3. “Pero este es el pacto que haré con la casa
de Israel después de aquellos días, dice
Jehová: Daré mi ley en su mente, y la
escribiré en su corazón; y yo seré a ellos
por Dios, y ellos me serán por pueblo”
(Jeremías 31:33)
4. 1. Entender que el pecado y la muerte
serán destruidos.
2. Esperar con gozo la Tierra Nueva, donde
ya no existirán el pecado y la muerte.
3. Escoger comprometerse totalmente al
reino de Dios.
5. Se nos ha prometido que este mundo será
destruido, y que Dios establecerá un
mundo nuevo en el cual el pecado y la
muerte, resultados de la transgresión de la
Ley de Dios, nunca más existirán.
7. “Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos
los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta
potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a
quien quiero la doy” (Lucas 4:5-6)
Desde la caída de Adán y Eva, cada ser humano a
tenido que decidir entre ser leal al “reino de Cristo”
(Ef. 5:5) o someterse a la “potestad de Satanás”
(Hch. 26:18)
En su victoria tenemos la seguridad y la promesa de vida en
el Reino eterno de Dios, cuando “el Dios del cielo levantará
un reino que no será jamás destruido” (Dan. 2:44)
Jesús mismo tuvo que
decidir entre obtener de la
mano de Satanás los reinos
de este mundo, o ser leal a
la Ley de Dios.
8. • En la Creación, Dios le otorgó a Adán el dominio sobre todas
las cosas. Por la transgresión, Adán perdió ese dominio, el
que le fue transferido a Satanás.
• Cuando los representantes de otros mundos se reunieron
delante de Dios, fue Satanás quien apareció como
representante de la tierra (Job 1:6).
• Durante la tentación en el desierto, Satanás le ofreció a
Jesús otorgarle el dominio sobre todos los reinos de la
tierra, en caso de que se postrara ante él y lo adorara
(Mateo 4:8, 9)
¿Por qué el mundo que fue creado por Dios ahora es
dominado por Satanás?.
El Reino de Dios
9. “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos,
de donde también esperamos al Salvador,
al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20)
En el terreno espiritual, no existe una doble ciudadanía.
O somos ciudadanos de este mundo o ciudadanos del
reino de los cielos.
Dios nos invita a definir nuestra lealtad y tomar una
decisión: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy
contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la
muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la
vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Dt. 30:19)
Nuestra conducta,
por tanto, no debe
regirse por la
moralidad de esta
tierra, sino por la
ley moral del reino
de los cielos.
Los que hemos decidido ser ciudadanos
del reino de los cielos, somos
“extranjeros y peregrinos sobre la tierra”
(Heb. 11:13), anhelando una patria
“mejor, esto es, celestial” (Heb. 11:16)
10. ¿Cuál es el rol de la Ley y la fe en el reino de Dios? (1
Corintios 6:9-11; Apocalipsis 22:14-15)
La fe y la Ley
• La Ley muestra quién permanece fuera del reino de
Dios. Por esto, la Ley se convierte en una clase de
espejo para que podamos ver si entraremos en él
(Santiago 1:23-25).
• Los fieles son justificados por la fe, “sin las obras de la
Ley” (Romanos 3:28). Sin embargo, también guardan
esa Ley.
11. “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No
erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni
los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los
ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni
los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais
algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor
Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1ª de Corintios 6:9-11)
¿Quiénes pueden obtener la ciudadanía del reino de Dios,
según 1ª de Corintios 6:9-11 y Apocalipsis 22:14-15?
No pueden obtener la ciudadanía:
• Los pecadores no arrepentidos
(injustos, fornicarios, idólatras,
adúlteros, homosexuales, ladrones,
avaros, borrachos, blasfemos,
estafadores, espiritistas, homicidas, …)
Pueden obtener la ciudadanía:
• Los que han sido lavados (sus pecados
han sido perdonados)
• Los que han sido justificados (han sido
declarados justos en el juicio)
• Los que han sido santificados (han sido
transformados por el poder del Espíritu
Santo)
La Ley de Dios nos enseña cómo debe ser nuestra vida como
ciudadanos del cielo. Por la gracia, el poder y el amor de Dios,
todos los que deseen pueden ser hechos aptos para el reino.
