1. Declaración política del 6°
Congreso Nacional de CONAMURI
"Declaramos la necesidad de respeto hacia las mujeres, el reconocimiento de
su dignidad como ser humano y su aporte milenario en la agricultura y el
patrimonio moral, económico y cultural de nuestros pueblos. Exigimos a las
autoridades acciones efectivas que conlleven al fin de la violencia hacia las
mujeres y proponemos la participación activa de las compañeras en los
diferentes talleres de formación, en el marco de la Campaña “¡Basta de
violencia hacia las mujeres del campo!”"
Las 350 delegadas departamentales, en compañía de nuestros hijos e hijas,
convocadas para participar y aportar en el 6º Congreso de la Coordinadora
Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas
(Conamuri), nos reunimos los días 24 al 26 de marzo de 2012, en Asunción,
para evaluar el proceso actual de poco más de dos años y para proyectar el
devenir de la organización.
Atendiendo a la coyuntura actual, expresada en la preocupación de los once
departamentos presentes en este encuentro y en las denuncias reiteradas a
razón de la ineficiencia del Estado en el momento de dar respuestas concretas
a nuestros reclamos, como en los casos de violencia contra las mujeres; el
incumplimiento de las normativas ambientales; la situación de emergencia por
causa de la prolongada sequía y la pérdida de nuestras semillas y
biodiversidad; el conflicto por la tierra y la lucha por la recuperación de
tierras mal habidas; la precariedad de los servicios públicos básicos en las
comunidades y asentamientos, entre otros males; las congresistas hemos
debatido hasta el punto de lograr la convergencia en las resoluciones en este
espacio, esperanzadas en que la organización de la clase empobrecida actúe
como un eficaz conducto por donde circulen nuestras demandas y solicitudes
hasta llegar a un punto de satisfacción. Por lo tanto:
2. DECLARAMOS
1. La necesidad de respeto hacia las mujeres, el reconocimiento de su
dignidad como ser humano y su aporte milenario en la agricultura y el
patrimonio moral, económico y cultural de nuestros pueblos. Exigimos a las
autoridades acciones efectivas que conlleven al fin de la violencia hacia las
mujeres y proponemos la participación activa de las compañeras en los
diferentes talleres de formación, en el marco de la Campaña “¡Basta de
violencia hacia las mujeres del campo!”
2. La participación del sector femenino es vital para la construcción y el
fortalecimiento del proceso democrático y por esa razón, consideramos que se
deben crear instrumentos reales y firmes que aseguren la inclusión de las
campesinas y las indígenas en la toma de decisiones para modificar el rumbo
del país, condenando, a la vez, los mecanismos de seudo-participación que
empañan el verdadero protagonismo de las mujeres.
3. Exigir la aplicación de las leyes ambientales para garantizar la soberanía y
la seguridad alimentaria. Creemos que es imprescindible que se apliquen
sanciones más severas a los sectores productivos que defienden el lucro antes
que la vida, utilizando indiscriminadamente los agrotóxicos, responsables de
los padecimientos del campesinado y de las naciones indígenas, además de
atentar gravemente contra la biodiversidad. Reivindicamos la producción
sana, la valoración de nuestras semillas nativas y criollas y repudiamos la
buena recepción de algunos sectores del Estado ante el ingreso ilegal de las
semillas transgénicas.
Esperamos también del Estado, a través de la iniciativa unilateral o
consensuada, la creación de instancias de diálogo y la proyección de acciones
conjuntas urgentes con las instituciones públicas que deben resguardar el
cumplimiento de las leyes ambientales, lo cual permitirá el mantenimiento de
nuestros bienes naturales que se están exterminando a pasos gigantescos
como resultado de la agricultura mecanizada y los agronegocios, grandes
consumidores de tierra, agua, bosques y la biodiversidad en general, que
solamente velan por intereses lucrativos sin medir las consecuencias
detectadas en la salud de las personas y en la calidad de vida de las
comunidades, provocando un perjuicio extremo al futuro inmediato,
amenazando incluso la supervivencia en el planeta.
Así también, exigimos que se dé seguimiento a las propuestas legislativas
presentadas por los movimientos sociales al Congreso Nacional y que
continúan esperando resolución favorable para su regulación, como la ley de
semillas, la ley del maíz, la del impuesto a la soja y otros rubros de
agroexportación, la que implementa la propiedad asociativa, la seguridad y
soberanía alimentaria, entre otras propuestas realizadas desde las bases y que
apuntan a un mayor acceso a los derechos campesinos e indígenas y, por
ende, a una mayor justicia social.
