Análisis de los Factores Externos de la Organización.
14 libros sin
1. Libros
Rodríguez Carrillo
07 de enero de 2003 – 23 de noviembre de 2003
2.
3. Ansichten eines Clowns1
Desde la calle divisé los ojos del insaciable.
Capté los gestos de su grave aprobación
Cuando el ordenado departía alegremente
Respecto de su renuncia como bandera del ejemplo.
Intuí el poder del alma del payaso
Convertida en remolino divisado
Acercándose con furia, aunque con inocencia
En un dolor que parecía no tener intención de cielo.
Atisbé el dinero, la forma de la moneda
Su oscura y clara manera de girar
Dándole al poseedor lo que no tiene
Y tomando del mismo lo que hubiera podido ser.
Pero no son más que detalles
Dentelladas de una flaca fiera
En la carne magra de una flaca presa
En un tiempo en el que las luces fueron eléctricas.
Lo cierto es que también alcancé el café
Que desde la boca que anhelaba otros labios
Rebosó en el espacio que no lo necesitaba
Para dar con las zapatillas antes que con el suelo.
Vi la nada, y en la nada el algo.
Y de lo que estaba haciendo de mí
Logré partir una parte – sin medidas –
Y sin prisa fui asumiendo una desesperación.
A la propuesta le sobrevendría su contestación
Por hacerse estructura, cada orden sería sometida a prueba
Y así y entonces habría y sobreviviría cierto valor
Que por no aferrarse a nada sería tabla y sostén.
El billete de primera, y el de segunda
El humano manual de los gestos fallidos
Y la estoica bravura del que se sobrepone
A un tiempo que siempre fue el mismo, y que no existe.
Fue en Alemania, y fue en carne
Aunque muchos lo entendieron
Fueron pocos los que lo comprendieron
Pero entonces se trataba de eso, de al menos decirlo
Porque vivirlo no alcanzaba.
1
Heinrich Boll. 1963
4. Kamen no kokuhaku2
Tan grande el cariño y el deseo
Que habrías de seguir su rumbo
Aceptando que tus hombros rocen
Lo mismo que el de los que has elegido.
Pero nadie es igual, sea condena o absolución.
Determinadas notas sólo para ciertos oídos son
La estructura de algún ser humano, un lienzo recreado
La extrema espiral de cada una de las situaciones
No podrían ser captadas con idéntica precisión
Por los ojos del que entrega y por los del que toma
Y aunque sea la razón la que disponga intentarlo
Es cierto que la pasión pueda vencer, pues toda verdad es apasionada.
Mirando de lejos, desde otros años – que son puertos –
Lo que había parecido una rendición incondicional
Deja lucir sus aristas ciertas que, aunque noble, de traición son al fin,
La que contra uno mismo se acomete, vencido por los afectos.
Y es así - cuando tras aceptar la invitación se presenta Tiempo -
Que en lo más íntimo la mentira que fuera entendida
No alcanza a ser aceptada, por no poder cubrir al alma
Y entonces la rebelión gana fuerzas en la hoguera.
Embiste con torpeza la inteligencia
Quiere abrirse camino y destrucción son sus modos
Y a su paso impetuoso, marcado por el desengaño
Rasga la maleza, como rasga el corazón más cercano.
El inocente, habiendo percibido que ya no lo es
Siente la pérdida, y porque fuera noble su intención
No puede tolerar el pensamiento de una derrota
Y entonces desespera pues el arrepentimiento lo golpea.
Comprende que nadie está a salvo
Visualiza la diestra y la siniestra
Y no puede más que detenerse
La partida lo aguarda, como un trago.
2
Yukio Mishima. 1949
5. Islands in the stream3
No siento culpa, no puedo
Por el sol de La Habana
Y la misma vieja calle
Que al mismo viejo bar me llevaba
Donde había logrado un cuadro
Que ojos no muy expertos
Encontrarían bueno, y hasta bello
Hasta que la costumbre les fuera obligando a la indiferencia.
Pero soy culpable de intentos ajenos
Por ejemplo, de algunas horas en la mar
Asistiendo la joven tensión de unos brazos
Intentando, sin experiencia, traer a la superficie a un tiburón
De una u otra caminata sobre senderos
Donde la arena se mezcla con los pies
Como las palabras con la vida y la memoria
Soy culpable de haber vivido cosas así.
En cuanto a la muerte del prisionero
Qué otra cosa pudo haber sucedido?
En la realidad son otros los nervios
En realidad, son fuertes los impulsos.
Y logrado el cariño, el sincero
No siempre es entendido
Se quiere más de lo apreciado
Y no se está seguro de ser comprendido...
Las últimas horas son ruidosas
Para que el final sea aún más silencioso
Uno quiere que el otro viva
Y parece que al otro pudiera o importarle.
Parece que las montañas son azules
Que los motores ganan velocidad
Que viene el tiempo de explicaciones
Y que alguien dejará de estar alrededor.
11.01.03
3
Ernest Heminway. 1972
6. La guerra del fin del mundo4
Íbamos bajo el sol
Tras haber estipulado la persecución
Había una que portaba ajena leche
Y el del alambre alrededor.
Por mi parte, apartado
Cerca del final fijé mi atención
En aquel periodista miope
Cuyo terror fue impedido, con una pregunta.
Y la opción desesperante, antes que desesperada
Pues había que estar en Canudos
Había que ser parte, quizá por primera vez
De algo, de alguien, de lo que los intelectuales llamarían inefable.
Las razones, como la historia
Con nobleza la cederíamos a los otros
Los siempre insatisfechos, los condenados
Los que hasta para orinar necesitan de una explicación.
De todos modos el final no nos pertenece
La victoria – perra que puede ser cruel –
Sería de algún modo lograda
Y de algún modo, en algo, vendida.
El triunfo sería después
Forjado en ignorancia y fe
En el vuelo de arcángeles
En el polvo de una caminata infinita.
En un bolsillo, en uno solo, entonces
La policía, el ejército, la búsqueda pobre
La hacienda pulcra, las cabezas del ganado
Y la sorpresa de que el orden puede ser trastornado.
Se marca la distancia del que ha hecho
Con el que debe decidir respecto de lo hecho
Lo que juzga el juez es el acto
Del cual no ha tenido parte nunca, nunca.
Son tres alternativas, no dos
Y la cuarta sería la nada
De no ser por lo mejor
La anciana que le sonríe al fin del mundo.
12.01.03
4
Mario Vargas Llosa. 1981
7. Manhattan Transfer5
La calle es de agua, y es el mar
En cuyo fondo están las casas
Que tienen ventanas - breves o extensas -
Desde las cuales no puede verse el cielo.
La mujer dibuja su espectáculo frente al espejo
En su mente proyecta algo parecido a lo que ve
El momento, así, comprende a tres mujeres
Lo necesario para el anuncio de un divorcio en París.
Y está el muy exquisito bienestar
Que no es producto de soportarlo todo
Una niñez, una juventud, y una adultez
Sino el resultado de haberlo intentado todo.
Tras el arresto de tres italianos
Dos hombres alcanzan a mirarse el rostro
Sube una intención de diálogo, baja el alcohol
Pero es tarde, es tarde para comunicar ya nada.
Giraban las puertas de la ciudad
Y con ellas una vida se negaba a girar
Los horarios y las luces del ritmo
No alcanzaron nunca a ser deseables, apestaban.
Los trenes transportaron a bípedos uniformados
Que cantaban sin saber o sabiendo que irían a morir
Si fue cierto o no, no hay manera de saberlo
Lo cierto es lo otro, lo que va quedando de las flores que portaron.
Y aún así, nadie busca el infierno
Ninguna niña quiere, de grande llegar a ser puta
No hay quien se imponga la miseria como destino
En el deseo del fracaso no hay quien haya encontrado lo sublime.
Más o menos a la mitad de la historia
Se descubre lo que ya todos fueron conociendo
Que quien conoce todo aprende a no confesarlo
Como si fingiendo ignorancia se recuperase la ingenuidad del ignorante.
De todos modos, puede que no me importe
Que simplemente vaya diciendo, hablando de mí
Que nadie nunca habrá de conocerme
Como nunca llegué a conocer a nadie.
14.01.03
5
John Dos Passos.
8. L’cume des jours6
Formula juicios por deleite
Como estira un músculo el atleta
Sin la finalidad de hacer uso de lo que hace
Porque puede hacerlo, nada más,
Amando a mujeres hermosas, Nueva Orleáns y Duke Ellington.
Después del frío habría que escribir
Sopesando las enfermedades pasadas
Y todas aquellas que siempre están por llegar
Partiendo desde la intuición hasta lo concreto
De una cura casi imposible, porque la misma mata.
Y al metal, al darle calor, le daba vida
Y más que darla, se la iba cediendo
Pues a pesar del oro había el gris
Y por salvar una cabellera dorada
Descubría, al final, que era su imagen lo que salvaba.
Sin embargo – siempre un sin embargo destruye el pasado –
Como podía intentaba lograr un exterminio imposible
En ello le iba el esfuerzo y lo que le quedaba de razón
La idea estaba fija, pero no alcanzaba realizarla
Y no sangraba el corazón por el intento, sino por su sufrimiento.
Tras el que sería su último escape
Confesó el roedor que ya no lo soportaba
Y más allá de valentía o cobardía
- juicios tan pobres ante tal decisión -
encontró en el suicidio una opción.
Y para ello tuvo que pedir ayuda.
Sería arrebato o inspiración
El texto nos permite imaginarlo
Pero nos veda el poder concluirlo
Nos niega la certeza
Abriéndonos los ojos, sin piedad, a lo posible.
Accede a que fueron días de espuma
Y que lo que hubo, aunque era todo, no fue suficiente
Ni siquiera se piensa en algún responsable humano o divino
En otro presenció la fragilidad para un sentimiento intenso
Tuvo el cansancio verdadero, el que conoce todo aquel
Que a su tanto querer no le halla un puerto justo.
15.01.03
6
Boris Vian.
9. Dejemos hablar al viento7
Imposible sería creerlo verdaderamente
Pero bastaba con intentarlo, con fingirlo
Aquellos afectos, humores definidos
La sonrisa que no entiende, la confundida amistad.
Hombres, mujeres, y sus inservibles catálogos
La desesperante colección de la misma necedad
Catapultada una y otra vez hasta el infinito más mediato
Desde millones de cuerpos infinitesimalmente diferentes.
Porque cuando la fe es admitida en una mente
Al parecer la destroza, borrando toda carcajada
Fijándole al ceño a permanecer fruncido
A los sentidos, obnubilados, más nerviosos que atentos.
Lo falso de un orden repetido y jamás comprendido
La suma de partes que no pueden señalar la posibilidad del todo
Las miles de páginas escritas, las millones de horas laborales
Todo más horrible que la compañía de los desesperanzados
Donde ya nada es simple imagen, dónde todo está confesamente errado.
Con el cuerpo y la mente por poco ya adultos
Habría que retroceder muchos años y desde ahí intentar algo
Pero aunque se lograse esgrimir algún intento de uñas sobre mi piel
Como una fatalidad fallaría la constancia, donde resisto con sencillez.
Lo que hubo sucedido, si realmente sucedió
Podría juzgarse, no sería la historia de la capilla sixtina
Pero lo peor es el ocurrir de ahora
Y lo más intenso es que en ello no hay novedad.
Y la ola, por pensada, quizá no llegue a ser pintada
Simplemente existirá para cumplir su cometido imaginado
Y el mundo entero padezca su propia desaparición instantánea
Y no quede más que nada, como siempre.
A mi puerta nadie llamó a pedir una opinión
No soy yo quien siempre piensa en la cama
No hablo del amor, no hablo de los géneros
Trato de aceptar al mundo y de que me importe
Y puedo sufrirlo, doscientas millones de veces.
Pero si hay algo que todavía me cuesta es lo siguiente
Que un pobre tipo bien intencionado me hable de mí.
22.02.03
7
Juan Carlos Onetti.
10. Nexus8
Vi que vio a la mujer y que la deseó
Que en toda la noche no volvió a mirarla
Que no arriesgo un paso o una palabra hacia ella
Y de esto lo vi quejarse el resto de su vida.
