2. 2
A UNA NARIZ
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.
Érase un reloj de sol mal encarado,
érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca aariba,
era Ovidio Nasón mas narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
Francisco de Quevedo
3. 3
UN VALENTÓN
Un valentón de espátula y gregüesco,
que a la muerte mil vidas sacrifica,
cansado del oficio de la pica,
mas no del ejercicio picaresco,
retorciendo el mostacho soldadesco,
por ver que ya su bolsa le repica,
a un corrillo llegó de gente rica,
y en el nombre de Dios pidió refresco.
"Den voacedes, por Dios, a mi pobreza
-les dice-; donde no; por ocho santos
que haré lo que hacer suelo sin tardanza!"
Mas uno, que a sacar la espada empieza,
"¿Con quién habla? -le dice al tiracantos-,
¡cuerpo de Dios con él y su crianza!
Si limosna no alcanza,
¿qué es lo que suele hacer en tal querella?"
Respondió el bravonel: "¡Irme sin ella! "
Francisco de Quevedo
4. 4
A UNA ROSA
¡Con qué artificio tan divino sales
de esa camisa de esmeralda fina,
oh rosa celestial alejandrina,
coronada de granos orientales!
Ya en rubíes te enciendes, ya en corales,
ya tu color a púrpura se inclina
sentada en esa basa peregrina
que forman cinco puntas desiguales.
Bien haya tu divino autor, pues mueves
a su contemplación el pensamiento,
a aun a pensar en nuestros años breves.
Así la verde edad se esparce al viento,
y así las esperanzas son aleves
que tienen en la tierra el fundamento...
Lope de Vega
5. 5
CELSO AL PEINE DE CLAVELIA
Por las ondas del mar de unos cabellos
un barco de marfil pasaba un día
que, humillando sus olas, deshacía
los crespos lazos que formaban de ellos;
iba el Amor en él cogiendo en ellos
las hebras que del peine deshacía
cuando el oro lustroso dividía,
que éste era el barco de los rizos bellos.
Hizo de ellos Amor escota al barco,
grillos al albedrío, al alma esposas,
oro de Tíbar y del sol reflejos;
y puesta de un cabello cuerda al arco,
así tiró las flechas amorosas
que alcanzaban mejor cuanto más lejos.
Lope de Vega
6. 6
HORTELANO ERA BELARDO
Hortelano era Belardo
de las huertas de Valencia,
que los trabajos obligan
a lo que el hombre no piensa.
Pasado el hebrero loco,
flores para mayo siembra,
que quiere que su esperanza
dé fruto a la primavera.
El trébol para las niñas
pone al lado de la huerta,
porque la fruta de amor
de las tres hojas aprenda.
Albahacas amarillas,
a partes verdes y secas,
trasplanta para casadas
que pasan ya de los treinta;
y para las viudas pone
muchos lirios y verbena,
porque lo verde del alma
encubre la saya negra.
Torongil para muchachas
de aquellas que ya comienzan
a deletrear mentiras,
que hay poca verdad en ellas.
El apio a las opiladas,
y a las preñadas almendras;
para melindrosas cardos
y ortigas para las viejas.
Lechugas para briosas
que cuando llueve se queman,
mastuerzo para las frías,
y ajenjos para las feas.
De los vestidos que un tiempo
trujo en la Corte, de seda,
ha hecho para las aves
un espantajo de higuera.
Las lechuguillazas grandes,
almidonadas y tiesas,
y el sombrero boleado
que adorna cuello y cabeza;
y sobre un jubón de raso
la más guarnecida cuera,
sin olvidarse las calzas
españolas y tudescas.
Andando regando un día,
vióle en medio de la higuera
y riéndole de velle,
le dice desta manera:
«—¡Oh ricos despojos
de mi edad primera
y trofeos vivos
de esperanzas muertas!
¡Qué bien parecéis
de dentro y de fuera,
sobre que habéis dado
fin a mi tragedia!
¡Galas y penachos
de mi soldadesca,
un tiempo colores
y agora tristeza!
