1. Tablas de peso e indice corporal
Últimamente se están sustituyendo las tablas de peso por el índice de masa corporal en sistemas como la dieta disociada, que
sigue siendo igual de errado porque también se basa en el peso y la estatura sin tener en cuenta la proporción de músculo.
En la práctica, la mejor medida de la obesidad y lo que mejor nos indica si nos sobra o no grasa es el espejo. Desnudarnos y
ponernos delante de un espejo es, normalmente, más que suficiente para saber, sin que nadie nos lo diga, si necesitamos
perder grasa.
Aunque ya lo hemos comentado en otros capítulos, conviene repetir aquí que la primera reacción cuando consideramos que
nos hemos pasado de peso es pensar: tengo que comer menos. De esto, que es un grave error, los verdaderamente culpables
son los cientos de «expertos» en nutrición que se pasan la vida diciéndonos que comemos demasiado,algo que no se suele
hacer en la dieta disociada. Esto es absolutamente falso, no necesitamos comer menos, sino que necesitamos comer menos
basura, menos calorías vacías, menos alimentos que no alimentan y más alimentos nutritivos.
Es tan inconcebible el grado de desconocimiento y desorientación que existe aún hoy entre los científicos que en marzo de
2003 se publicó un estudio tan increíble como el siguiente:
un nuevo estudio afirma que «ayunar durante 20 horas es la mejor de las dietas»
Un nuevo estudio aparecido en la edición de Internet de Proceedings of the National Academy of Sciences y su
entrenamiento turbulento afirma que un grupo de ratones que fueron alimentados día sí y día no, pero con abundancia,
mostraron beneficios en su salud similares a los de aquellos cuya dieta estaba reducida en un 40%.
El nuevo estudio, realizado por Mark P. Mattson y otros colegas en el Instituto Nacional de Envejecimiento, encontró
idénticos beneficios para los ratones que comen día sí y día no con la dieta disociada, pero no disminuyen la cantidad total
de calorías consumidas, porque comen el doble los días que se alimentan.
Mattson dijo que ahora compararán la salud de un grupo de personas que se alimentan, normalmente, con tres comidas
diarias, con la de otro grupo similar que come los mismos alimentos y en iguales cantidades, pero que los consume en el
término de cuatro horas y deja pasar 20 antes de comer de nuevo con el entrenamiento turbulento.
«Actualmente, el exceso de comida es un gran problema. Resulta particularmente preocupante que numerosos niños tengan
sobrepeso. Todavía no está claro cuál es la mejor vía para que la gente coma menos... una posibilidad es suprimir una comida
de la dieta diaria», dijo Mattson.
Es increíble que se divulguen estudios de este tipo, que inducen a empeorar la malnutrición que padece la mayoría de las
personas. Con este problema he tropezado tantas veces, usando la dieta disociada, he atendido a tantas personas obesas que
padecían anemia y malnutrición y que estaban tan decepcionadas y desesperadas que me duele y me indigna que se las
pueda desorientar de esa manera.
Tampoco se puede admitir que se estén ofreciendo productos para hacer perder 2 o 3 kilos en una semana. Estos productos,
que basan su eficacia en una reducción drástica de nutrientes durante una semana con el entrenamiento turbulento, lo que
realmente producen es una pérdida de agua y músculos que debilita peligrosamente a la persona.
Para adelgazar, jamás se debe iniciar una acción que no conduce a ningún resultado duradero y que si se repite con
frecuencia provocará una anemia o algo peor. La obsesión por minimizar y menospreciar un problema tan real y extendido
como el de la obesidad y la megarexia, la irresponsabilidad de decir: «Adelgazar es fácil, basta con tomar menos calorías de
las que se gastan», no denota más que una gran ignorancia de lo que es el organismo humano y de cómo reacciona ante una
disminución de nutrientes. Y lo más inconcebible del caso es que esta simpleza se atrevan a repetirla algunos «expertos» que
están ellos mismos exageradamente obesos.