Ante este sistema genocida, proponemos como alternativa la producción
agroecológica, impulsando las ferias y el intercambio departamental de
semillas, para garantizar la diversidad.
3. 4. Convocar a la reflexión sobre nuestra cultura campesina e indígena que se
está perdiendo lentamente por el avance desmedido del consumismo, sobre
todo entre los y las jóvenes. Planteamos realizar acciones en donde se
incentive el placer hacia nuestra música y danza folclóricas y la cultura
alimentaria autóctona, valorando el patrimonio cultural auténtico a través de
la poesía, el teatro y otras manifestaciones artísticas de nuestros pueblos.
5. La demanda de gestionar a través de las instituciones del Estado, nuevos
mercados para las artesanías y el trabajo de producción en general realizado
por las mujeres indígenas y campesinas, creando mecanismos de
relacionamiento y estrategias de comercio justo y solidario que permitan
generar mayores ingresos a las familias y el reconocimiento al aporte de las
mujeres en la economía doméstica y la agricultura familiar.
6. La situación de precariedad y abandono en que se encuentran las mujeres
indígenas, excluidas de todo programa de asistencia integral por parte del
Estado, lo cual nos obliga a proyectar acciones específicas de cara a esta
realidad, a través de la movilización de los pueblos indígenas, con la
solidaridad de las comunidades campesinas para acompañar estos procesos. La
emergencia permanente generada por la deforestación y el exterminio de su
hábitat y lecho ancestral por acción directa e indirecta de los
agroexportadores está provocando en las poblaciones indígenas catástrofes
nunca antes medidas por los parámetros de la tolerancia humana.
7. La formación de consciencia de las bases campesinas e indígenas deben
incluir un programa que permita capacitar profesionalmente a los y las
jóvenes de escasos recursos mediante la entrega de becas estudiantiles por
parte del Estado, en un marco de educación liberadora e inclusiva, con un
énfasis orientado hacia lo social y lo comunitario y creando ciudadanos y
ciudadanas capaces de leer la realidad bajo la luz de la crítica social.
8. En ese sentido, manifestamos también nuestra preocupación de que los
medios empresariales de comunicación divulguen un lado de las noticias que
no siempre es el verdadero o el más objetivo, pues en su gran mayoría
responden a intereses de la clase dominante, con especial especulación y
mala fe hacia los movimientos campesinos e indígenas, discriminando y
criminalizando la protesta social, promoviendo el odio entre los miembros de
la propia clase trabajadora bajo argumentaciones mentirosas y acusaciones
que no siempre tienen asidero en la realidad.
9. Finalmente, declaramos apoyar decididamente la lucha por la recuperación
de tierras mal habidas o mal adjudicadas, en un contexto en que el conflicto
se encuentra envuelto en ambigüedades y contradicciones difíciles de
deliberar, pero sin que esto incida negativamente en la fundamental
importancia que encierra la soberanía territorial y la reivindicación de la
lucha por la tierra, ya que la mala distribución que de ella se hizo desde
tiempos históricos es todavía hoy fuente de las mayores injusticias y la
corrupción más oprobiosa que se tienen en el país.
Todo esto fue deliberado minuciosamente y presentado por las delegadas
departamentales como conclusión del Congreso, en cuyo espíritu se sintió muy
de cerca la necesidad de que las mujeres se apropien de los espacios de
4. decisión política. Ya no es tiempo de contemplaciones sino de transferir con
carácter y coraje las riendas del destino y buscar, a través de propias manos,
hacer uso de los mecanismos políticos con que se cuentan en condiciones de
democracia y participación cívica y ciudadana. No permitir más atropellos ni
vasallaje, sino mirar hacia el frente y caminar con entera resolución hacia los
verdaderos cambios que se esperan en el país, ampliando los horizontes y
abarcando desde el desarrollo comunitario hasta la liberación de toda la clase
trabajadora en el panorama internacional. El feminismo campesino en
resistencia y en movilización comienza así, aportando su grano de arena para
la transformación social que todas y todos anhelamos.
“En defensa de la vida, la soberanía y por el fin de la violencia hacia las
mujeres”
“Ñañangareko tekovére, teko sa’ re opa haĝua ñemboharái kuñáre”
Asunción, 26 de marzo de 2012
CONAMURI
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