Un día de Pascua
os llevé a mi aldea,
por galas costosas,
invenciones nuevas.
Desde su balcón
me vio una doncella,
con el pecho blanco
y la ceja negra.
Dejóse burlar,
caséme con ella,
que es bien que se paguen
tan honrosas deudas.
Supo mi delito
aquella morena
que reinaba en Troya
cuando fue mi reina.
Hizo de mis cosas
una grande hoguera,
tomando venganza
en plumas y letras—». Lope de Vega
7. 7
ROMANCE SATÍRICO
Pues me hacéis casamentero,
Ángela de Mondragón,
escuchad de vuestro esposo,
las grandezas y el valor.
Él es un médico honrado,
por la gracia del Señor,
que tiene muy buenas letras
en el cambio, y el bolsón.
Quien os lo pintó cobarde
no lo conoce, y mintió,
que ha muerto más hombres vivos
que mató el Cid Campeador.
En entrando en una casa
tiene tal reputación,
que luego dicen los niños:
Dios perdone al que murió.
Y con ser todos mortales
los médicos, pienso yo
que son todos veniales
comparados al doctor.
Al caminante en los pueblos
se le pide información,
temiéndole más que a peste,
de si le conoce, o no.
De médicos semejantes
hace el rey, nuestro señor,
bombardas a sus castillos,
mosquetes a su escuadrón.
Si a alguno cura y no muere,
piensa que resucitó,
y por milagro le ofrece
la mortaja y el cordón.
Si acaso estando en su casa
oye dar algún clamor,
tomando papel y tinta,
escribe: "ante mí pasó".
No se le ha muerto ninguno
de los que cura hasta hoy,
porque antes que se mueran
los mata sin confesión.
De envidia de los verdugos
maldice al corregidor,
que sobre los ahorcados
no le quiere dar pensión.
Piensan que es la muerte algunos;
otros, viendo su rigor,
le llaman el día del juicio,
pues es total perdición.
No come por engordar,
ni por el dulce sabor,
sino por matar la hambre,
que es matar su inclinación.
Por matar mata las luces,
y si no le alumbra el sol,
como murciélagos viven
a la sombra de un rincón.
Su mula, aunque no está muerta,
no penséis que se escapó,
que está matada de suerte,
que le viene a ser peor.
En que se ve tan famoso,
y en tan buena estimación,
atento a vuestra belleza,
se ha enamorado de vos.
No pide le deis más dote
de ver que matéis de amor,
que en matando de algún modo,
para en uno sois los dos.
Casaos con él, y jamás
de viuda tendréis pasión,
que nunca la misma muerte
se oyó decir que murió.
Si lo hacéis, a Dios le ruego
que gocéis con bendición;
pero si no, que nos libre
de conocer al doctor.
Francisco de Quevedo
8. 8
EL LADRÓN DEVOTO
Era un ladrón malo que más
querié furtar
que ir a la eglesia nin a
puentes alzar;
sabié de mal porcalzo su casa
governar,
uso malo que priso, no lo
podié dexar.
Si facié otros males, esto no
lo leemos,
serié mal condempnarlo por
lo que non savemos,
mas abóndenos esto que
dicho vos a vemos,
si ál fizo, perdóneli Christus
en qui creemos.
Entre las otras malas, avié
una bondat
que li vahó en cabo e dioli
salvedat;
credié en la Gloriosa de toda
voluntat,
saludávala siempre contra la
su magestat.
[Si fuesse a furtar, o a otra
locura,
siempre se inclinava contra la
su figura,
dizié "Ave María" e más de
escriptura],
tenié su voluntad con esto
más segura.
Como qui en mal anda en mal
á a caer,
oviéronlo con furto est ladrón
a prender;
non ovo nul consejo con qué
se defender,
judgaron que lo fuessen en la
forca poner.
Levólo la justicia pora la
crucejada,
do estava la forca por concejo
alzada;
prisiéronli los ojos con toca
bien atada,
alzáronlo de tierra con soga
bien tirada.
