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La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una
pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición.
La anorexia se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción
distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo
aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una
disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de
alimentos.
Normalmente comienza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que existe
la falsa creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e
incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema. A estas medidas
drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas como la utilización de
diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio físico. Las
personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más
críticos, de su peso corporal.. Esta enfermedad suele asociarse con alteraciones
psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta
emocional y una estigmatización del cuerpo.
http://www.tnrelaciones.com/cm/preguntas_y_respuestas/content/93/349/es/que
-es-la-anorexia.html
¿Qué es la anorexia?
La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos graves de la conducta alimentaria que
comprende periodos de privación del consumo de alimentos (anorexia), alternados en
ocasiones con periodos compulsivos de ingesta alimentaria y purga (bulimia), asociados ambos
periodos a otros trastornos de la conducta alimentaria no especificados.
Las personas diagnosticadas de anorexia nerviosa presentan un índice de masa corporal (IMC)
y peso corporal muy inferiores a los correspondientes a su edad, altura y sexo (por debajo de
18-19 se considera bajo peso y de 17 infrapeso severo). Este bajo índice de peso corporal viene
ocasionado en más del 50% de los pacientes, además de por la privación alimentaria, por el
abuso descontrolado de laxantes o diuréticos, generación de vómito autoinducido y sesiones
de ejercicio extenuantes con el fin de perder peso.
En todos los casos los pacientes no suelen ser capaces de reconocer su problema de delgadez
extrema, dado que no son conscientes de su estado, negando de forma categórica su
condición, e incluso aislándose de las personas cercanas porque consideran que quieren
hacerles “engordar más”, y que el problema de visión de la realidad lo tiene su entorno y no
ellos.
Esta patología es de muy rara aparición antes de la pubertad y suele afectar en un mayor
porcentaje a las chicas, aunque cada vez se está adelantando más la edad de aparición y
equiparando el porcentaje de casos entre ambos sexos. Como promedio, se considera que la
anorexia nerviosa aparece en torno a los 17 años. Cuanto más temprana sea la edad de
aparición y más precoz su detección y tratamiento, mejor pronóstico de curación hay. Por
encima de los 40 años resulta infrecuente. Su prevalencia se ha establecido en un caso por
cada 100 a 250 habitantes.
Diagnóstico de la anorexia
El diagnóstico de esta enfermedad se basa en:
Una entrevista con el paciente y su entorno familiar más cercano, y revisión de su
historia clínica y antecedentes familiares.
Una exploración física y evaluación del ritmo cardiaco, presión sanguínea y
frecuencia respiratoria.
Pruebas clínicas complementarias: hemograma, bioquímica, etc.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) de la
Sociedad Americana de Psiquiatría, los cuatro criterios diagnósticos principales de la
anorexia nerviosa son:
Rechazo tajante a lograr y mantener un peso corporal igual o superior al valor
mínimo normal considerado en función de la edad y la talla. Por lo general, el peso es
inferior al 85% del mínimo correspondiente a la edad y talla.
Terror patológico a la ganancia de peso y a la conversión en una persona obesa.
Alteración de la autopercepción del peso y silueta corporal, con exageración de su
importancia en la capacidad de autoevaluación, y negación de los riesgos que supone
un bajo peso corporal mantenido.
Amenorrea en mujeres pospuberales (desaparición de al menos tres ciclos
menstruales).
Claves en el diagnóstico de la anorexia
La 10º versión de la clasificación estadística internacional de enfermedades y otros
problemas de salud (CIE-10) mantiene aproximadamente los mismos criterios de
diagnóstico de la anorexia, aunque un poco más ampliados, indicando:
Pérdida de peso significativa conseguida mediante la evitación de alimentos “que
engorden”, y dos o más de los siguientes síntomas: vómitos autoinducidos, empleo
de laxantes, ejercicio físico excesivo, uso de diuréticos o inhibidores del apetito.
Psicopatología específica con idea sobrevalorada y obsesiva de horror hacia la
gordura o la flacidez, lo que implica que el paciente se autoimpone un umbral de
bajo peso no justificado.
Presencia de trastornos en el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal que se manifiestan
en el varón como falta de interés sexual e impotencia y, en la mujer, como
amenorrea. Puede haber niveles elevados de GH y cortisol, anormalidades en la
secreción de insulina, y cambios en el metabolismo periférico de la hormona
tiroidea.
En caso de aparición prepuberal, el crecimiento se ve interrumpido, con falta o
ausencia total del desarrollo de los pechos y aparición de amenorrea primaria en las
niñas y, en el caso de los niños, los genitales permanecen juveniles.
Con la recuperación, estos síntomas se revierten y se continúa con el desarrollo
normal de la pubertad, excepto por el retraso de la menarquia.
Tipos de anorexia
Se diferencian dos tipos de anorexia, observándose en
ambos grupos de pacientes un pequeño porcentaje que
presenta un único episodio aislado, un porcentaje mucho
mayor adopta un patrón fluctuante y alternativo de
ganancia de peso y recaída, y un último grupo no supera
el primer episodio y desarrolla deterioro crónico a lo largo
de los años.
Independientemente del tipo de anorexia nerviosa
desarrollada, diversos estudios han demostrado que estos
pacientes suelen presentar patrones de depresión y
ansiedad previos al desarrollo del trastorno, los cuales se
mantienen o, incluso, aumentan, a lo largo de la
enfermedad y, en un porcentaje significativo, persisten
una vez superada la anorexia, especialmente la depresión.
