El documento describe el Camino Real que conectaba Buenos Aires con Lima y el rol que cumplieron las postas a lo largo de este, incluyendo la Posta de Sinsacate. Explica que el Camino Real unía sitios, paisajes y comunidades y fue una vía fundamental para el comercio y transporte. También resalta la importancia de conservar y promover el patrimonio cultural vinculado a este camino.
el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyz
Camino Real del patrimonio
1.
2. .
El Camino Real engarza sitios,
paisajes, poblados, festividades, costumbres y
otras manifestaciones artísticas. En este marco,
significa un desafío impulsar su rehabilitación y
puesta en valor a través de un trabajo de
recuperación sobre la gestión de sus recursos
culturales, para que ese Camino Real se
convierta en el protagonista principal de una
narración atractiva y en el elemento unificador y
de enlace sobre el que se insertarán diferentes
propuestas, tendientes todas a convertirlo en un
estímulo para el desarrollo del territorio en su
conjunto.
Camino Real
3. Desde este lugar nuestra institución considera
necesario promover sus atractivos, y ofrecer
condiciones y servicios que contribuyan al
desarrollo de todos los lugares vinculados a través
de él.
Con el proyecto de puesta en valor del Camino
Real generado por el gobierno provincial, se ponen
en marcha una serie de acciones en el marco del
Bicentenario y en este contexto surge la propuesta
de generar desde las instituciones educativas
rurales propuestas culturales en las Postas a la
vera del Camino Real.
4. El camino de la carrera al Alto
Perú era la principal vía de
comunicación, transporte y
comercio entre el Virreinato
del Río de la Plata y el
Virreinato del Alto Perú.
5. Estaba compuesto por varias
trazas que unían el puerto de
Buenos Aires y Lima (Perú).
Tres de ellas recorrían el
norte la provincia.
6. A su vera, prosperaron postas
de recambio de mulas,
asentamientos y poblaciones.
Fue uno de los principales
ejes de integración e
intercambio regional.
7. SINSACATE es una de las localidades
que surge a la vera de este camino.
La toponimia del norte provincial está
identificada con nombres que por razones diversas
servian de relación a los sanavirones.
Uníase a dicha identificación el término común a
todas de “sacat” o sea tierra, que era la relación con
el “Iocus”.
El arquitecto Mario J. Buschiazzo en su libro “Las
estancias jesuíticas de Córdoba” le atribuye al
cacique el nombre de “Chin”, pero el Dr. Luis
González Warcalde, que fue un estudioso de la
región, en su trabajo “Por la ruta de la historia”
afirma haberle oído al historiador monseñor Pablo
Cabrera que el verdadero nombre era “Inchín”. De
cualquier modo y adaptado al oído del español
conquistador que no andaba con tantas minucias y
precisiones, el nombre subsistió como Sinsacate,
con esa “e” final que aparece en Quisquisacate,
Guanasacate, Umarasacate, Salsacate, etc. y que
facilitaba su pronunciación al pueblo invasor.
Extraído de La arquitectura en Córdoba y su historia. Compilación de
escritos del Arq. Rodolfo Gallardo. Editorial Nuevo Siglo. 2003.
8. SINSACATE esta impregnado con la
magia y los misterios de la historia. Recorrerlo es tan
solo marcar un punto de partida. Recorrerlo es
querer emprender un viaje más allá de sus limites y
sentir la necesidad de conocer la casa de los
Reinafé, en Tulumba, en donde se esgrimieron las
tácticas para emboscar a Quiroga, el Tigre de los
Llanos.
Recorrerlo es sentir la necesidad de surcar
la ruta a los otros parajes que componían el Camino
Real al Alto Perú. Finalmente, recorrer Sinsacate es
introducirnos en los tiempos fundacionales del país,
es establecer un punto de partida desde donde viajar
por los intrincados senderos de la historia.
Distancia a Córdoba 53 Km
9. En Córdoba, el primer Camino Real fue el
seguido por los fundadores en 1573,
cuando la expedición al mando de don
Jerónimo Luis de Cabrera partió de la
ciudad de Santiago del Estero para llegar a
Quillovil (hoy Villa de María del Río Seco);
Chipitín (La Dormida); Cunisacate (Las
Peñas); Cavisacate (Villa del Totoral);
Sinsacate y Ministalaló, hasta arribar a las
márgenes del río Suquía sitio elegido para
la futura ciudad.
De manera lenta surgieron sitios donde los
viajeros se podían detener. Al principio era
en estancias, luego en postas construidas
especialmente para darles albergue.
10. Al recorrer las postas llegó el correo, servicio
que si bien ya existía en el Nuevo Mundo en
1514 en estas tierras fue recién a mediados del
siglo XVIII cuando el rey Carlos III estableció
oficialmente un servicio de postas y correos con
la denominación de “Camino Real al Perú”.
Con el transcurrir del tiempo también hubo
cambios en las rutas para acortarlas, o
hacerlas más seguras para los viajeros.
Asimismo, surgió una importante bifurcación y
desde entonces el camino original se conoció
como “Camino Real del Bajo”. El nuevo camino
que desde Sinsacate tomaba rumbo hacia Los
Talas, Macha, Santa Cruz, San Pedro Viejo y
San Francisco del Chañar fue entonces el
“Camino Real del Alto“. Ambos se unían
nuevamente en Ojo de Agua, ya en jurisdicción
de Santiago del Estero.
Después se agregó el Camino a Catamarca
que partía de la Posta de los Talas (hoy
Sarmiento) y cruzaba las Salinas Grandes
rumbo a esa provincia.
11. MUSEO RURAL POSTA DE SINSACATE
A unos 5 kilómetros del Museo Jesuítico Nacional Jesús
María, continuando hacia el norte por el Camino Real al Alto
Perú, se llega a la Posta de Sinsacate
Su historia se remonta a 1650, cuando el paraje mantenía
el nombre de Puesto de San Pablo de Sinsacate. Allí y se
instaló un pequeño edificio, una capilla contigua y un molino
harinero.
La importancia del lugar vino con la creación del servicio
regular de correos. Así, Puesto de San Pablo de Sinsacate,
paso a llamarse Posta de Sinsacate, y se constituyo en el
paso más importante de la provincia, fundamental para el
cambio de los caballos y el descanso de los viajeros
postales. Su esplendor nacido de la ubicación estratégica
del lugar, sirvió de refugio para algunos de los grandes
próceres de la historia. Entre los muros del pequeño
edificio, resuenan los nombres de los generales Manuel
Belgrano y Lavalle. La capilla fue también testigo del
fatídico acontecimiento que terminara con la vida de
Facundo Quiroga en Barranca Yaco. Sus restos fueron
velados en esta pequeña posta.