El documento describe la historia prehispánica de Panamá dividiéndola en tres períodos: Paleoindio, Precerámico y Cerámico. Explica que los primeros pobladores llegaron hace más de 11,000 años y establecieron ciudades y tribus. También describe la ruta del Atlántico como una vía de comercio entre Panamá y Mesoamérica, mencionando que grupos como los "siguas" viajaban desde Nicaragua y Honduras para intercambiar oro y otros productos. Finalmente, res
1. UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
(UMECIT)
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS FORENSES
LICENCIATURA EN DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
PROFESOR:
EDGAR ORTEGA
MATERIA:
HISTORIA DE PANAMA
ASIGNACION:
ACTIVIDAD 1
EXPONENTE
CARLOS LOO 2-128-759
FECHA DE ENTREGA:
27-05-2020
2. 2
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo como parte de la historia de panamá conoceremos los periodos que
se han abarcado como lo es
El periodo Prehispánico, también conocido como la era Precolombina se le
considera a el lapso de la historia en donde llegan los primeros pobladores de
América y establecen ciudades, tribus y civilizaciones en nuestro territorio. Esto
Abarca más de 11,000 años.
Podemos observar que este periodo se divide en tres etapas: Paleo indio, el pre
cerámico y el cerámico. Estos periodos se verán más afondo próximamente.
Al igual presentaremos ideas de como preservar la historia en Panamá.
Paleo indio podemos destacar que se encuentran los primeros pobladores, en la
provincia de Veraguas una punta de proyectil de origen paleo-indio. Los primeros
amerindios panameños del periodo paleo-indio eran nómadas. Los varones se
dedicaban a la caceríay la pesca. Las mujeres se dedicaban a la recolección de frutas
silvestres. Se convirtieron en sedentarios con la práctica de agricultura y la
domesticación de algunos animales.
Precerámico este periodo se conoce como los principios de la agricultura. El periodo se
divide en dos: Precerámico Temprano del 10.000 al 7.000 a.C. y un Precerámico Tardío que
abarca entre los 7000 y 1000 a.C. El hombre se apropiaba de los seres vivos en estado
natural, como simple depredador yes el periodo denominado Cazadores-Recolectores. Se
extiende desde la llegada de los primeros habitantes hasta cerca del inicio de la era
cristiana. Las vasijas elaboradas eran pulidas por dentro y por fuera y eran utilizadas para
guardar bebidas y alimentos. Usaban el color rojo-Utilizaban estas figuras para dar culto
ritual a la pachamama.
3. 3
INDICE
INTRODUCCIÓN......................................................................................................................... 2
I. ETAPA PREHISPANICO ........................................................................................................ 4
II. La ruta del Atlántico........................................................................................................... 7
III. ORFEBRERÍA..................................................................................................................10
IV. La costa del Pacifico.......................................................................................................11
Las cuevas su vida y crianza.......................................................................................................12
V. EPOCA PRECOLOMBINA.....................................................................................................13
VI. LOS CACICAZGOZ...........................................................................................................15
VII. DEMOGRAFÍA PRE Y POSCOLOMBINA.............................................................................19
CONCLUCIONES........................................................................................................................22
ANEXOS...................................................................................................................................23
4. 4
I. ETAPA PREHISPANICO
La privilegiada situación geográfica de Panamá ha servido para otorgarle los epicentros
turísticos de "puente del mundo" y "crisol de razas", por cierto, que no obstante reflejan el
hecho de que esta angosta franja de tierra representa la vía más corta que conecta a dos
masas continentales y dos grandes océanos. Desde el cierre definitivo de una conexión
marítima a través del istmo aproximadamente 3,5 millones de años atrás, panamá ha
desempeñado su lógica función de embudo para poblaciones de animales terrestres,
dulceacuícolas y costeros, que emigraban de Norte a Suramérica y viceversa. Pese a la
escasez de datos de campo corroborativos, los litorales istmeños cuya configuraci6n con
respecto a tierra firme se ha ajustado periódicamente a los ciclos glaciales donde deberían
de haber jugado un papel importante en ladiseminaci6n continental de Homo Sapiens y sus
especies comensales. De acuerdo a lo encontrado en un sitio arqueológico en el Pacifico
chileno y en otros en las costas del Perú los primeros cazadores y recolectores que entraron
al continente durante la última glaciación aprovechaban recursos litorales a1 igual que
terrestres. Aunque parece lógico pensar que, a partir de este primer transito humano, la
abrupta cordillera central que corre longitudinal a1 istmo debió permitir mayor flujo de
gente y bienes a lo largo de cada una de las costas, que, de costa a costa, cabe destacar que
la serranía no fue obstáculo natural para emparentar culturalmente a grupos de indígenas
que se asentaron en las vertientes opuestas.
La proximidad de océanos con recursos costeros diversos y complementarios fue bien
atendida desde tiempos remotos por los habitantes autóctonos que participaban en un
intercambio transitico cuya existencia puede probarse por medio de datos arqueo1ogicos y
etnohistóricos. Nuestro principal interés no so1o está encaminado en observar como la
particular geografía costera del istmo panameñito influyo históricamente en las relaciones
marítimas internas o externas, sino, también, en analizar como las poblaciones
precolombinas utilizaron 1os recursos marinos y costeros para su sustento. El
requerimiento de dichos productos y su aporte a la economía precolombina se puede
establecer gracias a diversos tipos de evidencia material, especialmente aquella de carácter
artefactual, arqueo faunística y paleobotánica. Estos datos, tal y como lo reseñaremos más
5. 5
adelante, indican que, a partir de por lo menos el 5000 antes de Cristo (a.C.) época por la
que ya se practicaba la agricultura las poblaciones humanas de la vertiente del Pacifico,
cerca o lejos de In costa, aprovechaban intensivamente el litoral marino, cuya productividad
coadyuvo a que ellas lograran una relativa autosuficiencia económica y estabilidad
territorial. Por diversos factores,tales como elde lapreservación selectivade determinados
materiales en los sitios precolombinos y ladificultad de establecersu origen especifico,para
el desarrollo de la investigación arqueológica se torna complicado el documentar la
distancia y naturaleza de 1os contactos sociales. No obstante, hay nuevos indicios de la
posibilidad de que la orfebrería, que tanta repercusión traería en los sistemas ideológicos y
políticos istmeños, se introdujera a través de una ruta directa por el Pacifico desde el
Ecuador y Colombia. Otros bienes suntuarios de larga trayectoria en el continente
americano, el de las conchas marinas, también habrían encajado, por su abundancia en la
costa del Pacifico panameño, en los sistemas de intercambio, aunque, a1 parecer, dentro
de un ámbito relativamente local. El océano Atlántico era una vía abierta a1 trueque extra
ístmico en el periodo de contacto, aunque no se puede establecer con precisión desde
cuando los grupos mesoamericanos y panameños mantenían esta interacción. En la
vertiente del Pacificolas extensas sabanas, ríos y estuarios habrían permitido, no solamente
lamovilización abierta por tierra, sino,también, por sugeografíacostera llenade ensenadas
y puertos naturales, un acceso ágil hasta la costa e islas a través de canoas, un medio de
transporte que, según información documental del temprano siglo XVI, se usaba para fines,
tanto comerciales, como bélicos.