Vi que la semilla soporta la presión de la tierra
Pero que una vez que logra germinar
Imponiéndose el crecimiento, logra el sol
Y lo que era uniforme lo destruye con la verdad de su altura.
Entre tanto, en nada más que un entretanto
Con los ojos claros y con los sentidos abiertos
Capté lo inmenso, y también el movimiento
Vi el destino de incontables seres.
No pude verme arrodillado, lo intenté.
No alcancé a llorar por una mujer perdida
No llegué a sufrir por un intento fallido
Mi caso es que no quería a nadie, o eso decían.
Me dieron la vida, nada más
Se cansaron de decirme, de mil maneras que hay más
Pero no me mostraron nada más, y pretendieron que esté satisfecho
Con todo aquello que, sospecho, a ninguno de ellos satisfizo nunca.
Pero logré una imagen que no todos
La de un carpintero haciendo una iglesia, sin madera.
Y al menos me tenía a mí, a mis piernas
A mi mente estruendosa, sabiendo horas
Apto para la crítica muda
Capaz del cuerpo y sus consecuencias.
Y lo cierto de que a nadie pido que cambie en nada
De mí me burlo como nadie puede hacerlo
Y me hallo libre de burlarme del que quiera
Simplemente, muy simplemente,
Aunque lo quiero todo, no pido nada, no exijo nada.
Siento que hay error en flaquear
Siento que no hay que despreciar
Pero es cuando piden que cuesta más
Y sé algo más, que es secreto, y que trata de mí.
22.01.03
8
Henry Miller.
11. Rayuela9
Wu wei, pero un no hacer violento
Donde el estallido no lo genere un vocablo
Unos pasos en la noche, alguna cita extraviada
Sino el fracaso de las expectativas de los que no nos conocen.
Vale la idea del sillón, comprado con sudor y mentiras
Para desde allí mirar como los demás mueren
Vale el velador que provee de la luz
Con la que se leerán las desgracias ajenas.
Y mi cariño más sincero
Que aunque lo grite y lo escriba
Jamás podría ser aceptado
Como no se acepta en otro el error propio.
Muerta en el Sena, ahogada
Magia y alfombras de hoteles
La vocalista en la noche de desastre
Las copas rotas en la cena inaugural del alma.
Tengo momentos increíbles
Y lo que me pesa es saberlos
Y lo que agobia es saber su antes y después
El paisaje desértico en el que nació y murió alguna flor.
Sencillamente del tiempo en el espacio
Y convertirlos y amalgamarlos
La posible discusión y su posible silencio
El llanto del bebé que habrá de morir.
Tiene que llover y hay que volver
Todo debe de ser definitivo para que nada lo sea
Debe la depresión aguardar en el picaporte de la puerta
Los años deben ser pocos, y todo resentimiento ampliamente absorbido.
Entonces quizá
La carrera que mira no el paralítico
Sino aquella en la que corren los paralíticos y mira el atleta
Sintiendo los propios músculos enteros y firmes
Viviendo la soledad de no tener ningún competidor
Lo imposible de ser diferente y de todos modos serlo
Y pensarlo de un modo que obliga a vivirlo
Aceptando la posibilidad de que pudiera no ser así
Pues todos dicen que así no es
Mientras el tiempo, las cosas, los nombres
Una falta que pudiendo no estar, está.
9
Julio Cortázar.
12. The devils of Loudun10
La forma se denomina política
Y en ella hay variables de origen y destino
El natural gesto por el que se capta el ajeno afecto
Donde uno es el que razona para que los demás
Entregados a ese afecto, terminen también entregando sus monedas.
Conocer va valiendo un poco menos
Cuando en lugar de liberar obliga
Como cuando recorrida ya la llanura
Y poseyendo en la mente sus accidentes
Se llega al pie de la montaña, siendo natural, entonces, el tener que escalarla.
Abismos reales señalan las metáforas
Muchas veces el enyesado lee al que sin padecerlas
Escribió mucho y tanto sobre el romperse y quebrarse
Pero desde el cuerpo y la razón, algunos alcanzan
A diferenciar intuyendo un orden, para muchos oculto.
Variables de algún tiempo atrás
En las circunstancias que hicieron posible la Reforma
Donde la nobleza terrenal habilitaba títulos para la celeste
Un clero débil, de dónde tantos sacarían en claro que la carne es débil
Y la Sociedad de Jesús contrapesando con la dureza del ejemplo.
El otro valor, el de la lealtad, se señala
Exige fuerza y constancia, es decir, casi todo
Son muchas las veces en las que ni la inteligencia basta
Para mover una piedra bien cimentada, y así como cuesta
En los demás cuesta más verse caminando bajo el vuelo de los pocos.
Pero toda altura define su posible abismo
Toda puerta inevitablemente habrá de tener sus peligros
Todo peldaño, mientras no sea el último, impone sus riesgos
Y hasta para los ya impedidos de bajezas muy brutas
Todavía existe la tentación de usar las armas por sólo saber hacerlo.
Y pudiera ser que no existiesen, finalmente, tantos secretos
Que aunque haya sido tan intensa esa tan alta intención
Nunca hubiese dejado de ser tan solo eso, y nada más
Que aunque con esfuerzo se haya logrado captar a alguien
No deje de ser sencillo para todos captar a quien los capta.
26.01.03
10
Aldous Huxley.
13. Cien años de soledad11
Desde el primer trazo
Estuvo oculta la condena
Los detalles fueron muchos
- hasta hicieron la trama –
Era el viajero, quizá caminante,
El que sabía de los hilos
Y otro más que descifraba los pergaminos
En un afuera del tiempo totalmente posible.
Lo normal de una desesperación
La de una batalla eterna, y perdida
Ni siquiera el blanco, menos su posibilidad
Imposible el negro, ni valdría el mencionarlo.
Y allí, en la ausencia
A mitad de un gris logrado con maestría
La precisa imagen de un telón que no sube
Sino que cae, contrariamente a lo acostumbrado.
Referiría a Platón el novicio
Alguien siempre referiría a cualquiera
Pero para alcanzar que en lo gigante no está lo enorme
Hay que primero lograrlo, se note o no.
Es así que de la negación pudiera surgir la aceptación
Que de las aristas dispuestas inapelablemente
Se acceda al impulso y al acto de atravesarlo todo
Haciendo de toda fantasía una hierba a masticar.
Al final, que sólo sugiere ser un principio
Queda el haber vivido, o creído vivir, un aliento
Que deprime y exprime las cosas vanas
Porque fueron señaladas, nombradas, y así, aptas para el olvido.
Nos deja el después
Con la vida entre las manos
O entre la piernas
O entre el resto de los que nos queda por imaginar
Cuando cada camino lleno de polvo
Cuando cada lágrima que logra un pueblo
Cuando cada grito que da un convencido
Cuando todo queda por delante.
26.01.03
11
Gabriel García Márquez
14. Point Counter Point12
Hay algo que al lograrlo
Implica la muerte del que lo logra
Lo bueno, lo justo
El exceso mismo de todos los excesos.
Cercenándose, privándose, negándose, renunciando
Arrancando una parte de sí
Cantarlo tratando de elevarlo en canto
Como un aliento ilimitado por la atmósfera
A pesar de que casi todos prefieran la rosa roja.
Y la esencia del que yerra, por haberlo intentado
Y la esencia de la escoria, por haber sido alimento
Y la esencia de una estupidez, por tratar de no serla
Los golpes solos que la inteligencia se inflige a sí misma.
Estaba Dios, cuando había música
Eran hombres quienes la lograban
Pero cuando dejaban de tocar
Dibujaban lo terrible de estar despiertos.
Entonces lo que a uno le duele lo oculta
Y aunque tienta con peso la fraternidad
Más prohíbe la posibilidad de vergüenza
De exponer lo que siendo sacro para uno
No será comprendido por nadie.
A la hora de juzgar, cuando los perfumes lo permiten
El de pensamiento correcto y sus acciones
El de acciones incorrectas y sus pensamientos
El histérico entretenimiento de analizar
Al que no es el puro y exacto reflejo de su más íntimo ser.
Se deja suponer que vivir es construir, en la intemperie
Que la tormenta es igual para el que quiere casa o castillo
Que la diferencia está en los brazos y en la mente que los guía
Que el público no cuenta, si la obra es lo que importa
Que si se está solo es por habitar un lugar donde no cabe la muchedumbre.
Al principio no sería broma
Al final, su posibilidad sería aceptada
A ver si la mente, como el corazón
Logran expandirse como pretendieron
Dejando o no una estela de fuego.
26.01.03
12
Aldous Huxley.
15. Gabriela, cravo e canela13
Lo del cuerpo es sencillo
Sencillo de entenderlo
Cuesta arriba es compartirlo
El compartir sin discriminar.
La humedad de las carnes
El poderoso deseo de poseer
El dolor de lo no tenido
Los sueños, todos, desvelados.
Hay que dejarla pasar
Permitir que viva sus siestas
Saber que es libre y no liberta
Que la derrota es posible y cierta
Seguir amándola, quizá con menos juventud
Pero con más valor
Rozar saber que viene de Dios
Que en su sencillez también habita un anhelo infinito.
Y hallar los caminos del futuro
A balazos y a trampas abiertas
Bajo el escrutinio del brillante sol mudo
En medio del calor en el que pocos actúan
En la horas donde los sentimientos son pocos, pero intensos.
Mejor no tocarla, mejor dejarse llevar por ella
Saberse roca que besará su ola, quizá sólo una vez
Aguardar, como se pueda, con esa esperanza
Prohibirse intentar cazar al aire.
Que la otra muchacha, más delicada y más bella
Por parir habrá de terminar con el vientre hinchado
Por cosas de la casa dejará los afeites
Por obediencia a su marido, dejará sus más fantásticos anhelos.
En el amor de selva
Donde no hay dueños
Ni posesiones
Donde se funden el clavo y la canela
En la más exacta situación del milagro
Con el sabor de lo único
Terriblemente irrepetible.
26.01.03
13
Jorge Amado.
16. Mémoires d’Hadrien14
Tan grande es la herida del amor
Que sólo el amor puede cerrarla
Y duele más cuando hay edad
Cuando la belleza tiene un tiempo.
Ya no está conmigo mi joven dios
El carnal regalo que logró mi sonrisa
Ya se han fugado las horas de la tibia alegría
Que era posible con mis brazos extendidos
Quedan, como una condena agridulce
Buscar aún alguna que otra respuesta
Ya en el reflejo que proyecta el espejo en la mente
En los viejos pergaminos que rayaron los doctos
Y en lo que queda de la gente que todavía me rodea.
Como ya no son posibles los otros juegos, las otras batallas
Donde era tan sencillo perder y reír
Pues jugadores y contendientes eran sólo dos
Y la derrota siempre implicaba la victoria de quien se amaba
Persisten con su fuerza los otros legados
El intento de la vivencia de aquellas tierras
Que sólo alcanzan a pisar los héroes
Que lo son por su continuidad en el esfuerzo
De vivirlo todo, tanto, que vencido queda el temor a la muerte
Que se vuelve menos dura la amenaza de la vejez
Casi comprensible la incurable enfermedad
Y, por los dioses, soportable el amor que no halla reciprocidad
Y el rostro que se porta puede mirar de frente
Por y a pesar de sus arrugas, la amistad traicionada o despreciada
Y la terrible realidad de que los sueños no puedan realizarse
Porque al final de cuentas, no somos más que humanos.
Perdonadme pues mis excesos
Que no sea suficiente el escándalo
Que mi aliento es largo
Y en mi disculpa tan sólo hay sinceridad.
Mis instantes se marchan
En la soledad hallo comprensión
Y por último, volviendo un tanto en mí
Tan sólo pido, mirando al frente, una última ojeada a lo que transité.
24.02.03
14
Marguerite Yourcenar
17. In Coold Blood15
Ha trabajado ocho horas, quizás diez
En casa lo esperan, en verdad lo esperan
La cena estará caliente, los niños ansiosos
Y ya antes de cruzar la puerta sonreirá.
Despertará a sus hijos con ternura
Sentirá impaciencia y regocijo
Cuando pidan por unos minutos más
Mientras se enredan entre las sábanas.
Y en cuotas pagarán la casa y el auto
La educación de los críos
El seguro social
La alegría constante, en cuotas la pagarán.