12. “Dios, en su amor y su justicia, ha provisto un
único camino –uno solo– para que el ser humano
pueda ser salvado de la separación eterna de Dios
y del cielo: la fe en Cristo y, mediante él, la
obediencia a su ley. Cuando el Espíritu de Dios
opera en el corazón humano, nunca nos lleva a
despreciar la ley de Jehová; por el contrario,
iluminados por su divina influencia, veremos con
reverencia la majestad de sus requerimientos, lo
terrible que es el pecado, y las inevitables
penalidades que caerán sobre el transgresor”
E.G.W. (Signs of the Times, 15 de diciembre de 1887)
13. “Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán
el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre” (Daniel 7:18)
La Biblia nos habla de un “sueño eterno”, del cual
no se despierta… hasta la resurrección (Jer. 51:57;
Ap. 20:4-5) y un “fuego eterno” que no se
apagará… hasta ser consumido (Mt. 25:41;
Jud. 7; Mal. 4:1)
¿Qué seguridad tenemos, pues, de que el reino
eterno no tendrá fin?
Dios es el único Ser eterno (1Tim. 6:16), todos los
demás seres tienen la eternidad condicionada a
su lealtad a Dios.
A causa de la rebelión, tanto Satanás y sus
ángeles como la humanidad perdieron la
eternidad.
Cuando Jesús nos dé vida eterna en su Segunda
Venida, la retendremos para siempre, ¿por qué?
Porque Dios ha prometido que la rebelión no se
levantará por segunda vez (Nahum 1:9)
14. • La simple mención de la muerte en Génesis 2:17 indica que
la eternidad en el Edén era condicional. La condición era la
obediencia.
• En Apocalipsis 21:4, la afirmación es clara: “Y no habrá más
muerte”. Así, de acuerdo con la Biblia, el mal no surgirá de
nuevo.
• Dios promete escribir su Ley en el corazón de las personas
para que ellas hagan de manera natural las cosas que le
agradan.
El Reino de Dios es eterno, pero, ¿acaso podría surgir
el mal nuevamente?
El Reino eterno
16. “Y el postrer enemigo que será
destruido es la muerte”
(1ª de Corintios 15:26)
“Porque la paga del pecado es
muerte…” (Romanos 6:23 pp)
¿Por qué no existirá la muerte en el
reino eterno?
La muerte es la consecuencia natural
de violar la Ley moral de Dios.
En el reino eterno, los principios de la
Ley moral de Dios seguirán
existiendo. Seguirán escritos en
nuestros corazones como lo están
aquí (Heb. 8:8-13)
La diferencia, por supuesto, es que
aquellos principios nunca se violarán
allí como ha ocurrido aquí.
“Enjugará Dios toda lágrima de los
ojos de ellos; y ya no habrá
muerte, ni habrá más llanto, ni
clamor, ni dolor; porque las
primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4)
17. • Así como la ley de la gravedad es necesaria para la
interacción armónica entre los seres en el universo, la Ley
de Dios es necesaria para la interacción entre los santos.
• La Ley puede existir sin el pecado. En rigor de verdad, eso
ocurrió durante todas las eras hasta que Lucifer se rebeló
en el cielo.
• La ausencia de muerte y pecado en el Reino de Dios no
exige la ausencia de la Ley, pues ésta estará escrita en el
corazón, no en piedra.
Si ya no existirá la muerte, ¿es necesario que exista la
Ley en el Reino de Dios?
La Ley en el Reino
18. “Y el Señor me librará de
toda obra mala, y me
preservará para su reino
celestial. A él sea gloria
por los siglos de los
siglos. Amén” 2ª de Timoteo 4:18
19. • Aun cuando el mundo haya sido usurpado por
Satanás, tenemos la certeza de que será restaurado
por Dios, el verdadero Rey de este universo.
• No podemos tener una doble ciudadanía en este gran
conflicto entre el Reino de Dios y el reino del mal. Así,
la Ley muestra cuál es nuestra ciudadanía.
• “La vida de Cristo sobre la Tierra fue una perfecta
expresión de la Lay de Dios, y cuando los que
pretenden ser hijos de Dios llegan a ser semejantes a
Cristo en carácter, serán obedientes a los
Mandamientos de Dios” (Palabras de vida del gran
Maestro, p. 256).
20. CRISTOYSU LEY
Te invito a bajar y
estudiar cada una de
las 13 lecciones que
tratan sobre el tema:
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