El periodo Prehispánico, también conocido como la era Precolombina se le considera a el
lapso de la historia en donde llegan los primeros pobladores de América y establecen
ciudades, tribus y civilizaciones en nuestro territorio. Abarca más de 11,000 años.
Este periodo se divide en tres etapas: Paleoindio, el precerámico y el cerámico.
Estos periodos se verán más afondo próximamente. Al igual presentaremos ideas de como
preservar la historia en Panamá.
Los indígenas precolombinos de Panamá eran artesanos insignes.
6. 6
Dentro de la historia de panamá se desarrolla un arte genuino a continuación se presentará
el arte y descripción de su trabajo gráfico de su destreza.
A: lagarto, tumbaga, fundido en molde, Playa Venado (Panamá).
B: láminas martilladas con espirales divergentes, tumbaga, Cerro Juan Díaz.
C: nariguera, tumbaga, Miraflores (Chorro, río Bayano).
D: lagarto bicéfalo, tumbaga, El Caño.
E: vasija con pintura "negativa", Chiriquí, procedencia desconocida (colección del Museo
Bowers, Los Ángeles).
F: plato con pedestal modelado como mono, Miraflores (Chorro), río Bayano; el diseño del
plato.
G: vasija efigie policromada del estilo Parita, la cual representa al cacicón (Sarcoramphus
papo), El Hatillo, Herrera.
H: vasija doble que representa una araña, Tonosí (Los Santos), estilo Tonosí,
I: tambor de madera, hallado cerca de El Roble, Coclé
J: cocodrilos tallados en marfil de cachalote, Sitio Conte, Coclé (Samuel Lothrop, Coclé).
K: pelícano, madreperla (Pinctada), Cerro Juan Díaz,
L: nariguera en forma de tortuga marina, Playa Venado (Panamá), Museo Dumbarton Oaks,
Washington EE.UU., M: rana, concha (probablemente Strombus), Cerro Juan Díaz,
N: lagarto, piedra, Cerro Juan Díaz,
O: punta bifacial paleoindia "cola de pez", jaspe púrpura, Lago Alajuela.
P: punta bifacial paleoindia, jaspe amarillo.
Q: metates o asientos de lava volcánica, tallados en forma de felino, Chiriquí, procedencia
desconocida.
R: estatua que demuestra a un hombre sentado sobre otro, lava volcánica, Barriles,
Chiriquí*. (colección del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz). Las ilustraciones no
están a escala.
Nota: Estos contenidos se podrán observaren la parte de anexo figura 1.
7. 7
II. La ruta del Atlántico
durante su último viaje realizado entre 1502 y 1503, Cristóbal Colon recorrió la costa del
Caribe de Centro América desde Cabo Gracias aDios en Honduras hasta el Golfo de San Blas
en panamá. Por ilógico que parezca su decisión de fundar un asentamiento en la peligrosa
desembocadura del rio Belén, lo que verdaderamente atrajo a1 almirante a esta zona
ventosa, lluviosa y desprovista de puertos naturales, fue el descubrimiento de que, desde
"Guaiga" hasta "Cubiga" esto es, desde la Península de Valiente hasta el rio Coclé del Norte
había mucha actividad comercial. Su mención de "cinco grandes puertos" en la costa de
Veragua, si bien exagerada, se ampara en el hecho de que logro trocar durante su recorrido
inicial de oeste a este, 46 "platos" de oro en realidad, Laminas martilladas y repujadas con
diseños geométricos y zoomorfos, propiedad de indígenas pudientes que se ataviaban con
ellas cuando salían a guerrear. Aunque los aluviones de los ríos que descienden de la
cordillera en el Caribe central de panamá contienen abundante oro y cobre mezclados con
buenas cantidades de plata, no se puede demostrar que estas "patenas" como las llamo
Colon eran elaboradas en el asentamiento principal del "Gran Quibian" ubicado en un cerro
acierta distancia de la costa. Dudamos, sin embargo, que 1os talleres que produjeron dichos
artefactos hubiesen quedado muy lejos de 1os puntos de canje situados en
desembocaduras costeras seguramente lugares más modestos que 1os "cinco grandes
puertos" del almirante. Dos comentarios en crónicas del temprano siglo XVI sugieren que el
comercio costero de Veragua atraía a gentes foráneas desde antes del contacto con un
español. en almirante, se encontró en la boca del rio Veragua con dos personas en un
cayuco que e1 llama "extranjeras", seguramente por hablar un idioma que 1os indígenas
locales no comprendían. Hacia el este, cerca del lugar donde se fundó Nombre de Dios,
Vivian 1os "chuchures" que de acuerdo aPascualde Andagoya eran originarios de Honduras
y hablaban un idioma distinto del local. El mismo cronista se fijaba que estos no soportaron
1os drásticos cambios ocasionados por la colonización española por lo que pronto
desaparecieron. Por su parte, Torquemada hizo mención de otro grupo que había viajado
desde Nicaragua hasta Nombre de Dios. Mayores detalles sobre las actividades de
comerciantes centroamericanos se encuentran en documentos del pos contacto muy
8. 8
conocidos, por cierto, 1os cuales se refieren a un grupo étnico conocido corno 1os "siguas",
vocablo que significaba "extranjero" en 1os idiomas chebchenses de la región. En vista de
que Colon no 1os menciona, se Cree que se asentaron en la costa del Caribe después del
contacto. Hablantes de un idioma auto-azteca Vivian por 1540 en una región conocida
corno "Coaza" entre 1os ríos Sixaola y Changuinola. Es probable que su presencia aluda a
un patrón comercial más antiguo vinculado a1 comercio del oro y del cacao, dos productos
