Oración. Banco de materiales MJD.
A veces los obstáculos que nublan nuestros objetivos no son más que cosas que nos imponemos nosotros mismos. Más aún cuando hablamos del objetivo común de una Comuninad. Tenemos que aprender a entendernos y a apoyarnos porque la Comunidad es un regalo.
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ORACIÓN - La comunidad
1. La Comunidad
1.- Lectura de introducción
Para cientos de personas sentadas en la ladera de la montaña a quienes el mundo
consideraba desechables, Jesús dice: “Dichosos los pobres, porque vuestro es el
Reino de Dios”. A los cientos que pasan hambre sentados en la ladera de la montaña
y considerados por el mundo reciclables, Jesús dice: “Dichosos los que ahora tenéis
hambre porque quedareis saciados”. Y a los que lloran, a quien el mundo considera
prescindibles, Jesús dice: “Dichosos los que ahora lloráis porque reiréis.”
Por lo tanto a aquellos que la sociedad dice:
Qué pena, tú, pobre, tú, desechable
Qué pena, tú, hambriento, tú, reciclable…
Jesús dice:
¡Alégrate, el Reino de Dios es tuyo!
2.- Relajación
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Música
Silencio durante aprox. 3 minutos
Lectura del cuento
Obstáculos
Voy caminando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven. Mis ojos se posan en los árboles, los pájaros, en las
piedras.
En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad.
Agudizo la mirada para distinguirla bien.
Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que esta ciudad puedo encontrar todo lo que
deseo.
Todas mis metas, mis objetivos y mis logros.
Mis ambiciones y mis sueños están en esa ciudad.
Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo que
aspiro, lo que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería
el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad.
Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella.
Al poco de empezar a andar, el sendero se hace cuesta arriba.
Me canso un poco, pero no importa.
Sigo.
Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino.
Al acercarme, veo que una enorme zanja impide mi paso.
Temo…Dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente.
De todas maneras, decido saltar la zanja.
Retrocedo, tomo impulso y salto…
Consigo pasarla.
Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja.
Vuelvo a tomar carrera y también la salto.
Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado.
2. Me sorprende un abismo que detiene mi camino.
Me detengo.
Es imposible saltarlo.
Veo que aun lado hay maderas, clavos y herramientas.
Me doy cuenta de que están allí para construirme un puente.
Nunca he sido hábil con mis manos…
…pienso en renunciar.
Miro la meta que deseo…y resisto.
Empiezo a construir el puente.
Pasan horas, días, meses.
El puente está hecho.
Emocionado, lo cruzo
Y al llegar al otro lado…descubro un muro.
Un gigantesco muro frió y húmedo rodea la ciudad de mis sueños…
Me siento abatido…
Busco la manera de esquivarlo.
No hay forma.
Debo escalarlo.
La ciudad está tan cerca…
No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar.
Descanso unos minutos y tomo aire…
De pronto veo, a un lado del camino,
a un niño que me mira como si me conociera.
Me sonríe con complicidad. Me recuerda a mí mismo…cuando era niño.
Quizá por eso me atrevo a expresar en voz alta mi queja:
-¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta:
-¿Por qué me lo preguntas a mi? Los obstáculos no estaban antes de que tú
llegaras…
Los obstáculos los trajiste tú.
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Relajación con la música
Reflexión
¿Qué ciudad tú quieres alcanzar?
¿Qué obstáculos encuentras a tu paso? ¿Intentas superarlos? ¿Cómo?
¿Crees que eres tú mismo el que se pone obstáculos?
3.- Texto: “Diez regalos para tu comunidad”
1. El regalo de escuchar. No estamos muy acostumbrados. Decimos que no nos
escuchan. ¿Sabemos nosotros escuchar? Sin interrumpir, sin preparar la
respuesta... sólo escuchar. Es lo que más necesitan... los pequeños, los
jóvenes y los mayores (No cuesta dinero, pero supone corazón).
2. El regalo de señales de afecto. Sé generoso en caricias, en besos, en
amable apretón de manos. Quizás a ti “no te va”, pero puede que a los demás
“les vaya”. Y esto es lo que importa. El regalo es para ellos.
3. El regalo de un juego. A todos les gusta jugar (tenis, ajedrez, ordenador...)
Préstate al juego que ellos deseen. Aunque pierdas, saldrás ganando, porque
habréis compartido un placer.