Y esa alegría que puedo ver me enferma
Porque condenado a lo difícil no tolero lo sencillo
Y escapa a la posibilidad de mi piel
Aceptar que así sean felices.
Llevo en mí el resentimiento
De poder ver lo que ellos no pueden siquiera sospechar
Y tanta es mi fuerza, tanta mi erudición
Que hasta hallo placer en marcarles la vida, con lo que sé.
Yo mismo, al dañarlos, me hago daño
Y aunque puedo definir la bondad
No puedo realizarla, no puedo lograrla
Me siento ofendido, por no ser igual.
Aunque hable de una roca
No puedo ser una
Y aunque vivo en soledad
Del mundo no puedo escapar.
La gente es demasiado
Contra todos no podré
Creo que la paz estará al destruirme
Y sé que sólo yo podré hacerlo, al desmoronarlos.
Cualquier animal herido ataca al que quiere ayudarlo
La solución, lo sé, en mí está
Pero no puedo aceptarlo
No he conocido el cariño, y el resentimiento me vence.
24.02.03
15
Truman Capote
18. The Wild Palms16
Había imágenes que lograr
Habían sido enseñadas como reales
Pero no había sido enseñado el precio
Parecía el príncipe condenado a encontrarse con la princesa.
Pero por los caminos de la vida, había sido,
Las casualidades no eran más que literatura
Cada cual de algo carecía, y algo anhelaba
Ni bastaba el caballo, ni bastaba el vestido.
Tempranera o tardía fue la decepción
No bastaba con pretender, con querer
La inocencia perdía contra la pureza
Un único par de brazos y un único lecho no alcanzaban.
Valientes los que lo aceptaron
Valientes los que al verlo huyeron
Y a su modo audaces, aquellos pocos
Que por las sombras desconocieron al sol.
La traición de Bruto, y la de Calígula
Y la de todos los días, humana y mediocre
La inconformidad que halla su escape
El tullido, lastimero, que logra sus muletas.
Más no había honor, aunque quizá fama
Y por supuesto, el peligro del escándalo
Pero, y aquí lo bueno, nada, nada más
Salvo que el día que viene, todos saben, apesta más que el anterior.
Lo capta el esteta, elegido, cuando mira a sus hijos
Lo dice el poeta, mientras contiene sus sangrantes heridas
Lo calla el idealista por reflejarlo en los ojos
Lo viven los actores, del otro lado del cortinado.
Mas son otros los que protagonizan el sufrimiento
Una cierta raza que ha sabido besar la humildad
En tanto ha sabido no contener su sonrisa
Por haber comprendido la distancia entre repartir y compartir.
Lo demás, mezcla y confusión
El caos o el orden exacto del universo
Las horas que son vividas
Por quienes aceptaron ser educados
En lugar de educarse.
25.02.03
16
William Faulkner
19. La nausée17
Queridos hermanos, basuras
Humildemente les pido perdón
Por no ser como ustedes, idiotas.
Dramática multitud, huyendo del hastío
Encerrada en salas en donde quieren el escape
Amotinadas en la extrema realidad de las masas
De las que he sido vilipendiado, con ácido placer.
Solo, en soledad, lograré también la unicidad
Mediante la realización de una crítica personal feroz
Lograré también absolver tanto a mi ser
Como a mis más preciados objetos, entre ellos la nada.
Tendré que juzgarlos, a todos, y acaso a cada cual
Y lo que de ellos diga quedará impreso
Y habrán de leerme, y reirán o se mortificarán
Y más de uno habrá de compadecerme, logrando la lástima.
Todo esto lo supe siempre, siempre, siempre
Y es que aceptando el absurdo, no tengo rival
Cada enemigo no es más que humo
Materia condenada a un final de vida útil.
Aunque mis ropas son de proletario
He vestido las del guerrero que enfrenta batallas filosóficas
Braceé en su tiempo en los ríos y mares de la historia
Estuve, por decirlo, en más sitios que en ninguno.
De lo que se acostumbra llamar amor y su acto
Desistí de la depresión de su continuidad
Opté por el recuerdo en la memoria
Donde todo es como uno decide que siga siendo.
Quizá un día nos encontremos, hermanito mío
Y entonces puedas liberar tu gran lista de exigencias
Ve sabiendo que yo no huiría, y que todo te lo daría
Para disfrutar después de pedirte pagues el precio.
Pero si esto no ocurriera, seguiré siendo yo tu hermanito
Disfrutando con la intensidad que me fue permitida
Del mundo que viste y del que creíste entrever
Como si uno de los dos, alguna vez, hubiese en verdad existido.
01.03.03
17
Jean-Paul Sartre
20. La vida breve18
Habiendo captado la sencilla complicación
De que cada final daba paso a un nuevo inicio
Había asumido también la tremenda importancia
Que tendrían en el pasado de alguien algunos actos
Y que la verdad, a pesar de todo, era que no me importaba.
Ya que ocurre esto que es la vida, ni más ni menos
Y que en sí misma pareciera no tener cosas horribles
Para que lo horrible sea justamente que existan y dejen de existir
Los besos, los hijos, los padres, los murales de mármol
El libro escrito que se vende y se confiesa nunca será entendido.
Y ocurre el amor que no tiene comprensión
Que debe siempre, para seguir siéndolo, ser ignorante
Para ir evitando así la desilusión, día tras día
Puesto que cuando se trata del otro, cualquiera fuese
Y mejor si es el enamorado, no hay tiempo para ocuparse de uno.
Los misterios, así, debían seguir así, no conocidos
No el nombre de Dios, ni su rostro
Los misterios simples, como la historia sexual de quien está enfrente
El día más feliz, el día más triste, todas aquellas pequeñas cosas
Que por no saberlas tornan a lo que nos rodea en algo interesante.
El equilibrio estaría ahí, en no cruzar la línea de la ignorancia
Ya que una vez que lo hagamos no habría marcha atrás
Y entonces nos sería exigida, para poder continuar
La puesta en marcha, el funcionamiento de la voluntad
Dirigida con toda intención rumbo al logro del olvido.
Si así podemos alcanzar el milagro jamás prometido
Y llegamos entonces a respirar la felicidad
Justo a la mitad de nuestras vidas, no tan mediocres
Tendremos entonces que darle la bienvenida a esa otra variable
Que es el tiempo, el reloj que en cada cual marca las horas de la dicha.
Mas ya entrenados en el libro de nuestras vidas
De tanta grasa, tanto alcohol y tanta representación
Nos iría siendo sencillo un enfrentamiento maduro con el miedo
La última prueba de que todavía nos queda un algo de juventud
Un espacio de nubes negras antes que el sol lo arrase todo.
01.03.03
18
Juan Carlos Onetti
21. The Honorary Consul19
Tenía un tiempo la prosa
Y su tiempo tenía la poesía
Y el juego era la no medida
La no vivencia de los extremos.
El que lo capta a la primera
Es el primero en vivir lo que queda
Con la irrisoria esperanza de que alguna vez
Alguien también logrará captar lo que ya él había captado.
Con el tiempo, si la suerte – que tampoco existe – lo asiste
Aprenderá también que es imposible
Que si alguien alguna vez viera lo mismo que él
Sin duda otra significado le daría, mayor o menor, pero siempre diferente.
Quizás, entonces, le atribuya al milagro
El acto por el cual lo semejante salva lo imposible de lo idéntico
Sin condenar la física, apreciaría lo espiritual
Pero se mentiría, y, si lo hiciera, más tarde habría de suicidarse, es sabido.
La fuerza superior debiera ser la propia
Más allá de la chipa de las barrigas vacías
La historia de todos los niños pobres del mundo
Y la del dinero invertido en velas y vino para un rito desvirtuado.
Más que el llanto bajo la capilla sixtina
También el cosquilleo de cierto placer traumático
Que sienten los que abrazan la realidad de sentir dolor
Cuando lo que ven, es lo que hay, sabiendo que pudiera ser diferente.
Vidas enteras de sacrificio detrás de los libros
Vidas enteras detrás de metrallas y puñales
Vidas enteras sentados bajo las palmeras
Vidas enteras peregrinando con un mismo mensaje
Y la desesperante certeza de que todo eso sólo valdría como ejemplo
Para que el día de mañana, si es que Dios lo llegase a permitir
Se tratase de nuevo de un sólo acto, de un sólo gesto
Como el de morder una manzana, o ser izado en una cruz
Para el cual uno estaría preparado, con furia y vacíos en la sangre
Con la carga de nihilismo necesaria para saber que tampoco sería suficiente
Entendiendo al fin el gran ridículo de la existencia
Pagando el precio por el cual cualquier demonio nos temería
Porque no hay peor persona que aquella que ama a Dios
Sin olvidar ningún detalle de las miserias que ha permitido
Sabiéndose limitada, imaginándose continuamente poderosa
Esperando el momento de destruir su propia vida por el Dios que ama de verdad
Si entender, comprender, ni expresar, que el mundo pudiera no ser lo que ve.
19
Graham Greene
22. Eva Luna20
Puede que alguna vez, anciano o no
Por una gracia, o un gran esfuerzo
Llegue a comprender que tengo una madre
Que esté más allá de las maternidades individuales
Más por de pronto, desde mis 31 años
Donde orgullo y vanidad se van cansando
Para dejarle, poco a poco, paso a la humildad
Cuando le escribo a mamá, le llamo mamá, sintiendo que no hay otro modo
Y cuando pienso en Dios
Tratando de abarcar la historia más próxima y la más futura
No dejo de entrever los días de Josué
La muerte de los primogénitos
El sonido del paso entre las copas de los árboles
Marcado por una situación pasada
Desde la cual aunque existe la corona
No tiene tanta consistencia el trono
Aunque sí su ubicación, como la risa y la sonrisa.
El paso de las desgracias y las dichas
Y el suceso de la memoria a mitad de un tiempo
La mujer de Lot, las continuas advertencias previas
La premura y la insistencia, diferente de la persistencia
Como si el imperativo fuese a mirar hacia el frente
Y si acaso uno cayera en la tentación de mirar atrás
Pudiera salvarse si no sólo mirara lo bueno de los logros
Sino también lo malo y triste de los equívocos.
De todos modos, ninguna confesión alcanzaría
El juego siempre sería personal, privado
Para que la descripción de cada experiencia
No fuese más que un consejo, positivo o negativo
Que podría aceptarse, cuando no comprenderse, y viceversa
Demostrando a cada instante, a cada instante
Que desde que la muerte tiene una forma
No es más que manifestación de la posibilidad de decidir
Si sola vendrá, o acompañada de invitación habrá de acaecer.
Mas, entonces, también el mensaje de seguir
Entre formas y fondos
Valorando las limitaciones, que no deberían limitar los sueños
En medio de la lucha que debiera implicar alegría, más allá de su resultado.
20
Isabel Allende.
23. Bomarzo21
Quizás ustedes sepan, aspirantes a jueces
Que un cojo no puede entrar al templo, tampoco un ciego
Quizá conozcan la ley, humana y divina
Que a los defectuosos nos aparta.
Pesa el estigma, a uno lo vuelve cruel
Porque cuánto más privados estamos de la belleza
Más somos sensibles a ella
Y pesa más cuando apreciamos lo que los demás no valoran.
Y así como el poeta pudiera decir
Que las aves cantan, porque son las que vuelan
Así nosotros podemos ver
Lo hermoso de una espalda recta, de un rostro bello.
Sin embargo nos rechazan
Sólo el morbo nos nombra
Y habituados al rechazo
En los hombres ya no vemos a nuestros semejantes.
Entre monstruos buscamos compañía
Aunque no lo somos, intentamos serlo
La fealdad dicen es nuestra realidad
Y no nos queda más que en la fealdad buscar lo que buscan todos
Un poco de compañía.
Como dije, nos volvimos crueles:
A la mujer en ese entonces más pretendida
Se le pagó las necesarias monedas
Para comprar unos instantes
En los que probaría mi virilidad
El temor fue más, mucho más
Pues no hay cosa peor que algo feo frente algo bello
Y que belleza y fealdad, vivas, conozcan que lo son
Le dupliqué la paga como precio del silencio
Mas, qué impediría traicionar a un error de la naturaleza?