primordiales en las redes comerciales mesoamericanas. Uno de 1os muchos documentos
que hablan de 1os "siguas" asevera que estos fueron enviados por "Montezurna" para
cobrar tributo en forma de piezas finas de oro. Otro, con fecha de 1595, constata que 6000
"siguas"aun mantenían contactos comerciales con pueblos mexicanos. Hacia1620, sedecía
que 1os "siguas" todavía estaban "sujetos a Montezuma" y residían en un lugar adonde los
"mexicanos iban a buscar oro para sus ídolos y ofrendas". En fechas posteriores, los "siguas"
se trasladaron a la actual Isla Colon, en donde, unidos por casamiento con chAnguenas,
doraces y terrabas, continuaron canjeando hachas y machetes de hierro por cuentas de
conchas marinas. Hasta donde lo sabemos, la última referencia documental pertinente a
este grupo se remonta a 1763 cuando un padre español relata que comerciaban el cacao,
producto que, en adici6n a pieles de manatí, zarzaparrilla y Carey, atraería en adelante a
embarcaciones de misquitos hacia el Caribe panameño. En resumidas cuentas, los datos
documentales reseñados constatan que algunos productos en el Caribe panameño eran lo
suficientemente abundantes y accesibles, como para atraer a grupos de mesoamericanos
deseosos de establecerse físicamente en esta zona. Sin embargo, aunque el oro era uno de
1os móviles primarios de estas actividades comerciales, es muy difícil precisar cuáles
artefactos precolombinos de origen panameño habrían llegado hasta localidades
mesoamericanas. No cabe la menor duda de que algunas piezas de metal halladas en 1os
sedimentos en elfondo del cenote sagradode Chichen-Itzi seconfeccionaron en lo que Bray
llama la provincia metalúrgica colombiana-istmeña; pero no se les puede atribuir a lugares
específicos de producción dentro de esta Área: bien pudieron haberse originado en el
Caribe o en el Pacifico, en Costa Rica o en panamá.
¿Qué productos hubieran ofrecido en canje los mesoamericanos a los panameños?
9. 9
La documentaci6n arqueológica al respecto es muy parca: los únicos artefactos hallados
en sitios precolombinos istmeños que apuntan hacia un origen mesoamericano son un
cuchillo bifacial de calcedonia parecido a ejemplares usados en rituales de sacrificio
humano (hallado en el rio Belén), un jade supuestamente de estilo olmeca (del Pacifico de
Veraguas) y una vasija 'Plumbate' (hallada en la misma zona).O Aceptando que los
mercaderes mesoamericanos habrían traído artículos hechos de materiales de difícil
sobrevivencia en sitios arqueológicos (tales como mantas de algodón), no hay razón por
que asumir que el trueque entre ellos y los "veragüenses" se desenvolviera en un ambiente
de reciprocidad simétrica debido a las conocidas diferencias estructurales entre las
sociedades mesoamericanas e istmeñas. En las crónicas españolas del temprano siglo XV
hay abundantes descripciones del intercambio de productos en el istmo. Sin embargo, ellas
dan la impresión de que el trueque concernía principalmente a comunidades localizadas en
la misma zona de interacción sociopolítica, pero en distintos habitantes, por ejemplo, entre
comunidades costeras y monteses; entre el Caribe y el Pacifico y entre zonas sabaneras y
boscosas. Fernández de Oviedo nos dice lo siguiente con respecto a 1os "cueva" del Darién:
cuando los indios no tienen guerra, todo su ejército trocar cuanto tienen unos con otros
... llevansus cargascuestas de sus esclavos: unosllevansal, otromaíz, otrosmantas,otras
hamacas, otros algodones hilados o por hilar, otros pescados salados; otros llevan oro.
Está claro, además, que algunos productos cambiaban de dueño en las interacciones
políticas y bélicas: uno de 1os motivos de 1os ataques repentinos a comunidades enemigas
frecuentemente realizados con canoas fue la adquisición y posterior exhibición corporal de
las pertenencias de líderes rivales. Datos arqueológicos confirman el intercambio de
productos de costa a costa en tiempos precolombinos: por ejemplo, huesos de manati
procedentes del Caribe se han encontrado en la Bahía de Parita en sitios cuya edad
comprende entre el Precerámico Tardío (4000 a.C.1 y el Cerámico Tardío (1100-1520
d.C.).23 En el sitio arqueológico Cerro Juan Díaz, en el Pacifico central, a1 menos dos
taxones de conchas marinas empleados en la confección de adornos personales, fueron
llevados hasta allí desde la costa del Caribe. Se sabe, además, que, para la conquista,
algunos líderes políticos que Vivian en asentamientos localizados tierra adentro tenían
10. 10
"puertos" en la costa, tales como "Pocorosa" y "Comogre" en el Darién y "Trota" en el
Pacifico de Veraguas.
III. ORFEBRERÍA
procedencia, antigüedad y producción De todos los productos intercambiados por los
indígenas istmeños y, de allí, relevantes al tema de los contactos costeros y marítimos, el
que más discusión ha generado es el oro porque la metalurgia americana se originó, sin
duda alguna, en el área andina mucho tiempo antes de que apareciera en la América
Cuando y como esta tecnología entro al istmo siguen siendo preguntas claves para 1os
estudiosos de lahistoria precolombina. Las respuestas son y seguiránsiendo difíciles dedar.
