2. Un día, justo
en navidad,
Cristhofer
escuchó un
ruido
proveniente del
bosque y le dio
curiosidad, así
que se fue a
investigar…
Érase una vez un
niño llamado
Cristhofer, era
huérfano.
Él tenía los ojos
celestes como su
madre y el
cabello marón
claro como su
padre.
Él vivía en un
orfanato.
Cristhofer era
molestado
constantemente
porque no
podía
pronunciar las
palabras
correctamente.
Cristhofer
se encontró
con un
zorro
atrapado y
rápidamente
lo ayudó
debido a
que el pobre
animal
estaba
encarcelado
…
Voy a seguir
adelante, no
me importa
que sea
huérfano.
¿Por qué no
me quieren
como soy?
¿Qué es
ese ruido?
Le voy a
ayudar
…
Ayúdame,
por favor.
3. Cristhofer
liberó al
zorro de la
jaula y este se
escapó
rápidamente.
Él solo se
quedo
mirándolo.
Después, vio al
zorro metiéndose
en un hueco al lado
de un pino muy
grande , y se
decidió en meterse
al hueco.
Luego de unos
minutos, se quedó
dormido.
Cristhofer divisó
al zorro, de
nuevo, y lo siguió
hasta un lugar
muy lejano, el
cual no conocía.
Más tarde,
Cristhofer se
dio cuenta
que estaba
perdido…
Me escapo.
Me he perdido
…
Voy a
seguir al
zorro
4. Al despertar, se
encontró en un
lugar muy extraño,
no sabía donde
estaba exactamente
pero el lugar era
demasiado
hermoso.
Mientras
caminaba, divisó
de lejos a unas
personitas
pequeñas que
pedían ayuda y le
decían que era el
elegido para
derrotar al
monstruo.
Se embarcó en una
feroz aventura.
Luego de tanto
caminar, divisó al
monstruo, el cual
era muy grande.
Descubrió,
Cristhofer, que estaba
en otro mundo y que
tenía que derrotar a
un monstruo.
Él estaba confundido,
pero si no lo
derrotaba, entonces
no podría regresar a
su mundo…
5. Cristhofer planeaba
matarlo, pero luego
de conversar con él,
sintió compasión ya
que lo que le contó
era muy triste.
Todos juzgaban al
pobre monstruo por
ser así…
En parte, se sintió
identificado.
Cristhofer regresó al
pueblo y les informó
sobre su conversación
con el mounstro.
Los aldeanos se
sintieron culpables así
que se disculparon y
juraron nunca más
juzgar a alguien por su
apariencia.
Pero, luego se
enteró que una
familia le había
adoptado y se fue a
su nueva casa feliz.
Más tarde,
le enviaron a su
mundo y despertó,
en el orfanato, muy
desconcertado.
Es que nadie
me quiere por
ser tan feo…
Pueblo, les
diré lo que
dijo el
monstruo.
¡Tengo
familia!
Y así acaba
nuestra
historia.