Anorexia nerviosa restrictiva
Se trata de un cuadro clínico donde los
pacientes logran un bajo peso a través
de dietas muy restrictivas, ayuno muy
prolongado, y abundante ejercicio de
intensidad elevada. Estos pacientes no
recurren a atracones compulsivos y
purgas posteriores.
Anorexia nerviosa
purgativa/compulsiva
Son pacientes que
recurren de forma
puntual o sistemática a
atracones o purgas
(vómitos, laxantes,
diuréticos…). Existe un
subgrupo que no
presenta atracones pero
sí recurren a la purga de
forma sistemática.
Debido a la pérdida del
control de los impulsos
propio de este grupo,
estos sujetos son más
susceptibles de padecer
una mayor variabilidad
emocional, así como de
sucumbir al consumo de
sustancias adictivas
(alcohol, tabaco,
etcétera).
Causas y factores de riesgo de la anorexia
Es extremadamente complicado establecer parámetros comunes responsables de este
trastorno alimentario debido sobre todo a su componente psicológico y a la gran variación de
signos y síntomas entre unos pacientes y otros.
Los estudios desarrollados que han intentado determinar la etiopatogenia (origen de la
patología) de la enfermedad no han sido concluyentes, apuntando como origen la suma de
algunos de estos factores predisponentes:
Factores individuales
Se ha hablado de un posible componente genético ligado a la presencia del gen 5HT-2A,
detectado en un gran número de pacientes diagnosticados de este desorden alimentario y
activado por situaciones de malnutrición. Diversos estudios de concordancia gemelar apoyan
este posible componente genético.
Se ha detectado un aumento de la actividad serotoninérgica que parece estar muy ligado a la
disminución de la ingesta de alimentos y a alteraciones de la conducta. Igualmente se han
observado, a través de pruebas de imagen, alteraciones anatómicas y metabólicas en los
sujetos con anorexia, que podrían estar ligadas a la presencia de la enfermedad.
Finalmente, se ha relacionado de forma predominante la presencia de esta enfermedad con
alteraciones psiquiátricas como depresión mayor o trastorno obsesivo-compulsivo.
Factores familiares
Presencia de alcoholismo y/o trastornos psiquiátricos en familiares de primer grado (padres y
hermanos).
Factores culturales
Cánones de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad y un excesivo culto al cuerpo.
Además de estos factores, el inicio de dietas restrictivas es un factor precipitante de la
enfermedad.
Síntomas de la anorexia
Existen determinados signos y síntomas
que hacen sospechar que una persona
puede estar padeciendo anorexia
nerviosa, no obstante, el diagnóstico,
tratamiento y seguimiento siempre deben
ser realizados por un profesional sanitario
especialista.
Signos de la anorexia
Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo.
Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir
adelgazando, con control activo (mirarse repetidamente al espejo, pesarse varias
veces al día, contar las calorías…).
Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes).
Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta.
Realización de ejercicio físico constante y excesivo.
Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones.
Evitar comidas en compañía.
Huir de la mesa después de comer.
Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el
plato, tirarla al suelo, esconderla…).
Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales.
Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad.
Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo
alimentos bajos en calorías.
Empleo no controlado de diuréticos y laxantes.
Baja autoestima.
Síntomas de la anorexia
En el ámbito clínico los principales síntomas de anorexia nerviosa son:
Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas.
Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos.
Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las
manos. Esto se debe a un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un
trastorno en su metabolismo.
Extremidades frías.
Uñas quebradizas y caída de cabello.
Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas submandibulare
Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia de caries. Esto e
especialmente patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito.
Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto s
se emplean laxantes que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico).
Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca
(bradicardia), alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera.
Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de pota
bajos (hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y
elevación de los niveles de creatinina sérica.
Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia).
Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos,
transaminasas y del proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el
paciente, además, suele emplear purgantes, enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros
parámetros específicos alterados.
Tratamiento de la anorexia
Una vez evaluados los parámetros diagnósticos descritos previamente, y descartadas otras patologías
psiquiátricas y orgánicas, se procede al tratamiento y seguimiento del paciente. El proceso de tratamiento de
la anorexia nerviosa es multidisciplinar, precisando una acción coordinada del médico de familia, psiquiatra,
psicólogo, endocrino y ginecólogo. Los puntos principales del tratamiento son:
Modificación de los hábitos alimentarios del paciente: se precisa una “re-educación” del paciente en sus
hábitos alimentarios. Para ello, se inicia con una dieta relativamente baja en calorías (1.000-1.500
calorías/día) y se va incrementando progresivamente hasta lograr cubrir las necesidades calóricas del
paciente, respetando siempre el espacio personal para no presionarle, pero no permitiendo que coma a solas,
y vigilando que haga las cinco comidas diarias fundamentales.
Control regular del peso: se deben detectar aumentos semanales de 250-500 gramos al pesar a la persona
desnuda o en ropa interior (evita la tara del peso de la ropa y posibles engaños del paciente).
Restricción del ejercicio físico: inicialmente se elimina por completo y se reintroduce muy progresivamente.
Controles analíticos regulares para evitar complicaciones orgánicas.
Terapia farmacológica: se centra principalmente en el componente depresivo y/o ansioso de la anorexia. Es un
tratamiento individualizado y constreñido a los requerimientos y la situación psicológica del paciente.
Terapia psicológica: se emplea de forma aislada, o combinada, la terapia conductual, psicoanalítica,
interpersonal y la de grupo.