La atracción de este medio para los mercados del arte lo ha convertido en un artículo de
valor comercial, por lo que la gran mayoría de los objetos de oro precolombinos, como bien
se sabe, han salido de excavaciones ilícitas, las cuales destruyeron, o no registraron, su
contexto histórico y social. Además, las relaciones entre, por un lado, materias primas,
tecnología e iconografíay, por elotro, laobtenci6n delmineral y laproducci6n de artefactos
de metal, son en extremo complejas lo cual se debe tanto a que las proporciones de los
diferentes componentes minerales (oro, plata, cobre y platino) varían muchísimo en el
espacio, como al hecho de que los orfebres prehispánicos hacían aleaciones con diferentes
cantidades de cada metal de acuerdo a criterios, no solo tecnológicos, sino también,
estéticos. Por consiguiente, un análisis tecnológico de una pieza precolombina, por mineral
lógicamente preciso que sea, no establece forzosamente su procedencia. Otro aspecto
problemático referente a los adornos personales, ya Sean de oro u otros materiales, es su
propensión a ser intercambiados constantemente y guardados por largos periodos. De tal
modo, es bastante frecuente descubrir que artefactos de esta índole hayan sido
modificarlos y remendados. En laactualidad, 1os especialistasconcuerdan en que las piezas
de oro más antiguas del istmo centroamericano forman una unidad tecno estilístico
particular a la cual W. Bray le ha dado el nombre "Grupo Inicial", caracterizado por
pequeñitas figuras zoomorfas hechas en moldes y láminas martilladas con espirales
divergente.
11. 11
Echamientos recientes obtenidos con carbón vegetal incluido en fragmentos de moldes
preservados en piezas colombianas sugieren que esta tradición se remonta a principios del
primer milenio o, tal vez, finales del segundo milenio a.C.29 En el istmo centroamericano,
su contextualizaci6n arqueol6gica es pobre: las fechas radio carbónicas más tempranas
proceden de Cerro Juan Díaz donde una sepultura en forma de pozo que contuvo una
argolla con alto contenido de cobre y fragmentos de una supuesta figurilla de ave
proporciono una datación de carbón vegetal de 1730 + 80 a.P. (220 d.C.) y otra de dentina
humana de 1780 + 40 a.P. (170 d.C.), lo que sugiere que orfebrería del 'Grupo Inicial'
apareció en el istmo doscientos o trescientos años antes de la fecha sugerida en nuestro
último resumen.
IV. La costa del Pacifico
La tecnologíade navegación y pesca.
A través del tiempo: contactos marinos a larga y corta distancia Ventilar la relación entre
rutas marítimas y metalurgia nos conduce necesariamente a considerar, en términos mis
generales y cronol6gicarnente m5s profundos, el papel que ha desempeñado la costa del
Pacifico en el desarrollo de las comunidades precolombinas del istmo. Esta discusión la
enfocaremos conforme a hipótesis y modelos que han tenido las mayores repercusiones en
la arqueología regional. inmigraciones pleistocenicas, Durante la Última década se han
agudizado los debates en torno a la antigüedad, naturaleza y dirección de las primeras
inmigraciones humanas a América y, también, a la procedencia Cínico cultural de 1os
inmigrantes. De particular relevancia para el tema de las sociedades marítimas del Pacifico,
es la creciente fuerza de la hipótesis que aboga por inmigraciones costeras anteriores a1
florecimiento de la cultura de cazadores y recolectores conocida en Norteamérica como
"Clovis" (9.200-8.800 a.C.).
El principal sostén se puede caracterizar la tecnología de navegación y pesca Se sabe que
1os indígenas istmeños disponían de buenas canoas, no solo para llevar a cabo el comercio
costero e istmeño, sino, también, como transporte cotidiano y para sus actividades bélicas.
No hay duda de que muchos de las hachas de basaltoy andesitaque seencuentran en sitios
12. 12
panameños posteriores a1 1.000 a.C. eran confeccionadas especialmente para el laborioso
talle de 1os cayucos, un medio de transporte que resulta muy práctico en un istmo tan
angosto repleto de caletas, ríos y pantanos además de favorecer el acceso a1 mar a través
de 1os estuarios. Los militares españoles se acogieron con entusiasmo a este método de
transporte. Las canoas se confeccionaban, según un documento de 1515, a partir "de un
palo solo".
A pesar de que en las zonas estacionalmente áridas del Pacifico central, la vegetación es
descrita por 1os cronistas que presenciaron la conquista como muy abierta -a veces hasta
desprovista de arbustos, había suficientes arboles grandes en 1os bosques de galería a lo
largo de 1os ríos o en áreas montañosas para la confección de cayucos de buen porte.
En las primeras décadas de la colonia, 1os españoles tenían pequeños astilleros en varios
ríos de Azuero (Santa María, Parita, La Villa, Mensabe), cerca de panamá (Caimito,
Perequete) y, lo que es realmente interesante, en el archipiélago de las Perlas. En la costa
del Caribe, la canoa parece haber sido el medio de transporte usual. En la región de Uribe,
la palabra indígena para este artefacto a principios del siglo XVI era una, la misma de la
lengua kuna moderna. las Muchas referencias del periodo de contacto indican que las
canoas transportaban guerreros para efectuar ataques repentinos contra comunidades
enemigas.Seglin Gasparde Espinosa,elcacique de la isla de Cebaco, en el Golfo de Montijo,
llevo dieciocho canoas cuando ataco el asentamiento de un enemigo en tierra firme. Por
otro lado, descripciones españolas del temprano siglo XVI hacen pensar que la pesca en el
Pacifico no difería de la practicada por comunidades más antiguas en la Bahía de Parita y
Chiriquí cuyo arqueo faunas han sido estudiadas: enfocaba ríos, bocanas y aguas someras,
donde setrabajaba con redes, trampas y, ocasionalmente, anzuelos. Estos recursos litorales
eran lo suficientemente abundantes y previsibles como para hacer imprácticos 1os viajes
pesqueros a larga distancia como 1os que efectuaban 1os pescadores precolombinos del
Peru y del Ecuador.