Alzáronlo de tierra quanto
alzar quisieron,
quantos cerca estavan por
muerto lo tovieron:
si ante lo sopiessen lo que
depués sopieron,
no li ovieran fecho esso que li
fizieron.
La Madre glorïosa, duecha de
acorrer,
que suele a sus siervos ennas
cuitas valer,
a esti condempnado quísoli
pro tener,
membróli del servicio que li
solié fer.
Metióli so los piedes do
estava colgado
las sus manos preciosas,
tóvolo alleviado:
non se sintió de cosa ninguna
embargado,
non sovo plus vicioso nunqua
nin más pagado.
Ende al día terzero vinieron
los parientes,
vinieron los amigos e los sus
connocientes,
vinién por descolgallo
rascados e dolientes,
sedié mejor la cosa que
metién ellos mientes.
Trobáronlo con alma alegre e
sin danno,
non serié tan vicioso si
yoguiesse en vanno;
dizié que so los piedes tenié
un tal escanno,
non sintrié mal ninguno si
colgasse un anno.
Quando lo entendieron los
que lo enforcaron,
tovieron que el lazo falsso
gelo dexaron;
fueron mal rependidos que no
lo degollaron,
tanto gozarién d'esso quanto
depués gozaron.
Fueron en un acuerdo toda
essa mesnada,
que fueron engannados enna
mala lazada,
mas que lo degollassen con
foz o con espada;
por un ladrón non fuesse tal
villa afontada.
Fueron por degollarlo los
mancebos más livianos,
con buenos seraniles grandes
e adïanos;
metió Sancta María entre
medio las manos,
fincaron los gorgueros de la
golliella sanos.
Quando esto vidieron que no'l
podién nocir,
que la Madre gloriosa lo
querié encobrir,
oviéronse con tanto del pleito
a partir,
hasta que Dios quisiesse
dexáronlo vevir.
Dexáronlo en paz que se
fuesse su vía,
ca ellos non querién ir contra
Sancta María,
mejoró en su vida, partióse de
follía:
quando cumplió so corso
murióse de su día.
Madre tan pïadosa, de tal
benignidat,
que en buenos e en malos
face su pïadat,
devemos bendicirla de toda
voluntat:
los que la bendissieron
ganaron grand rictat.
Las mannas de la Madre con
las d'El que parió
semejan bien calannas qui
bien las connoció;
Él por bonos e malos, por
todos descendió,
Ella, si la rogaron, a todos
acorrió. Gonzalo de Berceo
9. 3
UN VALENTÓN
Un valentón de espátula y gregüesco,
que a la muerte mil vidas sacrifica,
cansado del oficio de la pica,
mas no del ejercicio picaresco,
retorciendo el mostacho soldadesco,
por ver que ya su bolsa le repica,
a un corrillo llegó de gente rica,
y en el nombre de Dios pidió refresco.
"Den voacedes, por Dios, a mi pobreza
-les dice-; donde no; por ocho santos
que haré lo que hacer suelo sin tardanza!"
Mas uno, que a sacar la espada empieza,
"¿Con quién habla? -le dice al tiracantos-,
¡cuerpo de Dios con él y su crianza!
Si limosna no alcanza,
¿qué es lo que suele hacer en tal querella?"
Respondió el bravonel: "¡Irme sin ella! "
Francisco de Quevedo
10. 10
COPLAS
En que pone el nombre de una dama; y comienza y
acaba en las letras primeras de todas las coplas.
¡Guay de aquel que nunca atiende
galardón por su servir!
¡Guay de quien jamás entiende
guarecer ya ni morir!
¡Guay de quien ha de sufrir
grandes males sin gemido!
¡Guay de quien ha perdido
gran parte de su vevir!
Verdadero amor y pena
vuestra belleza me dio,
ventura no me fue buena,
voluntad me cativó;
veros sólo me tornó
vuestro sin más defenderme;
virtud pudiera valerme,
valerme, mas no valió.
