Este documento describe varias estrategias para proporcionar un seguimiento efectivo a los nuevos conversos y evitar que abandonen la iglesia, como lo hicieron los primeros cristianos y Pablo. Estas incluyen designar ancianos para liderar las congregaciones locales, adiestrar a los nuevos líderes como Timoteo, y poner a trabajar a los nuevos miembros enseñando, visitando y compartiendo su fe.