Este documento clasifica y describe diferentes tipos de contaminantes. Distingue entre contaminantes acumulativos vs. no acumulativos, contaminantes locales vs. regionales/globales, y contaminantes de fuentes puntuales vs. no puntuales. También cubre emisiones continuas vs. esporádicas y daños ambientales no relacionados con emisiones.
Nematodirus parásitos intestinales en los rumiantes
Tipos de contaminantes: acumulativos vs no acumulativos
1. Sesión 3 Parte II
TIPOS DE CONTAMINANTES
Físicamente, los residuos identificados en la figura 2.2 (ppt de la sesión 3) constituyen una
amplia clasificación de los materiales y energía que fluyen en los tres medios naturales. Es
necesario distinguir entre los amplios tipos de emisiones de acuerdo con los factores que
afectan en forma crítica sus estatus económicos.
Contaminantes acumulativos versus contaminantes no acumulativos
Una pregunta sencilla e importante sobre los contaminantes ambientales pretende saber si
éstos se acumulan con el paso del tiempo o tienden a disiparse poco después de ser
expulsados. El ejemplo clásico de un contaminante no acumulativo es el ruido; mientras la
fuente opera, el ruido se manifiesta en aire circundante, pero tan pronto deja de funcionar la
fuente, cesa el ruido. En el otro costado del espectro están los contaminantes que se
acumulan en el ambiente, prácticamente en las mismas cantidades que son emitidos. Por
ejemplo, los desechos radioactivos se descomponen con el paso del tiempo a un ritmo tan
lento con relación a los períodos de vida humana que, a pesar de todos los intentos y
propósitos, estarán con nosotros en forma permanente; este es un tipo de contaminante
estrictamente acumulativo. Otros contaminantes acumulativos son los materiales plásticos.
Durante décadas se ha emprendido la búsqueda de un plástico degradable, pero hasta
ahora el plástico es una sustancia que se descompone muy lentamente de acuerdo con los
estándares humanos; así, los desechos existentes estarán en el ambiente
permanentemente. Muchos químicos son contaminantes acumulativos: una vez que se
expulsan, básicamente quedan entre nosotros para siempre.
Entre estos dos extremos del espectro existen muchos tipos de efluentes que son
acumulativos hasta cierto punto, pero no completamente. EI ejemplo clásico es la materia
orgánica arrojada en las masas de agua; por ejemplo los desperdicios, tratados o no, que
arrojan las plantas municipales de tratamiento de basuras. Una vez dispersados, los
desechos quedan sujetos a los procesos químicos naturales que tienden a descomponer los
materiales orgánicos en sus elementos constitutivos, haciéndolos así mucho más benignos.
El agua, en otras palabras, tiene una capacidad de asimilación natural que le permite
aceptar sustancias orgánicas y hacerlas menos perjudiciales. Mientras esta capacidad de
asimilación no exceda en ningún momento, se puede interrumpir la fuente del efluente, y en
unos cuantos días, semanas o meses, la calidad del agua volverá a su estado normal. Por
supuesto, el hecho de que la naturaleza tenga una capacidad de asimilación no significa de
manera automática que se tenga un contaminante estrictamente no acumulativo. Una vez
que las emisiones exceden la capacidad de asimilación, se inicia un proceso acumulativo.
Por ejemplo, la atmósfera de la Tierra tiene una capacidad determinada para absorber el
CO2 expulsado por la actividad humana, mientras que no se exceda su capacidad. El CO2
es un contaminante no acumulativo. Pero si el CO2 excede la capacidad de asimilación de
la Tierra, como parece ocurrir en este momento, se inicia una situación en la cual las
emisiones empiezan poco a poco a acumularse.