Y estos males que he contado,
yo soy el que los espera;
yo soy el desesperado,
yo soy el que desespera;
yo soy el que presto muera,
y no viva, pues no vivo;
yo soy el que está cativo
y no piensa verse fuera.
Oh, si aquestas mis pasiones,
oh, si la pena en que estó,
oh, si mis fuertes pasiones
osase descubrir yo!
¡Oh, si quien a mí las dio
oyese la queja dellas!
¡Oh, qué terribles querellas
oiríe que ella causó!
Mostrara una triste vida
muerta ya por su ocasión;
mostrara una gran herida
mortal en el corazón;
mostrara una sinrazón
mayor de cuantas he oído;
matar un hombre vencido,
metido ya en la prisión.
Agora que soy ya suelto,
agora veo que muero;
agora fuese yo vuelto
a ser vuestro prisionero;
aunque muriese primero,
a lo menos moriría
a manos de quien podría
acabar el bien que espero.
Jorge Manrique
11. 11
MÍO CID
Fablo mio Çid el que en buen ora çinxo espada:
"¡Martin Antolinez sodes ardida lança!
Si yo bivo doblar vos he la soldada.
Espeso e el oro e toda la plata;
bien lo vedes que yo no trayo nada,
e huebos me serie pora toda mi compaña;
fer lo he amidos, de grado non avrie nada.
Con vuestro consego bastir quiero dos archas;
incamos las d'arena ca bien seran pesadas,
cubiertas de guadalmeçi e bien enclaveadas.
Los guadameçis vermejos e los clavos bien dorados.
Por Rachel e Vidas vayades me privado;
quando en Burgos me vedaron compra y el rey me a airado,
non puedo traer el aver ca mucho es pesado,
enpeñar gelo he por lo que fuere guisado.
De noche lo lieven que non lo vean christianos;
vealo el Criador con todos los sos santos,
yo mas non puedo e amidos lo fago."
12. 12
TODO ES VANIDAD
De cómo todas las cossas del mundo son vanidat, si non amar a Dios
Como dize Salamón, e dize la verdat,
que las cosas el mundo todas son vanidat,
todas son pasaderas, vanse con la hedat,
salvo amor de Dios, todas son liviandat.
E yo, desque vi la dueña partida e mudada,
dixe: ¡Querer do non me quieren, faría una
nada,
responder do non me llaman es vanidad
provada!
Partíme de su pleito, pues de mí es redrada.
Sabe Dios que aquesta dueña e quantas yo vi,
sienpre quise guarda[r]las e sienpre las serví;
si servir non las pude, nunca las deserví:
de dueña mesurada sienpre bien escreví.
Mucho seria villano e torpe pajez
si de la muger noble dixiese cosa refez,
ca en muger loçana, fermosa e cortés,
todo bien del mundo e todo plazer es.
Si Dios, quando formó el omne, entendiera
que era mala cosa la muger, non la diera
al omne por conpaña nin d'él non la feziera;
si para bien non fuera, tan noble non saliera.
Si omne a la muger non la quisiesse bien,
non ternia tantos presos el amor quantos tien;
por santo nin por santa que seya, non sé quién
non cobdiçie conpaña, si solo se mantién.
Una fabla lo dize que vos digo agora,
que ¡una ave sola nin bien canta nin bien llora;
el mástel sin la vela non puede estar toda ora
nin las verças non se crían tan bien sin la
noria.
E yo, como estava solo, sin conpañía,
codiçiava tener lo que otro para sí tenía:
puse el ojo en otra, non santa mas sentía;
yo cruiziava por ella, otro la avié valdía.
E, porque yo non podia con ella ansí fablar,
puse por mi mensajero, coidando recabdar,
a un mi conpañero; sóporne el clavo echar:
él comió la vïanda e a mí fazié rumiar.
Fiz con el gran pessar esta troba caçurra;
la dueña que la oyere por ello non me aburra:
ca devriénme dezir neçio e más que bestia
burra,
si de tan grand escarnio yo non trobase burla
Arcipreste de Hita