RESUMEN DE LA PELÍCULA DE CHERNOBYL ENFOCADO A MEDICINA DEL TRABAJO
Saray
1. Érase una vez una familia humilde que vivían en una pequeña aldea, los padres
se esforzaban por llevar comida a casa para sus dos hijos, un crío ya bastante crecidito y
una niña, Saray, algo tímida pero muy sensible que soñaba con vivir en un castillo, algo
poco habitual para el tiempo en el que vivía, la era moderna, pero ella decía que no
quería uno antiguo y enorme, sino uno pequeñito que tuviese la apariencia por dentro de
una casa normal y por fuera la majestuosidad que tenían los castillos con sus torres
acabadas en pico, pero de piedra lisa como el mármol en vez de la rugosa piedra.
Cuando la madre le preguntaba porque no deseaba uno grande, la niña
contestaba que no deseaba que su querida mamá se pasase todo el día limpiando, que
quería que pudiese jugar con ella en vez de trabajar, que ya lo hacia suficiente en el
trabajo.
Para la madre la niña era la alegría de la casa, muy cariñosa y detallista, pues
siempre que la veía la llenaba de abrazos.
A Saray le encantaban las películas animadas donde salían princesas, la ropa que
llevaban, la fantasía, pero lo que ella no sabía era que estaba rodeada de magia.
Su mamá, una mujer, cariñosa, leal y luchadora intentaba darle todo lo que ella
quería y aunque para la niña era la mejor del mundo, resultó que era muy especial por
otra cosa, le gustaba mucho el mundo de la magia, específicamente el mundo de Harry
Potter y solía decir que era una bruja sin varita, que de tenerla podría hacer miles de
cosas.
Últimamente Saray veía a su madre preocupada, trabajar duro, no paraba en todo
el día y por eso ella también lo estaba, quería ver a su madre siempre contenta y le daba
muchos abrazos y besos en cuanto podía y la ayudaba en todo lo que podía, a poner la
mesa, a limpiar y mantener su cuarto ordenado.
Pasaba el tiempo y se acercaba el día del cumpleaños de Saray. Estaba muy
nerviosa, quería invitar a todos sus amigos y recibir muchos regalos pero a la vez no
deseaba que sus padres gastasen demasiado.
Por fin llegó el día y Saray despertó emocionada, era su
¡¡¡¡¡¡¡¡CUMPLEAÑOS!!!!!!!! Cuando abrió los ojos no podía creer lo que veía, su
cuarto se había transformado, su cama parecía enorme con columnas en las esquinas y
con un gran velo cubriéndola, se puso encima para tocar el techo de la cama, todo era
muy suave y la luz entraba a raudales, contenta saltó sobre ella mientras no paraba de
llamar a su madre emocionada.
Cuando bajó de la cama notó el suelo blandito y aquello le hizo gracia pues a
cada paso parecía que se encontraba en una gran colchoneta y podía desplazarse con
apenas tres saltos de un lado a otro del cuarto sin que este se viniera abajo, parecía
encantada botando de un lado a otro, además la decoración parecía diferente, todo lleno
de cosas que le encantaban, globos que casi cubrían todo el techo, serpentinas que
decoraban la pared con formas de dibujos.
2. Pero lo mejor fue al abrir su armario pues estaba lleno de vestidos preciosos que
le encantaban, empezó a saltar como una loca al ver los vestidos de la película Frozen y
los zapatitos que parecían de cristal. Abrazó a su madre emocionada que la miraba
desde la puerta haciéndola entrar y empezó a dar vueltas con los vestidos por su cuarto,
mientras su padre y hermano la miraban sonrientes desde la puerta maravillados.
Pero la gran sorpresa fue al salir a la calle para festejar su cumpleaños, pues al
mirar atrás, en vez de la habitual casita y la fachada, vio la silueta de un pequeño
castillo precioso y de nuevo se puso a saltar de alegría junto a su familia que también
miraban atónitos.
Aquella carita llena de felicidad, con una sonrisa de oreja a oreja que no paraba
de dar abrazos cariñosos a todo el que veía y con los ojos bien abiertos para que no se le
escapara nada de lo que había a su alrededor, no tenía precio para sus seres queridos, en
especial para su madre que la miraba encantada.
Fue un gran día, pero aún le quedaba otra sorpresa por descubrir, en la noche en
la cama su madre abrió un libro y empezó a leer…
“Una tarde soleada de verano, una preciosa princesa llamada
Saray, cabalgaba a lomos de su caballo blanco al que solía llamar Nieve,
llevaba una falda pantalón con bolsillos y una camisa de mangas cortas
con pequeños lazos en los bordes, llevaba el pelo recogido y un arco colgado
a la espalda con la cesta de flechas.
Saray había recibido el aviso del saqueo de la huerta del castillo,
enojada, subió a lomos de nieve y cabalgó hacia allí, estaba muy molesta
porque ella había ayudado a plantar muchas de las hortalizas que habían
allí.
Sus padres la habían dejado al cargo de aquella pequeña huerta
para que conociese el esfuerzo de obtener algo de la tierra y como
distracción. Ya había tenido que echar a varias liebres y ciervos de allí,
colocando un cercado y unas zanjas que evitaban que estos entrasen,
aunque el peor de todos era un jabalí que parecía tener predilección por el
pequeño campo cultivado, molesta, al llegar bajó del caballo y vio que
algún animal había arrasado con todo. Miró a todos lados buscando
alguna señal que le indicase por donde había entrado y vio que el cerco
había sido destruido y era imposible que lo hubiese hecho un jabalí.
Entonces oyó un ruido a lo lejos y con su arco en mano corrió hacia
allá, pero al llegar se quedó sorprendida de lo que encontró, había un
pequeño dragón frente a ella que parecía bastante patoso, en un principio
ella no se acercó pues todo el mundo sabía que estos eran muy peligrosos y
que sacaban fuego por la boca, pero este no lo hacía, al menos no todavía.
3. Al poco llegaron sus padres que se asustaron al ver un dragón,
pero luego pudieron comprobar que este no era peligroso pues solo comía
vegetales y tenía una pata herida.
Saray al momento quiso cuidarlo y adoptarlo como mascota y
aunque en un principio no le dejaron, el curandero del reino cuidó del
dragón hasta que sanó y comprobó que este no era peligroso, por lo que
finalmente la dejaron acercarse a este.
Llamó al dragón Pato, porque tenía una forma de andar peculiar
que le recordaba a los patos abriendo sus pequeñas alas pero sin llegar a
volar. Este se convirtió en el guardián de la pequeña huerta espantando a
todos los animales que intentaban entrar y a la vez sacaba de allí su
alimento, a la par que se convirtió en el fiel amigo de la niña y la seguía a
todas partes cuando ella salía del castillo.
Saray estaba contenta de haber hallado a Pato, el mejor guardián
para su huerta.
Fin”
La niña contenta se sorprendió al descubrir que el libro hablaba de ella, pero
mayor fue la sorpresa al descubrir que cada noche había un capítulo nuevo y por lo tanto
una aventura nueva del que ella era la protagonista, por lo que la magia de aquel día ya
no desaparecería y sonrió al ver que su mamá se despedía de ella con una varita en
mano mientras decía la palabra “Nox” y se apagaba la luz.
Firmado: Torre Prefecto Lupin. Con todo mi cariño, para una mamá genial y su
hija especial.