A la fama de mi horrible forma
Se sumó la de mi impotencia
Nuevas burlas se adhirieron a las antiguas
Para que el llanto no alcance al consuelo
Para que la venganza pueda, quizá, hasta ser motivo
De un día más, un año más, o todas las centurias.
Sucedió que el tiempo transcurrió
Y que la limitación me fue benigna
21
Manuel Mújica Láinez.
24. Pues así como lo feo termina por ser olvidado
La belleza que decae sigue siendo novedad.
Volvió por la misma circunstancia, por dinero
Los años habían pasado, por su rostro, por todo su cuerpo
No dudé, como no duda nunca quien sabe tiene la verdad
Y le señalé sin miramientos que la distancia se había acortado
Y no porque yo fuera un poco más bello que aquella otra vez.
01.03.03
25. La romane22
Con ese modo que tiene cada edad
De llenarse de precisos atributos
Como si cada idea, cada pensamiento
Provinieran tan sólo de la edad
Valores virginales para el hombre y la mujer
En la historia de las víctimas del sexo opuesto
Aunque no en la historia de los victimarios
Porque es el que agrede el que más ha sido estudiado
Las causas de las otras situaciones
Han sido decididas provenientes de natura
Y nada más, haciendo de la ignorancia
Tan sólo el espejo de inocencia
Expuesta la ternura, como una ciudad a los bárbaros
Habría que tomarla desconociendo qué hacer con ella
Quemarla y pasarla por cuchillo
Para después pasarla también al olvido.
Por la cantidad que fijan las imágenes
Para que dos hectáreas de maleza
Hagan el significado de una amapola
Y un rebaño de ovejas le den brillo a los colmillos del lobo.
Bastaría con querer algo para que sea cuestión de tiempo
Pues ninguna cima en realidad puede serlo siempre
Más temprano o mucho más tarde, el deseo vence
Y cuando golpea la decepción casi siempre se quiebran las rodillas.
En la desesperanza, sin embargo, una vez lograda
Se halla el principio de un cambio fino y brutal
Por el que se accede a un poder antes ignorado
A una seguridad quizás nunca imaginada
No hay tormenta que asuste
No hay futuro que pueda turbar
Las gentes no es más que gentes
Y todo puede ser sin doler
Porque es una fuerza triste
Que se instala dentro
Y por estar hecha de derrotas
No puede ser derrotada.
22
Alberto Moravia.
26. Orlando23
Por el contrario que en la Ciencia
Había primero una lucha cruel
Entre todo lo manifestado
Y su descripción por medio de palabras.
Las amistades posibles de ese tiempo
Entre pasos de Bertrand y Eliot
Dejando que la locura fluya siempre
En otros países, otros territorios.
Porque de cuando en vez se llega a ese punto
En el que ya todo se vuelve insoportable
Porque todo tiene palabra y cada palabra
Lo va envolviendo todo, incluso la nada
Tras tanta lucha, respirando después de haber jadeado
El objetivo no es más que no tener otra compañía
Que no se la de la selva, o quizá una ciudad
Llena de gentes que no saben o no quieren hablar
Puesto que el corazón no se ha roto
Sino que la mente ha destrozado sus barreras
Y al hacerlo ha quedado lastimada, herida
Pero aun con ganas de seguir abandonándose
A pesar de los pesares más ajenos
Por virtud y por vicio de incomunión
De tanto haber destapado ollas de vidrio
Donde hervían cabezas de perros traicioneros
La noche y el amanecer
En que habíamos cambiado de sexo
De nombre y de historia
Repitiendo ya por siempre el mismo circulo
Apuñalando sapos en las mañanas
Robando barcos y mensajes
Desplegando las velas en lo social
Hallando en el cuerpo el motivo de los amantes
Presintiendo con rara nitidez
Que al final de cuentas
El tiempo se nos está yendo
Y mucho más se dirá.
23
Virginia Woolf
27. El paso del Yabebirí24
No siempre, por tantas variables
No siempre terminan las excepciones
Por subvaluar la regla, de tal modo
Que le vencedor es más que un héroe.
En el esfuerzo de soportar la herida
Y en la caída cierta, muy cierta
El ensueño, real, de una posibilidad
Aquello que no entrevisto sucede.
La fatiga, el agotamiento, la fiebre
La muerte misma tan próxima
Que sólo la proximidad de la amistad
Pudiera, quizá, alejarla.
Se despliegan las intenciones
Y con ellas, su intensidad
Y en ellas su inteligencia
Y con ellas la perseverancia.
De qué lado está Dios?
No es la pregunta correcta
En un escenario que ha sido dispuesto
Por quien no está del lado de nadie, o del de todos.
Lo peor no es lo que está por venir
O lo que pudiera imaginarse habría de llegar
Lo peor ocurre
Y uno está vivo para captarlo.
Mueren las rayas, mueren desgarradas
La lucha no es por los hombres
Es por uno
Es por el hombre.
Lo que todos saben es que no podrá durar mucho
Cada cual, cada cual ha determinado su flaqueza
Y cada cual, su grandeza
Cada cual, su esencia.
No quedará tan grabada en la memoria
El resultado final de tan cruenta batalla
Pero si hay algo que en el corazón queda
Es la respuesta de las rayas: ni nunca!
03.03.03
24
Horacio Quiroga.
28. The Spire25
Dos más dos es cuatro
Pero sigue la inteligencia
Buscando saborear
Aquella definición del uno
Y así, sin pudor, hablar con los pilares.
Suelen los hombres señalar
Que las mujeres buscan por buscar
Y que así, por conocer el sabor de una manzana
O el de una banana, logran casi sin querer
Desnudar ciertas estupideces de lo cotidiano, a veces.
Para evitar estos y otros pensamientos similares
El hombre blasfema, hace rimas, o se castiga
Como se ha privado de procrear, otras cosas se permite
Y si ha dejado de beber, en otras cosas incluso cree
En un par de palos, en el pecado del mundo, y en el trabajo.
Sin embargo, basta que alguien aparezca
Para que cada cual lo mida y lo juzgue
Y halle sin esfuerzo que bastaría con tener más
Y si es posible, mucho, mucho más
Para poder, sin temor, prescindir de tener que escucharlo.
Es que todo resultado implica un proceso
Y hay quienes no lo notan nunca
Como hay quienes lo diferencian siempre
Y así como cada palabra de cada poema
Implica a quien enseñó - y el modo en que lo hizo - la primera letra
También va implicando al receptor final
Y a todas las cosas que hicieron que lo sea
Para que sea cierta la teoría de las infinitas espirales
Partiendo desde un único punto inicial
Sumando dos más dos, para intuir, con temor, al uno.
Así queda claro que mejor es no excederse
Vivir como se pueda, o sobrevivir
Sin el superhombre y sin su antónimo
Aunque con la riqueza, si ya no vivida,
De la riqueza de haber conocido de algún modo la locura.
05.03.03
25
William Golding.
29. Säntliche Erzählungen26
Muchos lo sintieron fantástico
Pero nada más exacto y racional
Que lo que la fantasía alcanza
Que hasta la palabra quimera en el diccionario está.
Vi que los que estuvieron al lado
Aunque no siempre cuando era a perder imagen
Evitaron demostrar creer en lo que yo creí
Para que si ocurriera el extravío
No sea a mí que tengan que hacer el reclamo.
Vi que muchos en sus casas tenían ventanas
Y vi que cuando miraban desde ellas
No podían ver que lo que miraban
No era más que su no poder estar solos.
Me trabajando de día
Y estudiando de noche.
Vi claramente la incomprensión
Y el espectáculo del incomprendido
Cuando a declarar se lo llama
Y para declarar se lo instruye, se lo entrena.
Vi que no hay ya lo que hubo
Y que aunque yo lo dijese
Y aunque ya nadie lo negara
Todos vivimos casi sin aceptarlo.
Vi cuando el docto buscaba iluminarse
Cuando el enfermo buscaba su cura
Cuando el orfebre buscaba realizar el arte
Y vi al obrero hacer su tarea, desoyendo quejas.
Vi al alacrán, vi lo que era
Sabiendo que nadie le dibujaría caricias
Que nadie lo tomaría por mascota
Y que en el ordenamiento del mundo, era un alacrán.
Vi un juicio, muy personal
En el cual alguien era más, y alguien menos
Y que uno de los dos, obvio es cual
Temía porque el otro muera después de él.
06.03.03
26
Franz. Kafka
30. El juguete rabioso27
Pero qué maravilla hermosa!
Qué perfección de presidente
Qué sublunar ese historiador
Qué garantías la de aquel “pensador”
Y estos niños con guardapolvo
Qué espejo sublime de sus madres!
Qué preciosa certeza la de los cubiertos
Dispuestos con eufonía sobre la mesa
Qué rara precisión exquisita
Las reglas tan bien dispuestas
Por quienes, siendo pulcro ejemplo
Exigen de otros los que a sí mismo se exigieron!
Entre maricones y cornudas
Nada puede resultar más bello
Que verlos a todos, reunidos
En un mismo hediondo mundo
Dentro del cual nosotros somos el asco
El motivo de la burla más exacta
Donde la ironía procaz no tiene cabida.
Sucede y ocurre
Que transitamos sin miedo, mire usted
Que el miércoles de ceniza nos comemos una vaca entera
Que bebemos hasta decir pavadas
Y alcoholizados, no paramos hasta lograr las bragas
De las que soportan nuestro aliento, para tener lo que llevamos dentro.
Por sabernos inútiles, de todo
Y decirlo, defenderlo y exponerlo, con vergüenza
Con la hombría de explayarnos sobre los límites que nos duelen
Con una montaña de resentimiento que es nada frente a nuestra tristeza
Porque al menos aceptamos sin reparo la trampa que nos hace diferentes
Aún cuando nuestra inacción nos hace idénticos a todos los que aquí respiran.
Epa! Qué es lo que oigo, lo que alcanzo a escuchar?
Acaso una queja?
Barbaridad! Es que alguien confiesa lo que es su vida?
Por todos los ateos, los cristianos se quejan!
Acaso no les enseñaron que está prohibido mirar atrás?
Pero por Cristo, hasta cuándo tendrás que soportarlos?
Al menos nuestra vanidad tiene consuelo
Porque si morimos y nadie nos recuerda, mejor
Ya que si quien nos recuerda alguien, ALGUIEN
Qué fracaso, qué derrota con final
Esto de vivir lo que vivimos
27
Roberto Arlt.
31. Para que otro fracasado nos recuerde!
Bendito el inocente, con todos sus íconos
El perdón para el ignorante
- mientras no existan grietas en la estructura -
Que la memoria no es tanto como el ejemplo
Dada la imaginación, y la desesperanza
Impuesta el hambre, la muerte, y todas las miserias.
Dado que estamos, es mejor esquivarnos.
06.03.03
32. Die Blechtrommel28
Sé que hay niños que temen a la oscuridad
Que van realizando su niñez de acuerdo a los patrones
Temiendo lo que todos temen, buscando abrigo
Allí donde todos han de buscarlo, lo sé
Y sé que hay niños que captan, con precisión
Que lo bello que ven no habrá de durar.
De una manera quizá un tanto fina
Entonces, las cosas no podían ir más lejos de lo que eran
Sin resentimiento, sin rencor, con simpleza brutal
Perdí, naturalmente, el sabor de la vida
Y por inteligencia y sensibilidad decidí continuar
Sobre la base de aferrarme a algún objeto, digamos perceptible.
Así generada esta distancia, habría que notarla y no esquivarla
Pues cada niño suele ser el depósito de intenciones de sus adultos
Como cada “miembro” de la sociedad, para serlo a cabalidad
Debe al menos cumplir con las exigencias mínimas de lo establecido
Creer en lo que todos creen, decir lo que todos dicen
Vivir, en fin, como los demás han estado viviendo las últimas décadas.
Sin embargo, no es de niños lograr el equilibrio
Resolver encrucijadas de dos o más caminos
Y entonces, el niño, se vuelve jugador
Jugador puro, aunque no inocente
Real y certero, pequeño aunque amplio
Capaz de destruir las bases mismas del juego.