El seguimiento del tratamiento se puede realizar de forma combinada entre el médico de cabecera y la unidad
de salud mental. En el caso de que el seguimiento ambulatorio haya fallado, y siempre que el paciente tenga
un buen apoyo familiar, buena predisposición hacia el tratamiento y tolere la terapia en grupo, se puede
intentar la terapia en hospitales de día, siendo una opción totalmente contraindicada si el paciente muestra
tendencia al suicidio, abuso de sustancias o complicaciones médicas severas.
El paciente puede ser hospitalizado en caso de riesgo manifiesto para su vida, alteración psicológica muy
grave (suicidio, otras alteraciones psiquiátricas, etcétera), o si la situación familiar es muy desfavorable. Una
vez iniciado el tratamiento el pronóstico es muy variable, aunque se consideran indicativos de buen
pronóstico la capacidad de aceptación precoz de la enfermedad por parte del paciente, la aparición y
diagnóstico a corto plazo de la enfermedad, un buen apoyo familiar, y la ausencia de antecedentes
psiquiátricos en la familia.
Prevención de la anorexia
La detección precoz y ponerse en manos de
especialistas para seguir un tratamiento adecuado
son las mejores armas para combatir la anorexia,
una vez establecida la enfermedad. Sin embargo, es
mejor prevenir su aparición con la difusión de
programas de prevención y promoción de la Salud
en los ámbitos familiares, educativos y sociales, que
permitirían reducir el número de personas que
desarrollan trastornos alimentarios cuyas
consecuencias pueden repercutir sobre su salud de
forma irreversible.
Prevenir la anorexia desde la infancia
Estas son algunas claves que te ayudarán a prevenir la anorexia en tus hijos o familiares de corta edad:
Enseñar a los niños desde pequeños, tanto en casa como en la escuela, la importancia de unos correctos hábitos
alimenticios.
Comer en familia siempre que sea posible, convirtiendo el momento de la comida en una reunión agradable en la que
se intercambian las vivencias del día.
Los menús deben ser variados e incluir todos los tipos de alimentos necesarios para una correcta nutrición.
Salvo que existan razones de salud, no se deben excluir alimentos de la dieta del niño, pues todos son necesarios en su
justa medida, aunque sí se debe limitar el consumo de dulces y postres industriales, sustituyéndolos, en la medida de
lo posible, por otros hechos en casa.
Probar con distintas verduras y frutas hasta encontrar las que más le agraden. Aunque no le guste la coliflor, puede que
le encanten las espinacas.
Establecer horarios de comida regulares. Mejor si la comida se reparte en cuatro o cinco tomas a lo largo del día
(desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena).
Fomentar su autoestima. Es importante que conozca sus capacidades y limitaciones, y aprenda a sentirse a gusto
consigo mismo. Esto evitará futuros complejos.
Reforzar su autonomía y estimularle para que tenga sus propias opiniones y resulte menos vulnerable a los mensajes
de los medios de comunicación y la publicidad que transmiten la idea de que tener un cuerpo perfecto es sinónimo de
éxito y felicidad, olvidando los valores de las personas.
Comentar con el niño estos mensajes sobre estética y alimentación que difunden los medios de comunicación,
razonando lo que es cierto y lo que no, y enseñándole a valorar la salud por encima de los condicionamientos
estéticos.
No proponerle metas, ni académicas ni deportivas, que superen sus capacidades, para evitar frustraciones.
Animarle a practicar ejercicio con regularidad. Es bueno para su salud y le ayudará a mantenerse en forma.
Facilitar sus relaciones sociales y su participación en actividades extraescolares, excursiones, visitas culturales
programadas por el colegio, etc. Si se siente integrado socialmente, es difícil que al crecer piense que le van a rechazar
por no cumplir unos cánones de belleza concretos.
Establecer una buena comunicación dentro del ámbito familiar, para que el niño se sienta seguro, y sea capaz de
buscar el consejo y la ayuda de su propia familia cuando se enfrente a situaciones que le resulten difíciles o
estresantes.
Prevención de la anorexia con jóvenes
La mayoría de los casos de anorexia se dan en mujeres con edades comprendidas entre los 14 y los 18
años. Jóvenes que han recibido un falso mensaje que ensalza la delgadez como la representación del éxito,
la felicidad, lo correcto y lo natural. El deseo de cambiar el aspecto físico no implica que se padezca una
enfermedad mental, pero sí incrementa las posibilidades de desarrollar un trastorno alimentario cuando se
convierte en una obsesión y se adoptan conductas inapropiadas. La adolescencia es una etapa
especialmente vulnerable porque la personalidad no está suficientemente formada, de ahí la importancia
de establecer programas de prevención de la anorexia, para evitar el desarrollo de este y otros trastornos
alimentarios.
Los educadores en contacto con adolescentes juegan un papel muy importante en la detección precoz de
los trastornos alimentarios, y deben avisar a los familiares si observan alteraciones emocionales o cambios
en el comportamiento o el aspecto físico de los jóvenes.
Si el joven necesita perder peso por motivos de salud, debe hacerlo siempre bajo control médico y con el
conocimiento de los padres. Si estos observan que el deseo de perder peso está injustificado, o que el
joven empieza a reducir sin motivo la cantidad de comida, deben consultar inmediatamente con un
especialista.
Los familiares deben evitar hacer comentarios despectivos sobre el aspecto físico de otras personas. Se
puede criticar una mala acción o el mal carácter de alguien, pero no burlarse de su fealdad o gordura.
En esta misma línea, se debe enseñar al adolescente a valorar las virtudes de los otros en vez de juzgarlos
por su aspecto físico.
Favorecer la integración y convivencia entre personas procedentes de distintos ámbitos sociales y
culturales, ayuda al adolescente a comprender que ser diferente no significa ser peor ni mejor.
Potenciar su autoestima para que valore sus cualidades y capacidades y no se avergüence de sus
limitaciones.
Un ambiente familiar positivo, sin caer en la sobreprotección, proporcionará al adolescente la seguridad y
el apoyo necesarios para superar sus problemas.
Busca ayuda para vencer la anorexia
La anorexia nerviosa es considerada un trastorno de la alimentación que afecta a adolescentes de
cualquier raza, nacionalidad, clase social o cultura.
Dentro de las estadísticas de Anorexia podríamos encontrar los siguientes casos:
El grupo de mayor riesgo está comprendido entre los 14 y 18 años aunque existen estudios que amplían
estudios esta edad desde los 12 hasta los 25 años.
Se calcula que la anorexia nerviosa afecta entre el 0.5% al 3% de la población mundial de adolescentes,
convirtiéndose en la tercera enfermedad crónica más común entre este grupo de personas.
Dentro de grupos de adolescentes que se encuentran a dieta, se calcula que solo alrededor del 20%
padecen realmente sobrepeso, el resto está interesado en perder peso aun sin que requiera que lo bajen.
Cerca del 90% de los adolescentes que realizan dietas son mujeres.
Se calcula que 1 de cada 100 miembros de la población de niños—adolescentes padecen de anorexia
mientras que cerca del 3% desarrolla otro trastorno.
Si se realiza una evaluación diferencial de casos de anorexia nerviosa en hombres y mujeres el porcentaje
seria de 5% y 95% respectivamente. Aunque en los últimos años la diferencia entre sexos se va
acortando.
Del total de pacientes que reciben tratamiento para combatir la anorexia después de 5 años,
aproximadamente el 12% se cronifica, aumentando hasta el 15% a los diez años.
La tasa de mortandad a causa de la anorexia ronda del 3% al 15%.
Según estadísticas mundiales la incidencia de anorexia nerviosa es de 3 por cada 100000 habitantes en el
mundo.
Una persona con anorexia nerviosa no pesa más del 85% del peso esperado para la edad.
El 1.7% de la población sufre depresión y para el 2020 esta enfermedad será la primera causa de
incapacidad.
En México los casos de anorexia son de 4.9 por cada 1000000 habitantes.
http://anorexia-wwwtrastornoalimenticiocom.blogspot.mx/2012/06/normal-0-21-false-false-false-es-mx-
x_2343.html
La presidenta de la Federación Española de Asociaciones por la Ayuda y Lucha contra la Anorexia y Bulimia (FEACAB),
Carmen Galindo, sostiene que el porcentaje de personas que padece anorexia en España está estabilizado, pero advierte
de que cada vez se detecta a edades más tempranas, entre los 9 y 10 años.
Galindo, en una entrevista concedida a EFE con motivo del V Encuentro de Técnicos y Directivos de Asociaciones de la
FEACAB que se celebra en Logroño, expresa la preocupación de la Federación por la tendencia creciente de inicio de los
trastornos de la conducta alimentaria, en especial, la anorexia en edades más tempranas.
Hace diez años, explica la presidenta de la FEACAB, la edad de inicio de padecer anorexia se situaba en los 14, 15 y 16
años.
Galindo admite que cada vez hay mayor concienciación en España de la situación de los trastornos de las conducta
alimentaria, y las familias acuden a los especialistas y asociaciones regionales contra la anorexia cuando tienen la más
mínima sospecha de la enfermedad en alguno de sus hijos.
Los estudios de la FEACAB también constatan que, si bien los varones que sufren anorexia a edades tempranas se olvidan
de la enfermedad cuando llegan a la adolescencia, no ocurre lo mismo en el caso de las chicas, añade la presidenta.
La relación de sexos, afirma Galindo, es de 10 a 1 a favor del femenino y los trastornos de la conducta alimentaria afectan,
fundamentalmente a personas jóvenes, pero también a adultos. La FEACAB, añade, ha detectado una tendencia creciente
de mujeres que padecen bulimia a edades adultas, entre los 40 y 50 años.
Galindo subraya que, "aunque es probable que los casos más graves de trastornos de la conducta alimentaria estén
estancados, al iniciarse en una edad más temprana y abrirse mucho el abanico, seguimos teniendo un gran número de
casos de personas que padecen estos trastornos".
La FEACAB, que está formada por 26 asociaciones de diferentes provincias de España y agrupa a más de 20.000 personas
afectadas, cree que en cada Comunidad Autónoma debiera existir, al menos, una unidad en la sanidad pública para
atender estos trastornos.
Galindo, de acuerdo con los datos facilitados por el jefe de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Infanta
Luisa, de Sevilla, Ignacio Jáuregui, en España no existe un registro oficial de casos de anorexia y bulimia, pero se calcula
que habría unos 112.529 pacientes de entre 10 y 29 años.
En el caso de la bulimia, se estima que en esas edades la padecerían entre 337.000 y 450.000 afectados-un 3% de la
población de entre 10 y 29 años. Si se suman ambos trastornos, en España superan los 500.000 pacientes.
La presidenta de la FEACAB calificó de "aberración" la campaña publicitaria realizada por el fotógrafoOliviero Toscani con
la imagen de una "modelo" anoréxica -31 kilos- desnuda.El Encuentro reúne a especialistas en anorexia y bulimia de toda
España para analizar las prácticas socio-sanitarias y educativas que ayudan a prevenir los trastornos alimentarios.
http://www.larioja.com/20071027/local/region/anorexia-edad-inicio-padecer-200710271227.html
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  • 1.
  • 2. La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. La anorexia se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos. Normalmente comienza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que existe la falsa creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio físico. Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal.. Esta enfermedad suele asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo. http://www.tnrelaciones.com/cm/preguntas_y_respuestas/content/93/349/es/que -es-la-anorexia.html
  • 3. ¿Qué es la anorexia? La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos graves de la conducta alimentaria que comprende periodos de privación del consumo de alimentos (anorexia), alternados en ocasiones con periodos compulsivos de ingesta alimentaria y purga (bulimia), asociados ambos periodos a otros trastornos de la conducta alimentaria no especificados. Las personas diagnosticadas de anorexia nerviosa presentan un índice de masa corporal (IMC) y peso corporal muy inferiores a los correspondientes a su edad, altura y sexo (por debajo de 18-19 se considera bajo peso y de 17 infrapeso severo). Este bajo índice de peso corporal viene ocasionado en más del 50% de los pacientes, además de por la privación alimentaria, por el abuso descontrolado de laxantes o diuréticos, generación de vómito autoinducido y sesiones de ejercicio extenuantes con el fin de perder peso. En todos los casos los pacientes no suelen ser capaces de reconocer su problema de delgadez extrema, dado que no son conscientes de su estado, negando de forma categórica su condición, e incluso aislándose de las personas cercanas porque consideran que quieren hacerles “engordar más”, y que el problema de visión de la realidad lo tiene su entorno y no ellos. Esta patología es de muy rara aparición antes de la pubertad y suele afectar en un mayor porcentaje a las chicas, aunque cada vez se está adelantando más la edad de aparición y equiparando el porcentaje de casos entre ambos sexos. Como promedio, se considera que la anorexia nerviosa aparece en torno a los 17 años. Cuanto más temprana sea la edad de aparición y más precoz su detección y tratamiento, mejor pronóstico de curación hay. Por encima de los 40 años resulta infrecuente. Su prevalencia se ha establecido en un caso por cada 100 a 250 habitantes.
  • 4. Diagnóstico de la anorexia El diagnóstico de esta enfermedad se basa en: Una entrevista con el paciente y su entorno familiar más cercano, y revisión de su historia clínica y antecedentes familiares. Una exploración física y evaluación del ritmo cardiaco, presión sanguínea y frecuencia respiratoria. Pruebas clínicas complementarias: hemograma, bioquímica, etc. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) de la Sociedad Americana de Psiquiatría, los cuatro criterios diagnósticos principales de la anorexia nerviosa son: Rechazo tajante a lograr y mantener un peso corporal igual o superior al valor mínimo normal considerado en función de la edad y la talla. Por lo general, el peso es inferior al 85% del mínimo correspondiente a la edad y talla. Terror patológico a la ganancia de peso y a la conversión en una persona obesa. Alteración de la autopercepción del peso y silueta corporal, con exageración de su importancia en la capacidad de autoevaluación, y negación de los riesgos que supone un bajo peso corporal mantenido. Amenorrea en mujeres pospuberales (desaparición de al menos tres ciclos menstruales).
  • 5. Claves en el diagnóstico de la anorexia La 10º versión de la clasificación estadística internacional de enfermedades y otros problemas de salud (CIE-10) mantiene aproximadamente los mismos criterios de diagnóstico de la anorexia, aunque un poco más ampliados, indicando: Pérdida de peso significativa conseguida mediante la evitación de alimentos “que engorden”, y dos o más de los siguientes síntomas: vómitos autoinducidos, empleo de laxantes, ejercicio físico excesivo, uso de diuréticos o inhibidores del apetito. Psicopatología específica con idea sobrevalorada y obsesiva de horror hacia la gordura o la flacidez, lo que implica que el paciente se autoimpone un umbral de bajo peso no justificado. Presencia de trastornos en el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal que se manifiestan en el varón como falta de interés sexual e impotencia y, en la mujer, como amenorrea. Puede haber niveles elevados de GH y cortisol, anormalidades en la secreción de insulina, y cambios en el metabolismo periférico de la hormona tiroidea. En caso de aparición prepuberal, el crecimiento se ve interrumpido, con falta o ausencia total del desarrollo de los pechos y aparición de amenorrea primaria en las niñas y, en el caso de los niños, los genitales permanecen juveniles. Con la recuperación, estos síntomas se revierten y se continúa con el desarrollo normal de la pubertad, excepto por el retraso de la menarquia.
  • 6. Tipos de anorexia Se diferencian dos tipos de anorexia, observándose en ambos grupos de pacientes un pequeño porcentaje que presenta un único episodio aislado, un porcentaje mucho mayor adopta un patrón fluctuante y alternativo de ganancia de peso y recaída, y un último grupo no supera el primer episodio y desarrolla deterioro crónico a lo largo de los años. Independientemente del tipo de anorexia nerviosa desarrollada, diversos estudios han demostrado que estos pacientes suelen presentar patrones de depresión y ansiedad previos al desarrollo del trastorno, los cuales se mantienen o, incluso, aumentan, a lo largo de la enfermedad y, en un porcentaje significativo, persisten una vez superada la anorexia, especialmente la depresión.
  • 7. Anorexia nerviosa restrictiva Se trata de un cuadro clínico donde los pacientes logran un bajo peso a través de dietas muy restrictivas, ayuno muy prolongado, y abundante ejercicio de intensidad elevada. Estos pacientes no recurren a atracones compulsivos y purgas posteriores.
  • 8. Anorexia nerviosa purgativa/compulsiva Son pacientes que recurren de forma puntual o sistemática a atracones o purgas (vómitos, laxantes, diuréticos…). Existe un subgrupo que no presenta atracones pero sí recurren a la purga de forma sistemática. Debido a la pérdida del control de los impulsos propio de este grupo, estos sujetos son más susceptibles de padecer una mayor variabilidad emocional, así como de sucumbir al consumo de sustancias adictivas (alcohol, tabaco, etcétera).
  • 9. Causas y factores de riesgo de la anorexia Es extremadamente complicado establecer parámetros comunes responsables de este trastorno alimentario debido sobre todo a su componente psicológico y a la gran variación de signos y síntomas entre unos pacientes y otros. Los estudios desarrollados que han intentado determinar la etiopatogenia (origen de la patología) de la enfermedad no han sido concluyentes, apuntando como origen la suma de algunos de estos factores predisponentes: Factores individuales Se ha hablado de un posible componente genético ligado a la presencia del gen 5HT-2A, detectado en un gran número de pacientes diagnosticados de este desorden alimentario y activado por situaciones de malnutrición. Diversos estudios de concordancia gemelar apoyan este posible componente genético. Se ha detectado un aumento de la actividad serotoninérgica que parece estar muy ligado a la disminución de la ingesta de alimentos y a alteraciones de la conducta. Igualmente se han observado, a través de pruebas de imagen, alteraciones anatómicas y metabólicas en los sujetos con anorexia, que podrían estar ligadas a la presencia de la enfermedad. Finalmente, se ha relacionado de forma predominante la presencia de esta enfermedad con alteraciones psiquiátricas como depresión mayor o trastorno obsesivo-compulsivo. Factores familiares Presencia de alcoholismo y/o trastornos psiquiátricos en familiares de primer grado (padres y hermanos). Factores culturales Cánones de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad y un excesivo culto al cuerpo. Además de estos factores, el inicio de dietas restrictivas es un factor precipitante de la enfermedad.
  • 10. Síntomas de la anorexia Existen determinados signos y síntomas que hacen sospechar que una persona puede estar padeciendo anorexia nerviosa, no obstante, el diagnóstico, tratamiento y seguimiento siempre deben ser realizados por un profesional sanitario especialista.
  • 11. Signos de la anorexia Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo. Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir adelgazando, con control activo (mirarse repetidamente al espejo, pesarse varias veces al día, contar las calorías…). Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes). Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta. Realización de ejercicio físico constante y excesivo. Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones. Evitar comidas en compañía. Huir de la mesa después de comer. Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el plato, tirarla al suelo, esconderla…). Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales. Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad. Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo alimentos bajos en calorías. Empleo no controlado de diuréticos y laxantes. Baja autoestima. Síntomas de la anorexia
  • 12. En el ámbito clínico los principales síntomas de anorexia nerviosa son: Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas. Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos. Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos. Esto se debe a un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un trastorno en su metabolismo. Extremidades frías. Uñas quebradizas y caída de cabello. Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas submandibulare Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia de caries. Esto e especialmente patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito. Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto s se emplean laxantes que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico). Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca (bradicardia), alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera. Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de pota bajos (hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y elevación de los niveles de creatinina sérica. Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia). Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos, transaminasas y del proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el paciente, además, suele emplear purgantes, enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros parámetros específicos alterados.
  • 13. Tratamiento de la anorexia Una vez evaluados los parámetros diagnósticos descritos previamente, y descartadas otras patologías psiquiátricas y orgánicas, se procede al tratamiento y seguimiento del paciente. El proceso de tratamiento de la anorexia nerviosa es multidisciplinar, precisando una acción coordinada del médico de familia, psiquiatra, psicólogo, endocrino y ginecólogo. Los puntos principales del tratamiento son: Modificación de los hábitos alimentarios del paciente: se precisa una “re-educación” del paciente en sus hábitos alimentarios. Para ello, se inicia con una dieta relativamente baja en calorías (1.000-1.500 calorías/día) y se va incrementando progresivamente hasta lograr cubrir las necesidades calóricas del paciente, respetando siempre el espacio personal para no presionarle, pero no permitiendo que coma a solas, y vigilando que haga las cinco comidas diarias fundamentales. Control regular del peso: se deben detectar aumentos semanales de 250-500 gramos al pesar a la persona desnuda o en ropa interior (evita la tara del peso de la ropa y posibles engaños del paciente). Restricción del ejercicio físico: inicialmente se elimina por completo y se reintroduce muy progresivamente. Controles analíticos regulares para evitar complicaciones orgánicas. Terapia farmacológica: se centra principalmente en el componente depresivo y/o ansioso de la anorexia. Es un tratamiento individualizado y constreñido a los requerimientos y la situación psicológica del paciente. Terapia psicológica: se emplea de forma aislada, o combinada, la terapia conductual, psicoanalítica, interpersonal y la de grupo. El seguimiento del tratamiento se puede realizar de forma combinada entre el médico de cabecera y la unidad de salud mental. En el caso de que el seguimiento ambulatorio haya fallado, y siempre que el paciente tenga un buen apoyo familiar, buena predisposición hacia el tratamiento y tolere la terapia en grupo, se puede intentar la terapia en hospitales de día, siendo una opción totalmente contraindicada si el paciente muestra tendencia al suicidio, abuso de sustancias o complicaciones médicas severas. El paciente puede ser hospitalizado en caso de riesgo manifiesto para su vida, alteración psicológica muy grave (suicidio, otras alteraciones psiquiátricas, etcétera), o si la situación familiar es muy desfavorable. Una vez iniciado el tratamiento el pronóstico es muy variable, aunque se consideran indicativos de buen pronóstico la capacidad de aceptación precoz de la enfermedad por parte del paciente, la aparición y diagnóstico a corto plazo de la enfermedad, un buen apoyo familiar, y la ausencia de antecedentes psiquiátricos en la familia.
  • 14. Prevención de la anorexia La detección precoz y ponerse en manos de especialistas para seguir un tratamiento adecuado son las mejores armas para combatir la anorexia, una vez establecida la enfermedad. Sin embargo, es mejor prevenir su aparición con la difusión de programas de prevención y promoción de la Salud en los ámbitos familiares, educativos y sociales, que permitirían reducir el número de personas que desarrollan trastornos alimentarios cuyas consecuencias pueden repercutir sobre su salud de forma irreversible.
  • 15. Prevenir la anorexia desde la infancia Estas son algunas claves que te ayudarán a prevenir la anorexia en tus hijos o familiares de corta edad: Enseñar a los niños desde pequeños, tanto en casa como en la escuela, la importancia de unos correctos hábitos alimenticios. Comer en familia siempre que sea posible, convirtiendo el momento de la comida en una reunión agradable en la que se intercambian las vivencias del día. Los menús deben ser variados e incluir todos los tipos de alimentos necesarios para una correcta nutrición. Salvo que existan razones de salud, no se deben excluir alimentos de la dieta del niño, pues todos son necesarios en su justa medida, aunque sí se debe limitar el consumo de dulces y postres industriales, sustituyéndolos, en la medida de lo posible, por otros hechos en casa. Probar con distintas verduras y frutas hasta encontrar las que más le agraden. Aunque no le guste la coliflor, puede que le encanten las espinacas. Establecer horarios de comida regulares. Mejor si la comida se reparte en cuatro o cinco tomas a lo largo del día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena). Fomentar su autoestima. Es importante que conozca sus capacidades y limitaciones, y aprenda a sentirse a gusto consigo mismo. Esto evitará futuros complejos. Reforzar su autonomía y estimularle para que tenga sus propias opiniones y resulte menos vulnerable a los mensajes de los medios de comunicación y la publicidad que transmiten la idea de que tener un cuerpo perfecto es sinónimo de éxito y felicidad, olvidando los valores de las personas. Comentar con el niño estos mensajes sobre estética y alimentación que difunden los medios de comunicación, razonando lo que es cierto y lo que no, y enseñándole a valorar la salud por encima de los condicionamientos estéticos. No proponerle metas, ni académicas ni deportivas, que superen sus capacidades, para evitar frustraciones. Animarle a practicar ejercicio con regularidad. Es bueno para su salud y le ayudará a mantenerse en forma. Facilitar sus relaciones sociales y su participación en actividades extraescolares, excursiones, visitas culturales programadas por el colegio, etc. Si se siente integrado socialmente, es difícil que al crecer piense que le van a rechazar por no cumplir unos cánones de belleza concretos. Establecer una buena comunicación dentro del ámbito familiar, para que el niño se sienta seguro, y sea capaz de buscar el consejo y la ayuda de su propia familia cuando se enfrente a situaciones que le resulten difíciles o estresantes.
  • 16. Prevención de la anorexia con jóvenes La mayoría de los casos de anorexia se dan en mujeres con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años. Jóvenes que han recibido un falso mensaje que ensalza la delgadez como la representación del éxito, la felicidad, lo correcto y lo natural. El deseo de cambiar el aspecto físico no implica que se padezca una enfermedad mental, pero sí incrementa las posibilidades de desarrollar un trastorno alimentario cuando se convierte en una obsesión y se adoptan conductas inapropiadas. La adolescencia es una etapa especialmente vulnerable porque la personalidad no está suficientemente formada, de ahí la importancia de establecer programas de prevención de la anorexia, para evitar el desarrollo de este y otros trastornos alimentarios. Los educadores en contacto con adolescentes juegan un papel muy importante en la detección precoz de los trastornos alimentarios, y deben avisar a los familiares si observan alteraciones emocionales o cambios en el comportamiento o el aspecto físico de los jóvenes. Si el joven necesita perder peso por motivos de salud, debe hacerlo siempre bajo control médico y con el conocimiento de los padres. Si estos observan que el deseo de perder peso está injustificado, o que el joven empieza a reducir sin motivo la cantidad de comida, deben consultar inmediatamente con un especialista. Los familiares deben evitar hacer comentarios despectivos sobre el aspecto físico de otras personas. Se puede criticar una mala acción o el mal carácter de alguien, pero no burlarse de su fealdad o gordura. En esta misma línea, se debe enseñar al adolescente a valorar las virtudes de los otros en vez de juzgarlos por su aspecto físico. Favorecer la integración y convivencia entre personas procedentes de distintos ámbitos sociales y culturales, ayuda al adolescente a comprender que ser diferente no significa ser peor ni mejor. Potenciar su autoestima para que valore sus cualidades y capacidades y no se avergüence de sus limitaciones. Un ambiente familiar positivo, sin caer en la sobreprotección, proporcionará al adolescente la seguridad y el apoyo necesarios para superar sus problemas. Busca ayuda para vencer la anorexia
  • 17. La anorexia nerviosa es considerada un trastorno de la alimentación que afecta a adolescentes de cualquier raza, nacionalidad, clase social o cultura. Dentro de las estadísticas de Anorexia podríamos encontrar los siguientes casos: El grupo de mayor riesgo está comprendido entre los 14 y 18 años aunque existen estudios que amplían estudios esta edad desde los 12 hasta los 25 años. Se calcula que la anorexia nerviosa afecta entre el 0.5% al 3% de la población mundial de adolescentes, convirtiéndose en la tercera enfermedad crónica más común entre este grupo de personas. Dentro de grupos de adolescentes que se encuentran a dieta, se calcula que solo alrededor del 20% padecen realmente sobrepeso, el resto está interesado en perder peso aun sin que requiera que lo bajen. Cerca del 90% de los adolescentes que realizan dietas son mujeres. Se calcula que 1 de cada 100 miembros de la población de niños—adolescentes padecen de anorexia mientras que cerca del 3% desarrolla otro trastorno. Si se realiza una evaluación diferencial de casos de anorexia nerviosa en hombres y mujeres el porcentaje seria de 5% y 95% respectivamente. Aunque en los últimos años la diferencia entre sexos se va acortando. Del total de pacientes que reciben tratamiento para combatir la anorexia después de 5 años, aproximadamente el 12% se cronifica, aumentando hasta el 15% a los diez años. La tasa de mortandad a causa de la anorexia ronda del 3% al 15%. Según estadísticas mundiales la incidencia de anorexia nerviosa es de 3 por cada 100000 habitantes en el mundo. Una persona con anorexia nerviosa no pesa más del 85% del peso esperado para la edad. El 1.7% de la población sufre depresión y para el 2020 esta enfermedad será la primera causa de incapacidad. En México los casos de anorexia son de 4.9 por cada 1000000 habitantes. http://anorexia-wwwtrastornoalimenticiocom.blogspot.mx/2012/06/normal-0-21-false-false-false-es-mx- x_2343.html
  • 18. La presidenta de la Federación Española de Asociaciones por la Ayuda y Lucha contra la Anorexia y Bulimia (FEACAB), Carmen Galindo, sostiene que el porcentaje de personas que padece anorexia en España está estabilizado, pero advierte de que cada vez se detecta a edades más tempranas, entre los 9 y 10 años. Galindo, en una entrevista concedida a EFE con motivo del V Encuentro de Técnicos y Directivos de Asociaciones de la FEACAB que se celebra en Logroño, expresa la preocupación de la Federación por la tendencia creciente de inicio de los trastornos de la conducta alimentaria, en especial, la anorexia en edades más tempranas. Hace diez años, explica la presidenta de la FEACAB, la edad de inicio de padecer anorexia se situaba en los 14, 15 y 16 años. Galindo admite que cada vez hay mayor concienciación en España de la situación de los trastornos de las conducta alimentaria, y las familias acuden a los especialistas y asociaciones regionales contra la anorexia cuando tienen la más mínima sospecha de la enfermedad en alguno de sus hijos. Los estudios de la FEACAB también constatan que, si bien los varones que sufren anorexia a edades tempranas se olvidan de la enfermedad cuando llegan a la adolescencia, no ocurre lo mismo en el caso de las chicas, añade la presidenta. La relación de sexos, afirma Galindo, es de 10 a 1 a favor del femenino y los trastornos de la conducta alimentaria afectan, fundamentalmente a personas jóvenes, pero también a adultos. La FEACAB, añade, ha detectado una tendencia creciente de mujeres que padecen bulimia a edades adultas, entre los 40 y 50 años. Galindo subraya que, "aunque es probable que los casos más graves de trastornos de la conducta alimentaria estén estancados, al iniciarse en una edad más temprana y abrirse mucho el abanico, seguimos teniendo un gran número de casos de personas que padecen estos trastornos". La FEACAB, que está formada por 26 asociaciones de diferentes provincias de España y agrupa a más de 20.000 personas afectadas, cree que en cada Comunidad Autónoma debiera existir, al menos, una unidad en la sanidad pública para atender estos trastornos. Galindo, de acuerdo con los datos facilitados por el jefe de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Infanta Luisa, de Sevilla, Ignacio Jáuregui, en España no existe un registro oficial de casos de anorexia y bulimia, pero se calcula que habría unos 112.529 pacientes de entre 10 y 29 años. En el caso de la bulimia, se estima que en esas edades la padecerían entre 337.000 y 450.000 afectados-un 3% de la población de entre 10 y 29 años. Si se suman ambos trastornos, en España superan los 500.000 pacientes. La presidenta de la FEACAB calificó de "aberración" la campaña publicitaria realizada por el fotógrafoOliviero Toscani con la imagen de una "modelo" anoréxica -31 kilos- desnuda.El Encuentro reúne a especialistas en anorexia y bulimia de toda España para analizar las prácticas socio-sanitarias y educativas que ayudan a prevenir los trastornos alimentarios. http://www.larioja.com/20071027/local/region/anorexia-edad-inicio-padecer-200710271227.html