Las cuevas suvida y crianza
Hablando de las cuevas del Darién y San Blas, Oviedo comenta que "donde quiera que hay
mar y rio hay pescados y pescadores; y estos indios de Cueva son muy dados 5 este ejercicio
13. 13
de las pesquerías". Según este cronista, el pescado era el "principal mantenimiento",
porque representaba "menos trabajo que las salvajinas de puercos y venados, que también
matan y comen. he así en la pesquería como en la montería, se aprovechan mucho de las
redes, que hacen de henequén y cabuya y asimismo de algodón hay bosques y matas
grandes como arboles de ello , Gaspar de Espinosa observo el uso de redes en el territorio
del cacique Taboren (entre La Chorrera y Chame) diciendo que allí "no hallamos indio
ninguno más de mucha abundancia de pescados y tanto que en dos horas sin mentir se
pescaron dos mil arrobas de pescado de manera que a lo que nos parecía había más que
agua".
Una forma peculiar de pescar fue observada por Oviedo en la isla de Taboga, también en
el Pacifico: en ciertos meses del año nos dice que "se acercaban agujas paladares a la playa
en ciertos meses tras ellas, muchos tiburones y marranos ... para ser 1os coman. E vienen
las agujas huyendo y la playa hasta tierra ... y ponerse en banda 1os indios con sendos palos
en las manos matan a palos muchas de ella. Fernando Colón por su parte, nos ha dejado
una descripción amena de como 1os indígenas de la costa de Veragua pescaban en formas
ingeniosas con canoas por 1os ríos. Aunque no hay información sobre la pesca en las islas y
zonas coralinas del Pacifico, dudamos que 1os pescadores locales hubiesen desarrollado
una tecnología marítima adecuada para aprovechar 1os cardúmenes de especies
epipelagicas que en la actualidad son aprovechadas por embarcaciones motorizadas. No
hay mención de botes de vela en crónicas del periodo del contacto y se presume que 1os
indígenas kunas adoptaron talmedio de 1os navegantes europeos. El tema de 1os contactos
sociales externos en el ámbito precolombino de las sociedades de la Baja América Central
sigue siendo objeto de polémica y especulación. Resultaría equivoco asumir que las
sociedades istmeñas constituían estructuras aisladas a1 margen de cambios o eventos
continentales.
V. EPOCA PRECOLOMBINA
14. 14
La introducción de ciertos cultivos como el maíz y la agricultura de roza basada en tuvieron
de hecho, consecuencias sociales importantísimas en el desarrollo local, posiblemente
hasta desplazamientos de poblaciones desde tierras extra istmeñas. Ya hemos demostrado
por medio de fuentes documentales que el istmo panameño no fue la excepción de
contactos de larga distancia e inclusive de migraciones venidas de tierras mesoamericanas
por el Atlántico. Se ha establecido la existencia de lazos lingüísticos entre los idiomas
costarricenses bribri y cabecar con otros de la Sierra Nevada de Santa Marta en Colombia,
lo que robustece lahipótesis acercade 1os contactos en tiempos precolombinos entre estas
dos regiones. Algunos autores han hecho Énfasis, también, en una posible relación entre la
difusión de la orfebrería a través del istmo en la primera mitad del presente milenio y la
creciente influencia o expansión física de pueblos de habla chocoana hacia el este en
Panamá. Insistimos, sin embargo, en lo dificultoso que es probar por medio de datos
arqueológicos el carácter y la magnitud de las relaciones sociales entre las comunidades
indígenas. El problema deriva en factores tales como la pobre contextualización
arqueológica de determinados artefactos especiales, como por ejemplo el oro, el cual ha
inspirado tantas especulaciones sobre sistemas comerciales internacionales en la Baja
América Central y norte colombiano. Otra limitante que ya hemos señalado es la dificultad
en establecer el origen especifico de muchos materiales supuestamente "ex6ticos" por
desconocimiento acerca de su disponibilidad durante el periodo precolombino cuando la
distribución de habitantes a lo largo del istmo habría sido bastante distinta a la actual. Pese
a lo anterior, el actualbagajede datos sustanciales sobreel desarrollo socioeconómico local
nos indica una tendencia hacia la estabilidad territorial la cual inicio por lo menos desde la
lejana época del Pre cerámico. Gracias a una economía mixta propiciada por abundantes y
accesibles recursos litorales, las aldeas agrícolas habrían alcanzado un buen nivel de
autosuficiencia. Por su parte, la cultura material, desde el punto de vista tecnológico y
cognoscitivo, acusa un conservadurismo que prácticamente se prolongó hasta el contacto
europeo lo cual alude a un desarrollo primordialmente endógeno. Lapermanencia histórica
de estos grupos está demostrada, además, por datos lingüísticos y genéticos que han
establecido que las actuales etnias panameñas que hablan idiomas chibchenses y
15. 15
chocoanos son poblaciones de antiquísimo arraigo cuya disgregacióncultural y demográfica
tuvo lugar, a1 parecer, en el circunscrito territorio del sur de la América Central y norte de
Sudamérica.
VI. LOS CACICAZGOZ
Durante el siglo XVI los pueblos indígenas del Neo trópico experimentaron
transformaciones sociales y culturales para las que los adjetivos empleados por los
historiadores para describirlas “trascendentales”, “catastróficas”, “drásticas” no son
hipérboles. Sin embargo, la invasión y colonización españolas no condujeron inexorable ni
uniformemente al sometimiento, aculturación y extinción de aquéllos.
En el Istmo de Panamá, la resistencia opuesta por algunos sectores de la población
autóctona desde el inicio del periodo colonial, aunada al escaso número de colonizadores
europeos y a su incapacidad de adaptarse efectivamente a zonas ecológicas que no fueran
pastizales y sabanas, restringieron la ocupación secular española a la zona de tránsito, a
unos cuantos asentamientos ganaderos en la vertiente del Pacífico y a una que otra mina
rara vez explotada continuamente por mucho tiempo. Claro está, cuando se comparan la
situación de los indígenas para elsigloXVI, asícomo la condición del entorno antropogénico
que ellos venían creando desde hacía muchos milenios, con las que regían un siglo después,
las diferencias son tajantes: para el siglo XVII se acusa una población considerablemente
reducida, una gran parte de ésta hispanizada; idiomas y etnias extintos; una afluencia de
indígenas forasteros introducidos por los españoles; una cultura material y relaciones
económicas grandemente cambiadas; en áreas todavía “de guerra”, un patrón de
asentamiento consistente en comunidades pequeñas y esparcidas; la rápida dispersión de
cultivos y animales domésticos foráneos; y, por último, una vegetación más boscosa y
menos cultivada que la del siglo XVI.