3. 4. El regalo de la risa. “En casa -decía uno- comemos poco, pero reímos mucho.
Y el reír también engorda”. Pero no tengáis miedo de perder la línea. Es un
engorde de satisfacción. Será un chiste, una adivinanza, una ocurrencia, una
broma. Es buena medicina para el stress.
5. El regalo de un favor. ¡Hay tantas ocasiones… El regalo es más valioso si te
anticipas a que te lo pidan.
6. El regalo de un cumplido. “Este vestido te sienta bien”. “Me gustó lo que
dijiste”. “Se te da bien la cocina”. “Con gente así da gusto “... ¿Quién no tiene
ocasión de decir -y con verdad- cosas así? Y está claro que “llegan adentro”.
7. El regalo de dejar a solas. Hay momentos en que deseamos estar solos. Sé
sensible a esta necesidad de los demás. Sé delicado, no interrumpas, espera.
8. El regalo del descanso. Se parece al anterior. Todos necesitan descanso.
Evitar ruidos, bajar el volumen, no dar trabajo sin necesidad. Quizás nadie se
dé cuenta. Pero todos te lo agradecerán.
9. El regalo de “pedir un favor”. Parece extraño, pero es así. Cuando sabemos
pedir un favor, hacemos que el otro se sienta útil y valorado. Le mostramos
confianza. Hazlo con delicadeza. Y agradécelo... sin exagerar, con naturalidad.
10. El regalo de la oración. Está dicho en último lugar. Pero es el regalo más
importante; el más fácil y el más eficaz. Reza por todos y no tengas reparo en
decirles que rezas por ellos. Es como si les dijeras: “Te aprecio tanto, que
muchas veces le hablo a Dios de ti”.
4.- Oración dominical
Señor, como tu nos has enseñado, nos inclinamos ante ti con toda humildad, dulzura y
paciencia, nos apoyamos unos en otros con amor y nos esforzamos en guardar la
unidad del Espíritu con el vínculo de la paz, para llegar a ser “un solo cuerpo y un solo
espíritu”, según nuestra vocación en la esperanza de nuestra única llamada. Con una
sola voz, arrepentidos por nuestras divisiones, nos comprometemos a trabajar juntos
por la reconciliación, la paz y la justicia, y juntos te imploramos:
Ayúdanos a vivir como discípulos tuyos, para vencer el egoísmo y la arrogancia, el
odio y la violencia; concédenos la fuerza de perdonar. Inspira nuestro testimonio en el
mundo, para que sepamos promover una cultura de diálogo y para que seamos
portadores de la esperanza que tu Evangelio hizo germinar en nosotros. Haz de
nosotros instrumentos de tu paz, para que en nuestros hogares y comunidades, en
nuestras parroquias, nuestras iglesias y nuestras naciones resuene cada vez más el
eco de la paz que Tú largamente deseas concedernos. Amén.
5.- Oración: “Padre Nuestro”
6.- Canción: “Sueños”
Cuando la noche se acerca
hay algo en mi alma que vuelve a vibrar
con la luz de las estrellas
en mis sentimientos te vuelvo a encontrar
Quiero que me mires a los ojos
y que no preguntes nada más
quiero que esta noche sueltes
toda esa alegría que ya no puedes guardar.
4. Paso las horas fumando
oyendo en el viento la misma canción
porque el tiempo que vale
lo marca el latido de mi corazón
Quiero que me mires a los ojos
y que no preguntes nada más
quiero que esta noche sueltes toda esa alegría
que ya no puedes guardar
Deja que tus sueños sean olas que se van
libres como el viento en mitad del mar
creo que la vida es un tesoro sin igual
de los buenos tiempos siempre quiero más
Soy como el agua del río
y por el camino me dejo llevar
porque aprendí que la vida
por todo lo malo algo bueno te da
Quiero que me mires a los ojos
y que no preguntes nada mas
quiero que esta noche sueltes toda esa alegría
que ya no puedes guardar
Deja que tus sueños sean olas que se van
libres como el viento en mitad del mar
creo que la vida es un tesoro sin igual
de los buenos tiempos siempre quiero más.
Deja que tus sueños sean olas que se van...
creo que la vida es un tesoro sin igual
me dejo llevar...