Me tocó una humanidad simbolista
En donde toda magia no era más que trucos
En donde todo mago nunca había sido un rey
Y donde en un objeto, o en muchos de ellos
Se pretendía aprisionar lo que no podía ser aprisionado
Y donde el aire era difícil de respirar para los que lo notaban.
Logrado el filo primero, uno de los más crueles
Resulta claro que es preciso usarlo para sobrevivir
Y el paso siguiente, siguiendo en atención la observación
No es más que captar el revés de las cosas dejadas pasar
El jamás violento que logra suicidarse, las explosiones
Las últimas consecuencias de una olla humana que calló, por años, su insatisfacción.
Quien conoce, puede callar lo que conoce, lo sé
Pero si lo hace, ocultaría la realidad de su lucha
Esa que se da dentro del que intenta vencer su conocimiento
En donde un solo descuido haría que la vanidad le venza.
28
Günter Grass.
33. Breakfast at Tiffany’s29
Las viviendas eran simples, y frágiles
Incierto lo que contenían, cierto lo que liberarían
Incluso arriba ya respiraban los testigos
Y abajo esperaban, jugando, los testigos.
Escribo, pobre de mí, algún cuento
Alguna historia de sal, alguna de pimienta
Lo festejan las luciérnagas, las más aptas
Las ciegas de ojos a mi depresión.
En momentos de tribulación, o de gran tribulación
Se buscaban a los amigos (en las agendas)
Pero ya cada cual iba sabiendo un poco de golpe
Que nada de eso tendría sentido, y menos aún algún resultado.
Y en lo que escribo, por imaginación o simple plagio
La locura logra torcerle el pecho entero a la lógica
Y bajo la intensa luz de una sospecha dolorosísima
Se puede entrever que todavía alguien cree en lo que no se puede creer.
Después de atisbar los cambios que ocurrirían
Por haber presenciado que ocurrieron cambios
Se pretendía, pasado el tiempo, conservar de algún modo
Lo que se había sido en ese momento en el que nada cambiaba.
En cada página, se acepte o no, se erige una distancia
Una para el que lee, otra para el que repite, otra para nadie
Y aunque no siempre tengan espacio y tiempo
Lo cierto es que van siendo sabidas, al menos intuidas.
Pero merced a tanto, tanto polvo
Habían logrado algún silencio
Donde los modos de las expresiones
Sólo encajaban en medio del silencio.
De modo que es posible volver a repetir lo dicho
De un modo similar, y hasta quizá distinto
Aquel acto de fusión por el que entregando
Se posee aquello que queremos por tomarnos.
Pero a veces algún cristal se hacía trizas
Sin querer, sin esperarlo, la presión vencía
Y un buen día, o una mala noche, alguna siesta
Terminaban por tratar a los demás, como los demás los trataban.
11.03.03
29
Truman Capote.
34. Die Betrogene30
Sea por Baco, o por lo que quede de tu cultura
Nadie habría de indicarte con clara voz
Que la diminuta y precisa comedia que expones
No es otra cosa que alcohol anulando defensas.
Yo recuerdo ese tiempo en el que tus pies
Le ofrecían a la vida la más rápida carrera
Cada paso era brutal, intrépida aventura
Que sólo a veces lograba detención
Cuando de pronto dabas cuenta
Del anciano que andar no podía ya.
Era entonces que parabas
Intentando calmar a tu corazón
Respirando aún las ansias
De ir por más, por mucho más
Pero el peso de lo que veías
Hacías que ocultes lo que sentías.
Y recuerdo el otro tiempo
Cuando por ver lo que no podías ya
- Y que en sus instantes pudiste -
No lograste entregarte a la alegría
De admirar lo que ya no poseías
Y que entonces de otro era suyo.
Era entonces que callabas las palabras
Recurriendo a tus viejos años
Lo que tenías no podía ser compartido
Lo que tenías enfrente era lo perdido
El algo te dolía, y sin embargo te alegraba
Pero tal como antes, no esculpiste sinceridad.
En mi adolescencia los vi a todos
Acobardados de lo que sentían
A punto tal no sólo de callarlo
Sino de creer que había valentía
Y quizá, si se les permitiese, maestría
En llamar inefable a lo que entonces vivían.
De todo ello qué ha quedado?
Lo callaron, no lo expresaron nunca
Lo que hicieron no fue entonces lo que quisieron
Y en esta contradicción, así realizada
Quién podría reflejar felicidad?
12.03.03
30
Thomas Mann
35. Narziss und Golmund31
Por una idea que no resulta tangible
Hasta que logra convertirse en ideal
Y que por ello termina implicando los actos
Que hacen de la rutina, de lo cotidiano
Una prueba de juego de guerra y de afectos
De vez en cuando había un momento
En el que para no caer un tiempo después
Se hacía la confesión de que había algo más
Dentro del cuerpo donde laboraba el alma.
Dado el mundo, era notable
A la repetición de los hechos
Se le sumaba la obligación de repetirlos
De manera que la novedad no era lo nuevo
Sino lo ya establecido impreso en papel
Como conjunto de reglas a obedecer
Como si fuera posible prohibir respirar
Como si fuese posible tener que aceptar
Que lo que uno tiene – mujer, gobierno, nacionalidad –
No es menos de lo que a cada cual debe bastar, por siempre.
El secreto susurro de las consecuencias
El peso que soporta el que sabe de lo que carece
La fuerza que lleva el que ignora sus incapacidades
El poder del que conoce de lo que está obligado
La impotencia del que no conoce sus flaquezas
Ambos en el mismo camino, en un mismo tránsito
Unidos por el – dicen inmaterial – lazo de la amistad.
Ese algo más que iba más allá de las reglas
Pues, habría que comprenderlo
Lo cierto y estipulado, lo reglamentado
No eran más que cosas de hombres entre los hombres
Para lo otro, para lo que iba más allá de los hombres
No serían suficiente lo que a cualquier hombre bastaría
La hora de los saltos, la hora de la noche oscura del alma
Donde se está solo, a pesar de que el hombre es un ser gregario.
Así la fruta y el arte
El lector y el escritor
Cada cual con sus articulaciones
La madre y el padre
Negar a uno y aceptar al otro
O la extrema, la muy extrema
Decisión, por los altos tenida por absurda
De intentar tenerlos a los dos
En un único y fulgurante abrazo.
31
Hermann Hesse.
36. El coronel no tiene quien le escriba32
La cama sería la misma
Las mismas estaciones
Las mismas horas
Los mismos flagelos.
Las apuestas más altas
Y los hijos que no tuvieron
Bajo la misma bóveda celeste
A una misma altura sobre el mar.
La mesa común
El baño compartido
Una sola puerta para entrar y salir
Un mismo techo envejeciendo.
Al tiempo el atardecer
Al tiempo el alba
La cantidad de comida
Y la fisura de los sueños diferentes.
Cuarenta años leyendo la Biblia
Sin leerla
Cuarenta años conviviendo
Sin común unión.
Por esa magia de las aceptaciones
Los ríos que se cortan solos
Los espacios jamás conquistados
En lo irrepetible de cada cual.
El conocimiento que aparece brutal
El carácter del entendimiento
Que en su primera hora capta que no puede compartir
Y que al comprenderlo se expande.
Por los hechos de una mañana o una noche
Sin haberlo pretendido
Quizá buscando exactamente otra realidad
Otra esencia, un poco menos imposible.
Pero sucede que quien está enfrente
No es lo que somos
Y vemos que ni siquiera nos conocemos
Y lo que está enfrente, enfrente, enfrente...
14.03.03
32
Gabriel García Márquez.
37. El plan infinito33
Yo sé que me juzgarán
Y que habrán de encontrarme culpable
Por esto, a veces, sólo a veces, siento temor
Pero recuerdo sus rostros, y las monedas que pagaron
Y hallo el consuelo de que al menos yo les vendí
Lo que los demás no pudieron obsequiarles.
No tenía novio
No tendría hijos
No habría de “procrear”
No sería lo que se esperaba
Sería lo que se aceptaba.
Y mis actos, mis omisiones, mis pensamientos puros
Tanta fuerza conllevaban, tanta realización lograban
Que para seguir a mi lado debía ceder todos sus espacios
Ir siendo sombra, yendo al lado, aunque no a la par
Y así fue que realizó lo fantástico de generar gratitud.
Descubrió que no era lo que parecía
Su ser, como el de casi todos
No estaba listo para una decepción
Lo que le pareció sorprendente se volvió insípido
Y por no comprender que la belleza no está fuera, sino dentro,
Sucumbió en ese denso mar de la infelicidad.
Y de todos modos, seguía siendo el mismo
Algo diferente pero siempre semejante
Los altos y bajos de cualquiera, horas solas y horas compartidas
Algún cambio de nombre, algún nuevo accidente en el paisaje
Para que después todo vaya siendo casi lo mismo
Pero al menos por captarlo todo podía ser tremendamente diferente, siempre.
Y dado que era de otro lugar
Le ganó terreno a lo que era
Y hallando la otra cara del desprecio
Halló el orgullo de no quebrarse
Como quien asume golpes sin cortarse.
Y era así, un tanto afable, un tanto amable
Con una manera de apaciguar cualquier tormenta
O de crear la más grande de ellas
Con la habilidad de ofrecer la sensación de permanencia
Por no haberme detenido jamás en ningún lugar.
Y si llegaba a faltar
Se sentía que algo faltaba.
33
Isabel Allende.
38. Aquí vivieron34
Un poco, tan poco como un detalle
Y comenzaba el territorio de los musgos
Luego del cual estaba la breve orilla
Que alcanzábamos para seguir por tierra.
Sabiendo que querrían saber las palabras que sé
Para decirlas al vivir los momentos que yo
Y así asentar la justa expresión de lo que sienten
Pero desconociendo que saber no implica que otro sepa.
Y cuando mirábamos a quienes
Miraban a quienes estaban al borde
Y nos era dado presenciar el respeto que sentían
Nos quedábamos pensando, en medio de nuestra soledad.
Algo le decía que no era como esperaba
Pero todo – entendiendo como “todo” lo que la rodeaba -
Le gritaba que era lo mejor, y entonces fue comprensible
Que desoyera a la voz que quiso señalarle esa realidad.
Y en esa raza que los demás capitulaban de raza
Vimos alguna vez una persistencia
En estar presente a cada síntoma de la caída
Que le ocurría a esa otra raza por la que había sido dominada.
Entendió que un secreto
No lo es por el silencio con el que se lo conserva
Sino por la sordera del no puede acceder al mismo
Y entonces comprendió que la soledad puede ser un precio.
Gritaban desde la costa, hacían señas
Como un militar desde su caballito
Mientras los demás luchaban contra el absurdo
Pero no pisaban el agua, el militar no descendía del caballito.
Su cuerpo, magro
No invitaba a imaginar
Aquellos estallidos y sudores
Que con referencia al lecho, otros cuerpos refieren.
Buscaban lo perfecto, no la perfección
Por eso corregían y corregían
Sintiendo el peso del tiempo
Como el de todas las cosas que tienen final.
No era más que resentimiento
Que quería decir que lo era.
34
Manuel Mújica Láinez.
39. A Streetcar Named Desire35
Globos de colores cuando nació
Torta de colores en el cumpleaños
Frituras y confites por años y años
Marcando el jolgorio de una vivencia
- antes que la trama del vivir de lo héroes -
Para que la caja de madera se resista
Y el destino corporal sea el de las llamas
No por tratarse de un holocausto
Y tampoco de basura, por cosas así,
De la física práctica de las muertes.
Las veces en las que pudiste con una botella
Frente a las veces que una sola de ellas
Una y otra vez pudo contigo.
La intención era intensa
Los actos eran débiles
Y a la hora del recuento
Qué cifra habría de dar
El número de los que lo captaron?
Merced a las palabras
Que lleva su tiempo aprenderlas
Que más tiempo lleva usarlas
Y mucho más usarlas con habilidad
Para descorrer la idea del silencio
Que por la creencia de que las palabras son necesarias
Se haga real aquella situación de que su ausencia
Más que unión tiene que señalar el límite preciso a algo.
Bastaba con extender las manos
Y tener la paciencia más cierta
La que se registra en los relojes
Hasta que se producía el regreso
Y entonces era posible, de nuevo
Tener a su ser de este lado
Donde nada era magnífico
A pesar de que todo quería serlo
Y que no sería magnífico jamás
Porque nunca nadie haría lo necesario
Para lograrlo.
