El documento describe los principios de reciprocidad, redistribución y control territorial discontinuo que permitieron a los antiguos peruanos adaptarse con éxito al medio ambiente de los Andes. La reciprocidad y la redistribución eran prácticas comunes entre las comunidades campesinas andinas y fueron incorporadas por los Incas como base de su funcionamiento económico y social. Los campesinos entregaban tributos a los curacas y bienes que se almacenaban y redistribuían cuando era necesario. Los Incas también utilizaron esta práctica para financiar
3. El éxito en la adaptación de los
antiguos peruanos se debió a tres
principios:
- solidaridad
- reciprocidad
- control
- territorialidad discontinua
4. Reciprocidad y redistribución
La reciprocidad era común entre las
comunidades de campesinos de la
región andina, desde antes de la llegada
de los incas. Consistía en la práctica de
la solidaridad y la ayuda mutua entre los
miembros de una comunidad. Por
ejemplo, los habitantes de un ayllu,
colaboraban entre sí para sembrar y
cosechar en las parcelas de
subsistencia. En ocasión de un
matrimonio, toda la comunidad
ayudaba a levantar la casa de los recién
casados. Los Incas incorporaron el
principio de reciprocidad de los ayllu,
como una de las bases del
funcionamiento económico y social de
su Imperio.
5.
6. La redistribución suponía el reconocimiento, por parte de los
campesinos, de los diferentes niveles de autoridad que existían en
la sociedad. Los ayllus entregaban los tributos a los curacas, y los
bienes tributados se acumulaban en depósitos reales que estaban
en aldeas, caminos y ciudades.
Cuando algunos pueblos del Imperio no podían satisfacer sus
necesidades básicas porque las regiones en las que vivían habían
sido afectadas por malas cosechas u otras catástrofes, el Estado
incaico redistribuía una parte de los alimentos, materias primas y
productos manufacturados almacenados.
También utilizaba los bienes acumulados para costear los gastos
de las constantes expediciones militares, y para premiar los
servicios realizados por algunos funcionarios, generalmente
nobles.
9. Las cuatro zonas productivas eran: la sierra, la
puna, la costa y el borde de la selva.
La sierra es una zona seca y fría a más de 3.500 metros
de altitud. Para cultivar en ella, se valieron del sistema
de aterrazamiento que consistía en excavar las laderas
de las montañas para formar pequeños terraplenes,
sujetados por muros de piedra. Sobre ellos se colocaba
buena tierra y abono. Luego se irrigaban artificialmente
por medio de canales. Los principales cultivos en esta
zona fueron el maíz, el arroz peruano y la coca.
10. La puna es una zona desértica y fría, a más de 5.000
metros de altura. En ella se criaban llamas y alpacas, y
se cultivaba papa y ají. La irrigación en la puna era
natural, es decir, por deshielos.
La costa es una zona árida y seca. De ella provenían
pescados y mariscos, calabazas, aguacates, maní y
cacao. Para cultivar en esta región, tuvieron que apelar
a la fertilización de la tierra y a la construcción de
canales de riego.
Por último, el borde de la selva es una zona húmeda y
cálida. De allí provenían productos tropicales, frutas,
hierbas comestibles, hongos, miel, aves, ranas, liebres y
madera.
11. El Qhapaq Ñan fue la expresión
tangible de un gran proyecto político
de las sociedades andinas del pasado
que tuvo como objeto la integración
social, política y económica de gran
parte del territorio andino que hoy
conforman 6 países (Argentina,
Bolivia, Colombia, Ecuador, Chile y
Perú). Sobre base de la experiencia
milenaria andina, su traza y
construcción responde al desafío
que plantearon las comunicaciones,
la interacción, el manejo y la
articulación de uno de los territorios
más desafiantes del orbe, con una de
las mayores diversidades étnicas,
lingüísticas, culturales y biológicas