Sea o no acumulativo un contaminante, esencialmente se tiene el mismo problema básico:
tratar de corregir los deterioros ambientales y relacionar éstos con los costos para reducir
las emisiones. Sin embargo, esta tarea es mucho más difícil para contrarrestar los
contaminantes acumulativos que para los contaminantes no acumulativos. Considérense
las gráficas de la figura 2.3. En el lado (a) se representa un contaminante no acumulativo,
mientras que en el lado (b) se esboza uno que es acumulativo. En el lado (a) la gráfica
comienza en el origen; esto implica que las concentraciones actuales en el ambiente son
proporcionales a las emisiones actuales. Las concentraciones en el ambiente están
2. estrictamente en función de las emisiones actuales, es decir, reducir éstas a cero conduciría
a concentraciones cero en el ambiente. No obstante, la relación es más compleja con los
contaminantes acumulativos. Las emisiones de la actualidad, puesto que se acumulan y se
suman a la concentración de contaminantes ya existentes, ocasionarán daños no sólo hoy
sino también en el futuro, quizá incluso en un futuro distante. Esto también significa que la
cantidad actual de un contaminante acumulativo en el ambiente puede estar sólo
débilmente relacionada con las emisiones actuales. La gráfica en el lado (b) comienza en
un punto alto del eje vertical a partir del origen y después tiene una pendiente menos
inclinada que la otra. De este modo, una reducción en las emisiones actuales tiene sólo un
efecto modesto en las concentraciones actuales en el ambiente. Incluso si las emisiones de
la actualidad se redujeran a cero, la calidad del ambiente se dañaría debido al efecto
acumulativo de las emisiones anteriores. El hecho de que un contaminante se acumule con
el paso del tiempo en el ambiente tiene el efecto de romper la conexión directa entre las
emisiones actuales y los daños actuales. Esto tiene varias implicaciones. Por una parte,
hace más arduo el trabajo científico. Las relaciones causa-efecto son más difíciles de aislar
cuando el tiempo interviene entre éstas. Esta circunstancia también puede hacer más difícil
que las personas se concentren en los daños producidos por las emisiones de hoy, puesto
que de nuevo puede haber sólo una débil conexión entre las emisiones de la actualidad y
los niveles de calidad en el ambiente de hoy. Aún más, por definición los contaminantes
acumulativos conducen a daños futuros, y los seres humanos han demostrado una
desalentadora prontitud para no prestar la importancia que se merecen los acontecimientos
futuros y evitar enfrentarlos en el presente.
FIGURA 2.3 Relación entre las emisiones actuales y la concentración de la
contaminación en el ambiente
(a) Contaminante no b) Contaminante
acumulativo acumulativo
Concentraciones Concentraciones
actuales en el ambiente actuales en el ambiente
Emisiones actuales Emisiones actuales
Contaminantes locales versus contaminantes regionales y globales
Algunas emisiones sólo tienen impacto en regiones restringidas y localizadas, mientras que
otras afectan a regiones más amplias, quizá al ambiente global. La contaminación de ruido
y la de degradación del ambiente visual son locales en sus impactos; los daños
provenientes de cualquier fuente particular, por lo regular, se limitan a grupos de personas
relativamente pequeños en una región determinada. Obsérvese que ésta es una afirmación
sobre que tan amplios son los efectos provenientes de cualquier fuente particular de
contaminación, no acerca de la importancia del problema general en un país o en el mundo.
Algunos contaminantes, por otra parte, tienen amplios impactos, en una gran región o quizá
en el ambiente global. La lluvia ácida es un problema regional; las emisiones en una región
de EEUU (y de Europa) afectan a personas en otras partes del país o de la región. Los
3. efectos por el agotamiento del ozono debido a las emisiones de clorofluorocarbonos en
varios países generan cambios químicos perdurables en la estratosfera de la Tierra, lo que
significa que los impactos son en verdad de orden mundial.
En condiciones constantes, los problemas ambientales a nivel local deben ser más fáciles
de manejar que los regionales o nacionales, y a su vez más sencillos de manejar que los
problemas mundiales. Si los habitantes de un barrio se ven afectados por el humo que
produce la chimenea de un vecino, es posible que encuentren la solución entre sí, o que
puedan llamar a las instituciones políticas locales para llegar a un acuerdo. No obstante si
el comportamiento de alguien ocasiona contaminación en un punto distante, las soluciones
pueden ser más difíciles. Si las personas se encuentran dentro del mismo sistema político,
se puede solicitar que las instituciones respectivas encuentren soluciones.