Y cosas así
Y el telón
Las luces, la calle
Y no creer que se trataba de alguien.
35
Tennessee Willimas.
40. La Condition Humaine36
Intensidad, la vida medida por intensidades
De manera que toda regla y toda ley
Hagan de la intensidad de vivir
Según la obediencia o la no observancia
De aquello estipulado como verdadero
Por quien quiera que sea.
Sin demasiadas profundidades
Se daba una sonrisa íntima
Cuando de cuando en vez
Le tocaba hacer posible
Que lo ignorado por un docto
Deje de serlo, merced a sus palabras.
Nada más que Sócrates, desde el prisma
Pues el ideal, que había partido de una idea
Comenzaba a desplegar su basto paisaje
Volviendo al primero de los pasos, que dicen el más difícil
Poco más que una torpeza, menos o más deliberada
Como quien descubre que los preceptos no son diez.
Dibujó su muerte con una metáfora
Y en cada palabra volcó su esencia
Como quien sirve un vino preciado
Capaz no sólo de satisfacer a quien lo bebiera
Sino también de esperar hasta por eternidades enteras
A que llegue aquél que sepa apreciarlo.
Y entonces llegaba ese difícil punto
En el que la inteligencia pedía cuentas
Porque así como se reconocía la intuición
También era preciso reconocerle su existencia
A esa parte de la lógica que explica los saltos
Como cuando se escribe que no se puede escribir.
Libre de las ataduras de los afectos
Le sería posible prever sus actos
De manera que lograr captar su esencia
No sea más que un preciso resultado
De haber observado el posible destino
De tal o cual exacto inicio del observado.
Y también hubo aquel negativo orgullo
- Para muchos muy oscuro -
Que se siente no por lo que uno es
Sino por todo aquello que no se es.
36
André Malraux.
41. Die Aufzeichnungen des Malte Lurids Brigge37
En una camilla llegaba un herido
En otra llevaban a quien había fallecido
En su mundo los parientes
En el suyo los que juraron por Hipócrates
Todos bajo la denominación de gente que quiere vivir.
Como una montaña demasiado accidentada
Como un mar demasiado profundo
Como un abismo demasiado terrible
Como un cielo demasiado alto
Como un infierno demasiado profundo
Así de distante el sentimiento que quería vivir.
Y la precisa distancia de la comprensión
Y el tiempo exacto para el entendimiento
Y las circunstancias que hacen posible la aceptación
Para que se haga visible “el otro”
Y aceptar, entender, y comprender
Que si somos aceptados, entendidos y comprendidos
Ha sido “el otro” el que lo ha hecho
Y quizás, sin desear haberlo hecho.
El anillo, el poema
La pintura o la escultura
Generados por alguien
En un contexto de gente
De manera que al ser el receptor
Se quiera exponerlo
Como si se tratase de aquella lámpara
Que hay que ponerla en alto.
Y presenciar a conciencia
De que lo común, en tanto reacción
No exigiría unión
Pues no era más que repetición
En un punto en el que no hacerlo
Podría, y de seguro lo haría, significar
Separación, justamente de todo aquello
A lo que no se podría estar unido jamás.
Y una hoja cuyo filo pudiera ser insoportable
A menos que la inteligencia y la fe estén fundidas
Que cortando el aire más difícil de respirar
Sonríe mirando al frente mientras susurra
Que mientras todo lo vivo no lo desee
No habrá regreso.
37
Reiner María Rilke.
42. Aguafuertes porteñas38
Revisaríamos lo íntimo
Y en lo íntimo hallaríamos el futuro
Al poeta lo miraríamos en perspectiva
Y crucificaríamos a quienes lo admirasen
Y al ver los cambios
A cualquier escuela le daríamos la razón
Nos encontraríamos con los celos
Los bajos, los que sienten los hombres por una mujer
Y en la soledad del despertar
Habríamos de sentirnos bien
Y en otra piel, haga lo que haga
Terminaríamos hallando alguna enseñanza
Y captaríamos, sagazmente
A quienes manifiestan la fe que no tienen
Y escucharíamos los juicios
De quienes querrían ser como somos
Y jugaríamos a la metáfora y a lo tangible
Desistiríamos de la felicidad
En cuanto estudiarla, antes que vivirla
Y tanto al ciego como al tuerto
Le expondríamos la ventura del leproso
Al de medalla de plata, la historia del paralítico
Y detectaríamos, sin esfuerzo
Al desgraciado que por notar que notamos que lo es
Instantáneamente deja de sentirse desagraciado – quizás –
Buscaríamos
Décadas después
Siglos después
Tiempo después
Saltando todo el tiempo
Salvando escollos
Batallando
Guerreando
Arremetiendo
Avanzando y retrocediendo
Quedándonos quietos o moviéndonos
Con honestidad
Con esa forma
De ser difícil
Por ser sencillo
Queriendo poco
Que lo es todo
38
Roberto Arlt.
43. El otoño del patriarca39
Y a mitad de la mañana
El tiempo se rompió en trozos
Al igual que el espacio conocido
Y ningún trozo de tiempo coincidía con su trozo de espacio.
Por ignorancia o sabiduría
Iniciaban lo que no tendría continuidad
Aunque era seguro que tendría final
Un final que entonces no podía ser importante.
Y le fue posible divisar
Con ese tono cruel que tiene la realidad
El rostro dominado en todo su ser por ese sentimiento
El del que habiendo atravesado la infelicidad
Se sumerge – para no volver a salir – en la tristeza del mundo.
Como el tuerto que se rodea de ciegos
Como el obeso que se rodea de obesos mayores
Así se juntaban en rondas donde los demás eran peores
Para abandonarse en el oscuro placer de tomar nota presencial
De que no eran como aquellos en cuyo centro estaban.
Y sintió la tregua
Y supo que no la había ganado
Que no la había logrado
Sino que su propia edad
Le había terminado por imponer
Y no tuvo a quién decírselo.
Faltaba valentía, coraje, arrojo
Y como no había, quedaba la vivencia de los intentos
Aquellos que no tenían otro objeto que postergar un contexto
En donde el único móvil era el temor a la otra búsqueda
Aquella en donde la verdad no se niega
Sino que simplemente se enseña es inasequible.
También sonrió, y sintió alegría
Pero dijo que era felicidad
Como el vecino cercano y el vecino lejano
Y con esa obediencia pudieron obtener
El permiso de creer por uno larga serie de instantes
Que acaso no todo era inútil, como en realidad era.
26.03.03
39
Gabriel García Márquez.
44. La vorágine40
Fue una confusión
- Una confusión es un resultado, no?
- Eso es obvio, lo dulce está en describir el proceso que lo hace posible
O hasta quizá un vano intento
Que bien pudiera ser la aceptación de un fracaso
Puesto que en una sola persona
No es posible volcar aquello que ni siquiera se tiene
Que todavía se está buscando, como un palacio escondido
Cuando no se trata de otra cosa que de una semilla
Que se lleva dentro y que necesita, para crecer
De luces diferentes a las del sol cotidiano
De oscuridades distintas de las que la luna aclara en las noches.
Y entonces recordaste la idea de libertad
Y sentiste que sería posible liberarte
Merced a una prisión de celda de cemento y hierro
Y pretendiendo una formalidad extrema
Extraviaste la visión de que vivías una
Dejándote llevar por la idea del movimiento
Que se constituye en el anhelo de los engrillados
En lugar de enfrentar el movimiento mismo
Y hallar en él, o bien cadenas, o bien absurdos
No le temías al espejo, le temías a mirar al fondo sin excluir las formas.
Y a veces sucedía que el más memorioso
No era recordado por nadie.
Casi vencido, o quizás ya derrotado
Te aferraste criminalmente al pensamiento
Que hurga horriblemente en el pasado más cierto
Que devuelve escenas, unas reales, otras pretendidas
Donde había seres que acaso eran ese palacio escondido
Y comenzaste a flagearte con la realidad de tus renuncias
Y te atreviste a juzgar de que hubiera sido posible
Con un alguien, o con algún otro alguien
Y te dijiste que hubo un tiempo en el que te querían
Que esos que te querían estaban cerca
Y que algo de felicidad ya se generaba
Cuando pensaban, o les permitías pensar
Que acaso podrían ser esa fuente
Que podría alguna vez saciar tu sed.
Después fue pensar en morir.
26.03.03
40
José Eustaquio Rivera.
45. Number one41
El asco por la miseria
La costumbre por la desgracia
Una sutil simplicidad de juicios
Merced a la cual ellos distaban de uno.
Hasta que la muerte, violenta
También arreciaba tus cercanías
No para resucitar tus cobardías
Sino para despertar en ti eso que no sabías
Que los débiles eran eso, débiles
Y que parte de tu fortaleza
Consistía en valorar la ajena
Por saber apreciar sus temores.
Cedió a la tristeza, y como fuera inocente
No la pudo advertir
Percibió que otros dolores se calmaban
Merced a ese que sentía por una especie de compasión de sí mismo.
La reglamentaria cuota de imaginación
Donde no hay otro secreto que el de divisar
Que lo que existe pudiera no serlo todo
Puesto que dado el fondo, único, la forma no tendría límites.
Y al tiempo la teoría problematizante
Dado que entrenada la mente a percibir errores
No siempre estaría capacitada, en igual dimensión
A captar las soluciones, con todo lo horrible que esto implica.
Una tristeza notable
Apta para la metáfora
Y para las explicaciones
Una tristeza humana
Quizá horrible para el lobo
Quizá tonta para el tigre
Pero enorme para el hombre
Para el hombre que la había negado
Merced a su resentimiento
A su rencor, a su odio
A su propia limitación al amor
Por exuberancia de sus cosas a reclamar.
31.03.03
41
John Dos Passos
46. Ardiente paciencia42
Y con oscura claridad
Entendió la pérdida del sentido
Y que además de este hecho en sí
También sucedería, inexorablemente
La repetición de los mismos hechos
Todos los días, todos, todos los días.
Un nombre
Que alcanza
El centro
Y que puesto ahí, por ello mismo
Va saliéndose de toda forma
Hasta llenar el contexto
Enriqueciéndolo todo de tal modo
Que de la comedia pudiera saltar al drama.
Y pudo concluir
Que si había velocidad
Mayor se alcanzaba yendo hacia abajo
Que intentando ir hacia arriba
Y que a ello contribuía el propio peso
De manera que a mayor grandeza
Si a esta grandeza pudiese atribuírsele un peso
Más rápido sería el descenso, si llegase a ocurrir.
Pero en la madurez
Y en la voz que con ella se adquiere
Las unidades de medida van desapareciendo
Así como van despareciendo las posibilidades
De ir ya hacia ningún sitio
De manera que ya no tiene sentido medir nada.
Vio
Que un día moriría
Pero no alcanzó a comprenderlo
Y aunque sintió ese agudo aguijón
Que envenena la sangre de tal modo
Que el comprender se vuelve un deseo
No lo intentó
Sería demasiado
Y había vivido
Sin demasiados demasiado
Y fue por eso
Que vio
Que iba a morir.
02.04.03
42
Antonio Skármeta.
47. The Acts of King Arthur and his Noble Knights43
Almorzar todos los días
Cenar todos los días
Todos los días comer
Y un día dejar de hacerlo
Y entonces el rostro en el espejo
Y así los demás rostros
Y así el primer paso
Como una hora más
O un paso más
Un cigarrillo menos
Una copa más
O un vaso menos
La línea dibujada por otros
La que seguimos por horas
Hasta que por algo, por alguien
Decidimos no hacerlo.
Y antes de la aurora
La oración.
Ya que el amor esto
Ya que el amor aquello
Pero dado el contexto
En el que no se lo conoce
Aunque sí todos sus predicados
Aunque también sin saberlos
Por lo menos no todos.
Admirada la montaña, habría que borrarla
Erigida la torre, habría que echarla abajo
Esculpido el mármol, demolerlo
Pintado el cuadro, destruirlo
Tal el libreto que no siguió
El mundo cruel, maligno
Al que hay que contestar
Contra el que hay que luchar y vencer
Por sentimientos de resentimiento y venganza
Tal el libreto que no siguió.
