2. En la parte más alta de la
sierra Tarahumara, a tres
horas de camino de
Guachochic, hay una casa
con los muros de piedra y el
techo de madera.
El interior es oscuro y huele
a humo, a hierbas y a
tortilla.
3. El camino para llegar es
largo y complicado. Ahí
donde acaba el llano y
empieza el bosque, hay
que seguir el lindero.
De pronto, parece que no
hay mas camino; te topas
con unos peñascos
grandes y escarpados. Al
treparlos, aparece de
nuevo una brecha entre
el bosque y una
hondonada que acaba en
precipicio.
4. Se corta camino
atravesando unas
tierras cultivadas,
pero eso no siempre
les gusta a los que
les gusta la tierra.
Por fin, se cruza un
riachuelo y se ve a lo
lejos la casa de
María, la curandera.
5. María tiene muchos años, no se acuerda cuando
nació pero dice que tampoco importa. En la
puerta de su casa, hay varios botes de leche que
tienen plantas, algunas extrañas. Ella te mira
con sus ojos chiquitos y te saluda como si
hubieras estado paseando y simplemente
pasaras por ahí.
6. María no tiene prisa. La
prisa es algo que
inventaron los relojes y
María nunca ha usado
una cosa de esas.
Tiene tres faldas y las
usa al mismo tiempo.
Cuando le preguntas si
ella es de ahí, contesta:
- Si, también.
7. La gente va a ver a
María cuando se siente
mal, o cuando va a
nacer un bebé o
cuando las cosechas no
se dan bien.
Entonces, ella hace ramitos con las hierbas de sus
latas de leche y te las pasa alrededor del cuerpo,
recitando algo, palabras dulces, lentas y que
dicen, sin decirlo, que lo único importante es estar
ahí, queriendo algo mejor.
8. Después te soba las
manos, te pone unas
semillas en la palma
y apretándolas, te
pregunta por tu
casa, por tus
animales, por tus
hijos.
9. María tiene muchas recetas para curar y para
alegrar la vida.
Contra la indigestión, te de romero y yerbabuena.
Contra las infecciones, te de ajo, ajo molido,
ungüento de ajo.
Contra la tristeza, baños en tina llena de flores
blancas.
10. Contra las inquietudes y
las ansiedades, flor de
anís, flor de azahar y tilo
como agua de uso, y
unas palabras en lengua
extraña que recitan los
venados, en el corazón
del bosque, cuando han
logrado escaparse del
hombre y del arma.
Contra el mal de amor,
naranja amarga con
todo y cascara.
11. Pero las recetas mas
eficaces de María son
las que ayudan a la
alergia.
Dice María que la
alegría a veces toca a
nuestra puerta y que
no siempre la
recibimos como ella se
merece.
12. Así que cuando una alegría muy grande llena tu
corazón, hay que poner grandes floreros con
flores de muchos colores, para que ella sepa que
nos dimos cuenta.
Para las alegrías
tranquilas, flores
blancas y pequeñas,
pero en abundancia.
Para los deseos
cumplidos, hay que
poner una vela roja y
no apagarla hasta el
amanecer.
13. Para los días de amor
feliz, hoja de menta
masticada y aceite de
hueso de aguacate en
las pestañas.
Para los nacimientos bien
logrados, una vela grande
y blanca en la puerta de
la casa para anunciar una
llegada importante.
14. Y para cuando uno
presiente la alegría,
cuando uno sabe que
esta cerca, es
necesario usar ropa
de colores llamativos
para que se anime, y
si uno sabe alguna
canción, tararearla
durante el día.
15. Y para las alegrías
lentas, esas que duran
porque siempre están
pasando, un espejo
chiquito colocado a la
altura de los ojos para
mirarse y reconocerla
por las mañanas.
Al atardecer, con la
ultima luz del sol, hay
que despedirlas con
palabras dulces, porque
esas alegrías son muy
sensibles.
16. - Mira- te dice mientras el fuego brilla en sus ojos
– el frio me da la alegría del fuego pero solo si
tengo ojos para verlos a los dos. Y así cuando
hay viento apareció el cobijo, y el sueño se
agradece cuando el cuerpo ha trabajado.
La noche se acerca.
María habla despacio
junto a un pequeño
fuego y nos avisa que
hay celebraciones
mas simples y por lo
mismo mas
complicadas:
17. Pero hay todavía una
receta mas importante.
Hay algo que protege
de algunas
enfermedades, evita
otras por completo, no
se cultiva en ninguna
parte, no hay que
comprarla porque no se
vende, no hay que
hervirla, ni exprimirla,
no hay que untársela, ni
beberla.
18. Es contagiosa, pero no
hay que cuidarse de
eso, es ruidosa pero es
una mínima molestia
junto a sus enormes
beneficios. Pero eso si,
solo hay que consumir
la verdadera, la de
mejor calidad y de
preferencia en
compañía.
19. María no se ha
movido, sigue con las
piernas encogidas.
Esta en silencio,
esperando que
adivines esta ultima
receta. Pero de
repente te das
cuenta por sus ojos,
que esta a punto de
granarle la risa.