Durante los últimos años, sin embargo, se ha encontrado una creciente cantidad de asuntos
ambientales a nivel internacional y mundial. Hasta el momento se está muy lejos de contar
con medios efectivos para responder, debido a la naturaleza exacta de los impactos físicos,
que es difícil describir, como a las instituciones políticas internacionales necesarias que sólo
están comenzando a aparecer.
Contaminantes provenientes de fuentes puntuales versus contaminantes de fuentes
no puntuales
Las fuentes de contaminación difieren en términos de la facilidad con que pueden
identificarse los puntos reales de descarga. Es fácil identificar los puntos por los cuales una
gran planta de energía descarga las emisiones de dióxido de sulfuro; éstas salen por las
chimeneas asociadas a cada planta. Las plantas municipales de alcantarillado normalmente
tienen una sola salida por la cual expulsan todas las aguas negras. Estos se denominan
contaminantes de fuentes puntuales. Por otra parte, existen muchos contaminantes para
los cuales no existen puntos de expulsión muy definidos. Los químicos agrícolas, por
ejemplo, usualmente fluyen en la tierra en forma dispersa o disuelta, y aunque pueden
contaminar corrientes específicas o pozos subterráneos, no hay un solo conducto o tubo de
escape por el cual se expulsen estos químicos. Éste es un tipo de contaminante de fuentes
no puntuales. El flujo de aguas lluvias que se genera en el sector urbano también es un
problema importante de fuente no puntual.
Como se podría esperar, es posible que los contaminantes de fuentes puntuales sean más
fáciles de manejar que los contaminantes de fuentes no puntuales. Probablemente son más
sencillos de medir y monitorear, y más fáciles de estudiar en cuanto se refiere a las
conexiones existentes entre las emisiones y los impactos. Esto significa que será más
factible, por lo general, desarrollar y administrar políticas de control de contaminantes que
hayan sido expulsados por fuentes puntuales. Como se observará, no todos los
contaminantes se clasifican con claridad en una u otra de estas categorías.
Emisiones continuas versus emisiones esporádicas
Las emisiones que producen las plantas de energía eléctrica o alcantarillado son más o
menos continuas. Las plantas se diseñan para estar en funcionamiento continuamente,
aunque el ritmo de operación puede variar un poco durante un día, una semana o una
temporada. Entonces, las emisiones de estas operaciones son más o menos continuas, y el
problema político consiste en manejar el ritmo de estas descargas. Es posible hacer
comparaciones inmediatas entre los programas de control y las tasas de emisiones. Sin
embargo, el hecho de que las emisiones sean continuas no significa que los daños también
sean constantes. Los hechos meteorológicos e hidrológicos pueden convertir las emisiones
4. continuas en daños variables. No obstante, los programas de control a menudo son más
fáciles de ejecutar cuando las emisiones no están sujetas a grandes fluctuaciones.
Sin embargo, muchos contaminantes son emitidos esporádicamente. El ejemplo clásico es
el de los derramamientos accidentales de petróleo o de químicos. En este caso, el
problema político consiste en diseñar y manejar un sistema que reduzca la probabilidad de
descargas accidentales. Sin embargo, cuando se presenta un efluente esporádico no habrá
necesidad de medir ningún factor, al menos a corto plazo. Por ejemplo, aunque no ha
habido descargas radiactivas en escala en las plantas de energía nuclear de EEUU, podría
darse un problema de “contaminación” si éstas han sido administradas de tal manera que
incrementan la probabilidad de una descarga accidental en el futuro. Con el fin de medir las
probabilidades de emisiones esporádicas es necesario tener datos sobre los accidentes
reales durante un período largo, o calcularlos a partir de datos de ingeniería e información
similar. Y más adelante hay que determinar los seguros que se desean tener contra estos
acontecimientos periódicos.