Es importante señalar,sinembargo, que en este ambiente radicalmente cambiado nacieron
las semillas de la recuperación demográfica y cultural indígena que comienza a sentirse a
16. 16
partir del siglo XVII. Aunque la muerte de idiomas y etnias continuara durante los siguientes
siglos de dominio hispano
Los bohíos de los caciques en vista de que la sociedad indígena al momento del contacto
comprendía territorios políticos con una evidente jerarquía social, sería lógico que cada
cacicazgo demostrara una correspondiente jerarquía de sitios, siendo las aldeas más
grandes y mejor dotadas de recursos, las sedes del cacique y su séquito, así como los focos
de trueque, ceremonias y rituales. En el litoral de la Bahía de Parita, los tres “sitios”
contiguos de Cerro Serrezuela, Sitio Conté y El Caño comprendieron un gran conjunto
ceremonial con hileras de columnas de piedra, terrazas, calzadas de cantos rodados y
entierros de gente opulenta. Según testigos oculares españoles, el asentamiento del
quibian del río Veragua era la más grande en esta zona y la casa cacical, la más elegante. La
aldea de Comogre, localizada en el curso medio del río Chucunaque, fungía como centro de
trueque además de tener un taller de orfebrería y una gran casa mortuoria de madera. En
el pueblo de Nata los españoles observaron un mercado adonde gentes de la costa acudían
a canjear cangrejos por maíz. Espinosa estimó que aquí residían “1,500 ánimas y donde
arriba” en 1516, cifra que parece aproximarse a la realidad teniendo en cuenta una
hipotética población máxima de unos 1,000 habitantes en asentamientos nucleados
precolombinos en la misma zona (La Mula-Sarigua y Sitio Sierra) y una cifra de más de 2,000
personas censadas en el mayor asentamiento actual de las kunas en San Blas (Ustupu).
Indiscutiblemente, el cacique y sus allegados vivían mejor que el resto de la comunidad.
Queda por demostrarse, sin embargo, que existiera un verdadero “asentamiento cacical”,
ocupado generación tras generación en el mismo lugar, en cada uno de los muchos
“cacicazgos” descritos por los españoles a principios del siglo XVI. Aunque Barriles donde se
halló un centro ceremonial con plataformas, estatuas de piedra y gigantescos metates se
encuentra en una zona bien poblada, es uno de tres sitios grandes de casi igual tamaño.
Según Isaza, ninguno de los asentamientos extensos identificados en el río La Villa fue
tajantemente más grande que los demás. Espinosa se refiere al “asiento viejo” del cacique
París o Antatará, lo que sugiere que él había trasladado su residencia a otro sitio. Por
consiguiente, es factible que hasta los asentamientos más extensos y económicamente
17. 17
pudientes hubiesen sido desocupados total o parcialmente de vez en cuando, yaseaporque
el hacinamiento y los desechos los hacían insoportables para vivir, o por razones políticas o
militares. Por un lado, esto reafirma la necesidad de ser cautelosos al usar el tamaño de los
yacimientos culturales para inferir la demografía regional; por otro, destaca lo inciertos que
resultan dos supuestos que han sido aceptados como verídicos por muchos arqueólogos,
siendo el primero de ellos que lugares como Barriles, Sitio Conté y Finca Juan Calderón, los
cuales además de estar entre los pocos sitios panameños que pueden identificarse como
“ceremoniales”, eran lugares donde se enterraba a personas ricas e influyentes y fungían
como las “capitales” de un cacicazgo específico. Parece más acorde con los datos
arqueológicos la hipótesis de que ellos eran en efecto lugares de reunión y ritual a los que
acudía una población de mucho mayor envergadura geográfica que los confines de un
cacicazgo particular, la cual, consciente de su origen común y de sus lazos ancestrales,
pertenecía no obstante a distintas agrupaciones políticamente autónomas. El segundo
supuesto atañe a la permanencia diacrónica de los territorios cacicales. A decir verdad, no
sabemos si los cacicazgos descritos por los españoles en el siglo XVI tenían la misma
configuración geopolítica mil o dos mil años antes. Los cronistas españoles describen una
situación social y política bastante inestable en la que las rivalidades, el hacer y romper
tratos y alianzas, el abuso de los cautivos y la poligamia, aunados a las consecuencias de los
constantes ataques y represalias y la declinante fertilidad de los suelos, ejercieron bastante
influencia sobre la geografía política.25 Semejante situación sea tal vez una de las razones
del por qué nadie se preocupaba por edificar con estructuras permanentes los sitios que no
fueran centros ceremoniales. A manera de resumen, aunque aún no sea posible lograr una
fidedigna reconstrucción numérica de lapoblación precolombina de Panamá basadaen LOS
PUEBLOS INDÍGENAS DE PANAMÁ DURANTE EL SIGLO XVI 11 datos de campo
arqueológicos, éstos sugieren que las vegas aluviales y valles cordilleranos albergaban a
poblaciones densas en tanto que en muchas zonas donde lacapacidad de sosténhabría sido
menor, laexistenciade importantes recursos no alimenticios habría compensado, en teoría,
su bajo potencial demográfico. En párrafos subsiguientes volveremos al tema de la relación
entre los datos de campo arqueológicos y el tamaño de la población en vísperas de la
18. 18
conquista. Conviene ahora considerar lo que nos indica la paleoecología sobre el
despoblamiento del siglo durante las dos últimas décadas se han publicado los resultados
del análisis de restos microscópicos de especies de plantas halladas en sedimentos
acumulados en ríos, lagos y ciénagas, los cuales permiten reconstrucciones, tanto del clima
regional como de la influenciade las sociedades humanas en lavegetación locala través del
tiempo. Tres sitios panameños son especialmente informativos: la Laguna de La Yeguada,
localizada en la vertiente del Pacífico de la cordillera de Veraguas, a 650 m snm, y las
ciénagas de Cana y Laguna Wodehouse, ubicados a aproximadamente 500 m snm en la
cabecera del río Tuira, en los alrededores de la mina española de Santa Cruz de Cana
(Daríen).
