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Cultura de panamá
1. Cultura de Panamá
El país posee una multiplicidad cultural que lo hace único en la región, a lo que contribuye además la
constante presencia de visitantes de todas partes del mundo. El origen de esta singular mezcla cultural es sin
duda la característica de encrucijada que siempre ha tenido el país, pero también lo es la conexión intensa de
Panamá con el mar, que la hace muy parecida a una isla del Caribe.
Lugar de paso y punto de encuentro, esta pequeña tierra es considerada un verdadero crisol de razas. Con
casi 3 millones y medio de habitantes, su población está compuesta en un 67% de mestizos (amerindios con
blancos) y mulatos (blancos con negros), 14% negros, 10% blancos, 6% amerindios (indígenas) y un 3% de
personas de orígenes étnicos variados. Esta mezcla es particularmente rica, pues aunque proviene de
orígenes culturales y tradiciones muy diversas, la mezcla ha sido estimulada por el ambiente de tolerancia y
armonía que siempre ha imperado en el territorio.
Aunque se respeta el libre credo religioso, la población del país profesa mayormente el catolicismo,
profundamente ligado a las tradiciones y expresiones culturales. En el interior del país, por ejemplo, las más
grandes celebraciones están relacionadas con diversos santos, a los que se les denomina patronos de los
pueblos, de igual forma se celebra la más grande de las fiestas la cual se denomina como la Semana Mayor
o Semana Santa que es el periodo sagrado del cristianismo que transcurre desde el Domingo de Ramos hasta
el Domingo de Resurrección.
Parte importante de la riqueza cultural del país está en las tradiciones de los siete grupos indígenas de
Panamá, que se encuentran asentados en territorios semi-autónomos, en los que mantienen vivas sus
costumbres ancestrales. Estos grupos originarios cultivan la música y el baile, pero su aporte cultural más
apreciado es su habilidad como maestros artesanos. Las piezas producidas por algunos de estos grupos son
verdaderas joyas, obras de una gran belleza producidas por un arte que tiene sus raíces en los tiempos
precolombinos. Las molas de los Kuna, las chaquiras y chácaras de los Ngäbe, las miniaturas de tagua y las
cestas de los Emberá y Wounaan son de una exquisitez inusitada.
Un aporte cultural predominante es el de los descendientes de los esclavos africanos traídos durante la
colonia, que se establecieron en la región central de Panamá, en comunidades de la costa caribeña y en el
Darién. En sus poblados bulliciosos, la cadencia del bullerengue y el bunde, o de los tambores congos,
evocan el sabor y colorido del Africa, en donde tienen sus orígenes. Otros descendientes de afroamericanos
llegaron desde las Antillas, traídos como mano de obra para la construcción del Canal de Panamá, a inicios
del siglo 20. Este grupo, de habla inglesa, se estableció en las ciudades de Panamá, Colón y Bocas del Toro.
Parte importante del legado cultural de los africanos es la deliciosa gastronomía, que hoy se muestra en
platos panameños como el arroz con pollo, el sancocho, el pulpo, el pescado frito y el arroz con coco.
Otras muchas etnias, de llegada más reciente, completan el tejido cultural que hace de Panamá un lugar
caluroso y amigable. El país siempre ha sido propulsor del encuentro entre pueblos y culturas, que aquí se
amalgaman de manera armónica y dinámica.