1. El Observador
28-X-2013 #1
Todo comenzó para ambos casi sin darse cuenta…
La vida, fiel a su costumbre y manejando los hilos, decidió cruzarlos. Crear
una excusa necesaria, para ese primer acercamiento.
Las razones de cada uno eran distintas, para coincidir en ese mismo
espacio, en similar tiempo.
Casi sin quererlo, esa excusa fabricada por la vida, era una anécdota y
todo comenzó a tomar otro rumbo.
Algo así como un viaje, que sin quererlo, ambos comenzaron a
emprender. Lo especial de este viaje, a diferencia de otros viajes, era que
ambos desconocían el destino final.
Iban sin buscarse…y estaban a punto de encontrarse.
Suena ilógico y extraño que alguien viaje sin saber dónde se dirige,
pero…¿quién dijo que este cuento tiene que ver con la lógica?
Este cuento tiene que ver con otra cosa, seguramente muy difícil de
plasmar en palabras. Tiene más que ver con la magia, aunque ninguna de
ellos es Coperfield, ni mucho menos.
Tiene que ver con las energías, aunque ninguno de ellos son electricistas.
2. Este “viaje” tiene varias particularidades. Es un viaje de dos…es una viaje
que no tiene destino prefijado…es un viaje donde la única regla que te dan
cuando retiras el boleto es, sentirse bien. Si se da esa condición, y
mientras ambos decidan juntos seguir viajando, el mismo no se detendrá.
A veces nuestros egos o nuestras inseguridades nos hacen presos de las
preguntas, como si toda situación en la vida tuviera una explicación y una
respuesta. Por suerte también existen personas, con capacidad y ganas de
permitirse sentir, más allá de la lógica y del sentido “común”.
Aunque esta situación en particular tenía otros matices. Existía un sinfín
de motivos que los condicionaban a ambos.
Ambos pasajeros tenían una nueva gran contradicción en sus vidas. De
golpe y de un momento a otro, sus mentes se llenaron de interrogantes,
que convivían junto con nuevas sensaciones indisimulables que se
tornaban evidentes.
Ciertas cosas no pueden ser simuladas. Sencillamente se dan o no se dan.
El viaje recién comienza, todavía se nota los nervios de los pasajeros, la
“necesidad” de medir cada palabra para no ahuyentar a su compañero, y
el contexto particular de cada viajero, que indudablemente lo condiciona.
Ambos tenían absoluta certeza de no haber buscado ni provocado este
viaje…sin embargo, se encontraban viajando.
Lo bueno de esto, es que a pesar de no tener destino cierto, el viaje
pareciera complacer a ambos viajantes (cumpliendo hasta el momento
con la única regla)
Ambos pasajeros parecieran sentir más de lo que pueden o se animan a
decir. Quizás parte del atractivo está también en ese respeto por los
tiempos y necesidades del otro.
3. El viaje lo sienten como una especie de burbuja, donde solo están ellos
dos. Una burbuja que cuando se forma, al menos en ese ratito, deja afuera
todo contexto o situación que los exceda.
Ellos no saben donde están, ni donde van, ni porque, ni para que…sólo se
está permitiendo viajar…y eso en definitiva, no le hace mal a nadie.
Aunque en sus más íntimos deseos y pensamientos, son conscientes que
este viaje es un viaje de alto riesgo, por ende...necesitan extremar
cuidados, estar atentos a los detalles…No subestimar ninguna situación.
Algunos pueden llamarlos locos a estos pasajeros, otros podrían ni
entenderlos, pero eso por momentos se torna insignificante para ellos. No
viajan ni por ni para la mirada ajena, viajan porque la vida les regaló este
viaje mágico, viajan porque se animan a sentir, viajan porque no lo
pudieron evitar, viajan por la atracción del compañero, viajan porque les
hace bien.
No sienten la necesidad de adelantar estaciones, ni tienen apuros por ver,
conocer y llegar al destino, viajan por el placer de viajar…
Cuenta la leyenda, que no muchos tienen el privilegio, que la vida les
regale un viaje de estas características…Pero la vida por suerte es sabia, y
se los regala sólo a aquellos que tienen la capacidad de sentir, y también
de ver más allá de una mirada, a aquellos que se animar y quieren conocer
la esencia del otro.
Ambos viajeros aún desconocen muchas cosas de su compañero, que irá
descubriendo con el transcurso de la aventura. En realidad desconocen
casi todo, y eso abre otro enorme interrogante…hasta qué punto es cierto
y no una fantasía…hasta qué punto es cierto y no es un espejismo…hasta
qué punto es cierto y no es una transferencia hacia sus más profundos
anhelos.
4. Ello no los desvela, porque la otra regla implícita en la primera, es que de
no sentirse bien, y en ese mismo instante, cualquiera de ellos, puede pedir
bajarse, y sin más…abandonar el mismo, con la sensación de haberse
llevado consigo una experiencia única e inolvidable.
Si los ven pasar, no se gasten en saludarlos…estos pasajeros una vez que
arman su burbuja se despegan de este mundo, y entran en otra
dimensión, donde solo existen ellos dos.