El documento resume las enseñanzas bíblicas sobre la ley y la justificación según el capítulo 3 de Romanos. Explica que la ley revela el pecado pero no puede justificar al pecador. Solo a través de la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo podemos ser justificados gratuitamente por la gracia de Dios. Jesús se interpone entre Dios y el pecador para que su justicia sea aceptada en lugar de nuestra falta, de modo que ante Dios estamos como si nunca hubiéramos pecado.
3. “Pero sabemos que todo lo que la
ley dice, lo dice a los que están
bajo la ley, para que toda boca se
cierre y todo el mundo quede bajo
el juicio de Dios; ya que por las
obras de la ley ningún ser humano
será justificado delante de él;
porque por medio de la ley es el
conocimiento del pecado”
Romanos 3:19-20
4. La ley es la Toráh (especialmente el Pentateuco y, por
extensión, todo el Antiguo Testamento).
Revela al hombre el pecado y su
culpa ante Dios.
No puede, de ninguna forma,
eliminar la culpa ni hacernos
justos a la vista de Dios.
Señala el camino para obtener el
perdón (por ejemplo: el sistema
de ritos del santuario).
Muestra el carácter de Dios.
¿QUÉ ES LA LEY?
¿PARA QUÉ SIRVE LA LEY?
5. “Pero ahora, aparte de la ley, se ha
manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los
profetas; la justicia de Dios por
medio de la fe en Jesucristo, para
todos los que creen en él. Porque no
hay diferencia, por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios”
Romanos 3:21-23
6. La ley nos enseña que todos somos pecadores
y estamos destituidos de la gloria de Dios.
Además, en el Antiguo Testamento
Dios ya había manifestado la forma
en que Él nos iba a salvar.
No obstante, hasta que no vino Jesús
no pudimos comprender plenamente
esta salvación.
Aunque todos somos pecadores,
todos podemos ser salvos por medio
de la fe en Jesús.
7. Solo los justos, los que obedecen
perfectamente la ley, pueden ser
aceptados por la justicia de Dios
Ninguno de nosotros
somos justos, ni
podemos llegar a serlo
Jesús vivió una vida justa.
Esta vida justa es aceptada
por Dios.
Cuando el pecador acepta por fe el sacrificio de
Jesús, Dios acepta la vida justa de Jesús en lugar
de la del pecador, y éste es declarado justo.
DIOS PECADOR
El pecador se presenta ante Dios con su propia “justicia”
RECHAZADO: El pecador no cumple la justicia
exigida por Dios (obediencia a la ley)
JESÚS
El pecador acepta
por fe a Jesús
Jesús se presenta ante
Dios con su justicia
ACEPTADO: La justicia de Jesús es aceptada en
lugar de la del pecador
8. “Siendo justificados gratuitamente
por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús”
Romanos 3:24
Somos justificados cuando somos
declarados justos por Dios.
El medio que Dios ha dispuesto para
declararnos justos es la redención a través
de la muerte de Jesús.
Esta declaración de justicia no tiene nada
que ver con algo que nosotros podamos
hacer; no la merecemos. Nos es dada sólo
por gracia, como un favor por parte de Dios.
9. “A quien Dios puso como propiciación
por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de
haber pasado por alto, en su paciencia,
los pecados pasados, con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia,
a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús.
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda
excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las
obras? No, sino por la ley de la fe”
Romanos 3:25-27
10. El propiciatorio (la tapa del arca) se
interponía entre la manifestación de
Dios entre los querubines y la ley.
Así, Jesús se interpone entre el
pecador y Dios para que se cumpla
la justicia divina y el pecador sea
aceptado por su fe en Jesús.
Dios es justo y ésta es la única
solución para cumplir la justicia
divina que demanda la ley y,
además, aceptar al pecador.
PROPICIACIÓN
11. “Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de
la ley” Romanos 3:28
Las obras no tienen nada que ver con la
justificación, porque nada podemos hacer
para ser justificados.
La justificación se recibe sólo por la fe en
el sacrificio expiatorio de Cristo.
¿La justificación por la fe nos exime de
guardar la ley? De ninguna manera, porque
el que ha sido perdonado ¿cómo seguirá
pecando (porque el pecado es transgresión
de la ley)?
12. La ley de tráfico dice que, cuando un
semáforo está en rojo, los vehículos deben
parar.
Te has saltado un semáforo en rojo y golpeas
a otro coche. Además de pagar los
desperfectos, recibirás una multa por
transgredir la ley de tráfico.
Escribes una carta al Director de Tráfico
aceptando tu error y pidiendo que se te
perdone la multa.
Pasado el tiempo, no recibes la multa. Te
enteras de que alguien ha destruido tu multa,
como si nunca hubieras transgredido la ley.
EJEMPLO PRÁCTICO
De esta forma, la Ley de Dios nos
indica lo que debemos y no
debemos hacer para nuestro
propio beneficio y el de los
demás.
Cuando la transgredimos,
sufrimos las consecuencias.
Cuando nos aferramos a Jesús
por fe y le pedimos perdón,
nuestros pecados son eliminados
por su gracia, de tal forma que
ante Dios estamos como si nunca
hubiésemos pecado.
Este perdón no nos exime para
saltarnos los semáforos en rojo
de aquí en adelante, sino que
tenemos que seguir respetando
la ley, tanto la de tráfico como la
divina.
13. “La justicia es la obediencia a la ley. La ley demanda
justicia y, ante la ley, el pecador debe ser justo. Pero
es incapaz de serlo. La única forma en que puede
obtener la justicia es mediante la fe. Por fe puede
presentar a Dios los méritos de Cristo, y el Señor
coloca la obediencia de su Hijo en la cuenta del
pecador. La justicia de Cristo es aceptada en lugar del
fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona y justifica
al alma creyente y arrepentida, la trata como si fuera
justa, y la ama como ama a su Hijo”
E.G.W. (Mensajes selectos, tomo 1, p. 430)
14. Te invito a bajar y estudiar
cada una de las 13
lecciones que tratan sobre
el tema:
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