La Yeguada se formó hace aproximadamente 14,300 años radiocarbono a. P. Iniciadas para
el 11,150 a. P., las actividades humanas en su cuenca conllevaron a un paisaje
considerablemente alterado entre el 7000 a. P. y 2000 a. P. (aproximadamente entre 5000
a. C. y 1 d. C.). Aunque a partir de esta última fecha se acuse cierta recuperación de la
vegetación arbórea, la cual señala una leve merma en las actividades agrícolas, el paisaje
siguió siendo dominado por gramíneas y especies arbustivas y secundarias, hasta que la
cuenca se reforestara durante la deposición del último metro de sedimentos en la laguna.
Lo abrupto que fue este cambio se nota claramente en las gráficas. El apogeo de la
reforestación se registra después de la fecha de 600 + 90 a. P. obtenida a una profundidad
de 0.71–0.86 m, cuyo rango calibrado a 2σ es 1290 [1325 & 1345 & 1395] 1420 d. C.28 (Beta
14208), por lo que luce bastante clara la correspondencia entre el abandono total del área
por los indígenas y el arribo de los españoles. Los datos provenientes de la cuenca alta del
río Tuyra indican que esta zona había sido colonizada por agricultores indígenas cuando los
embalses muestreados por los paleo ecólogos comenzaron a llenarse de agua para el 4000
a. P. (aproximadamente 2000 a. C.). Aunque la deforestación precolombina fuera menos
intensiva aquí que en La Yeguada, siendo interrumpida por periodos de recuperación del
bosque, las parcelas indígenas no se ciñeron al área inmediata de los lagos donde, de
acuerdo alas inusitadas concentraciones de polen de estaespecieen las muestras, deberían
de haber existido extensos maizales. Todos los parámetros paleo ecológicos demuestran
19. 19
que los indígenas de repente dejaron sus faenas agrícolas,permitiendo asíque el área fuera
invadida por bosques con tanta rapidez que actualmente parecen “vírgenes” excluidas las
inmediaciones de la mina, donde la vegetación secundaria refleja la presencia de gente
relacionada con la extracción de oro entre 1680 y 1727 y nuevamente en los siglos XIX y XX.
Según Bush y Colinvaux, este suceso ocurrió un poco antes de una fecha de 14C de 310 +
50 a. P. (1455 [1530 & 1545 & 1650] 1685 cal d. C.). Teniendo en cuenta los márgenes de
error estadísticos de la fecha miento radio carbónico no se puede asumir que tales cambios
sucedieron precisamente en el siglo XVI. Sin embargo, su rapidez y características botánicas
en ambos embalses uno localizado probablemente dentro del territorio de Escoria y el otro
ocupado por indígenas que no eran “cuevas” hacen lógico presumir que los procesos
sociales que los promovieron fueron igualmente repentinos y trascendentales, como los
relacionados a la conquista española. Por otro lado, el regreso acelerado de los bosques
subraya que las perturbaciones ocasionadas por la agricultura de tala y quema
precolombina, la cual se valía únicamente del fuego y de utensilios de piedra menos
eficientes en un 90% que las hachas de hierro, no fueron lo suficientemente drásticas como
para impedir que se mantuviesen bosques florísticamente intactos cerca de cada cuenca
investigada. Esto no es de sorprenderse porque, si bien los soldados de Pedrarias Dávila
describen un paisaje de herbazales y sabanas que extendía desde “Comogre” (el río
Chucunaque) hasta Chiriquí, también se refieren a bosques a lo largo de los ríos y en cerros
y cordilleras. Es probable, además, que el repliegue de los cazadores humanos hubiese
facilitado la recuperación demográfica de roedores, como los ñeques (Dasyprocta) y
conejos pintados (Agouti paca), cuyos hábitos alimentarios que ayudan a dispersar las
semillas de los árboles son muy importantes para el mantenimiento de los bosques.
VII. DEMOGRAFÍA PRE Y POSCOLOMBINA
Uno de los argumentos más contundentes de los que abogan por el decaimiento
catastrófico de la población indígena en el siglo XVI es que las virulentas enfermedades
exógenas traídas desde el Viejo Mundo, contra las cuales los indígenas no poseían una
inmunidad natural, no sólo arrasaron con las poblaciones autóctonas al momento
específicodel contacto, sino que también precedieron alavance de los españoles.Por ende,
20. 20
determinar si existe prueba arqueológica de algún tipo de contacto entre españoles e
indígenas antes de la primera constancia escrita de la presencia de aquellos en una región
específica, procurar identificar exactamente dónde estaban ubicados
los asentamientos indígenas cuando se dieron las primeras incursiones y considerar si se
vislumbra una merma de lapoblación nativa en postrimerías de la época precolombina, son
temas de investigación interesantes si bien metodológicamente complicados. Aunque
Santa María de Belén se destaque como el primer punto de contacto físico entre españoles
e indígenas en el Istmo de Panamá a finales de 1502 y a comienzos de 1503, es importante
recordar que el tercer viaje de Colón, así como otros de Rodrigo Bastidas, Martín Fernández
de Enciso,Alonso de Ojeday Perolonso Niño por las costas caribeñas desdeVenezuela hasta
el Golfo de Urabá y la costa este de Panamá, condujeron definitivamente a contactos
sustanciales con asentamientos costeros indígenas, los cuales mantenían relaciones de
trueque entre sí. Por lo que cabe en lo posible que se hubiesen trasmitido algunas
enfermedades contagiosas antes de que Colón fundara su malhadada agrupación de chozas
en la costa Caribe de Veragua. A primera vista, los datos disponibles para la vertiente del
Atlántico de Panamá sugieren que esteno fue el caso.Aunque es probable que el almirante,
su hijo Fernando, Diego de Porras y Diego Méndez hayan exagerado al describir la cantidad
