Este documento describe la importancia de la preparación para servir como testigos de Jesús. Explica que los testigos deben haber experimentado personalmente a Jesús como su Salvador y Señor para poder compartir su fe con otros de manera genuina. También destaca que el poder del Espíritu Santo es esencial para una efectiva testificación cristiana, y que los ángeles acompañan a los creyentes en su obra misionera.