Daños ambientales no relacionados con emisiones
Hasta aquí el análisis se ha concentrado en las características de los diferentes tipos de
contaminantes ambientales relacionados con la descarga de residuos de materiales o de
energía. Sin embargo, existen muchas instancias importantes en cuanto al daño de la
calidad ambiental que no pueden ser atribuidos a descargas de residuos. La transformación
de tierras en áreas para vivienda y el comercio destruye el valor ambiental de los terrenos,
bien sea su valor como ecosistema, como hábitat o humedad, o su valor como paisaje.
Otras formas de utilización de la tierra, como la explotación forestal o minera, también
pueden tener impactos sustanciales. En estos casos nuestra tarea consiste en comprender
los incentivos que tienen las personas cuyas decisiones generan estos impactos, y cambiar
estos incentivos cuando sea conveniente. Aunque no haya emisiones físicas para
monitorear y controlar, existen efectos que pueden evaluarse y manejarse con políticas
apropiadas.
SELECCIONES A CORTO PLAZO
Hasta el momento, la mayor parte de la discusión se ha concentrado en los vínculos físicos
entre los insumos, los residuos, las emisiones y los niveles de calidad en el ambiente.
Estas relaciones son el interés fundamental de los científicos que trabajan en problemas
ambientales. Ahora es posible desplazar el análisis hacia la competencia del economista
para examinar las correspondencias inherentes a la relación entre la producción de
mercado y la calidad ambiental. Esto también suministrará al lector una herramienta para
analizar las diferencias entre las decisiones ambientales a corto plazo y a largo plazo.
La relación fundamental aparece expuesta en la figura 2.4. Ésta representa diversas curvas
de posibilidad de producción (CPP) entre la producción llevada al mercado y la calidad
ambiental. La CPP es una forma de representar en forma de diagrama la selección que
enfrenta un grupo de personas entre dos resultados deseables. Considérese por ahora el
lado (a) de la figura 2.4. El eje vertical presenta un índice de la producción económica
agregada en una economía, es decir, el valor total de mercado de los bienes económicos
convencionales comercializados en determinada economía durante un año. El eje
horizontal presenta un índice de la calidad ambiental, obtenido a partir de los datos sobre
las diversas dimensiones del ambiente circundante, por ejemplo, concentraciones volátiles
de SO2, niveles de ruido urbano y datos sobre la calidad del agua. La relación en la curva
muestra las diferentes combinaciones de estos dos resultados (producción de mercado y
5. calidad ambiental), los cuales se encuentran disponibles para un grupo de personas que
tienen una asignación fija de recursos con los cuales deben trabajar1
.
La curva de posibilidad de producción está determinada por las capacidades técnicas de la
economía y por los factores ecológicos (metereología, hidrología, etc.) del sistema natural
en el cual se localiza determinado país. Ésta dice, por ejemplo, que si el nivel actual de
producción económica es C1 se puede obtener un incremento hasta C2 sólo a costa de la
disminución de la calidad ambiental desde e1 hasta e2. Pero mientras la CPP es una
restricción técnica, la elección de una sociedad para localizarse en su CPP constituye un
asunto de selección social, esto depende de los valores relativos que le asignen las
personas a esa sociedad en cuanto a la producción económica convencional y la calidad
ambiental.
La curva actual de posibilidad de producción representa una relación competitiva entre la
calidad ambiental y la producción de mercado. Más de un factor implica menos del otro. Si
el interés en general se concentra en observar que sucede en un período relativamente
largo, la sola CPP puede ser engañosa. Esto se debe a que, a largo plazo, la calidad
ambiental puede ser menos sustitutiva y más complementaria en cuanto a las producciones
económicas convencionales. A largo plazo, el entorno natural desempeña el papel de
insumo de capital ambiental como insumo para el sistema de producción; una baja
significativa del capital ambiental puede tener serios efectos negativos en la capacidad del
sistema económico para sostenerse por sí mismo. Una curva de posibilidad de producción
esboza las mediaciones (trade-offs) que enfrenta la generación de hoy. Pero ¿qué hay con
respecto a las generaciones futuras? Una forma de concebir esto consiste en considerar
los impactos de nuestras decisiones actuales sobre las curvas de posibilidad de producción
de las generaciones futuras. Considérese el lado (b) de la figura 2.4. Éste señala la curva
de posibilidades de producción para las personas de dentro de, digamos 60 a 80 años, la
generación constituida por nuestros bisnietos. De acuerdo con la CPP actual, se podrían
escoger las combinaciones (c1, e1), o (c2, e2), o cualesquiera otras en la curva. Pero el
1
En los extremos se han trazado las CPP mediante líneas discontinuas. No es claro que nivel de producción
económica se obtendría a un nivel “cero” de calidad ambiental, ni lo que ésta sería a un nivel “cero” de
producción económica. Entonces, estos puntos extremos son esencialmente indefinidos, y la concentración
estará en los puntos ubicados en el interior de los diagramas.