De todos modos
De todos los modos posibles
Tan sólo seguir
Pues nada había que no sea intento.
02.04.03
43
John Steinbeck.
48. Il Giuoco delle parti44
Nada iría a cambiar
Nadie cambiaría
Y en el nadie uno mismo
Con toda la precisión y fuerza
Borrando así toda posibilidad
De mañanas, de noches
De inviernos y primaveras
Donde todo pudiese ser diferente
Para no perdonarse absolutamente nada
Y entonces no tener que perdonar a nadie
Como simple mecanismo de defensa.
Vivos los demás, que tienen una vida
En cuyos actos detenemos la mirada
Pare terminar viendo que también vivimos
Como una repetición de lo que miramos
Y de ese modo, también ir viviendo.
Dado el suceso de los actos
Como espectáculo de nombres propios
O como manifestación de la naturaleza
Por lo que acabamos de hacer o no
Generando la filosa distancia
De cargar o atribuir predicados
De acuerdo a la posición del sujeto.
Es infeliz
Porque vive.
Bracear muy hondo
Negar la mente
Y afirmar la intuición
Negar el cuerpo
Y afirmar el ayuno
Las contradicciones
La lucha de opuestos
Las sencillas y muy dolorosas batallas
Merced a las cuales
Quizá alguien, sólo alguien
Llegue a comprender con claridad
Que nadie es ni será igual a nadie
Y que no hay error en ello
Ni acierto
Que es así, y que juzgue quien se atreva
A ver cómo acaba.
02.04.03
44
Luigi Pirandello.
49. Cuando entonces45
Una pequeña larva que gana el aire
Un pequeño brote que atraviesa la tierra
El aguijón temible
La promesa del águila bajo la bóveda celeste
Para concebir la posibilidad de todo
Como grosería altanera
Como sublevación libertaria
Como lo que sea y esperado de cualquiera
Menos del protagonista, que tiene que ser mujer.
Y marca que el origen difiere del tránsito
Donde el lujo es logrado por el metal sediento
Y dice que el aroma de las heces de su principio
Todavía pueden percibirse a pesar de sus afeites
Como si la labor del campo fuese alguna vez inferior
A la que dicen se desarrolla en las urbes
Como si cada cual, al final de cuentas
No venía a ser expulsado del vientre que lo contuvo
Para terminar pudriéndose bajo la tierra
O esparciéndose como los restos de un ave que muere libre.
Para el poema acabado, o quizá el libro entero
Que costare lo que costare alguna vez sería terminado
Para quizás el triunfo que en lo efímero de su esencia
Una y otra vez desembocaría en el fracaso
En ese gran fracaso del tiempo
A menos que su percepción suceda en un antes
De manera que cuando ocurra, con todos sus detalles
No constituya nada más que algo que también ya se sabía
Como las letras que se escribieron, o que se forjaron
Como algún título, algún amor del alcantarilla
Alguna rosa robada, o alguna mirada conquistada.
Y entonces también pudiera conocerse
Que en un punto del mapa de las vidas ajenas
Todo se reduciría a un simple el mapa, como el propio
Con sus accidentes, bondades, maldades,
Todos los adjetivos y todos los sustantivos
Ahora ya señalando que nada va importando ya
Que a su hora llega el cálido aliento del fracaso
Más allá de las drogas, de cualquier entusiasmo
Aunque todavía sea posible, por generable
Un par de jarras más, para acuchillar a la noche.
12.04.03
45
Juan Carlos Onetti
50. Justine46
En su asfixia más pasional
Provocada por cada uno de sus seres
Encontramos la razón que nos movía
Y que siendo de ella la pretendimos nuestra
Como si al hacerlo esencialmente pudiéramos ser ella
Parte sustancial de ella, sabiendo que estábamos equivocados.
Ni demasiadas decepciones
Ni extremados placeres ya
Por las simples torpezas del cuerpo
En un oriente que lo ha rebasado
Por lo inhóspito del aire caliente
Donde el verano arde sin ninguna metáfora
Donde todo extranjero con sólo llegar turba
Como un recién nacido entre un grupo de adolescentes.
Tendrían que intentarlo ustedes, por un error mío
Como lo he intentado yo todo este cúmulo de tiempo
El dolor continuo, pero perfeccionado más allá de la histeria
Donde la espalda flagelada, ya marcada precisamente por surcos
Deviene en sitio difícil de repetir con exactitud y en esa dificultad
En esa casi imposible tarea de volver con certeza al mismo lugar
Hallar el motivo de un arte que aunque antiguo pudiera ser todavía nuevo.
Por ella concebían lo que de otro modo no aceptarían nunca
Que el mundo sólo es perfecto para los idiotas y para los sabios
Que para el resto no es más que un laberinto de sufrimientos
En donde asumirlo como tal es imposible para quien habla de felicidad
Una felicidad causada por el amor, el amor que por ella sentían
Y que con su fuerza los arrastraba por el polvo de las calles
Por el filoso frío de las noches de fiesta y huidas
Donde cada cual jugaba a darse el lujo de seguir fingiendo deliberadamente
Que un momento de reposo era un descanso
Que una alegría, acaso esa felicidad que, sin ironía, no era recíproca.
Frugal
Poco en todo
Salvo en la conciencia
El cadáver todavía sabiendo su derrota
El corazón que todavía palpita
En las noticias
Entre los griegos
Manzana y coñac
Las tardes solas
Las pobladas
Las que se pasa
Con uno mismo.
46
Lawrence Durrel.
51. Yo el Supremo47
De los libros a la cabeza
Para que todo sea registrado
Y se constituya en materia de temor
Pues sabe, y lo que sabe es aterrador.
Perdido el que recuerda y liberto el que olvida
Separados ambos por la daga de la imaginación
Que no sólo muta el futuro, sino también el pasado
Por hallar en los hechos movimientos, y en estos
Uno único que no cesa y que por ello no avanza.
El hombre y su lenguaje hablado
Que lo asemeja a cualquier reptil
A todo árbol y toda piedra
Hasta que logra generarse uno
Que partiendo del aprendido
Llega al inventado, a su medida y esencia
Porque transcurren los hechos
Y cada cual, para vivir su propio calendario
Tendrá que ir viviendo su día, sus horas
Al final del cual, la silenciosa muerte
El camastro compartido con otro ser
El embotamiento simple del sueño
Las certeras consecuencias del cansancio
O simplemente un romántico desvelo
Mientras yo enfrento el desprendimiento
La mirada y la vista más allá de los espejos
Donde mi cuerpo no basta para pensar en él
Donde no hay ni testigos, ni jueces, ni causa
Donde se oculta la verdad y me es posible hallarla
Antes del mañana donde todos juegan a estar despiertos
A estar vivos y a buscar otras cosas, sencillas o duras
Pero que no son sinceras ni imposibles, ni siquiera supremas.
Será de día, o será de noche
Habrá luz, o habrá oscuridad
Pero será, y será cuando usted muera
Hay un después que lo espera al morir
Su geografía no es muy exacta
Hay una para cada cual
Y no es cielo, ni es infierno
Todo es ahí lo que no se ha hecho aquí
... Y no se sabe cuándo ocurrirá
12.04.03
47
Augusto Roa Bastos.
52. El amor en los tiempos del cólera48
Terminado estaba el techo
Bajo el cual transcurrían los sucesos familiares
Terminado el asfalto
Por el que transitaban los urbanos
Terminada estaba la siembra
Y por ello asustaba que pudiera ser posible volver a arar.
Ella y yo en esa vez contra el mundo
Contra lo establecido de cada una de las formas
En esa vez que había durado demasiado poco
Ella y yo día a día con los platos que limpiar
Con las borracheras y las faltas de puntualidad
Para aprender día a día, miseria a miseria
Que el mundo entero es nada frente a uno sólo de sus días
Cuando estos se hacen miles.
Y aunque se había marchado
Puesto que se había muerto
No se había llevado consigo
Sus ropas, sus escritos, sus detalles
Como una manera de seguir arrojándonos
Trozo a trozo, la podredumbre de la memoria
Que por estar en una mente torpe y viva
Le obliga a reconocer que más difícil que vivir
También va siendo morir del todo.
Ella leyendo del amor sabiendo que era mentira
Buscándolo en mí, que jamás había oído hablar de él
No porque yo supiera donde quedaba su estación
Sino porque simplemente no temía enfrentar nada
Porque hasta sentía dicha en alguna escaramuza de puños
Porque la pólvora y los puños eran mi sino
Porque yo sabía pisar la tierra en donde ella creía estaba ese sentimiento.
Descubrió el velo pueril
Y halló su sangre envenenada de nostalgia
Retrocedió a los primeros pasos de su mente
Y vio un puerto, y una despedida horrible
Se concibió en el extravío de un devenir
Que le daba lo que después le arrebataría
Para que lo que le quede no sea más que recuerdos
Y todavía un resto de fuerzas para comprenderlo
Y un algo de imaginación para vencerlo todo.
12.04.03
48
Gabriel García Márquez.
53. Das Glasperlenspiel49
Una nota era un número
Una cifra con sus polos
Con su propio tiempo sujeto a medición
Y para cada nota una sílaba
Que sumadas hacían la frase
Y cada sílaba algunas letras
Cada una con su número
Y para cada número un significado.
Del otro lado del puente
En el otro extremo de las filas de ataque
La punta de la lanza
El peso de ser guía
Como consecuencia de comprender una misión
La duda y el titubeo, que nadie destierra
Salvo uno mismo, en absoluta soledad
Pues lo demás es construcción que busca luz
Una luz que debe ser alcanzada para ser transmitida
De la que no hablan con certeza las que la desconocen.
Desde dentro un orden cerrado
En el cual, visto desde lejos
Iba marcado por un egoísmo profundo
- necesitado de la felicidad ajena para ser feliz -
Tropezando con piedras que ni siquiera miraba
- las sentía como parte del camino -
Más lejos de toda prisión de encargos
- pues era el encargado de su conciencia -
Conteniendo impulsos adquiría más fuerza
Y al extremo de lo establecido le exponía el autoimpuesto
Por atravesarse atravesaba, y con ello alteraba
La escala premeditada, las rutas antiguas
Con una carga propia de testarudez fecunda
Capaz de insertar en una piedra la fertilidad misma.
Para los resultados
Para las consecuencias
Para el acto final
Para todo lo que deviene
De las luchas feroces
De las batallas atroces
De las guerras del alma
Que una vez lanzada
Sólo la libertad la detiene.
15.04.03
49
Herman Hesse.
54. La peste50
De tanta violencia, de tanta
Captar y sentir el no acto
De tanta velocidad, su ausencia
De tanto saturamiento, la completa soledad.
Una pobreza, en cualquiera de sus acepciones
Por la que nada había más que transitar el aire
De un modo, o de otro, o de otro más
Sin siquiera sospechar que hay algo más que vivir así.
La hoja de papel, o el monitor
Y el testigo que va sabiendo que lo es
Que siente la presión del testimonio que debe
Que se arroja a la obra por lo que ha visto se vivió.
Un aislamiento general que permitía uno particular
El modo de la lluvia, el del día soleado y el de la noche de luna
Por el que todo iba siendo posible de aceptar
De manera que al final de una copa todo pudiera resultar normal.
Parado en la bulliciosa esquina
Ya el semáforo, ya el policía de tránsito
Habilitándole y negándole el avance
Para que como sea, no avanzase, para saber el tiempo.
Tal concepción del sujeto, tal internalización
Que no habría adjetivo que pudiera lograr su mutación
De un modo en el que todo seguiría siendo lo que es
Merced a una fatal prescindencia de lo que se diga que es.
La – al menos hasta hoy – vigencia
De la distancia entre el abrigo y el botón
Del que fija su ser en la cantidad o en la calidad
Para que diez mil muertos duelan más que uno solo de ellos.
Y ese modo del estado que tantos habían escrito de estallidos
Que muchos habían creído bullicioso y expansivo
Que demasiados habían establecido de mil formas
Y que al final iba siendo vivido sin siquiera llamar la atención de nadie.
Por un error común
- El de no imaginarlo todo -
creyó que por lo que era, y por lo que eran
ciertas cosas no le podían ocurrir, ciertas cosas no les podían ocurrir.
15.04.03
50
Albert Camus.
