El león Chininini se subió a una palmera en la playa para comer cocos cuando fue avistado por unos cazadores que querían capturarlo para llevarlo al zoológico. Chininini escapó y corrió hacia la selva para esconderse. Más tarde, fue a la ciudad donde vivía su madre en el zoológico y la rescató cavando para escapar. Madre e hijo finalmente fueron libres a la playa, mientras los cazadores fueron arrestados.
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Técnica binomio
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TÍTULO:
UN LEÓN EN LA PLAYA
Había una vez un león llamado Chininini de ojos grandes y azules, su melena marrón
como los cocos. Tenía el lomo suave y de color amarillo como el albero. Su cola era larga y
juguetona.
Había unos cazadores que lo querían coger porque su madre estaba en el Zoo de
Guillena, en la provincia de Sevilla, en España.
Chininini se había subido a una palmera para comer tres o cuatro cocos, que estaba en
una playa de arena amarilla, de mar azul con la blanca espuma de las olas.
Cuando terminó de comer se bajó de la palmera.
De repente vinieron unos cazadores de leones a bañarse, eran fuertes, altos y guapos.
Llevaban unas escopetas y cuchillos guardados en unas bolsas que habían dejado debajo
de una sombrilla de rayas rojas y amarillas.
Antes de quitarse los pantalones y ponerse los bañadores, vieron al león que estaba
haciendo pipí al lado de la palmera. Pensaron que lo podían llevar al Zoo de Guillena para
ganar dinero, pero el león los vió, se fue corriendo a la selva, se escondió en una cueva
que había construido con piedras y hojas para camuflarla.
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Los cazadores mientras, cogieron sus escopetas que habían cargado con dardos
tranquilizantes pero las escopetas se habían llenado de arena de la playa y no funcionaban,
levantaron sus cabezas para mirar donde estaba el león y se dieron cuenta de que
Chininini había desaparecido. Entonces pensaron dónde podría estar, ¡puede que en la
selva! Se adentraron en ella y vieron que asomaba la cola del león entre hojas y piedras,
fueron hacia donde estaba la cola de puntillas, de repente uno de los cazadores pisó una
rama que hizo ¡CRAC!, y el león al escuchar el ruido se metió en la cueva que tenía arena
de la playa, mientras uno de los cazadores tiró un cuchillo muy afilado que le cortó un
poquito de la cola. El león escavó con las garras un agujero por la arena amarilla y blanda
por el cual se escapó y corrió y corrió hasta que llegó a la ciudad donde estaba su madre.
Se escondió en una casa abandonada durante todo un día. Le entró hambre y vió una
palmera con muchos cocos en un parque cercano a la casa. La boca se le hizo agua y saltó
por la ventana hacia el parque y se comió tantos que iba a explotar. De pronto un niño que
se asustó al verlo, avisó a su padre que llamó a los cazadores de leones porque tenían pinta
de cazadores de leones, además llevaban unos gorros donde ponía “SOMOS CAZADORES
DE LEONES” y en las chaquetas, en el lado izquierdo, un escudo con la cara de un león.
Fueron rápidos como el rayo, como un leopardo pero cuando llegaron al parque el león
no estaba porque tenía miedo y volvió a la casa abandonada donde se quedó dormido. A las
seis de la mañana se despertó y decidió ir al Zoo de Guillena y buscar a su madre para
salvarla.
Como los trabajadores del Zoo estaban dormidos pudo rescatar a su madre escavando
con sus garras afiladas por un lado de la jaula y su madre por el otro lado ya que el suelo
era de tierra no muy dura.
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Cuando logró salir la madre, se fueron a la playa de arenas amarillas, mar azul con la
blanca espuma de las olas y allí comieron muchos cocos y fueron felices.
A los cazadores los arrestó la policía porque estaba prohibido cazar leones y los metieron
en la jaula de leones por mil años…
…Y colorín, colorado este león ha triunfado.