3. Parvulitos = pequeñito con
el Hermano = Gigante= TEÓFILO(vive en Madrid, no se los años que tiene)
Curso: 1955-1956
4. Ayer coincidí con un compañero de parvulitos de Sánchez
Toca y me decía que hubo dos cosas que le marcaron su
vida durante un tiempo:
-El reclinatorio donde el hermano
Teófilo te castigaba de rodillas,
llevándote agarrado del moflete y te
tenía toda una hora de rodillas (con
pantalón corto por supuesto),
quedando marcadas con el mimbre
cual cilicio.
-La segunda, más anímica, ya que dicho
hermano tenía en el aula unos murales
sobre temas religiosos, poniendo tal
énfasis en el pecado, donde según él iban
a la "caldera de Pedro Botero" los niños y
adultos malos, mientras unos demonios
con tridentes no les dejaban salir.
Te dejaban con el corazón encogido.
Tardó, según me
contó, años en
desterrar aquella
absurda idea.
5. Anécdota.
En los cumpleaños había costumbre
de invitar con caramelos a los
compañeros, entregándoselos al
profe para que los repartiera y los
que sobraban el Hermano Teófilo los
echaba “arrampulla” ante la grey
infantil.
Recuerdo que mi madre compró en
la Valencianeta la susodicha bolsa de
caramelos, pero sin estar envueltos
en papel.
Mi pensamiento infantil hizo que no
entregase al maestro la bolsa, para
que no se ensuciasen cuando los
echaba al aire, los que sobraban.
En la foto de arriba, lugar del recreo, me puse en una esquina y formé una cola para
repartirlos. Sólo obtuvieron caramelo los 8 primeros. Apareció la mole del Teófilo y
sin pedirme explicaciones, me sermoneó sobre mi poca confianza en él a la hora del
reparto, obligándome a guardármelos en el bolsillo. FUE MI PRIMERA FRUSTRACIÓN.
6. Primer curso, ya no éramos los benjamines, era todo un avance.
Cambiamos de planta: al primer piso. Tengo un vago recuerdo del tutor
(1956-1957)
7. El hermano Martín, joven,
cargado de energía, guardaba
en su memoria quienes no
sabían las lecciones y luego
actuaba con “cariño”.
Quiénes no recordaban los
lunes las preguntas del
catecismo, de rodillas al
pasillo del aula y al acabar,
agarrándote de las orejas o
mofletes te levantaba y tenía
la habilidad de darte una
bofetada con las dos manos, a
la vez.
8. Segundo curso, a temblar, a mi al menos, me tocó el…
Hermano Martín (1957-1958)
9. Repetimos, con gran desilusión con el hermano Martín,
ya nos conocía del curso anterior.
No existía el bolígrafo y usábamos plumilla y tajillo.
Sentados sobre bancos corridos, había un tintero blanco
y a veces dejaba el bidón, a los niños para rellenarlo. No
debía de caer una gota fuera de él.
Nuestras habilidades no eran muy buenas,
manchándonos las manos con tinta (hacíamos caligrafía)
y antes de marchar a casa debías de ir a lavarte las
manos con agua, sin lejía ni jabón. ¿Cómo?...
Rascando sobre el granito tus dedos hasta dejártelos en
carne viva, eso si, limpios.
Recuerdo que enfermé.
11. Exigente, pero con cariño, no nos puso nunca la mano
encima, algún agarrón del moflete si cayó pero eso era
pecata minuta. Nos preparó para el ingreso a bachiller y
trabajábamos mucho, sobre todo:
- La memoria
- La ortografía.
- La lectura por la tarde, un tanto soporífera.
- La matemática realizando operaciones de un librito que
había miles de ejercicios.
Me autorizó llegar más tarde para solucionar mi problema gástrico.
4º curso A
Tutor: Hermano Víctor.
No guardo ninguna foto de él
12.
13. El Hermano Lujambio, joven delgado, exigente, con la
mano muy suelta. Acostumbraba a dejar castigados fuera
del largo horario escolar. Preparó para el ingreso a los del
“B” siguiendo las mismas pautas que los del “A”, pero
férreas.
Trabajo a destajo, sin descanso, todo de memoria y si no
“Jarabe de palo”.
4º curso B
Tutor: Hermano Lujambio
No guardo ninguna foto de él
14.
15. Examen de ingreso, ante un tribunal
compuesto de 3 profes con sotana NEGRA:
Religión: 5 preguntas del catecismo del P. Astete.
Lengua Cast.: Dictado, máximo 3 faltas.
Matemáticas: 123456: 789 =
Geografía: A mi, las islas del mundo entero.
Historia: Algo sobre la reconquista.
No recuerdo si hubo algo más, sólo que, quien no aprobaba
no pasaba a bachiller.