55. Rayuela51
No, no hace falta tocarte
No es necesario hojearte
Nombrarte solo pesa
Conocerte agobia.
Que a mis manos le cuesten
Llegar al picaporte para salir a la calle
Que a mis pies le duelan
Tener que cruzar a nado mental la noche.
La borracha y el sexo
La vocalista y sus lamentos
El fracaso de la vida entera
La mujer que sentimos, ahogada.
El llanto insistente del frágil niño en la madrugada
Las aves en las alfombras, en muchas alfombras
Los diseños de las tizas en el asfalto bajo la posible lluvia
Las fotos horribles en la billetera.
Ese autor que nunca conocimos
Y que fuimos nosotros
Esa vida que dijimos
Y que al hacerlo vivimos.
El juego en donde el cielo era posible
Que era más que las horas, hora a hora
Que se jugaba viajando
Sin estadías, con precisión, pero sin un orden fijo.
Y el afecto perdido
Jamás escondido
La copa de la tristeza
Servida por monedas que apenas alcanzan.
La edad de la lectura
Y la de la desenvoltura
Por admitir tus dagas
Rasgando mis ilusiones.
En la cruel sospecha de saberte
Y de imaginar, solo imaginar, comprenderte
Como fuegos de que refieren incendios
Que alcanzan a quemar, sin devastar, para forjar.
15.04.03
51
Julio Cortázar.
56. Answered Prayers52
A la mujer le gusta que sea escritor
Pero apenas llega a lo que escribe
Al escritor le gusta ser leído en voz alta
Pero su lectora, su esposa, nada más tiene, y lo sabe.
En ese punto en el que lo demás importa un pito
Y que por decirlo uno pueda ser asesinado
Sabiendo que de ello sólo se extraería gratitud
Pues en ese punto es lo asqueroso de los demás lo que dentro se lleva.
Principiantes de monstruos
Que gustan de la carne, mas no de la cacería
De las certezas, mas no de la verdad
De la confesión, mas no de la sinceridad
Mi sentencia es esta: os conozco.
El juego del presente y del pasado
Niñitos de pecho, púberes del desencanto
Que no habéis sido enseñados
En que en el aborrecimiento instalado no existe pasado brillante.
Y el palacio de los pútridos
Donde no hay nada que hacer
Más que lo que realmente se quiere
Buscar el abismo tarde a tarde
En un mar tan infecto que no cabe la mediocridad
Donde el festival es de la negación
Y por ser todos derrotados
Ni siquiera hay posibilidad de triunfos
Sin artilugios, sin siquiera un telón
A mansalva de la hediondez
Madre nuestra de nuestras inexigencias
Donde el precio es el hurto
Donde para pagar hay que hurtar
Porque el precio es alto, ya que es la vida
Por lo que tomar la ajena vale
Ya que la propia va en rojo
Y mientras más cae otro
Menos hondo estamos
Y más pie da a seguir buscando fondo
Que siempre hay alguien más arriba
Y siempre hay nada más abajo
Mientras afuera lo niegan
Mientras afuera juegan a no saber
Que llevan un infierno apestoso en el corazón.
15.04.03
52
Truman Capote.
57. La plaça del diamant53
Decía, de mí decía
Que era mucho lo que quería
Que era extremo lo que pretendía
Sin saber, sin conocer siquiera
Que mi drama era desconocer mi finalidad
Pude verlo en un instante que parecía el último
Desprendiéndose de los posibles suspiros y rezos
Perdiéndose de a poco, agitada y desesperadamente
Entre las cosas que seguían siendo rodeadas por la vida
Mientras él la iba perdiendo, extraviando, olvidando
Cambié el horizonte por el suelo
Y escuché que en mi cabeza había una orden
Que exigía apretar ese instante hasta echarlo
Como un trapo lleno de sangre todavía caliente
Que de otro modo permanecería por siempre
Me sostenía por el mar
Por el movimiento de los colores
Que yendo y viniendo no llegaban nunca
Que por no detenerse parecían no dejar de partir
Haciendo que por la visión pueda olvidarme de mí
Y escuché la voz de una anciana relatando
Que toda la catástrofe que estaba sucediendo
Ya ella lo había previsto desde un tiempo atrás
Como si por haberle encontrado una explicación
Eso que estaba ocurriendo perdiese toda dimensión
Caminé entonces por entre la gente
Sintiendo el aliento de mis hijos
Y el llamado de las otras cosas
Y decidí seguir sintiendo, y desoír el llamado
Y tuve que hacer que sea sencillo
Teníamos hambre, dormíamos temprano
Yo tentaba lograr el olvido
Pues vivíamos la tristeza de la miseria
Y ya sabía que no lo podría contar a nadie
Porque no podía permitirme sueños
Siendo mujer, de carne pura
Deje de serlo, sin odio y sin rabia
Para seguir siéndolo.
28.04.03
53
Mercè Rodoreda.
58. La casa de los espíritus54
En el primer momento de mi muerte
Todavía sintiéndolo tan cerca
En ese alivio de presenciar, de algún modo
Que si había sido arado, había encontrado tierra
En el primer momento de su muerte
Apreciando con claridad lo burdo de toda regla
Por comprender que el tiempo siempre era poco
Cuando a uno le ocurre la desgracia de querer demasiado
Y ese punto en el que no caben los opuestos
En tanto que se trata de dos semejantes
Y que siéndolo, sintiendo semejantes deseos
Frente a frente, uno de los dos lo logra, en tanto el otro no
Porque ya aquí resultaría evidente
Que llevaba la marca de las clases sociales
En donde la distancia moral radica justamente
No en lo que se posee sino en la proporción que se gasta
Como en aquella ocasión en la que lo entendido
Era nada frente a todo lo dicho
Aunque no importaba, pues el tono era firme
Y el sonido pesaba más que el significado de la palabra
Todo siguiendo y marcando el rumbo
Seguido y vivido hasta el último detalle
Hasta lograr la visión certera
Por la que a veces se acierta a creer en una compañía
Todo descontinuando y destrozando planes
No esperado y no imaginado en ningún detalle
Hasta comprender la visión certera
Por la que a veces se acierta a descreer de toda felicidad
Y la horca misma, el extraño patíbulo
Cuya atracción era de lo más intensa
Pues bastaba subir las escalerillas
Y sujetarse la cuerda al cuello
Para que todo lo que hubiera de ocurrir
Fuera entrevisto sin ningún esfuerzo
Con el único inconveniente de que al hacerlo
La cuerda se tensaba y el instante se quebraba
Llevándose consigo a quien lo portaba.
29.04.03
54
Isabel Allende.
59. Other voices, other Rooms55
Estancado en una edad
Sin posibilidad ni de retorno
Ni de saltos, aunque teniendo que vivir
Fue siendo cause de un río que se desvía
Obsesionado por una idea dolorosa
Que jamás pudo comprobar en realidad
Aunque creyendo en ella como una fatalidad
Fue desviando el cause del río que ignoró
Dejando correr donde había detención
Y deteniendo donde había movimiento
Lo fue desviando todo hacia lo hondo
Como si una situación no fueran todas
Pintando cielos de un púrpura filoso
Infiernos de un rosa ampliamente suave
Montañas y laderas fundidas en un arroyo
Todo lo fue desviando hacia una altura que desconocía
Ninguno de los cuatro lo supo bien
Aunque conocían una parte del esquema
Los demás les otorgaron el silencio, o la condena
Alguna vez el premio, pero sobre todo, una lástima callada
Pues como lo cierto era el absurdo del presente
Y lo que se tenía era todo, absolutamente todo
Menos, quizá, el vigor de ir por el camino
A cuyo final nadie sabe exactamente qué es lo que hay
Quedaba ese consuelo tan relamido
De pretender asumir el final del que hablaban
- Como si alguna vez hubieran estado ahí -
Los que vestidos, ya de blanco, ya de negro
Llevaban, a su modo, el rojo dentro
Remarcando que si algo habrían aprendido
Era que lo único que sacia el hambre del pobre
Y lo único que hace digerible las horas del rico
Era esa pobrísima promesa de un después
Cualquiera sean los ritos que implicase
Pues si había algo verdaderamente insoportable
Era ese ir viviendo sin tener idea alguna de para qué
05.05.03
55
Truman Capote
60. La casa56
Cierto que en unos el captar lo que otros no
El gesto por el cual se levanta una piedra
O aquel por el que se mira por el rabillo del ojo
Y de entre estos que van cruzando las líneas
Sólo algunos, además, con el poder transmitirlos
Y de entre los demás, de entre todos los demás
Sólo algunos, sin ser contados, capaces de recepcionar
Como cierta la imagen y todo su poderío
Cosa heredada, aprendida o inventada
Que hace que el corazón diga, ya no lo que siente
Sino aquello que otro corazón espera escuchar
Para la traición más íntima, la más oscura siembra
Por la que el ámbito va anulando el brillo del centro
Un centro que por otro desconocido va desdibujándose
Y no fueron mentiras ciertos niveles de abstracción
En los que no había más que un gesto de cerrar la puerta
Para que no llegue a los oídos el sonido de ese bullicio
Que no provenía de las referencias de la propia vida
Sino de otras, de historias que lejanas o cercanas
Iban siendo definitivamente otras, desconocidas tal vez
Pero con esa capacidad de arrancarle el protagonismo a todos
Para que llegue el tiempo, los momentos
En que todo va por ir mirando una imagen
Junto a la cual pudiera referirse el propio pasado
Como si una fotografía, puesta al lado de una luz
Pudiera también, de algún modo, iluminar
Sabiéndolo imposible, pero no confesándolo jamás
Porque todavía quedaban horas que transitar
Y esa extraña conjunción
En la que la erudición por no ser tanta
Pudiera livianamente perder sonriente
Merced a la cálida aceptación de lo desconocido
Que va permitiendo el cese de la lucha de lo importante
Habilitando el resquicio por el que se filtra lo que se siente
Todavía con las fuerzas para desestimar una batalla innecesaria
06.05.03
56
Manuel Mujica Láinez.
61. El trueno entre las hojas57
Sin decirlo con la voz
Como si cada palabra
Fuese sospechosa de algún crimen
Como si el silencio lo llevasen dentro
Y el hachazo de lo cotidiano
Le partió el pecho en dos
Hermanándolo con los oprimidos
Trocando en compasión su odio hacia los poderosos
Sabiéndole a cada uno sus historias, su pasado
Le fue pesando el estar ahí donde pudiera ser sabido
Y como jugando, les borró a cada uno su esencia
Dejándoles sólo el nombre, como si no nombrasen nada
Al ver que no había más
La desapasionada suspensión de otro intento
Como si siempre fuese claro lo que acaba
Todo aquello que habiendo estado ya no está
57
Augusto Roa Bastos
63. Pilote de guerre59
Entrenado para la derecha
Y también para la izquierda
Tropecé con el punto, con ese centro
Por cuya realidad la instrucción pierde
Quedándome no otra cosa, ninguna otra cosa
Que beberme de lleno la plenitud del absurdo
Sin el valor de seguir el impulso brutal
De hablarle a las piedras o a los árboles
Porque hablarle a alguien tenía tanto sentido
Como lanzar una red para atrapar una pared
Dado que la comunicación misma se había quebrado
Puesto que no había mensaje posible de ser entendido
Todo por el hecho de que habíamos apostado a la mañana
A esa mañana que todos creíamos entonces dominar
Que de tanto verla todos los días de nuestras vidas
- lo que entonces eran nuestras vidas -
No pudimos sospechar la posibilidad de que no existiera
Y que terminó por inexistir, para que el fracaso nos arrasara
Y entonces, al menos, el tiempo
Porque en el tiempo y por el tiempo
Puede uno despojarse de lo que ha sido
Y aferrarse a lo que ha pretendido ser
Llevándolo todo a ese plano mental
En el que las cosas pueden seguir pasando
Para esos pocos pasos más
Tratando de andar sin compañía
Para intentar comprender
La insólita realidad de que todo camino
Ya aquí, o más allá, termina acabándose
Después de toda una vida andándolo
Y así
El principio anudado a su final
La voz al silencio
El color a su ausencia
Los ojos a su objeto
La nada al todo
20.05.03
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Antoine de Saint-Exupéry