de guerreros contra los que se enfrentaron, cuando el panorama general que ellos
presentan de las comunidades indígenas y de su entorno se coteja con los datos
arqueológicos recabados recientemente por John Griggs y sus colegas en las cuencas de los
ríos Belén, Coclé del Norte e Indio, se infiere un patrón de asentamiento distinto al actual
y, en nuestra opinión, una población considerablemente mayor. Si bien la escasez de aldeas
nucleadas se comprende por las condiciones geográficas y climáticas de esta zona, nos
parece imprudente asumir, como señalamos atrás, que ella hubiera sido tan marginada en
1502 como lo es hoy en día. La presencia de artículos europeos conjuntamente con otros
de tradición y tecnología precolombinas en un mismo contexto estratigráfico es la forma
más segura de constatar que un sitio arqueológico estuvo en uso al momento de contacto,
siempre y cuando el material europeo sea cónsono, en un sentido estilístico y cronológico,
con las fechas establecidas enlos documentos para los primeros contactos. El hecho de que
21. 21
Cristóbal Colón haya canjeado artículos europeos por otros indígenas, como discos
repujados de oro que los españoles llamaban“patenas”, haceprobable que algunos objetos
exóticos entraran en las redes de trueque locales más de una década antes del
desplazamiento español hacia el Pacífico central. Por ello reviste especial interés el hallazgo
de cuentas de vidrio venecianas, estilísticamente atribuibles al siglo XVI, en entierros en
urnas en El Caño, los cuales contuvieron objetos indígenas, como piezas fundidas y
martilladas de oro y cuentas de concha y piedra negra.37 En vista de que la presencia
española en Natá fue contundente a partir de 1516, dudamos que después de esta fecha se
hubiesen practicado rituales mortuorios a la usanza precolombina, por lo cual presumimos
que las cuentas pudieron haber aparecido allí mediante un intercambio previo, ya sea a
través de la cordillera (con Belén), sea desde Nombre de Dios o Santa María la Antigua. Uno
de los materiales más útiles para el fechamiento relativo de los sitios arqueológicos es la
cerámica. En “Gran Coclé”, la región cultural a la que pertenecían El Caño y Natá, se destaca
una cerámica policromada que hace uso de tres o cuatro colores y que está decorada con
un conjunto de motivos geométricos y biomorfos. Los arqueólogos han identificado
distintas etapas llamadas “estilos” en el desarrollo diacrónico de esta tradición, la cual se
remonta al 200 a. C. Los cambios son graduales y bien podrían ser generacionales o cuasi
generacionales; obedecen a una paulatina transformación que tipifica aquellos sistemas
cognoscitivos que tienen una dinámica propia libre de influencias foráneas. Durante los
últimos cuatro siglos de la época precolombina (1100–1500 d. C.) estaban en boga dos
estilos: “Parita” y “El Hatillo”, siendo este último el más reciente de acuerdo a
consideraciones estratigráficas y estilísticas. El modo de decoración de ambos es tricolor
(negro, rojo y un matiz claro) y sus motivos basados en animales y seres humanos tienden
a ser más abstractos que en los estilos antecedentes. Como suele ocurrir en áreas
caracterizadas por las actividades ganaderas yagrícolas,las capas más recientes de los sitios
arqueológicos son casi siempre
22. 22
CONCLUCIONES
Al ver más detalladamente las etapas del periodo Prehispánico, podemos comprender
como la sociedad va cambiando poco a poco a medida que evolucionan. De solo una
población de campamentos años más tarde se extiende a campamentos, caserías, aldeas y
centros ceremoniales.
La historia de nuestro país es muy importante ya que nos enseña nuestras raíces y la base
de todos nuestros sistemas en la sociedad de hoy en día. Cada nuevo descubrimiento
cambia nuestra visión sobre los principios del Istmo. Por esto nunca debemos sobreestimar
el conocimiento otorgado, yaque nos ayuda amejorar como sociedad y a evolucionar como
humanos.
24. 24
ORFEBRERÍA
Figura3.
Los indígenasprecolombinosde Panamáeranartesanosinsignes.Hé aquíunresumengráficode su
destreza. A: lagarto, tumbaga, fundido en molde, Playa Venado (Panamá), B: láminas martilladas
con espiralesdivergentes,tumbaga,CerroJuanDíaz*,C: nariguera,tumbaga,Miraflores(Cho-3,río
Bayano)*, D: lagarto bicéfalo, tumbaga, El Caño*, E: vasija con pintura "negativa", Chiriquí,
procedencia desconocida (colección del Museo Bowers, Los Ángeles), F: plato con pedestal
modeladocomomono,Miraflores(Cho-3),ríoBayano;el diseñodel platoestáilustradoenlafigura
2 c del Capítulo 2*, G: vasija efigie policromada del estilo Parita, la cual representa al cacicón
(Sarcoramphus papo), El Hatillo, Herrera*, H: vasija doble que representa una araña, Tonosí (Los
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Santos),estiloTonosí,I: tambor de madera, halladocerca de El Roble,Coclé (fecha de C14: 1170 ±
40 a.P. [770-980 cal d.C.]), J: cocodrilostallados en marfil de cachalote, Sitio Conte, Coclé (Samuel
Lothrop, Coclé…Part 1, 1937, figs. 164 b y 158 c), K: pelícano, madreperla (Pinctada), Cerro Juan
Díaz, L: nariguera en forma de tortuga marina, Playa Venado (Panamá), Museo Dumbarton Oaks,
WashingtonEE.UU.,M:rana,concha (probablemente Strombus),CerroJuanDíaz,N:lagarto,piedra,
Cerro Juan Díaz, O: punta bifacial paleoindia"colade pez",jaspe púrpura,Lago Alajuela*,P:punta
bifacial paleoindia,jaspe amarilla*,Q,R:metatesoasientosde lavavolcánica,talladosenformade
felino, Chiriquí, procedencia desconocida*, S: estatua que demuestra a un hombre sentado sobre
otro, lava volcánica, Barriles, Chiriquí*. (* = colección del Museo Antropológico Reina Torres de
Araúz). Las ilustraciones no están a escala