Un grupo de mujeres rindió homenaje a las víctimas de la represión franquista depositando una corona de flores en la tumba de Gonzalo Queipo de Llano en la basílica de La Macarena. Queipo de Llano, un general franquista, justificó la violación de mujeres republicanas en sus discursos. Las mujeres realizaron después un baile flamenco sobre una réplica de la lápida de Queipo de Llano para recordar a las mujeres que sufrieron la represión franquista.
Homenaje a mujeres represaliadas ante tumba de Queipo Llano
1. Homenaje a mujeres represaliadas ante la tumba de Queipo de
Llano
El general franquista está enterrado con honores en la basílica de La
Macarena, en Sevilla.
Vestidas de riguroso luto, un grupo entró tímidamente y en silencio
sepulcral en la iglesia depositando sobre la tumba de Queipo una
corona de flores blanca con un lazo rosa en el que se podía leer 'Las
mujeres no olvidamos. 1936-2013'.
Colectivos feministas recuerdan sus discursos en los que animaba y
justificaba la violación de mujeres "por mucho que berreen y
pataleen".
Ramiro Navarro - Sevilla. 25/05/2013
Una mujer deja una corona de flores con el lema 'Las mujeres no
olvidamos. 1936-2013'.
Este viernes era el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el
Desarme. Una treintena de mujeres rindieron homenaje a las
represaliadas durante el alzamiento golpista contra la II República, la
guerra civil y la dictadura de Franco. La acción, promovida por
algunos colectivos feministas de Sevilla, quiso recordar especialmente
a aquellas que sufrieron la represión en Andalucía de la mano del
teniente general Gonzalo Queipo de Llano, que en sus discursos
desde Radio Sevilla llegó a animar y justificar la violación de las
mujeres del bando republicano.
Una grabación de estos discursos sonó ayer frente a la basílica de la
Macarena, donde el general fascista está enterrado con honores:
2. "Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los
rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad y de paso
también a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estas
comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo
menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos
maricones. No se van a librar por mucho que berreen y
pataleen".
Parte del grupo de mujeres, vestidas de riguroso luto al estilo de los
años de aquellos sucesos, entró tímidamente y en silencio sepulcral
en la iglesia depositando sobre la tumba de Queipo una corona de
flores blanca con un lazo rosa en el que se podía leer 'Las mujeres no
olvidamos. 1936-2013'. Rápidamente, uno de los trabajadores de la
basílica se acercó extrañado por la presencia del grupo y, al
encontrarse una cámara grabando el momento, espetó un "oye, aquí
no se puede grabar sin permiso". En apenas 30 segundos abandonan
la iglesia sin mediar palabra. Fuera, un grupo más amplio esperaba,
junto al arco de la Macarena, con una réplica en madera de la lápida
de Queipo de Llano, sobre la que realizaron un baile flamenco a modo
de acción artística-política. Silencio, luto, dos mujeres se miran y
empieza la coreografía. Suena compás flamenco y los tacones en
golpes secos bailan sobre la tumba del líder militar, cuyo golpe
supuso el asesinato, solamente en Sevilla entre julio de 1936 y enero
de 1937, de más de 3.000 personas.
Tras el simbólico zapateado, dieron lectura a un texto en el que
recordaron la vida y valentía de aquellas mujeres sobre las que se
ensañaron, porque representaban "la transgresión del modelo
tradicional de mujer, participando activamente en la vida
cultural, económica y social". Juzgadas por el tribunal militar,
condenadas a una represión de carácter ejemplarizante, "afeitándoles
la cabeza, exponiéndolas a la vergüenza pública ataviadas con un
camisón. También fueron violadas y usadas como botín de guerra”.
Hasta 2008, Gonzalo Queipo de Llano era hijo adoptivo de Sevilla;
hasta 2009, la Virgen de la Macarena vestía su fajín. El año pasado,
el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, expedía el título de
marqués al nieto del general, algo que la Asociación para la
Recuperación de la Memoria Histórica consideró un insulto a las
víctimas de la dictadura. Sus restos son aún venerados y reposan en
un lugar privilegiado de la iglesia como Hermano Mayor Honorífico.
"Queremos decir que nosotras, igual que aquellas mujeres,
queremos seguir construyendo un mundo libre, igualitario y
justo", afirmaron. Con la frase "los pueblos que no conocen su
historia están condenados a repetirla", cerraban la lectura del texto y
justo en ese instante las campanas de la iglesia empezaron a repicar,
sumándose en una metáfora paradójica al aplauso del público
3. congregado. Finalizado el acto con cantos, las mujeres abandonan el
lugar con celeridad. "Han llamado a la policía", se escucha.