
(c) Del documento, los autores. Digitalizacin realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria.