Este documento resume una salida en moto realizada por un grupo de 7 motociclistas el 22 de diciembre de 2012. Se detallan los 3 puntos de encuentro en Barcelona y alrededores, la ruta tomada a través de pueblos como Moià, Manresa y terminando en el restaurante Ca la IAIA cerca de Montserrat. Durante el almuerzo los motociclistas comparten anécdotas sobre sus motos y experiencias, y disfrutan de la compañía antes de regresar a casa para la tarde.
Última salida del año 2012 en moto con siete amigos
1. La última salida del año 2012
Sábado 22-12-2012
Los hombres del tiempo habían pronosticado buen tiempo para el sábado y con unos diez grados
de temperatura saqué la moto del parking, llené el depósito en la gasolinera y me encaminé hasta
el primer punto de encuentro frente al Gran Via 2.
Primer punto de encuentro
Como siempre llegué con diez minutos sobre el tiempo fijado. Tres minutos más tarde apareció en
sentido contrario una flamante R-1200, surgía de las profundidades del cinturón con sentido a
Barcelona. Dio la vuelta a la plaza y por el paso de peatones subió la moto a la acera. Bueno,
pensé, alguien más había coincidido con nosotros para elegir el punto de encuentro. Mi sorpresa
fue cuando se desprendió de casco y guantes y se dirigió hacia mí por mi nombre... jooooder...,
volví a pensar en un segundo, los mossos me han pillado, y eso que no he infringido ninguna
norma y van de incógnito. Pero nada más lejos de la realidad. Alargando la mano, Fede se
presentó como forero y, al parecer, también había quedado con Jordi... Nos estrechamos las
manos y cuando mis pulsaciones volvieron a su estado normal comenzamos a charlar
amigablemente sobre nuestras ambas motos.
Cinco minutos más tarde apareció Jordi, ambos le saludamos y sin más dilación nos pusimos en
marcha, habíamos quedado con parte del grupo en la gasolinera del final de la meridiana. Nos
metimos en el cinturón y con un ritmo tranquilo alcanzamos la ronda de Dalt. Jordi abría la
comitiva, seguido de Fede y yo iba cerrando el trío. Una vez recorrida toda la ronda alcanzamos la
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2. salida que se dirige hasta la meridiana. Poco antes nos había superado en la misma ronda una
antigua y bella RS-90. Parados en el semáforo de Torres i Bages coincidimos con la clásica y vimos
que era una 100, aunque no muy bien cuidada, una lástima.
Una vez fuera de Barcelona llegamos enseguida al segundo punto de encuentro. Justo cuando
nosotros deteníamos nuestras motos salía una GS-800. Ya sin cascos nos dimos cuenta que la
temperatura ya no era la misma. Fede consultó en su ordenador de a bordo y certificó que la
temperatura era tres grados más bajos y nos comunicó su arrepentimiento por llevar el mono de
cuero en lugar de la cordura. Al rato llegaron Docmolins, a quien no conocía de la anterior salida y
a Luis, mientras nos saludábamos Docmolins aprovechó para fumarse un cigarrillo. En ese
momento se detuvo una F-800 R y su piloto, también enfundado en otro mono de cuero,
aprovechó para saludarnos y fumarse otro cigarrillo con nosotros. Entonces nos preguntó si
nuestro grupo era el del foro y nos dijo que seguía con asiduidad el foro y que le gustaría
apuntarse a una próxima salida. Curiosamente, la misma conversación tenía Primario con una
chica de otro grupo motero mientras hacía un café y tiempo en un bar. Casualidades.
Segundo punto de encuentro, pasado la Meridiana y dejando atrás Barcelona
Acabado los cigarrillos nos saludamos y nos deseamos buena ruta y volvimos a ponernos en
marcha para recoger a Primario y a Alberto en el último punto de encuentro. Cerca de Caldes de
Montbui. Nos unimos a la abundante circulación que abandonaba la gran urbe por los buenos
pronósticos del buen tiempo invernal. En menos de un cuarto de hora nos plantamos
tranquilamente en la rotonda en donde nos esperaban Primario y Alberto. Todos descendimos de
nuestras respectivas motos y nos saludamos antes de cerrar los últimos detalles de la ruta
planificada. Se pensó en realizar una parada técnica para hacer un café antes de llegar a Prats de
Lluçanes y también se comentó que habíamos reservado mesa en Ca la IAIA, a los pies de
Montserrat.
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3. Tercer punto de encuentro. Ya estamos los siete reunidos. Hace un frío que pela.
Una vez definidos los últimos detalles el grupo de siete se puso en marcha. Abría el grupo
Docmolins con su imponente K-1300 S, seguido del resto y cerrábamos el grupo Luis y quien
suscribe como moto escoba. Dejamos a un lado Caldes y ascendimos hasta Sant Feliu de Codines
con un ritmo bastante tranquilo y sin fisuras en la larga fila de siete motos. El frío apretaba y la
imagen de los campos helados y un asfalto bastante húmedo no daban pie para avivar el ritmo del
grupo.
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4. Pasado Castellterçol vi por el retrovisor que se acercaban dos motos. Me ceñí a mi derecha y les
dejé pasar y durante un buen rato fueron dentro del grupo al no poder adelantarnos a todos. Creo
que una era Ducati, una multiestrada o una hypermotard y la otra moto era una japonesa R.
Cuando pudieron terminaron de adelantarnos y se alejaron de nuestro grupo.
Poco antes de llegar a Moià vimos un nutrido grupo de moteros parados en una gasolinera.
Intercambiamos saludos y continuamos nuestro helado peregrinar hacia nuestro objetivo.
Entramos en Moià y en el cruce principal giramos hacia la izquierda con dirección hacia Manresa.
Pero cincuenta metros más adelante nos detuvimos para hacer el café caliente tan necesario y
ansiado por todos, y en especial por Fede que estaba congelado.
Así nos introdujimos con todos nuestros bártulos los siete componentes en uno de los bares más
pequeños que haya visto pero suficiente para entrar en calor. Con la sintonía de los niños cantores
de la lotería nos enteramos de que ya había caído el gordo y que otro año más íbamos a tener que
aguantar con nuestras fieles monturas. Tampoco nos importó demasiado no haber sido
bendecidos por la fortuna divina, para la mayoría de los presentes montar en moto ya es un
auténtico placer y nos sentimos afortunados por ello... a pesar del frío que teníamos en el cuerpo.
Sabiamente se decidió acortar la ruta y dejar el objetivo de Prats de Lluçanes para épocas más
calurosas.
Cuando volvimos a nuestras motos un nutrido grupo de RT nos saludó y devolvimos los saludos.
Después de tomar un café bien calentito en Moià.
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5. Nutrido grupo de RT con los que intercambiamos saludos.
Volvimos a perpetrarnos los guantes, soto guantes, bragas y cascos y el grupo se puso en marcha.
Volvimos sobre nuestros pasos y volvimos al cruce central para reanudar la marcha en donde lo
habíamos dejado. Ascendimos por la calle principal hasta dejar la población y continuar por la
sinuosa ruta que seguía siendo bastante húmeda y poco alentadora para incrementar el ritmo.
Creo que alguno de los componentes tuvo algún susto en forma de deslizamiento inesperado que
por fortuna no pasó a mayores.
Recuerdo la bonita vista de los pirineos y sus primeras nieves cuando estábamos llegando a
L'Estany.
Entrando en L’Estany. Recuerdo haber visto los pirineos nevados desde esta zona. Precioso.
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6. Las primeras nieves de los pirineos. Imagen extraída de internet.
Prácticamente desde que salimos de Moià recorrimos la ruta en solitario. La larga fila de las siete
motos una detrás de la otra. A veces adelantábamos a algún esforzado ciclista o nos cruzábamos
en sentido contrario con algún solitario vehículo. De L'Estany continuamos por una más sinuosa y
solitaria ruta hasta Oristà y de allí hasta Sant feliu Saserra. Poblaciones fantasmas en donde no
acertamos a ver ningún tipo de movimiento. El frío no aconsejaba pasear por las solitarias calles.
En un momento dado pudimos avivar un poco el ritmo, no sé si antes o después de Avinyó. De allí
a Balsareny y luego a la gris Súria.
Otra imagen bonita que recuerdo es la de mis seis compañeros en fila y con la majestuosa
Monserrat de fondo. Momento que lamenté no haber retratado pero con lo heladas que tenía las
manos en ningún momento pensé en colocar la cámara en el soporte. Lo siento, compañeros.
Cruzamos Manresa, el puente viejo y recorrimos los últimos kilómetros hasta nuestra zona de
avituallamiento, la mítica Ca la IAIA... Al llegar nos llevamos la sorpresa al ver el parking
completamente vacío, apenas dos japonesas y tres coches. Mejor, así estaríamos más tranquilos y
sin el agobio de encontrar el local hasta los topes.
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7. Entre las muchas anécdotas que hay que recordar, en primer lugar hay que hablar de la buena
mujer que da nombre a tan prestigioso local. Llevo una burrada de años almorzando en este sitio y
siempre he pensado que el nombre venía de antiguo. Pues nada más lejos de la realidad. En
cuanto los siete pedimos nuestros almuerzos a la simpática camarera, apareció un rato después la
venerable anciana que da nombre al local. Toda una institución. La mujer, entrada en años, se
acercó sigilosamente y sin que nos diéramos cuenta y con una parrilla llena de nuestras butifarras
comenzó a calentarlas en las brasas del llar que teníamos a nuestra espalda. En el momento en
que nos dimos cuenta saltamos varios a inmortalizar el momento histórico… Parecíamos
auténticos paparazzis delante de una celebritie. La buena mujer se dejó retratar con una venerable
y estoica sonrisa por nosotros sin esbozar la menor queja y tan sigilosamente como apareció lo
mismo hizo cuando hubo terminado su cometido. Después desapareció y no la volvimos a ver más.
¿La tendrán guardada en algún mágico ungüento y sólo la sacarán en contadas ocasiones?... Un
misterio, pero los siete moteros que allí estuvimos podemos dar fe y pruebas de ello de que
conseguimos conocer a la mítica IAIA…
Toda una institución. ¿Acaso la novia de todos los moteros?... Tampoco nos pasemos.
Y mientras degustábamos sin mayor preocupación nuestras viandas con el martilleo constante de
la cantinela de los niños del gordo de Navidad nuestras conversaciones y risas se iban mezclando
en un distendido, agradable y despreocupado ambiente.
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8. Docmolins, Primario y Luis.
También recuerdo cómo cada uno iba comentando sus negativas experiencias con la marca bávara
y cómo me animaban a que siguiese con la discreta y eficiente japonesa. Nos reímos mucho todos
con los “innumerables reseteos” que al parecer hay que realizar de vez en cuando a sus motos
para que el ordenador de abordo funcione en toda su plenitud. O, por ejemplo, las increíbles
explicaciones de los concesionarios que daban a sus clientes. Me recordó a mi época de estudiante
cuando en un examen no tenía ni idea de lo que me preguntaban y respondía la primera gilipollez
que se me ocurría. El premio gordo se lo llevó Fede cuando contó la explicación que le dieron en el
concesionario pues la moto le dejó tirado sin gasolina mientras el tacómetro le marcaba la mitad
de depósito. “Hombre, es que tampoco hay que fiarse de lo que te dice el ordenador”… le
respondieron. ¡Olé tus huevos, moreno! Te estás gastando un pastón en una impresionante
motaza y el del concesionario te responde eso… Y más defectillos que aparecieron a medida que
hablábamos y que tampoco es menester sacarlos a la luz en la presente crónica. “Para eso paséate
por el foro”… me comentaron entre risas los compañeros y, finalmente, consiguieron entre todos
meterme el miedo en el cuerpo… “Si te compras una BMW que sea anterior al 2000… o de antes
de la guerra… no tendrás que resetear una mierda”… Y más risas.
Alberto y Fede
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9. Primario, Luis y Jordi
Cambiando de tema, también recuerdo un momento nostálgico en el que Primario nos explicó sus
venturas y desventuras que tuvo con su mítica y añorada Enduro 360. Para los que pintamos canas
aún podemos recordar cómo sonaba aquél monstruo mecánico de indudable belleza. Por dos
veces se la robaron y al contar lo sucedido Primario se remontó a la época del “vaquilla” y del
“torete”, famosos quinquis de los ochenta que se hicieron famosos en Barcelona y que las drogas
se los llevó por delante. Uno de su quinta le robó la moto a punta de navaja cuando Primario la
detenía en el ensanche barcelonés para que su novia bajase de la misma… A alguien del grupo (no
diré nombres para que luego las mujeres que puedan leer estas notas no nos pongan en un
compromiso. Y juro solemnemente que no fue Alberto pues apenas podía hablar por una gran
afonía) dijo que antes hubiese entregado a la novia que a la moto. Todos reíamos a carcajadas al
oírlo y creo que más de uno hubiéramos actuado de la misma forma…
Otra Leyenda
Pero la realidad era que el tiempo se nos echó encima y que si los siete habíamos podido disfrutar
de una buena salida en moto y un mejor almuerzo era gracias a que nuestras respectivas mujeres
nos habían dejado la mañana del sábado libre… previo pago de dedicarles la tarde a ir de compras
y sin rechistar…
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10. Eran ya las dos de la tarde y mi carroza estaba a punto de convertirse en calabaza. Mientras
volvíamos a nuestras fieles y tranquilas motos… (algunas con los tornillos oxidados, la mía no) me
despedí de todos y todos nos deseamos felices fiestas en espera de las próximas salidas para el
2013. El tiempo se me había echado encima y me hubiese gustado volver con el grupo, pero tuve
que salir como alma que lleva el diablo, siempre pendiente de radares, coches camuflados y
posibles helicópteros, pero si de algo bueno tiene la tan cacareada crisis es que los mossos no
tienen dinero para estar en la carretera. Así que no vi ninguno de ellos y llegué a casa con una
sonrisa de oreja a oreja… pero temeroso de que me cayese algún chaparrón. Afortunadamente no
fue así.
Y así termina una ruta de unos 215 km en la que pasamos frío, vimos campos helados, cumbres
nevadas, algunos locos moteros como nosotros que salen con sus motos incluso en invierno,
incluso conocimos a la mítica IAIA que sabe Dios cuándo volveremos a verla, nos reímos mucho y
disfrutamos tanto que ya estamos pensando en cuando volveremos a hacerla.
Felices Fiestas, amigos
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