FIGURA 2.4: Curvas de posibilidad de producción para las generaciones actuales y futuras
(a)
(b)
CPP actual Dentro de
sesenta años
Bienes Bienes
de mercado de mercado
C2
C3
C1
e2 e1 e3 e2
6. futuro no es independiente de la selección que se haga ahora. Por ejemplo, es concebible
que la degradación exagerada del ambiente en este momento afectará posibilidades
futuras; por ejemplo, al agotar recursos importantes o al contaminar intensamente de tal
manera que se ocasionen deterioros irreversibles, o simplemente al descargar un
contaminante que tenga larga permanencia y afecte generaciones futuras. En efecto, esto
podría desplazar la futura CPP llevándola a donde estaría en otras circunstancia. Esto se
representa en el lado (b) del diagrama. Nuestros bisnietos se enfrentarán con un conjunto
reducido de posibilidades si se las compara con las opciones que tenemos en la actualidad.
La generación futura, la que se halla en la parte interna de la curva de posibilidades de
producción, aun puede tener el mismo nivel de producción de mercado que el que se posee
en la actualidad (c2), pero sólo a un nivel inferior de calidad ambiental (e3) comparado con el
actual. De manera alternativa, podrá disfrutar del mismo nivel de calidad ambiental, pero
sólo con un nivel reducido de producción de mercado (c3).
Por supuesto, hay que reconocer que la influencia de las decisiones actuales sobre las
futuras posibilidades de producción es mucho más compleja que lo que podría sugerir este
análisis. No es sólo la degradación ambiental la que afecta a las condiciones futuras, sino
también los desarrollos técnicos y los cambios que se registran en las habilidades humanas.
De este modo, las decisiones actuales podrían desplazar la futura CPP hacia adentro o
hacia afuera, dependiendo de muchos y grandes factores dinámicos que son difíciles de
predecir. Sin embargo, es necesario estar muy atentos para evitar las decisiones actuales
que pudieran conllevar el efecto de desplazar las futuras CPP hacia la izquierda. Esta es la
esencia de muchos análisis recientes sobre la sostenibilidad. “Sostenibilidad” significa que
las curvas futuras de posibilidad de producción no son afectadas en forma negativa por lo
que se hace en la actualidad. Esto no significa que se tenga que maximizar la calidad
ambiental de hoy, puesto que esto implica producción cero de bienes y servicios. Quiere
decir simplemente que han de reducirse los impactos ambientales en la actualidad lo
suficiente como para evitar el desplazamiento negativo de las curvas futuras de
posibilidades de producción en comparación con las posibilidades de producción actuales.
El concepto de sostenibilidad se abordará en diversos apartados de este libro.
PREGUNTAS Y TEMAS DE ANÁLISIS
1. Una cantidad determinada de un residuo, descargado en determinado tiempo y lugar,
puede no constituir un contaminante. ¿Por qué es cierto esto?
2. ¿Por qué los contaminantes acumulativos de larga permanencia son mucho más
difíciles de manejar que aquellos contaminantes no acumulativos de corta duración?
3. Considere la contaminación visual que se produce cuando se construye una fábrica
antiestética en un área con un panorama agradable; ¿estamos ante un contaminante
acumulativo o no acumulativo? ¿Cómo se consideraría un terreno abrupto que se
dedica a la explotación minera? ¿Y qué tal la basura urbana?
BIBLIOGRAFIA, FUENTE:
Field, Economía Ambiental, Capítulo 2